JUEGO DE DIOSES
6 meses, ¿y ahora te percatas de mi partida? Maldito Kakarotto. No sabes lo que tuve que vivir aquí durante todo ese tiempo, aquí, en la tierra de dioses.
¡Odio llevar el mandril de color rosa! ¿¡Quien se cree ese Whis!?
"Te favorece el color" – recuerdo que me dijo Whis-sama riendo de forma pija tapándose la boca con la mano (el termino pija en España se usa para esa gente que se las da de rica y todo lo quieren de marca, cosas caras etc. no es pene) cuando me lo obligó poner.
Pero bueno, al menos el entrenamiento compensa. No sabes lo que te espera Kakarotto, ni te imaginas. Pelele.
¡No me dejaré superar ahora que estamos al fin parejos de poder!
Tengo al fin la oportunidad de oro. No la dejaré escapar !jajaja¡
Aprendí a sentir el ki de los dioses, me pregunto que más cosas aprenderé...
"Bueno chicos, ahora que Gokú tiene su nuevo traje -era un Gi naranja, con la firma de Whis en el pecho izquierdo y botas modernas azules- inicien con sus tareas... Vegeta te explicará todo" -dijo Whis-sama con su típico tono de voz tranquilo y educado, para después, desparecer.
Kakarotto me miró con expresión de confusión.
"Eh Vegeta, ¿y el entrenamiento? ¿De qué tareas habla?" –yo le miré de forma asqueada.
"Tareas del hogar o como rayos le digan en la Tierra" -respondí de forma desanimada.
"¡¿Lavar platos!? No no no. ¡Yo vine a pelear, no a ser como Chichi!" –yo apreté mis puños.
"¡¡¡Yo también!!! Pero es lo que hay que hacer"-dije tranquilizándome.
Kakarotto me miró con expresión de puchero.
"Yo vine a pelear con Bills, no a lavar... ¿Vegeta donde quedó tu espíritu Sayiajin? ¿Cómo puedes aceptar esto?"- esa pregunta me heló.
Era cierto, ¿a donde fue mi espíritu guerrero? Llevo hasta un mandril, ¡Rosa!... ¡Pondré todo mi empeño en los entrenamientos! ¡Tengo que aumentar mi poder!
"¡Kakarottoooo! ¡Ahora toca cambiarle las sábanas a Bills-sama!"
Y así, con una cierta dificultad en la tarea, ya que Bills-sama no podía despertar, conseguimos completar la tarea. Luego, siendo la última tarea, Whis-sama nos encargó cortar tallos con la ayuda de una hoz.
"Oh, bueno bueno chicos" -dijo Whis-sama complacido con nuestro trabajo. "Ahora empieza el entrenamiento."
Al fin llegó el momento que tanto ansiamos ambos, me quité ese dichoso mandril.
"Whis-sama estoy preparado" -di toda una sonrisa de satisfacción.
"Yo también"- Kakarotto se sumó.
Whis-sama aplaudió una vez.
"¡Bien!"-Hizo aparecer dos objetos iguales cuadrados de color marrón, supuse que seguramente eran de algún material muy pesado. "Atraviesen el camino morado cargando esto con sus muñecas, no se pueden parar ya que el caminó irá desapareciendo tras vosotros."
Con gran esfuerzo yo y Kakarotto, conseguimos el éxito en esa prueba.
"¡Oh! Estáis que salís de mis expectativas muchachos" -dijo un asombrado Whis-sama. "Bien, ahora pelen conmigo"
Me impresioné, hasta el momento no había luchado cuerpo a cuerpo con mi maestro.
Y la pelea comenzó, le puse todo mi empeño, al igual Kakarotto. Nos molestábamos entre nosotros durante la pelea, con el afán de pelear exclusivamente con Whis-sama.
Nuestro maestro enseguida detuvo la pelea.
"Vegeta usas demasiado la cabeza, cuando se pelea no se piensa. Y tu Gokú eres demasiado confiado, no sobrestimes a tu oponente" –yo y Kakarotto nos miramos mutuamente.
Cierto. Ese era mi modo de pelea, calcular con máxima precisión movimientos y fuerza. Un mínimo error en pelea podría ser fatal. O al menos eso creía yo, Whis-sama opinaba lo contrario.
Pero bueno, poco hicimos ese día. Pronto nos fuimos a acostar, Whis-sama nos proporcionó una muy amplia habitación con dos camas donde poder reposar.
“Vegeta, ahora iré dormir”-yo de mala gana di un patadón a la cama hasta hacerla volar en el otro extremo de la habitación, lejos de Kakarotto.
El Pelele enseguida concilió el sueño. Yo aproveché, en vez de dormir, para entrenar un poco más levantando esa cosa cuadrada marrón.
Tiempo después, regresé a la habitación. Ahora sí, me decidí a que iba a descansar, o eso al menos creía que haría...
Vi el rostro sereno de Kakarotto, durmiendo profundamente, tanta ternura me dio ese hombre que me le acerque poco a poco, teniendo la máxima cura me acosté encima de él. Él era mucho más alto que yo, era cómodo estar encima de Kakarotto por ese mismo motivo. Escuchaba su corazón latir a un compás muy tranquilizante, que provocaba sobre mí un efecto de nana. Mis parpados se iban cerrando, pero antes, decidí robarle un beso antes de caer rendido…
“Te extrañé” –dijo Kakarotto después del beso, estaba dibujando una pequeña sonrisa en sus labios.
Ahora sí, concilié el sueño, durmiendo abrazado a él.
………………………….
“Del amor al odio hay un paso” -río Whis-sama viendo la escena a través de su bastón. “No entiendo porque reprimen su relación, hasta el momento, pensé que tan sólo eran amigos…”