Capítulo Uno: El chico de ojos azules.
Alex.
Suspire cansado ya por cuarta vez, mire el reloj de pulsera que cargaba siempre conmigo, marcaban las tres y cuarto, aun faltaba tiempo para salir. Estire mi uniforme negro con las manos e instale mi más servicial sonrisa, que en mi rostro solo se transformo en una sonrisa torcida. Escuche la campana sonar y me puse recto inmediatamente, mirando a la puerta cansado pero con una ancha y falsa sonrisa, se trataba solo de Sean, haciendo desaparecer de inmediato mi sonrisa, para reflejar el cansancio que traía puesto.
—Oh vamos, merezco algo más que eso.- comento, divertido por mi deplorable estado- En fin, no he venido a burlarme, va a haber una fiesta.- me informo, directo al grano, como siempre.
—¿En donde seria?.- pregunte curioso y revolviendo mi cabello rubio con una de mis manos para despejarme e instalar toda mi —A Kiss & Fly.- respondió Sean con una sonrisa escapándosele de los labios, lo mire sorprendido y acepte rápidamente la invitación.
—Si, iré.- dejando escapar una sonrisa de ansiedad. ¿Como había conseguido invitaciones a ese bar? Ni jodida idea, pero era lo que menos importaba ahora.
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Hank.
Mire mi reflejo nervioso, nunca debí haber aceptado la invitación de Raven de ir a esa estúpida fiesta. Me di una última vuelta frente al espejo y salí de la habitación, inseguro, con la ropa que Raven me regalo el día anterior, en mi cumpleaños.
—Vamos Hank, llegaremos tarde, sabes lo difícil que es conseguir entrar a ese bar- me regaño la chica de piel azul, tironeándome la manga y bajando rápidamente la escalera de la entrada.—Por cierto, te vez guapo- menciono Raven con voz coqueta y guiñándome un ojo.- Seguro ésta es tu noche de suerte.- Con aquella última frase entramos al taxi que nos esperaba fuera y partimos.
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Alex.
Las luces iluminaban todo el área de distintos colores, la música inundaba el lugar y los cuerpos sudados adornaban el recinto en el cual estábamos sumergidos. Mis amigos de la universidad rápidamente se dispersaron por el lugar dejándome completamente solo, suspire cansado; no debería haber venido, me arrepentí inmediatamente y me fui directo a la barra, ordenando inmediatamente un frio vaso de Whisky.
Al momento, comencé a escuchar sonidos de labios, lo que me hizo dar la vuelta y rodar los ojos con asco. Una pareja a mi lado se estaban follando las bocas y a punto de algo más y susurrándose palabras de amor. Me levante de la barra, molesto y me moví hacia el otro extremo, junto a un joven de camiseta blanca. ¿Por qué nos molestamos en amar si nunca dura?, me pregunte una vez sentado, mirando a donde la pareja se encontraba, alejándose rápidamente a algún rincón oscuro. Suspire, recordando levemente a mi ex pareja, su primer golpe en mi mejilla, sus insultos e ira por mi inutilidad y mi mutación. Cerré los ojos, molesto conmigo mismo, por hacerme sentir débil en vez de estar disfrutando.
Un grito femenino me saco de mis pensamientos, abrí los ojos lentamente y una chica de piel completamente azul apareció ante mis ojos, sorprendiéndome por su figura.
—Hank, ven vamos a bailar- exigió la muchacha al joven que se encontraba junto a mi, dándose éste vuelta y viendo por primera vez su rostro. Era de un chico con piel de porcelana y brillantes ojos azules, ocultados por unas enormes gafas cuadradas que lo hacían lucir como un sabelotodo, pero hacia resaltar aun más su belleza. Cabello castaño alborotado y labios rosados, lo escanee con la mirada y su cuerpo me dejo sin respiración, delgado, con hombros anchos y con una cintura que resaltaba bajo su ropa ajustada.
—No Raven, no tengo ganas- respondió el chico con su voz suave y aterciopelada.
—Vamos.- insistió la chica.- he estado toda la noche con Azazel y he comenzado a aburrirme.- explico la chica.
—¿Qué te parece en un momento más?, tengo que ir al baño.- se excuso el chico; llamado Hank, desviando la mirada hacia un lado y encontrándose con la mía. Un latido me recorrió por completo, asustándome. No, no otra vez. El recuerdo del rostro de mi Ex paso por mi mente, lo que hizo que me alejara más de ese muchacho de ojos azules. Di media vuelta en mi asiento y comencé a beber tragos para olvidar.
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Hank.
Finalmente acepte ir a bailar con Raven, después de amenazarme, claramente. Cansado, luego de un momento me acerque al mismo lugar donde me encontraba antes en la barra, cuando el chico a mi lado me hablo.
—Hey.- saludo con total seguridad-¿Cansado?.- pregunto, mirándome con esos penetrantes ojos azules, haciendo que un calor subiera por mis mejillas.
—Si, algo.- le respondí con voz suave. El chico a mi lado levanto la mano y pidió algo para beber que no alcance a escuchar.
—Me llamo Alex.- se presento con una torcida sonrisa, demasiado tentadora como para mantener la mirada fija en ella.
Así de segundos pasaron horas, ambos bebiendo, ambos tocándonos bajo la ropa, ambos completamente alcoholizados.
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Alex.
Desperté con un terrible dolor de cabeza, mientras el sol golpeaba en mis rostro. Ugh. No recordaba donde me encontraba. Abrí los ojos lentamente, encontrándome con un techo celeste, muy por contrario a mi habitación completamente blanca. ¿Qué había pasado anoche?. Leves atisbos de recuerdos llegaron a mi mente, muchos relacionados con el chico de ojos azules que estuvo a su lado. Me volteé en la cama, chocando con un cálido cuerpo que se encontraba junto a mi. Desnudo. Una corriente eléctrica paso por mi cuerpo, haciendo que me levantase rápidamente y cayendo al suelo por aquel descuido. Un sonido salió de la boca del hombre que estaba en la cama, haciendo que me alejase más hacia atrás, chocando con la fría pared. No otra vez, pensé asustado, de la misma manera había conocido a Ed, no quería cometer el mismo error.
—¿Alex?.- pregunto el cuerpo sobre la cama con voz ronca, haciendo que un espasmo me recorriera de pies a cabeza.—¿Dónde estas?.- preguntó, irguiéndose en la cama. Era el chico de ojos azules de anoche.