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Red Eyes [TaoHun/SeTao] por SariAngel

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Notas del fanfic:

Holiss (>w<)/

Bien este es mi primer TaoHun y mi segundo fic en la categoría de Kmusic. Espero que les guste y le den mucho, pero mucho amorsh
Este one shoy va dedicado a:

*A MaryAnn, ya que fue por ella que decidí escribir este fic x3 <3

*A Darkparadise, por apoyarme tanto.

* Y por último, pero no menos importante, a las TaoHun shippers, tan solor por el simple echo de shippear esta linda couple <3


Por si desean seguirme aquí les dejo mis...

* Twitter

* Ask

* Tambien pueden buscarme en Instragram como, @SariAngel27

Notas del capitulo:

Si desean leer la historia con algún tipo de ambientación, aquí les dejo está melodía >w< <3 <3

 

Declaimer: Los personajes no me pertenecen. 

    La música resonaba por todo el lugar. Gente bailando y bebiendo mientras reían, lloraban o simplemente lamentaban sus penas en silencio. Las luces de variados colores se filtraban por todos los rincones de aquel establecimiento, cegando a cualquiera que se dignara a entrar, pero que por alguna razón a nadie le molestaba.


En ese mismo lugar, donde la gente se embriagaba hasta desfallecer sin importar las posibles consecuencias de sus acciones; en ese pequeño antro localizado en una de las tantas calles de Seúl se encontraba un joven chino de tez morena y cabellos oscuros sentado en una de los muebles de la zona V.I.P. Sus ojos felinos portadoras de unas pequeñas ojeras que revelaban sus pocas horas de sueño observaban con gran desinterés aquellas personas que lo habían llevado a rastras a ese vulgar y tedioso establecimiento.


Él se negó reiteradas veces a asistir, recordándoles el hecho de que realmente detestaba ese tipo de sitios, ya fueran clubes, antros o simples discotecas. No soportaba la música fuerte, el olor a alcohol y cigarrillos, ni las personas que reían y bailaban sin ninguna preocupación o simplemente, se rendían ante la depresión de sus vidas y se lamentaban de sus penas en una esquina del gran bar. Todo aquello le molestaba, no entendía como las personas se atrevían siquiera a entra a ese tipo de lugares. El olor a sudor, junto a esas luces estero trópicas lo asqueaban increíblemente.


Tao no entendía en lo absoluto. Él prefería quedarse en casa para dormir, leer algún libro o si se le antojaba ir al centro comercial. Sus amigos lo tachaban de aguafiestas y le repetían que debía divertirse más. Baekhyun, su amigo más cercano, se lo decía todos los días, pero el moreno simplemente lo ignoraba y seguía con su simple estilo de vida.


Él solo había entrado una vez en su vida a un club y fue para comprobar como su novio lo engañaba con una hermosa americana de pechos grandes y ojos hermosos. Le reclamó y lloró sintiéndose completamente humillado, y el otro, con solo una mirada seria y fría, le respondió a todas sus preguntas con un simple "Me aburrí de ti, no eres para nada divertido. Me sorprende que hayas logrado entrar a este lugar". Tao no lo soportó, ese chico al que había amado tanto lo había traicionado y no se arrepentía de nada. Su corazón estaba roto y lastimado hasta el punto de creer que sangraba de verdad. Su mundo de felicidad se derrumbó en ese mismo instante, jurando por todo lo que aún le quedaba, que no volvería a tocar un sitio como ese nunca más.


Sin embargo, ahí se encontraba, sentado con una lata de cerveza sin probar en su mano. Se levantó mareado y cansado, saliendo de ese ruidoso lugar. No había llamado la atención y eso era bueno, así nadie lo detendría al escapar.


Salió del establecimiento por la parte trasera, atravesando una vieja puerta de madera que lo llevó a un pequeño y sucio callejón que solo era iluminado por un diminuto foco amarillo. A lo lejos, a uno de los extremos del largo pasillo, se veían las luces de los faroles de la calle y al otro lado, solo se observaba oscuridad.


La cabeza del chino punzó y dio vueltas como si hubiera bebido todo el alcohol del mundo cuando ni siquiera había probado una sola gota de esa bebida maliciosa. Los recuerdos junto a la fuerte música y luces repetitivas habían logrado marearlo y dejarle unas grandes nauseas. Se recostó en una de las paredes del callejón y cerrando los ojos, susurró: "Kris, bastardo... No me merecías".


De sus ojos cafés cayeron unas cuantas lágrimas y sollozo en silencio. Su corazón aún dolía y nadie estaba ahí para consolarlo, ni siquiera Baek, su mejor amigo, pues el alto jamás se lo había contado. Después de terminar con Kris, su ahora ex-novio, dejó China para poder empezar una nueva vida en Corea, lejos de los malos recuerdos que este le había causado. Sin embargo, no había sido nada fácil establecerse en ese desconocido país. Estaba solo y asustado en un ambiente que no conocía, donde hasta el idioma era completamente diferente al suyo, pero no había desistido, después de conocer a sus actuales amigos logró conseguir el apoyo que necesitaba para encontrar un empleo estable y un lugar donde pudiera habitar tranquilamente.


Ya estaba logrando olvidar al rubio que hace algunos años había amado, teniendo una vida completamente distinta; casi perfecta, pacífica y sin ningún tipo de angustias, pero nunca se puede dejar totalmente el pasado atrás y su herida, era una que no terminaba de cicatrizar y el volver a entrar a un sitio como ese, la había re-abierto nuevamente.


Suspiro limpiando sus lágrimas rebeldes con la manga de su suéter y disipó todo pensamiento de su mente. Su cabeza aún punzaba y su cuerpo temblaba por las pequeñas ráfagas de viento que azotaban contra la piel desnuda de su cuerpo al ser obligado por su bajito amigo a usar unos diminutos shorts característicos de las mujeres y que según el de ojos delineados, atraería a muchos chicos guapos. Su camisa también era muy escotada, pero él insistió en llevar aunque sea un suéter. Y se alegraba de haberlo hecho, pues el frío de esa noche por alguna razón era infernal hasta el punto de querer penetrarte hasta los huesos.


Su cabeza punzó nuevamente y creyó que se derrumbaría en ese mismo lugar, pero logró retener fuerzas para mantenerse de pie. Decidió caminar hasta su casa, pero por más esfuerzo que le pusiera a sus piernas, su cuerpo se desplazó tambaleante al otro extremo del callejón, donde no había iluminación alguna y todo era penumbra. Su conciencia le decía que parara, que ese no era el lugar correcto a donde tenía que ir, que se diera vuelta y caminara hacia la calle donde la luz era más intensa, pero era inútil, su cuerpo no respondía a sus peticiones mentales y trabajaba por sí solo, como si algo lo estuviera llamando, atrayéndolo para un horrible destino.


Y al llegar al otro extremo, aún con a poca iluminación, pudo ver algo que lo hizo palidecer al instante, su cuerpo tembló de miedo y sus manos taparon su boca con la intención de acallar un grito de terror que amenazó con salir de lo más profundo de garganta.


Sus ojos observaban atónitos y bien abiertos la espantosa escena de muchos cuerpos ensangrentados y muy claramente sin vida, tirados en el sucio suelo del no tan estrecho lugar. Logró contar al menos seis personas, vagabundos o quizás borrachos a su parecer.


Pensó en correr, alejarse de ese tétrico panorama y no volver a recordarlo nunca más, lo tomaría como otro mal sueño y jamás se lo mencionaría a nadie dejando todo en el olvido, pero antes de que pudiera mover aunque fuera un musculo, una voz anónima irrumpió en el silencio del lugar.


—Supongo que lo has visto... —Fue casi un susurro lo que pudo escuchar, unas cuantas palabras que acariciaron con suavidad sus tímpanos. Sus pupilas se movieron en todas las direcciones en busca del dueño de aquella enigmática voz, pero no logró dar con nadie.


Rápidamente logró oír a la distancia como algo golpeó repentinamente contra el suelo y supuso que se trataba del posible asesino de los seis hombres que se hallaban inertes en el piso. Siguió buscando con la mirada por donde resonaban los pasos firmes que se acercaban hasta él, temiendo, queriendo salir de ahí lo más pronto posible e ir a algún lugar donde pudiera estar seguro, pero era inútil, su cuerpo se encontraba en una especie de parálisis causado por el terror y el miedo de ser asesinado. Se sentía en riesgo, como un pequeño animalito indefenso fingiendo su muerte aun sabiendo que no servirá de nada y su predador ya estaba a punto de saltarle encima y acabar con su corta vida.


Los pasos se dejaron de oír y cerrando los ojos, Tao contuvo la respiración esperando por su trágico final... Ese que nunca llegó.


Después de unos segundos, tomando algo de valentía se arriesgó a abrir sus parpados y a pesar de que todo seguía igual de oscuro, pudo divisar justo al frente suyo un par de orbes carmesí. Misteriosamente no podía ver nada más, pero logró percibir a ese ser terriblemente cerca de él.


No debería, pero inevitablemente había quedado hipnotizado por aquellos ojos que lo observaban espeluznantemente. Quería separar la mano de su boca y tocar al que se encontraba ante él, aun sabiendo que ese era el posible causante de tantas muertes, pero claramente no podía, aunque quisiera, su cuerpo se lo impedía. Solo logró bajar sus manos, dejándolas caer a la altura de sus muslos. Intentó hablar, pero de su boca no lograban salir palabras, así que simplemente desistió ante su parálisis.


—Lo has visto... ¿Qué haré contigo? —Aquella voz nuevamente se había hecho presente, erizando todo vello en el cuerpo del aludido—. Eres demasiado hermoso como para matarte... Eso sería realmente una pena. —Tao sintió como una suave y exageradamente fría mano empezaba a acariciar su mejilla e involuntariamente, un suspiro salió de sus labios.


—P-Por favor.... No...No m-me mates...Yo no... Yo no diré nada... L-Lo juro —Había logrado decir aquello con mucha dificultad, tomando grandes bocanadas de aire y temiendo por su integridad física.


El silencio se hizo presente nuevamente, pero el chino aún lograba sentir aquellas caricias ahora en su barbilla. Inevitablemente, sintió curiosidad por lo que ese ser fuera a hacer con él y tembló de forma involuntaria al sentir aquellos dedos en su cuello. Sus mejillas se calentaron al percibir una pequeña respiración en sus labios y por un momento pensó que aquel sujeto o lo que fuera que estuviera en frente suyo lo violaría y nuevamente tuvo miedo.


—No te mataré… —El silencio se había roto nuevamente—. Pero no te puedo dejar ir así como así, porque no sería seguro ni justo —murmuró el de ojos carmesí con voz fría.


Tao por alguna razón lo venía venir y estaba seguro de que si reclamaría su cuerpo por andar de curioso, pero el moreno no se sentía bien con eso. No estaba preparado mentalmente para aquello.


—No, por favor... No me hagas nada —Rogó con voz temblorosa, queriendo llorar por el miedo que le carcomía por dentro—. Yo no diré nada —Prometió con un hilo de voz que se rompió al sentir como un nudo se formaba en su garganta. No faltaba mucho para que sus ojos, ya húmedos, botaran lágrimas a borbotones.


—Nada me asegura que no hablaras —respondió el otro, aun mirando fijamente a los ojos chocolate del que parecía ser más alto—. Lo siento, pero no te puedo dejar ir así. Debo asegurar tu silencio —proclamó rozando sus labios con los del joven moreno, haciendo que este se estremeciera ante ese pequeño acto.


Tao sintió como el otro a su frente sonrió y se regañó mentalmente por su reacción. Tenía sentimientos contradictorios que no lo dejaban pensar con claridad. Por un lado, quería correr, llorar y rogar por su vida hasta que el asesino sintiera piedad por él y se fuera, pero por el otro, sentía unas ganas terribles de abalanzarse encima del otro y besarlo. Era inevitable pensar en eso, se sentía hechizado ante esos ojos tan hermosos y esa voz que cada vez que se hacía presente, desprendía cierto frescor de la boca ajena. Sí, Tao sentía que perdía la cabeza y se estaba volviendo loco.


—Desde ahora... —Empezó el otro y en un rápido movimiento que sorprendió al moreno, juntó sus labios en lo que supuso, era un beso.


Fríos. Sus labios eran muy fríos, pero increíblemente suaves. ZiTao quería suspirar, era como si estuviera esperando eso desde hace mucho y por fin lo tenía. Involuntariamente, cerró sus ojos y tembló al sentir como el otro le tomaba en un fuerte agarre su cadera y deslizaba su lengua en su cavidad bucal intensificando aquel beso.


Repentinamente y para sorpresa del chino, lo sintió, un sabor metálico que se paseó por sus papilas gustativas y se deslizo hasta su garganta. Quiso separarse preocupado, percatándose del extraño líquido que se paseaba por su boca y entrando en razón de lo que realmente estaba haciendo, pero el otro se lo impidió tomándole de la nuca y profundizando aún más el beso, obligándolo a tragar el extraño contenido.


Luego de lo que parecieron horas, pero que de seguro solo fueron unos cuantos segundos, el más bajo se separa del abusado dejándolo por fin respirar. Tao se sentía extraño, su cabeza nuevamente daba vueltas. ¿Qué le había dado?


—... Te dejaré mi maldición —El asesino concluyó la frase alejándose un poco más... y fue allí cuando Tao lo notó. Aparte de los ojos, el moreno logró observar como el ser en frente suyo poseía unos hermosos, pero espeluznantes colmillos que a su vez se encontraban manchados de lo que él suponía, era sangre.


Su mente no lograba razonar aquello. ¿Qué rayos pasaba? Esos dientes no eran normales... ¿A qué clase de fenómeno se estaba "enfrentando"? ¿Por qué esto le tenía que pasar a él? ¿No era suficiente con lo infeliz que se sentía?... Aquellas preguntas lograban vagar por su cabeza y lo desesperaban aún más, aquel miedo estaba volviendo a él.


De repente, sintió como con una gran rapidez fue estampado contra la pared con una fuerza descomunal, pero que increíblemente no le había hecho ningún daño, siendo su cabeza sostenida hacia un lado, dejando su cuello expuesto. El chino solo pudo notar aquellos caninos resplandecientes acercándose en cámara lenta hacia él y cerrando los ojos con pavor, sintió como aquellos afilados dientes se incrustaron en su piel e instintivamente, soltó un gemido de dolor al ver como una fuerte punzada se hizo presente.


"¿Un vampiro?" Se cuestionó incrédulo. ¿Cómo era eso posible? Eso no podía ser real. Tao se negaba a creer aquello, ¿pero a quien engañaba? Era la única conclusión -para su desgracia- a la que podía llegar.


Sintió al otro desencajar sus dientes y empezar a succionar la sangre que de su cuello brotaba. Al mismo tiempo que logró captar como una de las manos del otro ser se deslizaba por sus desnudas piernas, siendo enterrados en ellos unas afiladas uñas. El dolor se apoderó del cuerpo sometido y sin poder contenerlo, unas cuantas lágrimas lograron salir de sus felinos ojos y junto a ellos, unos cuantos jadeos por el terrible escozor de las heridas recién creadas. Repentinamente, un terrible calor invadió todo su cuerpo, haciéndolo arder en llamas internamente. Estaba sofocado y completamente aturdido hasta el punto de sentir como si la tierra se moviera en lo que uno podría describir como un sismo o un gran terremoto, pero que para sorpresa de Tao, todo eso sucedía en su cabeza.


Aquello había durado aún más que el beso que hace poco había recibido y el moreno ya se sentía desfallecer de la peor manera, su cuerpo totalmente pálido ahora, había dejado de dar señales de pelea, ya ni tenía las fuerzas para querer salir corriendo, solo sentía como poco a poco, iba perdiendo toda su vitalidad. Luego de un rato, pudo notar como aquel monstruo chupa-sangre se separaba de su cuello lentamente, mostrando nuevamente sus resplandecientes colmillos en una sonrisa satisfecha. En ese mismo momento, el chino no lo soportó, con las pocas fuerzas que tenía logró caer de rodilla hacia el suelo, mientras sus ojos volvían a observar, ya en una imagen lo suficientemente borrosa, aquellos orbes carmesí que tanto le atraía.


—Eso es todo lo que puedo hacer por ti —Declaro el vampiro con voz ronca. Tao no podía responder y solo se dedicó a interrogarlo con la mirada, pero de forma totalmente inesperada logró sentir como aquel hombre que había profanado -de alguna forma- su cuerpo, daba un increíble salto hasta llegar al borde del techo de ese pequeño edificio que se encontraba justo al lado y fue allí, cuando Tao por fin pudo verlo. La luz de la luna pegaba sobre lo que el moreno describía como un ser perfecto, la belleza en persona, si le permitían exagerar.


—Si llegas a sobrevivir... —pronunció el vampiro—… búscame. Mi nombre es Sehun, Oh Sehun ——Con esas palabras desapareció y junto a su partida Tao se desmayó, perdiendo completamente la conciencia con la gran certeza de que de esta no saldría.


 


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Sus ojos se abrieron con una sensación de pesadez, sintiendo el duro y frío suelo debajo de él. Confundido se levantó poco a poco, percatándose que se encontraba en el mismo sucio callejón que en la noche. ¿Había sido un sueño? ¿Será que solo se desmayó por el gran malestar que sentía y todo lo que había vivido la noche anterior era una mentira? Eso quería creer el chino y así lo haría.


Rápidamente se levantó del suelo y se dispuso a ir a su casa, pero justo cuando tocó el primer rayo de sol de la calle, soltó un grito de dolor al darse cuenta que su piel se quemaba con esta e inmediatamente, regreso a la sombra asustado. Incrédulo busco el primer charco de agua y con miedo observó su reflejo, confirmando lo que tanto estaba temiendo.


*No había sido un sueño*


En la imagen podía mirar como su piel se había vuelto pálida y sus ojos brillaban en un extraño color purpura. Buscó en su cuello y logró encontrar aquellas marcas que lo habían condenado a una terrible maldición.


—Ahora soy un vampiro... —Eso fue lo que se dijo el chino aún sin creerlo, pero la verdad ya era demasiado obvia.


Ahora solo tenía un solo objetivo y su agresor se lo había encomendado. Tenía que sobrevivir y buscarlo, no sería fácil, pero lo lograría, de alguna forma ahora tenía mucha confianza en su determinación. Adiós al viejo Huang ZiTao, a partir de ahora cambiaría aun cuando el miedo le carcomía...Tao necesitaba respuestas y las obtendría, aun cuando solo tenía unas pocas pistas, él lo haría.


 


~~~~//*-*//~~~~


 


* Objetivo: Sobrevivencia y búsqueda.


 


* Sujeto a encontrar: Oh Sehun.


 


* Características que lo describían:


—Piel blanca...


—Ropa negra...


—Cabello rubio...


—Y unos hermosos e hipnotizantes...


 


*Ojos Rojos*

Notas finales:

Buenoo.. Y eso es todo!! =D

Espero que les haya gustado mi primer TaoHun/SeTao :3

Por favor, dejen sus opiniones en un lindo rw >w<

También, me gustaría saber... Les agradaría que continue la historia o prefieren que quede con este final abierto?

Tal vez me anime a seguirlo para darle un final definitivo, pero eso depende de si ustedes quiren x3 jeje (Aunque tal vez me tarde un poquito en subirlo xD) 

Bien sin más que decir...

 

Bye- Bye


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