-…Niel… despierta… ¡Niel!
Sintió una voz llamándolo. Lejana. Alguien lo sacudía suavemente, intentando despertarlo. A regañadientes, dejó que su conciencia retornara. Abrió los ojos con pesadez y tardó unos instantes en enfocar la figura delante de él.
-Byung…hun…
Apenas fue capaz de articular su nombre con voz ronca. Sintió un nudo en la garganta, y solo entonces se percató de la humedad en sus mejillas. Estaba llorando.
-¿Tuve una pesadilla?
Sorprendido, alzó una mano para secar sus lágrimas. No recordaba cuando había sido la última vez que le había pasado algo así. Sentía aquella extraña angustia aún en su pecho, pero no podía recordar su sueño.
-Niel…
Byunghun permanecía allí, sentado sobre la cama a su lado. Tenía una extraña expresión, entre preocupada y confundida.
-Está bien, Byung, fue solo un sueño. Ya no lo recuerdo.
Intentó tranquilizarlo y sonreír, pero él frunció levemente el entrecejo.
-¿No lo recuerdas?
-No- lo miró extrañado -¿Acaso… hice algo?
Él asintió.
-Estabas hablando… Creo que es la tercera vez que te oigo hablar en sueños desde los cinco años.
-Como si recordaras tanto- bromeó.
-Lo recuerdo perfectamente. La primera vez fue cuando tu madre tuvo un accidente; te quedaste en mi casa esa noche mientras era llevada al hospital…
Niel desvió la mirada, sintiéndose nervioso. No necesitaba oírlo. Ambos sabían que solo lo hacía cuando algo lo preocupaba enormemente; aunque sin duda habían sido más veces de las que Byunghun había presenciado. Intentó en vano una vez más recordar su sueño. ¿Qué era lo que había dicho para que él tuviera esa mirada tan seria y angustiada?
-Niel…- suspiró -¿Crees que has hecho algo por lo que debas disculparte conmigo?
-¿Q-qué?- balbuceó, atónito -¿Qué fue lo que dije, Byung?
Él lo miró fijamente un momento, evaluando todas sus reacciones. Luego de segundos que parecieron eternos, finalmente contestó en un murmullo.
-Decías: “Byunghun… lo siento… lo arruiné.”
Niel sintió que su corazón se detenía y un escalofrío lo recorrió por completo. Su mente estaba totalmente en blanco. Se había acabado. Aun así, se esforzó por mantener su expresión imperturbable.
-¿De verdad dije eso?- rió nervioso –Mmm… quizás porque usé tu nueva remera y la ensucié mientras comía. Lo siento, no creo que las manchas salgan.
Hizo un gesto de disculpa, acompañado de un leve puchero. Pero no se atrevió a verlo a los ojos. Lo oyó suspirar una vez más.
-Me duele que pienses que voy a creer algo como eso- bufó.
-Lo siento, yo…
Se detuvo. No podía decirlo. Ver su expresión afligida y preocupada era como un puñal, pero no podía. Todo sería peor si lo hacía.
-Aún más me duele que temas decirme algo. ¿En verdad crees que hay algo que no te perdonaría? Aunque me enfadara ahora, tú sabrías cómo hacer que te perdone, me conoces lo suficiente…
-¿Y si decidieras apartarme de ti?
Inquirió con un hilo de voz. Él lo miró sorprendido.
-Hemos sido amigos por más de quince años, Niel. Incluso estamos viviendo juntos. Jamás me alejaría de ti, eres como un hermano para mí, deberías saberlo.
Niel asintió débilmente y, al fin, se incorporó en la cama. Se sentó, dándole la espalda a Byunghun. Sentía un nudo en la garganta y las lágrimas amenazaban con volver a salir en cualquier momento.
-Precisamente porque soy como un hermano para ti, no puedo decirlo.
En vano intentó que su voz no se quebrara. Inhaló profundamente, conteniendo su llanto y se dispuso a huir cuanto antes de allí. Aunque sabía que no lo lograría. No lo hizo. En cuanto Byunghun sujetó su muñeca con fuerza, una lágrima silenciosa resbaló por su mejilla. No se volteó a verlo.
-Niel, por favor… Me estás asustando- susurró con voz temblorosa -¿Realmente es tan irreparable?
Él se mordió los labios. Lo estaba lastimando con su actitud, lo sabía. No podía soportarlo. Cerró sus ojos con fuerza.
-¿Qué tan irreparable es que alguien se enamore de su mejor amigo?
Lo dijo. Se había acabado. A pesar de estarlo esperado, no pudo evitar sentir una punzada de dolor cuando Byunghun lo soltó. Se volvió solo un instante para verlo. Estaba inmóvil, totalmente sorprendido. Le sonrió con tristeza.
-Lo siento, Byung- murmuró.
Sin nada que lo detuviera ahora, salió de la habitación. Al verlo desaparecer a través del umbral, Byunghun reaccionó al fin y se apresuró tras él.
-¡Niel, espera!
Lo tomó por el brazo nuevamente, pero él se soltó. Entonces, lo abrazó. Niel forcejeó para soltarse, pero solo consiguió que Byunghun lo estrechara con más fuerza contra su cuerpo. Se rindió. Dejó caer sus brazos a los costados y se concentró en intentar calmar sus sollozos y respirar con normalidad.
-¿Es en serio?
Su voz sonó suave junto a su oído. Se estremeció levemente. Sin ser capaz de articular una palabra, asintió.
-¿Desde cuándo?
-N-no lo sé… yo…
Un susurro casi indescifrable. Ocultó su rostro contra su hombro. Tragó con fuerza, aclaró su garganta. Su voz volvió a salir en un murmullo apenas audible, pero Byunghun pudo entenderlo.
-Llevaba un tiempo confundido… hasta que lo entendí. Fue poco después de que comenzaras a salir con Luna…
Lo sintió tensarse. No era difícil sacar la cuenta: él había terminado con ella hacía más de seis meses; habían salido otro tanto. Había pasado ya un año desde que supo que estaba enamorado de Byunghun.
-Lo siento.
Sus palabras lo descolocaron. ¿Por qué se disculpaba? Su respiración se entrecortó cuando él lo abrazó con más fuerza.
-Siento no haberme dado cuenta antes… Te lastimé sin saberlo todo este tiempo, ¿no es así?
-B-byung…
Se apresuró a negar con fuerza. No entendía lo que estaba pasando. No entendía por qué se disculpaba, cuando era él quien debía hacerlo. Él lo había arruinado todo, había arruinado su amistad de toda la vida con Byunghun.
-L-lo siento… lo arruiné- musitó.
Inspiró profundamente y se aferró a él con fuerza. Con voz aún temblorosa, formuló aquella pregunta de la que tanto temía oír la respuesta.
-¿Me dejarías… seguir siendo tu amigo ahora que lo sabes?
-No puedo hacer eso, Niel.
Sintió como si acabaran de arrojarle un balde de agua helada. Dejó caer sus brazos a los costados una vez más. Sus rodillas le fallaban, apenas podían mantenerlo en pie. Esas palabras eran más dolorosas de lo que podría haber imaginado. Intentó apartarse, pero Byunghun no se lo permitió. ¿Por qué? Volvió a forcejear débilmente, sin éxito.
-Por favor… d-déjame…
Una súplica lamentable. Él deshizo levemente su abrazo. Lo suficiente para poder contemplar su rostro, aún sin dejarlo ir. Su expresión estaba totalmente seria, sus ojos brillosos.
-¿Crees que podría dejar que continúes siendo solo mi amigo, sabiendo que no te sientes de esa forma? Subestimas lo importante que eres para mí, Daniel.
Lo miró sin comprender. ¿Qué esperaba que hiciera? Solo podía pensar en no alejarse de su lado, no se le ocurría otra solución. Él le sonrió dulcemente y con delicadeza secó los rastros de lágrimas en sus mejillas.
-Te amo como a un hermano, Niel, porque así hemos sido hasta ahora. Siempre fuiste lo más preciado para mí, desde que éramos pequeños, y lo sabes.
Él asintió. Permaneció en silencio, sin atreverse a verlo a los ojos.
-Pero, si tú…- dudó; pasó la lengua por sus labios, inquieto –Si tus sentimientos han cambiado ahora… Eso está bien; yo también cambiaré.
Niel lo contempló estupefacto. Buscaba algún indicio de burla, algo que explicara lo que acababa de oír. Pero él se mantenía serio, una sonrisa más bien tímida en sus labios. Estaba desconcertado. Antes de darse cuenta, dejó salir una lastimera carcajada.
-¿Qué estás diciendo, Byung?
-Solo tengo que cambiar mi forma de quererte, ¿no?
Byunghun acarició su mejilla, sin dejar de mirarlo con ternura. Él volvió a reír, al borde del llanto una vez más. Ese tipo de cosas eran las que hacían que no pudiera evitar amarlo. No había nada que no tuviera solución para él. Sus brazos lo estrecharon de nuevo contra su cuerpo. Se permitió abrazarlo también; apoyó la cabeza en su hombro.
-Lo dices como si fuera tan fácil…- murmuró.
-Estoy seguro que no me costará mucho enamorarme de alguien como tú.
-Estás loco.
-Eso no es ninguna novedad- rió.
Suspiró. No sabía cómo debía reaccionar en aquella situación. Jamás había imaginado que algo así pudiera pasar. Sin embargo, por alguna razón se dejó tranquilizar por sus palabras. Él quería permanecer a su lado, eso era suficiente. Byunghun acarició suavemente su cabello y su espalda. Durante varios minutos, se mantuvieron en aquel agradable silencio. Entonces, Byunghun soltó una risilla nerviosa.
-Woah, tu corazón está latiendo tan rápido…
Niel sintió como la sangre se agolpaba en sus mejillas. Deshizo el abrazo y lo miró; un leve puchero en sus labios.
-Lo siento- balbuceó -no puedo evitarlo.
-Está bien, solo… es extraño.
Le sonrió. Acarició levemente su mejilla con la yema de sus dedos. Él bajó su mirada un poco.
-Estás tan sonrojado, también.
-¿Te estás burlando de mí?
Le dirigió una mirada un poco molesta. Sin embargo, se sorprendió al ver la forma en que él lo contemplaba. Había cierto brillo de curiosidad en sus ojos. Se sintió algo cohibido.
-¿Q-qué?
-Parece que aún después de tanto tiempo hay facetas de ti que desconozco...
Niel se quedó helado cuando el pulgar de Byunghun se deslizó suavemente sobre sus labios. Sin poder reaccionar, lo vio acortar la escasa distancia que los separaba. Atónito, sintió su respiración y aquel leve roce. Cerró sus ojos. Finalmente, él lo besó. Byunghun acababa de besarlo. Apenas había sido más que un suave toque. Sus cálidos labios se posaron en los suyos, amoldándose a ellos perfectamente. Pero fue suficiente para hacer que su corazón se desbocara por completo. Todo pareció detenerse y creyó que podría vivir en ese instante por siempre.
-Woah... son más suaves de lo que había imaginado.
Byunghun murmuró y se apartó lentamente. Sin mirarlo, bajó luego su rostro hasta ocultarlo en su hombro. Volvió a abrazarlo con fuerza.
-¿B-byung?
Nervioso, no supo qué decir. Jamás había imaginado que él haría algo así. ¿Por qué, tan repentinamente? Dudó unos instantes, intentando calmar su pulso. Lo sentía retumbar por todo su cuerpo, acelerado. Entonces, lo notó.
-Byunghun, tu corazón también está latiendo muy rápido ahora...
-Tampoco puedo evitarlo, ¿sabes? -balbuceó, haciendo eco de su anterior respuesta. -Acabo de besar a mi mejor amigo... y en verdad me gustó.