Parques.
Odiaba esos lugares. Siempre tan concurridos, con mucha gente y parejas paseando, viviendo feliz de la vida como si nada importara, sentándose en las bancas o en el verde césped a tomarse las manos, besarse y hasta manosearse. Y por la única razón por la cual Min YoonGi estaba en uno era porque tenía que cruzarlo para llegar a su trabajo en la cafetería. Estaba prácticamente corriendo para llegar a tiempo. No era de esos chicos que llegan tarde a algún lugar, ya sea la universidad o en este caso, su trabajo.
Estaba rodeando la fuete de agua, pero se detuvo. La observo bien y vio el objeto en el agua. Un libro. – Qué mierda hace un libro en una fuete –Pensó–. Se acercó, arremango su camisa y saco el objeto de la fuente. Lo abrió, las páginas estaban levemente pegadas por el agua.
Lo cerró y lo guardo con cuidado en su mochila. Luego vería que hacer con él.
Miro la hora en su reloj de muñera y acelero el paso. No quería llegar tarde, tenía suerte de que la cafetería donde trabaja quedara cruzando el parque.
– Buenas – Saludo a su compañero de trabajo una vez en el local.
– Llegas tarde – Fingió enfado el chico detrás del mostrador.
– No moleste NamJoon – Dijo con fastidio.
– Agradece que estoy yo y no el jefe, porque el si se enfadaría contigo, Suga – El rubio ignoro el comentario de su amigo y fue a la sala de servicio. Se cambió al uniforme, pero antes de salir dejo el diario en la ventana para que se secara un poco.
…
Después de una ardua jornada de trabajo llego a su casa, subió a su estudio, se sentó en el escritorio, echándose en la silla giratoria y saco de su mochila el libro ya seco. Miro la primera página.
Diario de Park Jimin
Prohibido leer
No era cualquier libro, era un diario y a juzgar por la advertencia en la primera página era de un adolecente caprichoso, enamorado y hormonal.
Así pensaba YoonGi sobre las personas que escribían en diarios. Pensaba que eran adolescentes enamorados, contándole su vida amoroso a un simple libro, sobre lo que hicieron en la escuela o si salieron a una fiesta, de sus desamores, si eran o no correspondidos por el chico que les gustaba. Puras estupideces a su parecer.
Paso a la segunda página.
Si lees esto, significa que ignoraste mi primera advertencia
Por favor deja de leer esto
Le pareció algo gracioso. Como si supieran que encontrarían el diario y lo leerían. La salto y paso a la tercera. Esta era diferente, esta tenía varias dedicatorias.
Cuando creas que ya no puede más,
Búscame, que yo seré tu nueva esperanza.
– J-Hope
Hizo una mueca de desagrado, este chico J-Hope se notaba que era meloso.
Tú el vaso de leche y yo la galleta
La combinación perfecta
–JungKook
YoonGi soltó una pequeña risa, al parecer Park Jimin tenía grandes amigos. Leyó la última.
Siempre estaré ahí para ti, Minie
Recuérdalo ;)
– Tu Hyung favorito
Luego se detuvo. – No estaría mal leer esto –Pensó–.
Era el diario de Park Jimin, un completo desconocido que, tal vez, le confió sus más grandes sentimientos a estas páginas. No estaría violando la privacidad de ese chico, pero como todo ser humano tenía curiosidad y una vez que era picado por el bicho de la curiosidad, ¿Era posible detenerse? – Es un total desconocido, no creo tomarme en la calle o algo –Se dijo a sí mismo. Paso la siguiente página.
[Xx.01.XxXx]
No soy de los chicos que escriben diarios, pero al no tener un apoyo físico ¿Qué más le queda a un pobre chico sin esperanza? Hoy fue lo mismo de siempre, después de ir al instituto llegue a casa y pasó lo mismo de siempre desde que le conté a mis padres sobre mi orientación sexual. ¿Por qué no saliste normal? Eran las palabras más dolorosas y oírlas de ella me dolía más. ¡Eres una vergüenza! La cachetada que recibí no me dolió, pero las palabras fueron como una apuñalada.
YoonGi pasó la siguiente página algo dudoso. Se notaba que había hojas que fueran arrancadas, porque todavía quedaba algún pequeño pedazo en la unión de páginas.
[Xx.09.XxXx]
Diario, otra vez yo. Lo siento si no te he escrito. Ya hasta sueno como adolecente enamorada, pero ¿No es eso lo que soy? Suspirando y mirando al chico lindo de la clase, y como tal chica enamorada no le hablo y solo me conformo con mirarle de lejos. ¿Qué acosador, no? Es del grupo B y tiene novio. Suerte la mía.
Siguió leyendo una 3 más, pero después de unas cuantas dejaron de aparecer páginas con escrituras. Solo había rallones, dibujos algo confusos y pequeños fragmentos de lo que parecía una ¿letra? No lo sabía no certeza pero a vista de YoonGi era así. Luego paginas totalmente en blanco, hasta
[Yy.13.XxXx]
Querido Diario: Ya hasta suena raro decir eso ¿No crees? Hoy fui con Jin Hyung al centro comercial, nos encontramos con su novio. Era alto, muy agradable la verdad e inteligente. Yo decidí dejarlos solos y valla suerte que tuve, de regreso me topé con Hobi y Kookie, pasamos el resto de la tarde hablando. Fue realmente divertido :D
Miro la fecha. Ya habían pasado prácticamente meses. Tal vez Park Jimin había conseguido hablarle a su enamorado y por eso esa nota se veía más alegre. Incluso la carita feliz al final lo confirmaba.
…
Como todas las mañanas, YoonGi se levantó para asistir al instituto, se ducho, arreglo, desayuno, tomo su mochila y salió de la casa en dirección a la estación subterránea del metro.
Cuando el metro paso, subió y tuvo la suerte de que no iba tan lleno como de costumbre. Se posiciono cerca de la puerta contaría y se apoyó en el fierro de apoyo. Miro la hora en su reloj de muñeca. – Este temprano aun –Pensó–. Tal vez podría ir a tomar algo.
Una vez escuchada la estación donde correspondía bajarse, subió a la calle. Busco con la mirada por si había una cafetería cerca y que suerte que la hay. Estaba cruzando la avenida. Espero la luz verde y cruzo.
Al entrar al local suspiro, sintiendo la calefacción chocar con su rostro. Se sentó en una de la mesas y pidió un simple café. – Por mientras – Murmuro sacando el diario de Park Jimin. Abrió exactamente un página, la numero 16 si no se equivocaba.
Cuando lo leyó y vio los rallones y garabatos del chico Park, algo le llamo mucho la atención. Tal vez estaba en los cierto cuando decía que, los fragmentos algo borrosos, eran de una letra. “Será que algún día, Me veras de esta manera. Será que algún día, Diré todo eso que mis ojos ven. Sera que algún día, Seré lo suficientemente valiente para… Amarte” Eso es lo poco que pudo distinguir.
– No está mal, incluso suena bien –Murmuro–. Lo anoto en una hoja de su cuaderno de apuntes aparte. –Tal vez me sirva para una canción.
Miro de nuevo la hora en su reloj, luego miro la mesa donde estaba una pequeña taza de café. Estuvo tan atento en el diario del chico que ni cuenta se dio cuando su café llego. Tomo unos sorbos, con bastante calma a pesar de la hora. Después de unos minutos pago y se fue.
– Suga –Escucho a lo lejos. No tuvo que darse vuelta para ver quién era, el simple apodo le hacía saber que era TaeHyung.
– Deja de llamarme así quieres –Respondió algo molesto.
– Así saludas a tu mejor amigo – El castaño hizo un puchero ante tal trato del mayor.
– Vamos, que se hace tarde – YoonGi siguió caminando y TaeHyung le siguió el paso.
Una vez dentro del instituto, TaeHyung se fue por su lado. Estaban en clases distintas, solo algunas veces estaban juntos, pero al menor parecía no importarle ese hecho. TaeHyung había conocido a alguien que estaba en esa clase y aunque YoonGi le pregunto quién era el castaño solo se sonrojaba y evadía el tema.
YoonGi camino lento por los pasillos hasta llegar a su salón, entró y se sentó al fondo donde su amigo NamJoon ya lo esperaba. Se saludaron y el timbre sonó dando inicio a las clases.
YoonGi estaba sacando su cuaderno de apuntes, pero antes de encontrarlo en su desordenada mochila se topó con el diario del chico Park. – No debería sacarlo aquí–Pensó–. Si alguien le veía leyendo un diario que más encima no era suyo pensarían mal de él y ese era de esos institutos donde la imagen lo era todo. A YoonGi no le importaba pero prefería evitarse problemas.
Lo dejo de lado y saco su cuaderno y un bolígrafo.
Miro la página donde había anotado la supuesta letra de una canción. La leyó una vez más. Realmente sonaba bien.
– ¿Lo escribiste tú? –Pregunto NamJoon mirando el cuaderno.
YoonGi cerró el cuaderno de golpe y miro a su amigo con el ceño fruncido.
– No te enojes, la verdad suena bien –Se excusó.
– Verdad que si – Volvió a abrirlo y leerlo.
– Señor Kim, Señor Min, Si no les molesta estoy dando mi clase –Les regaño el profesor. Ambos asintieron y prestaron atención, bueno solo Nam, YoonGi realmente le daba lo mismo.
El día transcurrió normal, o lo más normal posible. El rubio estaba en su última clase con Nam, Ciencia. YoonGi miraba cada dos por tres el reloj de su muñeca como si mirándolo el tiempo avanzara más rápido.
– YoonGi –Le llamo.
– Que quieres –Pregunto en respuesta.
– No te molesta que antes de ir al café pasemos a la casa de SeokJin, tengo que entregarle algo – YoonGi miro con una sonrisa algo maliciosa a su amigo. – No me mires así, de paso lo conoces.
Cierto. Él siempre escucho hablar de SeokJin, el novio del contrario, pero nunca lo conoció y sería una buena oportunidad, ya que había tiempo desde la salida hasta que comenzara su turno.
– Bueno –Respondió con simpleza.
El timbre sonó y ambos salieron casi corriendo del salón, pasando por los pasillos y la entrada. No esperaron a Tae porque en el almuerzo éste le dijo que salida con un amigo. YoonGi Y NamJoon sabían que era más que una salida de amigos por lo que lo dejaron para que tuviera su privacidad con el chico misterioso, como lo denominaron.
Estuvieron alrededor de diez minutos caminando. Al parecer la casa de SeokJin quedaba cerca del café, eso era suerte porque después no tendrían que caminar mucho de vuelta. Se detuvieron un poco frente a un gran edificio. YoonGi solo seguía su amigo a dentro del lugar, saludaron a la recepcionista y pararon otra vez frente al elevador y las escaleras.
– Son 30 pisos, es el 23, Qué elijes –Pregunto.
– Obvio que el elevador –Respondió recibiendo un “Holgazán” de parte de NamJoon.
Después de llegar al pasillo, NamJoon saco unas llaves de su bolsillo y abrió la puerta que estaba un poco más allá del elevador, la 201.
– Se educado – Le dijo antes de entrar. YoonGi lo siguió y miro el lugar, era bastante grande para ser solo un departamento. Su mirada se detuvo en un chico pelirrojo, estaba acostado en el sillón, con una playera sin mangas, un short negro y estaba levemente tapado con una manta calipso, tenía vendas en las manos y brazo. – Hola Minie
El chico no respondió. Vio como Nam Se le acercaba y le tocaba la frente. – Mierda Minie, estas hirviendo en fiebre, ¿Dónde está SeokJin?
– En el balcón –La voz del pelirrojo sonaba apagada.
– Que no se mueva –Le ordenó al rubio, antes de desaparecer y dejarlo solo con el chico.
YoonGi le miro un momento, la mirada del chico estaba sobre su persona. –Debería presentarme –Pensó–.
– Soy Min YoonGi, amigo de NamJoon –Trato de no sonar muy nervioso.
– Park Jimin –El pelirrojo levanto un poco la mano en forma de saludo, mostrando las vendas de sus brazos, manchadas.
YoonGi se quedó mirándole. Park Jimin. Él era el chico del diario, el chico el cual invadió su privacidad. Lo tenía en frente suyo. Sintió como algo dentro de sí hiciera click, esa sensación de mariposas en el estómago, nerviosismo, una mescla de emociones.
Lo miro de nuevo de pies a cabeza. A pesar de tener fiebre y que se veía pálido y delgado, era lindo, más que eso tal vez.
– Minie, corazón, ya llegue –Antes de que YoonGi pudiera reaccionar, un chico alto de cabellos castaño claro entro en la sala seguido de NamJoon. – ¿Cómo te sientes dulzura?
– No me llames así –YoonGi juro ver un el sonrojo que se formó en las mejillas de Jimin.
– Ven, vamos a tu cuarto –El castaño claro tomo a Jimin en sus brazos y se dirigió al pasillo.
YoonGi miro al pelirrojo que le dedico una pequeña sonrisa, algo débil, pero muy linda.