Yo… no puedo sacarme estos recuerdos de la cabeza
Y una especie de locura
Ha empezado a evolucionar
Se talló sus ojos con frustración esta vez, podría decirse que estaba cansado. Lamentablemente y para su poca suerte no era así. Le dolía la cabeza a horrores, y sus lentes no ayudaban en este aspecto.
Se recostó sobre el sillón en donde estaba, no había mucha gente, y por un instante en su vida quería dejar ir aquellos modales de los que tanto le hablaba su padre.
Su padre... El culpable de todo esto.
Bueno, no el culpable, el causante.
Siguió observando por la ventana, para así poder llegar a su destino. Pero aquel subterráneo, parecía eterno... Ojalá y no se hubiese peleado de nuevo con él.
Tenía un dolor tremendo en el pecho... Y le ardían los ojos.
Sí observaba aquel atrás... Podría notar que su relación consistían en peleas y en risas... Pero últimamente... Su pareja no tenía ganas de hacerle bromas, y terminaban por discutir y pelear por todo aquello.
Qué locura.
Se había dado a la tarea de alejarse de él. Odiaba con todo su corazón verle llorar.
Y yo… intente con todas mis fuerzas dejarte marchar
Pero una especie de locura
me está engullendo por completo, sí.
Y ya no podía eliminar aquellas memorias de su cabeza, como si fuesen una especie de locura.
Estaba decidido... Le dejaría ir.
Pero de nuevo, aquella locura, se lo impedía con fuerza...
¿Se había enamorado?
Mierda...
•w10;•
Y ahora... ¿Porqué había sido esta pelea?
Su cabecera ligerita le estaba dando vueltas al asunto tirado ahí en el piso de su habitación...
No le hubiese dejado marchar.
Le hubiera dicho que se quedara.
Que estaba harto de pelear...
Extrañaba sus brazos como nunca...
Quería abrazarle con fuerza, besarle, y jamás dejarle ir.
Entonces.... ¿Porqué no lo hacía?
Ah... Ya.
Amaba verle enojado.
Otra locura.
He visto al fin la luz
Y al fin he comprendido
a qué te refieres
Se había enamorado de la persona más extraña de este universo... Y él lo sabía, estaba al tanto de que llegarle al corazón a aquel tirador... Iba a ser... Una locura.
~~~~
¿Cómo fue que le llamó la atención?
Años atrás.
Escandaloso...
Simpático...
Atractivo...
Qué piernas... Tenían un potencial intenso. Con un poco de bicileta y pedaleo... Perfecto.
Olvidando, o más bien dejando de lado esas piernas de lado... Le encantaba escucharlo hablar.
Decía puras tonterías, y le molestaba.
Pero le encantaba estar a su lado.
Y ahora, necesito saber si es amor real
O es solo locura
Manteniendonos a flote
Esa sonrisa...
Esa sonrisa traviesa...que vuelve loco.
La sonrisa pícara de Kazunari...
La que le hizo perder la cordura.
La que le llevó a la locura.
—Acariciame...Shin-chan –susurró una noche en la que estaban observando las estrellas, su relación había dado un giro inexplicable, que le costó trabajo ver... Ese moreno, que ahora tenía sobre sus piernas, en aquella mitad de bosque. El chico de la sonrisa pícara... Quien le volvía loco. También estaba loco por él.
Y no es que presumiera... Es que literalmente, Takao le había dicho aquellas palabras. Me vuelves loco Shin-chan... ¿Porqué no simplemente me besas y ya?
Y bueno, si Takao hubiera cerrado su tan pícara boca... No le habría besado.
El de menor estatura comenzó a besar aquellos labios con deseo de más, no era su culpa. Es que Shintarou estaba demasiado bueno como para negarse a besarlo, le encantaba, amaba ser el centro de atención de aquel chico con cabello tan épico... Tan verde. Porque lo era. Aunque lo negase. Siempre le observaba... Y a sus piernas. Él amaba esas piernas.
Y ahí a mitad de la noche soltó una risita al sentir cómo las manos de aquel tsundere recorrían con nerviosismo sus piernas.
-Oh vamos Shin-chan~~ soy todo tuyo— pero es que Takao no se callaba... Si al menos un instante cerrara aquella boca que ahora le entretenía por besarle... Podría tocarle más. Pero no. Como dijo aquello, Shintarou subió sus manos, y comenzó a jugar con algo más balndito... Pero bien formado. Mientras Kazunari no dudó en restregarse como si fuera un gato... Y que conste que a Shintarou no le gustaban los gatos. Pero si se trataba de aquel azabache que le volvía loco... Los gatos eran lo que más amaba.
Y bueno, Kazunari seguía con esa mirada y sonrisa tan pícaras... Que lo prendían más. Y él que le rogaba a Oha-Asa, por la virginidad de Takao, pero bueno... Esta vez Oha-Asa... No estuvo tan de acuerdo en preservarla, sino, en tomarla. Y Takao bien gracias. Se entregó a él. Sabía que era virgen, al igual que el otro... Pero ya se notaba que su pareja había fantaseado mil veces en tocarlo.
—No te asustes Shin-chan... Me encantas.
Sí tan sólo supieras Takao... Lo que hay en mi cabeza. El asustado aquí serías tú.
Y bueno, aquel rickshaw le había servido de algo más aquella noche, pero sólo le había dado vuelo a lo que con tanto fervor anhelaba poseer. Y cuando Kazunari gimió y gritó con fuerza, sintió una mordida en su cuello. Y se relajó. Pero ahí no terminó la cosa. Cuando llegaron a casa, por suerte no había nadie... Y sin esperar más, Shintarou llevó a la cama a su pareja. Y vaya que le hizo suyo toda la noche.
Y cuando miro atrás, a todas la peleas que tuvimos
Como si una especie de locura
Tomase el control, sí
Y Takao seguía preguntándose si lo amaba... Qué idiota era.
~~~~
Cuando observó que las puertas se abrían para dejar entrar a las pocas personas al vagón del subterráneo se incorporó, y se recargó en aquel pasamanos metálico.
Observó una pareja, que platicaban de algo... Y luego discutían. ¡Ahg! Maldición. Quería matarlos en ese instante.
Y luego el chico suspirando, la abrazó por detrás, ella se negó y sin precio aviso él la beso. Y así calmas a la fiera... Las palabras de Akashi resonaron en su cabeza. Idiota. Su novio no era una fiera... Bueno... No tanto. Bueno, sí lo era.
¿Cuántos años tenía? ¿16? Ya era mayor, había entrado a una universidad muy buena, estudiaba música, y compondría para una orquesta sinfónica. Y Takao era mayor...¿cómo no lo vio venir?
Estúpido... Dejándose llevar por todo esa locura.
Lo había comprendido.
Aquel amor siempre fue una locura...
Siempre.
Y ahora al fin he visto el final
(Al fin he visto el final)
Y yo… espero que te preocupes
(Espero que te preocupes)
Y he visto al fin la luz
(He visto al fin la luz)
Y al fin he comprendido que
(Comprendido que)
Necesito amar
Necesito Amar
Pero le encantaba.
Daba igual pelear, era el instinto de Takao... Pelear cuando no obtiene lo que quiere. Y él siendo tan tsundere y celoso no se lo daba.
Y sí... Estaba celoso, de todo el mundo, de ver que su novio sonreía, de que le sonriera a alguien más... Siempre lo estuvo.
Pero Kazunari tampoco se quedaba atrás. Él sí que le gritaba a medio mundo si veía a alguien acercarse a aquella sensual zanahoria.
Y bueno, por algo eran tan perfectos.
Porque esa locura... Que los había envuelto desde hace tantos años... Les pertenecía.
Y entonces corrió hacia el lado contrario al abrirse las puertas.
Exacto. Era una locura.
~~~
Cuando dejó de sentirse la peor persona de este mundo, Takao se levantó de la cama, y bajando se calzó los zapatos, tomando lo necesario salió de su casa... Hoy quería estar con él. Mierda... ¿Porqué lo arruinaba todo?
Ya no quería hacerle berrinches, ya no quería pelear. Lo veía tan pocas veces a la semana... Que anhelaba tener a Shintarou sólo para él.
Su Shintarou.
Qué tonto.
Quería besarlo, amarlo... Tenerlo. Poseerlo. Estaba bien ¿no?
Shintarou le había rescatado... Y le había adentrado a otra locura.
Pero cómo amaba aquello. Amaba sentirse así. Y no podía perderlo una vez más. Era suyo.
Esa locura... La amaba.
Y necesitaba saber... Sí era aquella locura la que lo sostenía a esta realidad. O era su amor.
•••
El corazón le dolía de correr tan rápido, cuando dejó su complejo de apartamentos detrás se encaminó hacia la estación más cercana de los trenes, odiaba ser como era. Pero le extrañaba con todo su ser...
Dejó caer las lágrimas de desesperación por su frío rostro... Y siguió corriendo, no quería perderlo, no.
Tantos años de relación.
Bajó corriendo las escaleras. Y con dolor observó que las puertas para entrar a los andenes estaban cerrados. El alma se le fue al piso. Y lloró otro poco. Intentó llamarle pero la recepción fallaba. Y se odio a sí mismo por ser tan idiota.
Cuando su corazón le dió un poco de paz salió de aquel lugar, y caminó con decadencia a su hogar. Paseo por aquel parque que le encantaba y atravesó llorando aquellos ligeros montes de tierra. Suspiró. Y limpió sus lágrimas.
—Lo siento mucho Shin-chan –dijo con la voz quebrada.
Se sentó en una banca a esperar que dejara de llorar, pero no funcionó.
—¿Sigues llorando? –levantó su vista de golpe y observó que recargado en el árbol se encontraba el constante temor de su arrepentimiento.
Pero no le importaba... Ya había dejado que su cuerpo se consumiera por esa locura. Y se levantó de golpe para correr y ser recibido con los brazos abiertos de quien tanto amaba.
—Estás aquí... –dijo con la voz entrecortada.
—Nunca me fuí.
—No seas mentiroso... Yo te vi... –se separó y cuando sntió las manos cálidas de su pareja en su rostro dejó caer más lágrimas por su rostro. Al sentir aquellos labios posándose sobre los suyos el alma volvió a su cuerpo y se aferró con recelo a él.
—Shin-chan... Lo siento –al ver aquella imagen de su pareja una sonrisa sincera se formó en su rostro y lo apegó a su cuerpo con fuerza.
—También yo... Perdoname. Me he tardado demasiado en pedírtelo pero creo que ya va siendo tiempo —Kazunari vio aquellos ojos tan verdes de su pareja quien estaba sonrojado, y sintió cómo se alejaba ligeramente —Vive conmigo Kazunari... Y... –de su bolsillo sacó una cajita negra y la abrió dejando ver dos anillos de oro blanco —No me puedo casar contigo... Pero esto demuestra... Todo... Y no puedo imaginarme una vida si no es a tu lado.
Kazunari se lanzó sobre su pareja a besarle con demasiada hambre... Aún llorando colocó su anillo al contrario y una sonrisa de oreja a oreja se formó en su rostro mientras seguía llorando.
—Sí... Shin-chan –le abrazó —Ya nos habiamos tardado... –Midorima le apretó con más fuerza y beso de nuevo sus labios.
Más que locura... Era amor.
Captúrame
Confía en tu sueño
Ven y sálvame
Sí, sé que puedo estar equivocado
Nene eres demasiado testarudo
Nuestro amor es...
(Locura)
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