Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Entonces, mi vida cambió por 1827kratSN

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola 

a pesar de que no tengo tiempo me atreví a escribir algo muy sencillo, espero que lo disfruten tanto como yo al escribirlo 

Notas del capitulo:

No diré la pareja porque quiero que sea sorpresa, es algo bastante sencillo pero espero que les agrade 

Solo tengo que aclarar que me encanta la variedad, y ésta pareja salió de una conversación con una personita muy divertida, sip me refiero a ti Valeryn Walker, espero que leas este fic

 

 

Odiaba los viajes de negocios, yo solo quería estar en casa con mi hermanito ¿Quién en su sano juicio no adoraría tener a mi pequeño Tsuna entre sus brazos? Para mi mala suerte,  en cambio tengo que estar aquí viendo el rostro serio de todos mis compañeros, yo solo me concentraba en escuchar las propuestas sin fijarme ni siquiera en los rostros de mis futuros socios, los cuales pertenecían a aquella empresa que se asociaría con nosotros en este proyecto, me limitaba a dar mi opinión profesional, jamás descuidaría un negocio, pero después de una hora ya estaba harto, desanimado, molesto, conté los eternos minutos hasta que por fin escuché “eso es todo por ahora, seguiremos mañana, podemos pensarlo hasta entonces” casi suelto un grito de emoción al verme libre de ese  ambiente, con una excusa simple me retiré del lugar, caminé por aquellos pasillos a paso lento, debía aceptar que todo era muy hermoso en ese lugar, estaba hospedado en un hotel de lujo después de todo, exploré un poco mientras calculaba la hora correcta… denotando la diferencia horaria, dentro de unos veinte minutos Tsuna regresaría del instituto, no podía evitar sonreír al pensar en ese castañito de ojos chocolates que era mi consentido, sin darme cuenta me encontré en la piscina, las mujeres me miraban de forma… como decirlo… como si quisieran comerme, odiaba esas miradas pero solo las ignoraba, ninguna chica me interesaba, al menos no desde mi última novia con la que terminé hace un año más o menos, suspiré al recordar ese hecho, la quería pero ella al parecer no a mí… esa traición fue difícil de superar

 

 

-oni-chan… ¿no deberías estar en una reunión? – cuando sentí que era correcto llamé a mi hermanito, aceptaba que tenía un complejo de sobreprotección pero era inevitable ya que no permitiría que cualquiera se acercara a mi ingenuo castaño

-¿no crees que primero deberías preguntarme cómo estoy? – le regañé fingiendo enfado, me imaginaba la expresión que tendría Tsuna, era divertido

-no-no es eso… lo lamento, ¿cómo estás? – esa vocecilla arrepentida me causó una leve risa – no te rías Dino-nii

-es que eres demasiado predecible, casi puedo ver el puchero que haces en este momento

-¡no lo hago!

-está bien, te creo… dime, ¿ese carnívoro atrevido te acompañó a casa? – de pronto me puse serio, hace un par de meses que Tsuna empezó a salir con un joven azabache, serio, imponente, causaba terror pero protegía a mi hermano, lo trataba como un tesoro. Aunque me negué en un principio, peleé con aquel adolescente, y no solo con palabras, terminé aceptando que el amor que profesaba el mayor de ellos era sincero

-¿aún odias a Hibari-san? – sentí esa tristeza en la voz de Tsuna, no quería verlo así… bueno en éste caso sería escucharlo

-sabes que no me agrada nadie que se te acerque – relajé el tono de mi voz mientras reía bajito – pero poco a poco se gana mi confianza, solo espero que no se propase o tendrá problemas serios

-¡Dino-nii!... no hables de… de esas cosas – casi podía disfrutar de ese sonrojo, tenía una pequeña fascinación por molestarlo pero en ese caso me puse serio – Hibari-san no…

-Hibari es un hombre que se deja llevar por sus instintos – le interrumpí, muchas veces mencioné el tema con mi hermano, pero siempre era bueno recordarle algunas cosas – no quiero que robe tu inocencia, ya hemos hablado de eso, Tsuna

-lo sé… y te vuelvo a repetir que sé defenderme solo – mi hermano podía ser todo dulzura pero siempre tenía ese lado maduro, serio, confiaba en él – no tengo intenciones de ese tipo, no dejaría que alguien me toque sin mi consentimiento

-me alegra escuchar eso, confío en ti – suspiré mientras pensaba en Hibari – pero ten cuidado, el carnívoro puede ser muy seductor

-ni-chan deja de decir eso por teléfono, seguramente estás en medio de algún lugar concurrido, ¡me siento avergonzado!

-estoy apartado de todo, estoy aburrido y quiero tener algo de paz – le expliqué mientras empezaba a relatar cosas de mi día, también enterarme de las cosas que hizo mi hermano, no cabía duda que esa pequeña plática me sentaba demasiado bien, ya podía sentir mis hombros relajados, por eso adoraba a mi familia, todo sacrificio valía la pena si podía mantenerlos felices y protegidos

 

 

 

Decidí beber algo antes de dormir, tenía un día largo planeado para mañana así que relajarme un poco no estaba demás, con cautela ingresé al bar de aquel hotel, un atractivo ambiente, música suave, sección de fumadores apartada de la barra, un par de personas charlando en las mesas “perfecto” me senté en la barra sin dudarlo, con cortesía pedí una bebida suave recomendada por el propio bar tender, estaba viajando en mis propios pensamientos, recordando mi vida en la juventud, añorando aquellos años en donde podía divertirme con mis amigos en un karaoke, parecía un viejo, solo podía sonreír ante mis propias ocurrencias, tal vez mi madre tenía razón, necesitaba un amor que matara esa soledad en mi alma, pero con tanto trabajo por hacer ni siquiera tenía tiempo de salir, asumir el cargo de toda la empresa era difícil

 

 

-eres un chico demasiado extraño – una voz se escuchó a mi lado, me sorprendió ya que ni siquiera me di cuenta de que alguien tomaba asiento junto a mí – eres joven y cualquier chico de tu edad debería estar en una discoteca, bailando y coqueteando con las chicas – escuché esa sonrisa alegre, burlona, madura, solo lo vi un poco extrañado ya que ese rostro no se me hacía familiar

-disculpe pero… no lo conozco – tal vez la sinceridad de mi familia era mi mayor defecto pero debía decírselo – además no me gusta esos ambientes en donde la gente baila pegada, rozándose sin intención, palabras falsas y relaciones de una sola noche, esas cosas no son de mi agrado

-¿es en serio? – escuché la carcajada de aquel hombre de tez bronceada, ojos marrones, rubio, de gran contextura física… pero por más que intentaba, no se me hacía para nada familiar – en verdad eres divertido… acabo de permanecer dos horas o tal vez más contigo y a pesar de eso te has olvidado de mí

-ahora creo que me está haciendo una broma

-soy Iemitsu Sawada, uno de los socios con los que estabas tratando de llegar a un acuerdo – yo solo pude sorprenderme, la seriedad en la mirada contraría me avisó que eso no era ninguna broma, aunque no me sorprendía el hecho de que no lo recordara, en aquella reunión apenas y puse atención a los que me rodeaban – despistado

-¡lo lamento! – me sentía avergonzado por mi error “nota mental: jamás volver a distraerme en las reuniones o al menos ver a mis socios” – es que no puse mucha atención – sentí mis mejillas arden levemente, solo pude concentrarme en la bebida para evitar que aquel hombre me viera así… era mi orgullo pisoteado, ¿desde cuando yo me sonrojaba por una tontería?

-ya lo puedo notar… no te preocupes y si quieres disculparte invítame otra de esa bebida que tienes en tus manos, se ve prometedora – me sonrió mientras llamaba al joven que preparaba las bebidas

-no hay problema – había sido un encuentro demasiado extraño, pero con aquella bebida podía decirse que todo había quedado olvidado, solo me bastó platicar con aquel hombre por media hora como para darme cuenta que era un ser despreocupado, inteligente, serio, pero relajado, era una combinación extraña para un hombre de negocios; después de una hora parecía como si nos conociéramos de por vida, bromas, historias, cosas sin sentido, el alcohol ayudó a que ambos termináramos riéndonos al compararnos entre nosotros

-dos rubios, de ojos claros, con dinero, bebiendo solos en este bar, eso suena patético – lo escuché reírse bajito cuando yo mordía la aceituna de mi bebida – muchas mujeres nos considerarían como un partido prometedor

-si salimos podríamos conquistar a cualquiera – sonreí mientras terminaba el líquido de mi vaso – el trato es… tú las abordas y yo solo acomodo el ambiente – me reí profundamente al ver a Iemitsu bufar con desagrado

-si conquisto a alguien lo hago solo, no quiero ayuda de un chiquillo

-éste chiquillo puede compararse contigo si de negocios se trata – me quejé con fingida indignación – aunque me lleves diez años, en el campo laboral tenemos el mismo nivel

-te puedo enseñar muchas cosas Dino-chan

-ya quisieras Iemitsu-chan

 

 

Las risas se escucharon por todo el salón, en verdad era un hombre interesante; después de ese día nos empezamos a llevar muy bien, demasiado diría yo, coincidimos en algunos gustos así que en la mañana estábamos desayunando mientras criticábamos la horrible necesidad de las mujeres por llevar una figura implacable, olvidándose de los sentimientos sinceros “me interesan hombres y mujeres por igual” no supe  cuándo pero el tema salió a flote con facilidad, a mi jamás me importó el género, así que no tenía problemas con eso, al parecer Iemitsu tampoco los tenía, incluso se había casado hace años, pero lamentablemente no funcionó, terminando en un divorcio simple, sin problemas, acuerdo  mutuo, me parecía gracioso que en tan poco tiempo ya sabía los detalles importantes de la vida de aquel hombre

 

Los tres días que tuvimos ese dichoso viaje de negocios, coincidimos en el bar o en la cafetería, eso nos trajo buenos resultados, tanto como para formar una amistad, también llegamos a un buen acuerdo, un negocio estaba a punto de comenzar, aunque pareciera raro, esa noche de copas entre desconocidos, provocó una relación que pronto iba a cambiar

 

La despedida del ámbito laboral nos dejó agotados, después de todo una cena en conjunto, respondiendo preguntas de todos, haciendo muchas más, fue agotador, lo único que disfruté fue la pequeña batalla por saber quién bebía más entre Iemitsu y yo, claro que fue después de que todos los socios se retiraran, al llegar la décima copa de una mezcla rara de muchas bebidas, empecé a sentir los efectos, mi cabeza me dio vueltas y sin poder evitarlo derramé el líquido en la mesa al no tener el control de mis movimientos, Iemitsu seguía en pie como si nada, se rio al ver que era el ganador, yo solo bufé mientras intentaba mantenerme firme, pero no lo lograba, tuve que depender del rubio para llegar a mi habitación, sentía mis piernas fallarme en ciertas ocasiones, ¿qué diablos tenía esa bebida? Seguramente la resaca sería horrible “Dino, eres poco resistente” la burla ni siquiera me ofendió, era verdad, yo no soportaba muy bien las bebidas altas en alcohol, me sentí como un niño regañado por su hermano mayor, odiaba eso porque no quería pensar en Iemitsu como tal, porque un hermano mayor es sobreprotector, amable, sonriente, molesto, regañón, fastidioso en ciertas ocasiones… Iemitsu me agradaba demasiado como para ponerlo al mismo nivel que yo, un hermano sobreprotector, no me agradaba la idea

 

 

Iemitsu me llevó hasta mi habitación y se aseguró de que yo estuviera en buenas condiciones, sentí como me arropaba para que durmiese, al día siguiente retomaríamos nuestras vidas normales, yo necesitaba recuperar mi semblante de profesional “es una lástima que me tenga que despedir de ti, Dino, has sido una compañía fabulosa” lo escuché decir mientras me quitaba mis rubios cabellos del rostro, yo solo me quede en silencio, admirándolo por unos instantes antes de responderle con una sonrisa “esto podemos seguirlo haciendo, tenemos alta compatibilidad” sonreí al verlo un poco desconcertado pero feliz, me prometió que me buscaría para salir alguna vez, yo solo pude responder con monosílabos mientras le indicaba que en la mesita de noche había mi tarjeta de presentación, él dejó la suya junto a mi celular y después solo recuerdo esa sonrisa, los sueños me invadieron, mi cuerpo me exigía descanso, me dormí con una sonrisa al saber que Iemitsu no se alejaría tanto “esto es peligroso” pensé o tal vez lo escuché… no sabría decirlo

 

 

Solo tuve que despertar y beber mucha agua para no caer rendido, me dolía la cabeza levemente, aun el sol no salía pero ya el reloj marcaba las cinco y media de la mañana “esto es peligroso” susurré mientras analizaba mis pensamientos, en verdad era demasiado peligroso pero me encantaba el peligro ¿qué podía perder? Cierta vez escuché de mi madre que las oportunidades solo se dan una vez en la vida, tal vez Iemitsu era mi oportunidad, una oportunidad demasiado agradable y de buen cuerpo, me reí al darme cuenta que ese hombre me atraía, a veces yo mismo me sorprendía de lo lento que era para darme cuenta de las cosas “solo tres días… ¡que rápido!” no me importaba, me duché con agua caliente esa mañana mientras tarareaba una cancioncita que Tsuna solía cantar cuando estaba de buen humor en las mañanas, de nuevo me reí al entender que ni siquiera tenía dudas acerca de ser rechazado o algo así, nunca me imaginé estar pensando románticamente en un hombre que apenas conocía, eso solo eran clichés de dramas románticos pero en ese momento me di cuenta que yo era la evidencia clara de que esas cosas pasaban

 

 

Apenas lo vi un par de segundos al salir del hotel, le sonreí ampliamente despidiéndome con la mano, el me devolvió el gesto de la misma forma, ahora que me fijaba, me gustaba verlo sonreír, suspiré al entender que ahora la distancia sería un obstáculo, además no sabía si ese hombre me aceptaría, dejé todo eso de lado cuando estaba en casa, abracé a mi hermanito restregando nuestra mejillas, a pesar de que él era un adolescente de quince años, jamás dejaría de verlo como el niño que me buscaba cuando tenía miedo en la noche, lo protegería con mi vida y al parecer otra persona también lo haría, Hibari se mantenía apartado de todos pero me observaba un poco celoso, no podía evitar reírme por eso; después abracé a mi madre quien me correspondía con el mismo amor que yo tenía para ella, simplemente adoraba a mi familia

 

 

Dos semanas exactas pasaron cuando al fin tuve tiempo de relajarme tras la intensa ola de trabajo que el nuevo y recientemente pactado convenio conllevaba, pensé en llamar a Iemitsu pero presentía que estaba tan o más ocupado que yo, tal fue mi sorpresa cuando el que me llamó fue él “quieres salir un rato, seguramente estas tan estresado como yo” así empezó todo, a pesar de que vivíamos en distritos alejados, tal vez a cuarenta minutos en auto, empezamos a coordinar salidas, empezando por una noche de copas, después diversión deportiva, pasando a viajes pequeños que no tenían relación con el trabajo, la pasábamos muy bien juntos, éramos solteros, con suficiente dinero para darnos lujos pequeños, compartíamos ciertos gustos, y al final fui yo quien cambio la amistad por algo más. Cierta noche en la cual reíamos mientras consumíamos unas cervezas, estábamos cenando en una sección privada para ambos, sin interrupciones o ruidos  molestos “en verdad me gustas” me acerqué a él depositando un beso casto, no fui rechazado y por el contrario me correspondió, esa sensación la recordaré por siempre, un beso calmado, suave, dulce, el primero de muchos esa noche, nuestra relación había empezado en ese instante

 

 

Las semanas pasaban, las citas se hacían comunes, los roces, los besos cambiaron con el pasar del tiempo,  de inocentes y sin segundas intenciones a profundos con reacciones un poco subidas de tono, ninguno de los dos creía que estuviéramos actuando de forma errada, a pesar de que me llevaba más de quince años, yo me sentía a gusto con Iemitsu, todo ese cambio envolvió a mi familia también, aunque no dejaba de consentir y proteger a mi hermanito, de cuidar y charlar horas con mi madre, poco a poco mis salidas eran más frecuentes hasta el punto que la explicación fue obvia “estoy saliendo con alguien” me felicitaron, claro está, pero todavía no era el momento de presentarlo, quería tenerlo como mi pequeño secreto un poco mas

 

 

Las semanas se volvieron meses, los besos se volvieron caricias, el deseo se volvió fuego “te haré mío” aquellas palabras fueron las detonantes de nuestra pasión, besos profundos, caricias atrevidas, un hotel fue testigo de la unión de nuestro cuerpos, esa noche me olvidé de la vergüenza, le entregué mis gemidos en bandeja de plata, me dejé llevar por sus caricias sobre mi piel, escuché sus gruñidos de placer mientras me despojaba de mi ropa y yo lo acariciaba ya que me atreví a quitarle todas sus prendas primero, antes de que el me hiciera algo, mi piel quedó mordida en varios lugares no visibles, lo arañé en la espalda amplia, todavía recorre por mi cuerpo esa electricidad que me invadió al llegar a mi primer orgasmo, el dolor placentero de ser penetrado me aturdió esa noche, casi podía recordar el aroma de Iemitsu con claridad, aunque eso no me hacía falta ahora porque después de esa noche vinieron más, cada una más apasionada que la anterior, adoraba sentirme poseído por aquel hombre, sentirlo dentro de mí, gemir a todo pulmón, gritar al momento de llevar al clímax mientras sentía el cálido liquido resbalar por mis piernas, esa era mi relación, si la pudiera definir en una palabra… y aunque sonara cursi… eso era amor, un amor que no me daba vergüenza admitir y que a su vez Iemitsu correspondía sin dudar

 

 

El momento de presentarlo a  mi familia llegó, fue la idea de Iemitsu, no lo contradije porque mi familia también quería conocerlo, en la fecha pactada tenía a Iemitsu en mi auto, lo recogí en el aeropuerto, ya que recién llegaba de un viaje de negocios, le sonreí mientras dejaba que aquellas caricias en mi espalda me relajaran lo suficiente como para entrar a casa, lo besé un rato antes de decidirme a ingresar, a pesar de no tener el rechazo de nadie, me daba la sensación de que las cosas se tornarían interesantes ese día

 

 

-madre ya llegamos – ingresé seguido por Iemitsu quien me sonreía un poco nervioso, y yo daba gracias al cielo porque mi pareja fuera el que tomara la iniciativa de conocer a mi familia ya que yo no tenia el valor de pedírselo, me acobardaría en el último momento – creo que están en la cocina

-no te preocupes así me dan un poco más de tiempo para relajarme

-hablas como si fueras a conocer a tus suegros

-es algo parecido – sonrió Iemitsu – pues podría pensar un poco en la palabra “matrimonio”

-no soy una chica a la cual tengas que pedirle formalmente que se case contigo

-y no estoy tratando de compararte con una pero… creo que es algo parecido

-deja de pensar en esas cosas – sonreí mientras escuchaba pasos mientras un leve “espera un poco” me daba avisó que mi familia se acercaba a la entrada

-Dino no pensé que llegarías tan pronto – mi madre sonreía como siempre, su cabello castaño ondeaba a cada paso, detrás de ella podía ver a mi hermanito, con aquel cabello rebelde de la misma tonalidad de mi madre, se parecían mucho – estoy emocionada por conocer a tu novio – la vi detenerse de pronto observando a mi pareja

-Dino-nii – Tsuna sonreía emocionado, desde que le conté que salía con Iemitsu quiso conocerlo, después de todo yo no salía con nadie formalmente desde hace mucho tiempo – es un gusto conocer a Sawada-san – nos quedamos callados por un momento, observándonos entre todos, las reacciones eran variadas y mi madre estaba muy impresionada

-Iemitsu – mi madre habló de repente y yo aprecié cierto toque de angustia en aquellos iris que hace poco mostraban felicidad, giré a ver a mi novio, estaba en similares circunstancias, yo ya sabía que algo así iba a suceder

-parece que se conocen – sonreí viendo a mi hermano hacer una mueca de confusión – pero de todos modos los presentaré, Iemitsu – capté la atención de mi novio para que me observara y él solo hizo una seña que denotaba que me escuchaba – te presento a Nana mi madre y a Tsuna mi hermano menor – me giré entonces ante mi familia y sonreí – madre, Tsu-chan… él es Iemitsu Sawada… es mi novio

-encantado de conocerlo – sonrió Tsuna matando un poco el tenso ambiente que había en el lugar – cuide bien de mi hermano, es un poco torpe a veces pero es cariñoso y muy gentil

-ya lo creo – al fin Iemitsu habló, sonriendo ante las palabras sinceras de mi hermano – me he dado cuenta – me reí también, recordando ciertos acontecimientos anteriores

-¿usted conoce a mi madre? – de nuevo Tsuna quitó las palabras de la boca en los presentes, lamentablemente no se dio cuenta que las cosas no tenían buena pinta

-hijo yo… Iemitsu es mi… – mi madre parecía querer llorar pero yo solo le sonreí

-ex esposo – completó Iemitsu mirándome con un poco de duda – Dino yo no sabía…

-pero yo sí – no dejé de sonreír, claro que lo sabía, lo había escuchado muchas veces antes, el nombre del exesposo de mi madre, la historia de Iemitsu, podía presentirlo, pero ni siquiera eso me detuvo para empezar a enamorarme profundamente de ese rubio

-esto es una coincidencia – pronunció Tsuna captando la situación, en casa no había secretos, así que nosotros dos ya sabíamos lo incomodo que era todo – pero de todas formas debemos empezar a cenar – amaba la gentileza de Tsuna, le agradecí con la mirada porque logró quitar esa atmósfera tensa y se llevó a mamá dentro para empezar con aquella reunión

-Dino – sentí el agarre en mi muñeca cuando yo iba a ingresar – esto es una situación que no pensé que pasaría, yo no sabía que Nana fuera tu madre

-como ya dije Iemitsu, yo lo sospechaba – acaricié la mejilla de mi rubio y sonreí de nuevo – pero para que te quites todas esas dudas te diré que Nana es mi madrastra y Tsuna mi medio hermano, mi padre murió hace algunos años, y no hay ni la mínima pisca de riesgo a que yo sea tu hijo, ni siquiera la diferencia de edad es adecuada – me reí bajito al ver los hombros de Iemitsu relajarse – sé que es una situación extraña pero solo nos queda afrontarla… ahora vamos, Tsuna preparó todo con cuidado, debes halagar la tenacidad de mi hermanito

-creo que tienes razón

-entonces… supongo que mi vida cambia desde este punto

-nuestras vidas – me susurró mientras se adelantaba al comedor

- esto será interesante – no sabía lo que iba a ocurrir pero definitivamente no estaba de acuerdo en dejar que Iemitsu se separara de mí, la oportunidad no se escapará de mis manos

 

 

 

 

 

Notas finales:

¿Qué les pareció?

la verdad yo me divertí haciendo esta pequeña historia, e incluso pedí una opinión primero, gracias por tus palabras Ayumi Kuran jejeje

 

¿tienes sugerencias de parejas extrañas en KHR?
quiero saber sus opiniones

Si llegaron hasta aquí les agradezco mucho

Me despido

Besos!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).