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TAKE IT SLOW por Annis

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Notas del capitulo:

Holaaaaaa! Tanto tiempo prometiendo esto, y finalmente lo hemos hecho.

Este fic nació gracias a una personita especial que el día de hoy cumpleaños:

ADRIANA J.!!

Muchas Muchas felicidades!!

No puedo darte nada aún, no sabía cómo podía demostrarte mi aprecio que creció desde que te conocí.. así que pensé que siendo que lo único bueno que parece ser que hago es escribir fics, ¿Por qué no uno y con tu bias? De todo corazón, lo entrego a ti.

 

ENJOY!!!

No sean tan crueles, mi otp es otra, pero... quise intentar algo nuevo, una promesa que había hecho y supongo que se creía perdida.

TAKE IT SLOW

 

 

 

 

Cada vez que mi mano toca tu cuerpo, sonrío tímidamente,

Dime con honestidad que me quieres también,

Pero cada vez que te veo,

Quiero tenerte y just want you to to know…

 

 

 

Podía aparentar ser un niño pequeño intentando ser un hombre, pero, no lograría convencer a nadie. Al menos eso sabía perfectamente hace ya un par de años… por ello, tanto Jiyong como él se mantenían cerca, alejarlo de los caminos accidentados, cuidarle para que no cayera.

 

Ninguno cumplió su promesa de ser ese “hyung” protector. Bien se los habría advertido Choi Seunghyun, estar demasiado cerca de un niño en el que se puede ver vagamente las nubes oscuras en su ser resultaría una trampa mortal.. y lo fue.

 

Aquella flor roja fue tomada por Jiyong sin poder siquiera resistirse a la tentación, ¿Quién lo haría cuando la floreciente flor se encuentra bajo un sol radiante? A diferencia de su mejor amigo, él lo hizo… resistió y aquel hecho, lo volvió en palabras de Choi un “estúpido”, porque también lo deseaba, lo deseó… aun ahora, lo desea demasiado. Parece más a una obsesión, pero ¿Las obsesiones saben a algodón y tienen tintes color pastel? Porque a menos que se trate de un nuevo tipo de psicópata, no puede dejar de adorar aquella flor tomada, no puede evitar desear posar suavemente los labios.

 

¿Cuántos años han pasado ya? ¿Siete? ¿A cuántas novias no intentó amar para entregar toda esa pecaminosa pasión? ¿Y cuántos cuerpos fueron suficientes para colmar su poderoso fuego interno? Es inútil intentar pensar en ello. Sus ojos, le siguen observando desde cerca y desde lejos, con el deseo impregnado. Sus manos buscan incansablemente tocarlo, llegar a su piel y experimentar, aunque fuera por breves momentos, el dulce placer de la cálida textura.

 

Aun cuando la tentadora flor tomada fue liberada nuevamente en el jardín, y otras manos tuvieron el privilegio de tenerla entre los dedos, aun cuando las mariposas se llegaron a posar sobre sus delicados pétalos… la añoranza siempre ha estado ahí. Aguardando, quizás, que el destino mismo sea quien coopere para que se encuentren.

 

Siete años y tres novias tuvieron que recorrer su vida. Siete años y decenas de amores efímeros recorrieron aquella embriagante flor. Entonces, sus caminos paralelos llegaron a tornarse perpendiculares. Esos ojos brillantes, esa sonrisa traviesa, ese perfume natural… todo ello finalmente termina para él. A veces, la espera vale la pena.

 

A diferencia del resto, no pretende ser el primer amor, pero está determinado con negra obsesión, ser el último en la existencia de ese niño vuelto hombre, pero que a sus ojos, siempre será el niño jugando a ser hombre.

 

 

 

 

 

Oh! A veces sueño contigo,

Es difícil controlarme en este momento,

Baby, take it slow, we can take it slow

Entre mis manos cierras tus ojos poco a poco.

 

 

No todo es felicidad, porque sus caminos siguen siendo líneas, apenas es un punto de encuentro. Aunque su enloquecido corazón le invita a sucumbir, la mente fría, le recuerda que apenas es una estación más, una maceta temporal para alojar aquella hermosa flor.

 

“estúpido”, eso le volvió a decir Choi y tenía que admitirlo, era verdad. Aunque prefiere llamarse así mismo, desesperado. Porque solo un desesperado sediento de amor puede aceptar dejar abierta la jaula del ave que por mucho tiempo deseó. Sin embargo, ¿No está ese dicho? “Si es tuyo, déjalo ir… si regresa es porque es tuyo, y si no vuelve…nunca lo fue”. Pues bien, él deja la jaula abierta, ha dejado la maceta justo en el mismo jardín… ¿Y saben algo? Aunque la flor ha querido ser tomada, ella no ha vuelto a la tierra blanda del jardín, se ha quedado ahí, en la maceta que no es la más grande, no es la más hermosa… pero que le asegura abono constante, y agua para vivir. En otras palabras, aunque el pajarillo se va… siempre ha regreso a la jaula.

 

 

--Las relaciones abiertas nunca funcionan, Hyung. –Hasta Daesung le advierte.

 

 

Pero esa flor está acostumbrada a ser adorada. El pajarillo adora volar libremente ¿Sería tan cruel para cortarle las alas? Seguramente moriría de tristeza. Así que aunque su propio infierno le queme, le dará la libertad, además, hasta ahora, siempre regresa a sus manos.

 

 

No importa cuántas veces lo ha tocado, la sensación de la primera vez sigue vigente, como el destello que se volvió en un lucero brillante.

 

 

--Te quiero, Bae.

 

 

Desvió la mirada tan pronto lo soltó. Su corazón comenzó a derretirse de tanta felicidad. El silencio llenó la habitación.

 

Simplemente llegó así, como una visita cualquiera, sin pretensión alguna. Estaban viendo una película de superhéroes como suelen hacerlo en los tiempos de ocio. Como suele pasar desde que la embriagante flor se dejara tomar y decidiera que su apartamento era más cómodo que los propios.

 

Homie mordisqueaba la carnaza que el menor habría traído. Hasta su perro estaba acostumbrado a verle regularmente, siendo inevitable los ladridos dolorosos cuando debe partir. Su mascota podía hacer e insinuar, lo que él no podía hacer desde que aceptara aquella descabellada idea.

 

 

--Te quiero.

 

 

Volvió a decir, pero la voz estaba débil como si estuviera arrepentido de liberar el secreto. Le vio removerse en el largo sofá de piel sintética, las manos se contrajeron en puños cada vez más tensos. A decir verdad, todo el cuerpo comenzó a tensarse, como preparado para… huir.

 

Comprendió, que antes de meterse en los pensamientos debía actuar. ¿Qué se hace cuando recibes una noticia como esa? Pues, como le abrían dicho sus amigos, estúpido. Porque a esas alturas lo cree así, se levantó. Sus manos se enterraron en el cabello intentando motivar a sus neuronas a arrojar respuestas.

 

 

--Maldita sea, te acabo de decir algo que no suelo decirle a nadie, y tú te quedas callado.

 

 

Estaba abochornado, se notaba por las mejillas rojas. Los ojos aunque le miraban con resentimiento, estaban cristalizándose, de esa manera en que las lágrimas pronto se deslizarán. Él sabe que cuando maknae llora, no podrá detenerse… y el orgullo de su fragante flor es la muralla de cristal que una vez colocada en torno, impide todo acercamiento. Así que, no deben convocar la muralla.

 

 

--Yo te quiero. –Finalmente reaccionó, y no fue gracias a la turbada mente, sino el corazón que fue el único en condiciones de funcionar.- …Pero exclusivamente para mí. ¿Entiendes la diferencia?

 

--Comprendo.

 

 

Se contrajo más, completamente estresado.

 

 

--Elegí mal las palabras.

 

 

Que lo quería, eso lo decía siempre. Por ello, el corazón se compuso de la emoción inicial. Mas la mente continúa evaluando las palabras, rebuscando algo entre líneas… un sentimiento profundo, quizás.

 

 

--Está bien… no pasa nada.

 

 

El menor asintió la cabeza y salió de su apartamento como un gato huyendo. Como el pajarillo asustadizo que era. Dong youngbae se quedó con la tristeza en el alma… deseando que esa pequeña ave hubiera decidido anidar en la jaula que siempre deja abierta. Mas no es sencillo, abandonar una vida libre que tiene como límite el cielo mismo. No es un proceso que se acepta de un día para el otro. Las personas pueden cambiar, sin embargo, no es algo fácil y debe emerger desde corazón de esa persona, nadie más puede persuadirle a tomar la decisión.

 

Si la flor deseara echar raíces en sus tierras, tiene que hacerlo por decisión propia. Considerando que si cambiase de opinión, algo más que tierra removida dejará en ese territorio ajeno.

 

 Abandonar la maceta para ser plantada en tierras firmes, ser propiedad de dulces manos… esa decisión no es fácil. La hermosa flor sabe que implica abandonar a los aduladores porque solamente tendrá un par de ojos admirando sus pétalos, solo tendrá un par de manos acariciándole. Una voz le dirá lo hermosa que es. Sabe que solamente una persona podrá verle trasmutar a lo largo de las estaciones; le verá florecer, pero también, quedarse sin brillantes pétalos, verla en toda su intimidad.

 

Además, deberá acostumbrarse a tierras diferentes y hacer brotar muchos capullos; embellecer un jardín para que esas manos, nunca dejen de cuidarle, ni se arrepientan de haberla acogido y poseerla aunque haya estado en demasiadas manos. Porque aunque sea una flor presuntuosa, también está consciente que en el jardín de donde viene hay muchas más flores, las hay de diversos colores (unos más peculiares que otros y eso las hace únicas), de diversos perfumes (algunas cuya fragancia no ha sido consumida en exceso), y no han sido manoseadas.  

 

 

 

 

Baby let´s take it slow, baby let´s take it slow,

En este momento,

Cuando he conseguido lo que siempre he soñado,

Baby let´s take it slow,

Baby, ah, ah~~

Para que así pueda sentir hasta tus respiraciones más pequeñas,

Baby, ah, ah~~

Ojalá el tiempo se detuviera,

Para que este momento perdure por siempre,

Baby let´s take it slow.

 

 

 

El tema no ha sido tocado en meses. Youngbae solo se conforta con el regreso.

 

En esa cama donde tantas veces lo ha poseído. Sobre esas sábanas nuevas que serán testigos de una emoción furiosa; la manera en que la pasión abrasadora se libera.

 

Pero, no… le detiene antes de que sigan ese círculo de intimidar con rabia o prisas. Algo ha cambiado, y no para bien. El sexo es rudo, es tan veloz como si estuvieran ardiendo y les apresurara apagarlo para continuar la vida y regresar cuando el volcán vuelva a hacer erupción.

 

 

--Espera… -Susurró cuando este pretendía rasgar su camiseta.

 

 

Detuvo las manos, y estás temblaban. Los ojos tenían desesperación… y ansiedad. Demasiada para su gusto. No podía evitarlo, se preocupa. Porque le importa, porque le quiere a pesar de todo.

 

 

--No puedo. Lo quiero ya.

 

 

Mas no se movió. Siguió sosteniendo las manos temblorosas, continuó admirando ese rostro que tanto le provoca sanos e insanos pensamientos. Sin embargo, en esos momentos, lo único que desea es borrar la angustia, sí, porque finalmente pudo encontrar la palabra correcta; Seunghyun tiene angustia.

 

 

--¿Qué ocurre?

 

--¿No me deseas más?

 

 

Frunció el ceño extrañado por aquella pregunta. Asintió lentamente.

 

 

--¿Y tú…?

 

--¿No me ves urgido? –Soltó irónico.

 

 

Liberó el agarre, sin terminar de comprender lo que estaba ocurriendo con su bella flor, que cada día más se ponía más hermosa. Era su flor favorita, tenía el tamaño perfecto, el aroma más fascinante, era suave como la seda. Pero al mismo tiempo es resistente, es independiente y orgullosa.

 

Permitió que le tumbara y le montara. Notó que las manos se movían más veloces que antes, continuaban temblando. Su ropa nuevamente terminó rasgada, arrojada con violencia sobre algún punto de la habitación. Mas él se tomó su tiempo, su ritmo para desflorarla, soltando besos suaves sobre las tiernas carnes, arrancando suspiros. Era su flor y la poseería a su manera. Aunque ello implicara avivar su impaciencia.

 

 

--Bae…

 

 

No sabía si invocar el nombre del hijo de Dios, o soltar el nombre del rey de los demonios, porque esos gemidos eran tanto la gloria como el infierno mismo. Le hervía la sangre, pero algo dulce se esparcía en su pecho, la felicidad de estar con quien se ama.

 

Si pudiera detener el tiempo, el hacerle el amor (sexo, como el menor insiste en nombrar sus encuentros), sería el momento que quisiera perpetuar, quizás solo así, su asustadiza flor, podría dejarse de tantas inseguridades, soltar sus espinas y entregarse al maravilloso amor.

 

 

No obstante, no es dueño del tiempo. Debe conformarse con el recuerdo y el sabor que deja en su boca, se resigna a dejarle ir.

 

Duele, es imposible que no ocurra eso, pero decidió aceptarlo. Acepta la tortura, todo sea por su presuntuosa flor.

 

La esperanza se desgarra cuando, le ve salir con prisas a través de la puerta, no sin antes dejar una suave caricia a Homie que es testigo mudo de su enloquecida forma de quererse.

 

 

 

 

 

Cuando tus manos me tocan, imagino un sinfín de ideas,

Aunque trate de pensar en otras cosas,

Cuando tú me miras,

Te percatas de que me quedo sin aliento.

Solo acércate, así tal cual,

Yo te daré todo lo que tengo,

Baby take it slow, we can take it slow.

Gritas a causa de mis labios

Y la forma en que me muevo.

 

 

 

El dulce veneno que recorre sus venas ocurre cuando sin previo aviso, su pajarillo regresa a casa y se posa sobre sus manos.

 

Justo como esos momentos en que Seungri acaricia su espalda desnuda, sudada después de haber terminado su rutina de ejercicio diario. Es una caricia suave que busca relajarle el cuerpo, mas su mente, ya planea cómo tirarlo al suelo para enterrarse en ese interior del que se encargará humedecer de la excitación. El calor sube por su cuerpo mientras que su espina dorsal vibra de emoción.

 

Pudiera ser que de tanta oscuridad, las perversiones se le han enterrado como espinas. Porque muchas veces se descubre así mismo fantaseando con el cuerpo desnudo entregado al suyo. Le es imposible no tocarse recordando el sonido de la voz vuelta en ruidosos gemidos suplicando que sus caderas fueran más bruscas, pero que él no suele acelerar.

Y la flor presumida sonríe malvada, sabiendo la clase de pensamientos oscuros que inundan su mente. Sabiendo que su respiración está caliente debido a un toqueteo lujurioso que fácilmente pasa por “accidentado” aunque no es tal.

 

No son pocas las veces, en que su cuerpo se tensa y no precisamente de incomodidad, cuando la mano se entierra en sus cabellos para masajear su cabeza, un pasatiempo que últimamente ha despertado el interés de Jiyong. Su mejor amigo no demoró en descubrir lo que sucedía, y parece apenado desde que comprendió que su fascinación hacia maknae lleva demasiado tiempo cocinándose a fuego lento. Pero Youngbae sabe que aunque como hombre no puede olvidar el pasado. Como amigo, hay nada que perdonar… la flor nunca fue suya. Bueno, ahora lo es, así que antes de que su mejor amigo volviera a posar sus manos… él las aleja.

 

 

Se comienza con un tacto, luego, un coqueteo encubierto, y se encienden con un beso.

 

Es como masticar pétalos, y espinas. Suaves sin olvidar, un poco el dolor. Así respondería si le preguntasen ¿Cómo es besarle?

 

Es como estrujar seda y jugar con brasas, eso respondería si le preguntaran ¿Cómo es tocarle?

 

Es luchar contra un tornado violento, si le preguntaran ¿Cómo es poseerle?

 

 

Mal acostumbrada a caricias frías y encuentros efímeros, su maravillosa flor no sabe cómo reaccionar a un tacto lento, a besos calmos, y a un sexo sin prisas.

Contenerla es difícil, el tiempo le ha ayudado a mejorar la técnica. Tiene la clave secreta para hacer que se abandone a sus manos, cierre los ojos confiando plenamente en él. Puede ser que a veces, esté ansiosa de consumirse, ocurre también que hasta rencor es destilado, pero tan pronto se le controla… es la más mimosa de las rosas.

 

 

--Bae…

 

 

Le llama, le suplica que termine la tortura (como suele nombrar así Seungri a su dulce manera de excitarle). Jadea cerca de su oído como sabe que le encanta escucharle suplicar, y con ello sabe que pronto le dará lo que quiere.

 

Se deleita un poco más, hasta que sus límites le indican que se romperá. Como saltar a un vacío, esa es la sensación que les envuelve una vez que se hacen uno. Sus cuerpos sudados, enredados de una manera única, descubriendo con cada encuentro, que son las piezas perfectas; que las piernas encajan bien, que ese cuerpo cubre sin problemas, que las manos ya conocen los oscuros secretos.

 

Una vez que el fuego se apacigua, las respiraciones buscan frenar el galope de sus corazones sus ojos buscan al otro par que tiene una mirada traviesa o una sonrisa juguetona. Pocas son las situaciones en que la flor se queda reposando entre sus brazos, por lo regular, abandona el lecho y se marcha. Por ello, se esfuerza en consumir tanto, de esa manera los parpados caen. Quizás no hablan, se conforma con retenerle solo un poco más… y tiene un privilegio que pocos pueden presumir; dormir con él.

 

 

El ensueño se resquebraja al verle salir sin despedirse. Esa es la venganza de la dulce flor. Así lastima con sus espinas. Porque no será una rosa, pero de alguna manera, logró hacer brotar espinas, no grandes ni punzantes, pero si lo suficiente como para alejar a intrusos.

 

No hay mensajes, estos acabaron hace tiempo. Desde ese “te quiero” inseguro. Él no pretende importunar, dará el tiempo que sea necesario… inclusive si eso significa morir envenenado, porque de eso se trata amar ¿Cierto? Amar sin esperar algo a cambio. Amar sin esperar ser amado. Oh, eso le es tan difícil, ¿Cómo no ilusionarse con cada encuentro? ¿Cómo impedir que tanto su mente como su corazón dejen de planear cada sesión sea inolvidable? Es solo un hombre desesperado, y lo peor… enamorado. Es humano, es igual de egoísta que el resto de los humanos que habitan el planeta ¡También quiere ser amado! No es ninguna novedad, tampoco es un pecado… pero sí lo es haberse entregado a una flor que es de todos y a la vez de nadie. Cometió el gravísimo error de querer hacer anidar un pajarillo cuya vida siempre ha sido volar por los cielos.

 

Es tan desgraciado su destino. No quiere ser un camino perpendicular, más bien un espiral que gira y sin final junto a maknae. No hay estrella fugaz que pueda cumplir su deseo, tampoco existe plegaria alguna… aun así… dejará abierta la jaula. Ofrecerá sus tierras a esa orgullosa flor.

 

 

 

 

 

Un poco más profundo,

Baby up and down,

Esta noche,

We just bounce, bounce, bounce,

Dime si hay algo más que quieras,

Para que este momento perdure por siempre.

 

 

 

--No pares…

 

 

Quiso gritarle, ¿Quién en su sano e insano juicio va a detenerse? Porque así llamara Yang o su propia madre, no iba a dejar se balancearse contra él. Ello lo demostró en más de una ocasión.

 

Su madre le marcó en un momento inoportuno para decirle que le esperaba a comer en la noche. No, no atendió el maldito teléfono. Continuó amando aquel cuerpo deseoso de todas las pasiones. Así que a la mañana siguiente, invitó a su madre a desayunar a un lugar lujoso para disculparse.

 

 Está aquella ocasión en que Yang marcó, un día de descanso. Tampoco se dignó en responder, porque estaba mucho más interesado en llenar el interior de su preciada flor con su esencia. El jefe, que suele responder a su interés personal, tuvo que joderse… él y Teddy que finalmente habían cedido a sus demos. Esperaban darle la noticia de que sus canciones, que escribió teniendo de inspiración una flor fragante como ninguna, habían sido aprobadas.

Se tuvo que inventar una coartada, para justificar el por qué no respondió su móvil.

 

O la vez que dejó plantado al gran GDragon.

Bueno, en parte era venganza. Jiyong suele hacer muchos “mejores amigos” y tiende a olvidarse de los verdaderos amigos. Por ello, fue consciente que había planeado la salida con Ji anticipadamente, fue consciente mientras mordía el cuello y tocaba las caderas. Ji estaba esperando, y él, teniendo un encuentro “efímero” con maknae, en la ducha.

 

Así que cuando el móvil volvió a sonar inoportunamente, y maknae por vez primera fue consciente de ello, soltando la queja, prefirió morderle el hombro antes de recordarle todas las veces que ha sido un verdadero bastardo con terceros mientras lo tiene entre sus manos.

 

Gruñó al sentirlo listo para terminar, su sesión que apenas había durado cuarenta minutos.

Presentía que se venía lo inevitable, en su relación… el amargo final.

 

No, no estaba preparado para que le dijera que debían detener los encuentros. No estaba preparado para volver a su vida de deseo contenido. No iba a aceptar el hecho que el pajarillo iba a emigrar.

 

Él no había presionado. No había mostrado signos de celos aunque estos le reventaran los nervios al verlo en más de una ocasión, seducir y provocar pasiones ajenas. ¿Por qué tenían que alejarse?

 

 

Desde la última vez que lo tuvo entre sus manos a esos instantes, transcurrieron cerca de cinco meses. Y antes, que lo hacían por varias horas, las cosas cambiaron no precisamente para bien, inclusive llegaron a hacerlo por treinta minutos.

Eso le despertó todas las alarmas. Intentaba retenerle, empeñaba su propio bienestar mental para extender los encuentros, mas su bella flor se resistía. Se había vuelto costumbre, llegar a desnudarse, apenas tocar y tocar al final. Las manos temblaban, esos ojos que le son tan bonitos le rehuían… ya no entendía ¿Por qué acudía a él? ¿Qué pasaba por esa cabeza? ¿Qué ocurría en ese sobreprotegido corazón?

Han sido noches largas sin dormir, intentando desentrañar los misterios. Aunque suele sentirse dichoso de que una vez más, toquen su puerta, bese sus labios y desee su calor.

 

“Estúpido” así lo había llamado Choi Seunghyun, “estúpido” así lo habría llamado Jiyong en más de una ocasión hasta que dejaron el tema por la paz cuando ambos se dieron cuenta llegarían inclusive a los golpes; “Seunhyun no es de los quiere, Bae”. “No está bien. Estás lastimándote” esas fueron las palabras que usó Daesung al verle tan mal a causa del desastre que estaba volviéndose todo.

Ninguno volvió a repetirlo, Choi tuvo que tragarse sus palabras al aspirar tener el corazón e inusual forma de amar de Jiyong. Esto también sirvió para el propio Ji, que terminó en una teleraña mortal al mezclar a Kiko, a Choi, y sexo ocasional con ambas partes. ¿Quiénes son los estúpidos?

El buen, Kang Daesung, rogando a una mujer que desdeña sus intenciones para mostrar su interés en solo dos cosas; su dinero, y su cuerpo.

 

A veces, ser idol no es sencillo. Es más fácil terminar en situaciones indeseables debido a los caprichos, la avaricia… y la necesidad de amor sin pagar lo justo. Son los más exigentes, pero tan ingratos; que prefieren comprar el cariño a cualquier precio, sea dinero, sea cuerpo, sea prestigio.

 

Los más sensatos, terminan por renunciar a sus sueños. Por ello, la mayoría termina con corazón roto, la codicia pesa más que lo justo.

 

 

Pero, Dong Youngbae creía firmemente haber pagado todos los males, incluso cree que se le ha cobrado más de la cuenta. Todo sea por su preciada flor.

 

 

 

--Te invito a cenar fuera.

 

 

Soltó varias semanas después, lo vio sentado con el móvil en mano. El menor le miró sorprendido al principio, luego sonrió juguetonamente.

 

 

--Bueno, sorpréndeme, hyung.

 

 

Y claro que lo sorprendió. No fueron al gran establecimiento, no le llevó a la cafetería de siempre, lo llevó a la zona de comida ambulante… pensó, que en lugar de ir lugares que suelen ir, sería bueno regresar a lo básico. Un paseo a pie por las calles de esa ciudad, comer alimentos que solían consumir en sus épocas anteriores al glamour. Se sintió orgulloso al ver la sonrisa del otro.

Dejaron a atrás las etiquetas, la ropa de marca, los costosos accesorios y las tarjetas de crédito. En mucho tiempo, se mezclaron entre las personas comunes y corrientes, en los bolsillos llevaban más efectivo del que suelen llevar, porque está vez no iban a la máquina expendedora de sodas.

Tomaron el subterráneo, recorrieron tiendas, fueron a los videojuegos… llegaron inclusive a reencontrarse con varios dueños que venían en la calle. Los pocos que les reconocieron apenas pudieron contener la emoción de verles, ofreciendo “lo mejor de la casa”.

Ambos se dieron un respiro, él volvió a fantasear, ¿Cómo sería su vida con maknae si no fueran famosos? ¿Estarían juntos? Seguramente, trabajaría en una empresa ya sea como oficinista o, algo así. Se reunirían al final de las jornadas, cenarían y se embriagarían. Era probable que terminaran en un club, los jóvenes como ellos hacen eso. Una vida típica, entonces, un anhelo resurgió del fondo de su ser.

 

Cuando su mano tomó la otra, fue una revelación. Sí, las personas se le quedaban viendo, algunas disimuladamente, pudo ver ojos prejuiciosos, así como fría indiferencia. Temió que el otro se soltase, esperó ese momento y tenía preparada la disculpa, no sucedió. Fueron al mercado nocturno, probaron unos bocadillos, compraron un poco de golosinas. Verle sin maquillaje, sin brillos, sin ningún tipo de máscaras… lo confirmó, era la flor más hermosa que hubiera conocido. Su corazón latía con fuerza, sus manos comenzaban a sudar.

 

Regresaron cuando el menor se agotó de todo. Habían recorrido tanto.

 

 

--Es bueno salir de la rutina. A veces, los modales y las conversaciones de mundo, agotan. –Soltó mientras esperaban el bus.- No es que me queje, pero… es agradable. No sabía que venías seguido. Sería bueno venir con Jiyong y Daesung… imagina todo que haríamos.

 

 

Asintió. Él solo podía verle, admirando los ojos adormilados, pero satisfechos. No preguntó, pero decidió llevarlo a su apartamento y recostarlo en su cama. Era la primera vez en tanto tiempo que estarían ahí sin tener relaciones, solo descansar.

 

 

--Esta no era mi idea de terminar la noche. –El menor se dejó acomodar, estaba agotado. Así que no le tomó importancia.

 

 

Sonrió, mientras se deshacía de la ropa incomoda y subía.

 

 

--En otra ocasión, podrás demostrarme tu idea de terminar la noche.

 

 

Susurró mientras se acercaba a él.

 

 

--Hey… ¿Intentas aprovecharte de mí? Eso es sucio… me gusta.

 

--Se llama abrazar, tonto.

 

--Mhmm… como quieras.

 

 

Se alegró de que no le rehuyera. Es más, en algún momento de la madrugada, correspondió a su abrazo. El gran Seungri, soportando el calor de unos brazos alrededor de su cuerpo, en lugar de dar la espalda. El mayor durmió sintiendo que tan cerca a su pajarillo, sintiendo sus inhalaciones y exhalaciones, era la mejor cita que hubiera tenido con él. Una donde las perversiones quedaron olvidadas, compartir la cama no fue sinónimo de sexo.

 

 

 

 

 

Baby let´s take it slow, baby let´s take it slow,

En este momento,

Cuando he conseguido lo que siempre he soñado,

Baby let´s take it slow,

Baby, ah, ah~~

Para que podamos caer exhaustos,

Y dormir hasta que la mañana aparezca,

Baby, ah, ah~~

Quiero todo de ti,

Baby let´s take it slow.

 

 

 

No entendía nada de lo ocurría, se suponía que ellos estaba mejorando no obstante, ¿Por qué su pequeña flor le trata así?

 

¿Por qué le ignora? ¿Por qué cuando apenas se tocan cuando están juntos? ¿Y por qué comienza a ser tan frívolo? ¿Será algo que dijo mal? ¿Será algo que provocó? ¿Qué hizo mal para ser tratado de esa forma tan dolorosa?

 

 

--Es mejor terminar esto.

 

 

Las pocas ocasiones en que se detuvo a imaginarse la escena como esa, no tenían comparación. Era como si te clavarán en el pecho una daga. No la ves, aunque la esperes, solo cuando el frío metal atravesando la piel, encajándose en tu ser… son esos los momentos en que la realidad supera la imaginación.

 

 

--¿Por qué…?

 

 

Le miró, intentando encerrar todo lo que llevaba. Iba mentir si dijera que no tenía ganas de llorar, pero también era mentira decir que se pondría a hacerlo delante de maknae.

 

 

--Me aburrí.

 

 

Soltó agitando la mano como si acabara de echar a un molesto fan. Mas él no se movió.

 

 

 

--Esa no es una respuesta. Es una evasión.

 

 

 

¿De dónde extrajo el valor para encarar? La costumbre de tratar con una flor tan petulante le facilita las cosas. Él sabe cómo tratarla.

 

 

 

--Es la única respuesta que tendrás. –La sonrisa burlona apareció.

 

 

Y antes de que abandonara el apartamento, su cuerpo se movió por sí solo, sus manos se ciñeron con cierta fuerza al brazo que intentó liberarse.

 

 

--A estas alturas… me parece que necesito una muy buena explicación.

 

--Encontré a alguien más con quien divertirme.

 

 

Sus manos siempre habían sido suaves y amables al tratar la belleza, pero los estragos de una torcida relación estaban mostrando los efectos en él.

 

 

--¿Divertirte? ¿Qué se supone que es eso?

 

--Alguien que con quien follar mejor.

 

--Follar…

 

--Sí.

 

--Bueno, supongo que… no hay nada más que decir.

 

 

¿Qué iba a hacer? Tenía que dejarle ir. No eran nada, aunque para él siempre sea la flor más hermosa que haya encontrado jamás. Y fuese ese niño jugando a ser hombre.

 

Le vio marcharse, a travesar la puerta… aunque estaba acostumbrado a que el pajarillo volará. Tuvo la certeza de que quizás, no volvería.

 

No había marcha atrás.

 

 

--Eres un estúpido. –Jiyong le dijo pasando varios meses.

 

--No te entiendo, Ji…

 

--Eso, eres un estúpido. –Repitió su amigo. Youngbae terminó por romper la copia de la letra.

 

--Se te pegó la jodida costumbre de tu NOVIO de insultarme.

 

--Bueno… es la verdad.

 

--¿Y ahora qué hice?

 

--Ese es el maldito problema… No has hecho absolutamente nada.

 

 

Frunció el ceño.

 

 

--No sé por qué siento que no estamos hablando de la grabación.

 

--Touché.

 

--¿Cuándo mi vida privada se ha vuelto tema de conversación, ah?

 

--Seungri vuelve a huir de ti y tú nunca haces nada para detenerlo.

 

--Maldición, Ji… no te metas en mis asuntos.

 

--Como GDRAGON, líder de Bigbang. Es un jodido problema tener que meterme en tus oscuras cosas, pero tus estupideces están afectando el trabajo.

 

--Sigo sin entender.

 

--Exacto. ¡Ese es mi maldito problema! Llevo dos putas semanas encerrado en el estudio, gastando mi preciado tiempo libre intentando grabar tu maldito disco y no has podido intentar dar una nota decente.

 

--Hay que dejar que Seunghyun hyung descanse. Tanto sexo, le hará daño.

 

--A Seung le encanta follarme y el sentimiento es compartido, amigo mío. Pero tus estupideces están afectando a todos. ¡Daesung tiene que acompañarte en tu miseria!

 

--Esto es el colmo. ¿Desde cuándo ustedes tres critican mi vida?

 

--Desde que mi vida sexual y sentimental con Seung se vio interrumpida cuando dejaste de cogerte a Seungri, y Daesung ni a citas llega gracias a tener que cuidarlos a ambos.

 

 

Solo prestó atención a lo último…¿Daesung cuida de maknae?

 

 

--¿Por qué Daesung está cuidando de Seungri, ah?

 

--¡Eres increíble! De todo lo que he dicho, solo pusiste atención a lo último. ¡Bastardo egoísta!

 

--¡Mira quién lo dice!

 

--Ok… Youngbae. En nombre de todos, incluyendo al ebrio de maknae. ¡Reacciona, maldita sea!

 

--¿Qué tiene que ver él?

 

--TODO. Es la persona con la que te mantenías ocupado y nos ignorabas. No creas que no supe que varias veces me dejaste plantado por andar cogiendo a maknae. –Jiyong sonrió y se dejó caer sobre el sofá que Teddy ocupaba de cama cuando las grabaciones se extendían, ahora que el productor también tenía novia, se largaba el muy maldito.

 

--¿No te gusta que ten una cucharada de tu propia medicina?

 

 

Sin saber por qué, carcajeó. Debería estar molesto, pero no. Al parecer, hablar del asunto en cuestión ayudaba mucho.

 

 

--Los dos Seunghyun son muy buenos en la cama. Puedo asegurarlo. –Presumió Ji, quería hacerlo soltar la lengua.- Puedo presumir que he estado con ellos, obvio no juntos. Pero…

 

--Ya basta, Ji...

 

--Seungri araña como gato en celo.

 

--Ji…

 

--Su voz gimiendo y pidiendo por más. Sus caderas azotándose violentamente.

 

--Ji… es enserio.

 

--Seguirle el ritmo era difícil. A veces pensaba que era ninfómano. Aunque prefiero mil veces a MI SEUNGHYUN. Ese sí que sabe cómo llenarte de placer…

 

--Ji…

 

--Así que, dime ¿No pudiste satisfacer a Seungri, ah? Por eso te dejó.

 

--Ji. –El orgullo de hombre y la puesta en duda de sus habilidades removieron sus fibras más sensibles.- Lo dejaba caer dormido. ¿De quién crees que eran las marcas que tenían que maquillarle?

 

--Por favor…

 

--Si sujetabas con suficiente fuerza, controlabas esas caderas y marcabas un ritmo; tu ritmo.

 

--Debías ser una maldita bestia para controlar a ese ninfómano.

 

--Con la práctica, él se acostumbra. Le haces soltar suspiros, logras hacerlo desesperado… inclusive que las manos le tiemblen.

 

 

Se quedó callado.

 

 

--Nunca logré lo que tú. Nunca vi sus manos temblar de tanta desesperación... por una persona.

 

--Simplemente me dijo que se aburrió, había encontrado a alguien más para follar.

 

 

Jiyong negó con la cabeza, y pasó su brazo alrededor del cuello.

 

 

--Y tú ahí vas de estúpido a creerle sus mentiras.

 

--¿Qué se supone que iba a hacer?

 

--Ay… Bae… azotarlo contra la pared y cogerlo para comprobar si había alguien mejor que tú. Presionarlo, hasta que te diga, no con sus labios, sino con sus ojos que tenía a otra persona.

 

--Eso funcionó con Choi porque ustedes son un par de enfermos. No podía imponerme más de lo que ya había hecho.

 

--¿Y aparte de hacerle temblar como virgen en su primera vez, qué, según tú, impusiste?

 

--Eres un entrometido.

 

--Pregúntame si me importa.

 

--Le retenía. Muchas veces logré que pasara la noche conmigo. Tuvimos citas. Un par de veces dormimos sin tener sexo. Se supone que yo acepté sus reglas…

 

--Nunca vi tan asustado a maknae. –Ji sonrió a Bae.- Realmente pensé que había hecho algo muy malo, cuando comenzó a beber sin control, caer totalmente perdido.

 

--¿Asustado, él?

 

--Daesung lo tiene que cuidar, dijo que en una ocasión… vio que casi se lo llevaba un sujeto. No hubiera interferido de no ser porque se dio cuenta que el idiota de maknae no sabía lo que pasaba.

 

--¿Qué?

 

--Lo regañé, fue realmente irresponsable. Sabía que si tenía sexo con desconocidos te ibas a encabronar, y…

 

--¡Pudieron abusar de él, Ji!

 

 

Jiyong ensanchó su sonrisa.

 

 

--Y luego tú… era obvio que habían terminado. Así que cuando dijo que te abandonó… quería golpearlos a ambos.

 

--Ji…

 

--Está claramente asustado. Quizás era una relación abierta… ya sabes, maknae y sus pésimas ideas. Será bueno en los negocios, pero para las relaciones, es un asco.

 

 

Youngbae bajó la mirada avergonzado.

 

 

--Imagina que fuera una pequeña ave… yo no podía cortarle las alas.

 

--Joder, Bae… Seungri no es ninguna ave. Es un hombre, que no pretendía más que divertirse acosta tuya, pero se le fue de las manos. Ahora huye aterrado.

 

--Ji, tú no entiendes…

 

--Ok, ok…. Usemos tus metáforas. Si la estúpida ave regresaba. ¡La metías en una jaula y ya!

 

--Siento pena por Gaho y Julie…

 

--¡Dong Youngbae!

 

--Te entendí… pero…

 

--¿Regresaba sí o no?

 

--Sí…

 

--Entonces, estúpido… ¡Es tuyo! ¡¿Por qué demonios dejaste que se fuera?! Si Gaho escapa de casa, no voy llorando por la vida. Tomo una correa, lo busco, lo encuentro, lo amarro y lo llevo de regreso a mi lado.

 

 

La sonrisa que Kwon Jiyong esbozó, fue aterradora para el mayor.

 

 

--Sigo sintiendo pena por tus mascotas.

 

--Cállate, mira que marcar a maknae como si fuera una mordedera. No tienes perdón de Dios.

 

--Supongo que estoy igual de enfermo que tú.

 

--Por algo somos amigos.

 

--Supongo.

 

--¿Tienes la correa o te presto una?

 

--Definitivamente, ustedes tienen un horrible fetiche.

 

--Esa ave ha estado por muchas manos. La han lastimado muchas veces. Pero que por sí sola regrese a un lugar significa que quizás encontró seguridad, y… decidió anidar. ¿No crees? Te lo he dicho, nunca lo había visto tan aterrado. No dejes que otros atrapen tu ave. No podrá estar en mejores manos que las tuyas, amigo. Huyó por temor, y también porque no has hecho nada por retenerla. Nuestra ave va a morir de tristeza si sigue así…o víctima de un violador.

 

--Lamento las molestias que les causamos.

 

--Daesung te perdonará justo en el momento en que te hagas cargo de tu ave. Y Seunghyun te odiará menos cuando ya no me consumas.

 

--Los Seunghyun son unos problemáticos.

 

--Ese par lo es. Pero nosotros decidimos quererles sabiendo las consecuencias, ¿cierto?

 

--¿Eres feliz con él?

 

--Ahora sí. –Jiyong desvió la mirada.- Nuestro aniversario es hoy…

 

 

Dong se puso de pie.

 

 

--Ya lárgate. ¿Qué haces aquí? Hyung me va a matar.

 

--Tenía que consolar a mi hermano, y decirle que su ave anda causando estragos. Así que deja de llorar por tu puta ave, atrápala, llévatela y enciérrala.

 

--Me haré cargo de él.

 

--Bueno, anda de putas en su antro favorito. Ni siquiera sus amigos están en el país, bastante obvio si me lo preguntas.

 

 

 

 

 

Baby let´s take it slow, baby let´s take it slow,

Baby let´s take it slow, baby let´s take it slow,

Baby let´s take it slow, baby let´s take it slow.

 

 

 

--Bae… -Su dulce voz llamándole en cuanto sus miradas se encontraron. Tenía un vaso en mano.

 

 

Era suyo, lo supo cuando los brazos se colaron alrededor de su cuello. Balanceándose, la frente sudada pegada a la suya.

 

 

--Vamos a casa. –Lo sujetó por la espalda. Estaba más estrecho que antes, pero continuaba siendo la flor más hermosa.

 

 

Fuera la ebriedad, fuera lo que fuera, el hecho de que aceptara ir a su lado sin preguntas suponía una ventaja que no iba a ignorar.

 

Así que lentamente, entre la gente apretada, salieron por la puerta trasera. Había ignorado a la multitud de mujeres hermosas que pretendían posar sus manos sobre los pétalos de su preciada flor, le daba igual que su repentina intromisión dejara preguntas sin respuestas. Lo importante era llevar su flor a casa, y antes de que muera, plantarla en sus tierras firmes.

 

Se quedó dormido en su cama, quitó los zapatos, la chaqueta. Se recostó a su lado, lo último que supo antes de perderse en el mundo de los sueños, siendo que eran las tres de la mañana fue su rostro.

 

 

Sintió algo caliente recorriendo su pecho, escuchó movimiento en la cama y una risilla demasiado conocida le terminó por despertar.

 

 

--Quiero hacerlo. –La mirada sobre la suya, la sonrisa traviesa. Como había extrañado todo eso.

 

--¿No es muy temprano?

 

--Son las seis de la mañana. Te despiertas a las seis para hacer ejercicio. Te haré quemar calorías de una manera muy agradable. Además tienes una erección. Será rápido.

 

 

Antes de siquiera responderle, lo sintió montarlo, lamiendo y besando su pecho. Caricias que tanto extrañó, su cuerpo se encendió como combustible ante el fuego. Mas luego de verle temblar las manos para deshacerse de su camisa, llevó sus manos.

 

 

--¿Sabes? A mí me gusta el sexo. Pero no me gusta sabiendo que tengo el tiempo encima.

 

--Lo hemos hecho mientras te llaman.

 

--La culpa es de ellos por no avisar que llamarían.

 

--Tengo prisa… asuntos pendientes… él…

 

 

Frunció el ceño, giró su cuerpo con fuerza invirtiendo las posiciones. Se acomodó entre las piernas, dejó que sus pieles, aún con ropa, se sintieran. Le sintió temblar.

 

 

--Tú y yo sabemos que NO existe ese tal “Él”.

 

--No sabes nada…

 

--Te quiero… de manera exclusiva. –Paseó su nariz por ese cuello aspirando el aroma de su flor, ese que debajo de colonias costosas, sudor, alcohol y tabaco, se encontraba escondido.

 

--Cambié de opinión… tengo que irme.

 

--¿Correa o jaula? –Recordó la plática con su mejor amigo.

 

--Quítate, quiero irme.

 

--Definitivamente una jaula… te lastimará menos. Te dará un poco más de espacio. Será de oro, tendrá gemas, será cómoda y estará cerca de la ventana para que puedas ver el cielo azul… pero aunque me lo pidas… no voy a liberarte, tampoco cortaré las alas. Lo siento. –Besó los labios, recordando que es como masticar pétalos y espinas.

 

--¡Bae! Quítate.

 

--Quiero hacerlo lento, con calma… para sentir hasta la más pequeña de tus respiraciones. –Fue él quien rasgó la camisa.

 

--Estás enfermo… tus fetiches son raros.

 

--Si regresaste todas esas veces, es porque siempre fuiste mío. –Susurró a su oído y lo sintió temblar.

 

 

Comenzó a acariciarlo, recordó que era como estrujar seda y jugar con brasas.

 

 

--Bae… -Un suspiro secundó su nombre en esos labios adictivos.

 

 

La resistencia cayó conforme sus labios y manos tocaron la flor que nunca antes había echado raíces. Sus cuerpos se movían con cierto ritmo queriendo tocarse más, frotar las pieles ansiosas.

 

 

--Te quiero… -Soltó Maknae al sentirle recorrer con fiebre.

 

--Lo sé… -Besó el cuello, asegurando marcas de mordidas, fue cuidadoso.

 

--Había elegido mal las palabras… -Continuó el otro antes de soltar un jadeo ruidoso. Pero Youngbae no creía necesario mayores explicaciones, el hecho de que estuviera temblando pero que no huyera era la prueba de que aceptaba ser atrapado. Así que pensó que aunque no lo quisiera totalmente, iba a hacer lo que debió hacer tiempo atrás; encerrar la pequeña ave, aun en contra de su propia voluntad.

 

Justo como en esos momentos en que proclamaría como suya esa delicada flor. La sembraría en sus territorios, sin tener remordimientos, aunque la presuntuosa flor odiara sus manos y decidiera no hacer brotar ningún capullo en su jardín.

 

 

--Voy a entrar… -Avisó en un ronco gemido. No podía con tantas emociones, por una parte, la culpa de retener a la fuerza a alguien. Pero la dicha de tenerle finalmente para él.

 

--Debí decirlo antes… Te amo.

 

 

Aquel susurro le desconcertó y entró con demasiada brusquedad. No fue su intención, pero un golpe de energía impulsó su espalda, cuando se dio cuenta había entrado demasiado rápido y profundo.

El grito mitad dolor, mitad placer resonó por la habitación.

 

 

--¿Qué…? –Se quedó pasmado, sin saber si debía salir y detener el momento de intimidad para conversar como debieron haberlo hecho antes, o quedarse ahí, en ese cálido interior.

 

--Siempre, pensé que cuando lo dijera… estarías en shock… -La voz entrecortada del menor rompió el mutismo momentáneo.- N-No esperaba… que fueras así de bruto… demonios, duele…

 

 

Poco a poco, esos ojos que le habían estado huyendo, se fueron abriendo, un par de lágrimas se deslizó por las mejillas. Luego, otras más… así, comenzando a llorar entre sus brazos.

 

 

--Te Amo.

 

 

Fue un susurro roto, el menor se abrazó a él con fuerzas, temblando por completo.

 

 

--Te amo tanto que pretendía atraparte contra tu voluntad y tenerte para mí, exclusivamente. –Explicó besando el cabello revuelto.

 

--Yo… tenía… dudas… no sé…

 

--Por eso voy a atraparte, en una jaula de oro… perdona.

 

--No me encierres… -Sollozó, despegó el rostro lloroso y para el mayor, era el más hermoso.- No soportaría estar así.

 

--No voy a dejarte ir. –Limpió las lágrimas, besó las mejillas.- No voy a cortar tus alas...

 

--Déjame… -Besó su mentón sin esconder los temblores del cuerpo, ya no era miedo, era emoción de expresar los sentimientos abiertamente.- …Déjame anidar.

 

 

La tensión del cuerpo se diluyó, permitiendo que el mayor sintiera como se abandonaba a él, a sus suaves manos. Su preciada flor aceptaba su nuevo hogar, pretendía echar raíces.

 

Al querer besar la cabellera, recordaron que estaban fundidos. Sus pieles se friccionaron apenas unos momentos, sin embargo, fueron los suficientes para echar chispas.

 

 

--Seung…

 

--Yo siempre volveré. –Las manos se aferraron a la espalda tantas veces añorada, mientras los movimientos adquirían un flujo más profundo, sintiendo como el mayor buscaba enterrarse cada vez más en su interior.- Soy tuyo.

 

 

Youngbae cerró los ojos, sus labios sonrieron. Aquello era verdad. Siempre volvería, ambos se pertenecían. No soportaría encerrarlo.

Los labios se encontraban para deleitarse en un beso húmedo, calmo pero apasionado.

 

Cuando las miradas se encontraron, la luz matinal dejó ver una certeza que antes había permanecido escondida. La sonrisa traviesa tenía tintes ingenuos, como un niño que pide perdón por todas las travesuras.

       

Las caderas se balanceaban rítmicamente, hasta que en un momento dejó de importar quien guiaba a quien. Gemidos, suspiros profundos, jadeos… y cortos susurros se intercambiaron con mayor libertad, el menor dejó sentir aquellas ansias de sentir al otro, sin la necesidad de exigir ni apresurar… se dio el lujo de disfrutar cada centímetro robado, cada beso plasmado, esas manos dejaron de lastimar sus caderas porque ya no estaban violentas por culminar un encuentro sexual.

 

El tiempo dejó de ser un factor de importancia, no tenían prisas por romper un récord, ni en probar ideas nuevas… por esa y muchas veces, tan solo querían sentirse plenamente, agotar lentamente la pasión ajena… intentar perpetuar el momento. Caer exhaustos, dormir tranquilamente, sin esconder los temores, ni el amor que brotó como un capullo.

 

El primer capullo habría brotado, gracias a la amables manos de Bae, pronto, tendría un hermoso jardín, lleno de flores presuntuosas. Por algo la había elegido entre las cientos que estaban allá afuera. Es hermosa, su fragancia embriagante, sus suaves pétalos… inclusive sus espinas nacidas de extraña manera. Todo y cada uno de sus rasgos…la flor perfecta para él.

 

 

 

Fin.

Notas finales:

Mi primer BAERI!!!! *-*

Finalmente terminado!

Lamento que esté lleno de tantas alusiones, sobre todo emplear un contexto de jardín… siempre he pensado que así del BaeRi, pienso que Seungri es una rosa (como la del principito XDhahaha) y Bae, sería el jardinero que pretende cuidarla.

También lamento mucho usar alusión de las aves, XDhahaha

¡¿Qué?! Estaba inspirada! Aish…

CUÍDENSE MUCHO!

Espero leernos pronto!

Jenny fuera!

^^


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