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¿tienes tiempo en tu agenda para un secuestro? por Haku1008

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Notas del capitulo:

 

Hola!!!!!!!!

 

El espíritu navideño comienza a volver a mí :3 xD bueno, en verdad me siento muuuuuuuuuuuy avergonzada u////u no pido disculpas por la tardanza porque sé que no las merezco. Me salió cortito pero bueno, ya que llegó un poco de inspiración y mi señora musa se animó a presentarse pues había que aprovechar :) sin más todo suyo.

Sus labios se curvaron en una sonrisa divertida y un tanto maliciosa, observaba a través de la ventana a su “secuestrado” haciendo rabietas en contra de su auto. Esa mañana, luego de que le hubiera hecho dormir en el suelo, el rubio lo había levantado de mala manera exigiéndole las llaves de su auto para que pudiese marcharse, el moreno le había observado con molestia, molestia que aumento aún más al darse cuenta de que el cielo ni siquiera había esclarecido ni un poco dándole la certeza de que era ridículamente MUY temprano, aun así le entregó las llaves de su auto y su cartera (claro, ésta última con algunos billetes menos). El rubio había salido con una sonrisa triunfante en los labios pensando, seguramente, en que al fin aquel absurdo teatro había terminado, al menos para él, pero…

 

–hm, tan encantador– murmuró el moreno observando los gestos de frustración en el rostro del rubio, entonces posó su vista en su propia mano en donde descansaba una pequeña pieza, era increíble cómo algo tan pequeño fuese tan vital para hacer funcionar un mecanismo entero, en este caso, el simple hecho de encender un vehículo. Una traviesa sonrisa se instaló en su cara.

 

La noche anterior Kurogane había esperado a que el rubio estuviera dormido profundamente, cosa que no tardo en suceder, al parecer el pobre estaba agotado por las compras hechas con Tomoyo y su madre (no lo culpaba), fue entonces que salió e hizo el detallito que ahora tenía hasta el punto de desesperación a su “amada”, no es que quisiera hacer sufrir al rubio (aunque tampoco negaría lo mucho que lo estaba disfrutando) pero simplemente aún no estaba listo, necesitaba de “Fye” para que la vida de mentiras que había creado no se derrumbara frente a sus padres.

 

Vio bajar al rubio con cierta decisión y, dando largas zancadas sobre la nieve se puso delante del auto abriendo el cofre, Kurogane tuvo que reprimir una carcajada cuando notó que el rubio no tenía ni idea de qué hacer después, aunque bueno, eso ya se lo esperaba. El moreno suspiró pensando en que aquello iría para largo así que se alejó de la ventana para ir a la cocina.

 

 

 

 

 

–ahh, no puedo creer que esto me pase a mí– murmuraba el rubio, nunca había sido supersticioso, ni siquiera creía en esas cosas pero, ahora bien podría comenzar a dudar y es que, los últimos eventos vividos bien podrían encajar con la teoría de que alguna nube negra se había posado sobre su cabeza; primero descubría a su novio, Midori, engañándole con otro, luego un idiota le intentaba asaltar y como el asalto no funcionó termina siendo secuestrado por ese mismo idiota que, para el colmo, termina siendo un pervertido, loco, farsante, mentiroso que le había hecho vestirse de mujer y le había obligado a fingir ante su familia que era su novia y, cuando finalmente tiene la oportunidad de marcharse ¡su auto se averiaba!.

 

Copos de nieve comenzaron a caer con parsimonia, elevó sus orbes al cielo “¿así o más claro?” pensó.

 

–Vamos, Yuui, puedes hacerlo, puedes hacerlo– murmuraba apretando los ojos, animándose así mismo. Volvió la vista al cofre, todo se veía normal ¿qué podía estar mal? tenía gasolina, no sacaba humo por ningún lado, entonces ¿¡por qué no encendía!?.

 

No supo cuánto tiempo permaneció allí afuera intentando encontrar el dichoso problema… y fue aparentemente de la nada que el rubio cayó en cuenta, el auto estaba perfectamente bien antes de todo aquello, durante su “secuestro” no mostro problema alguno y ahora, que intentaba volver a casa el auto dejaba de funcionar sin una aparente razón, sólo había una explicación para aquello, el auto….. había muerto u.u TT.TT

 

Suspiró derrotado, la oscuridad iba tornándose más y más clara, realmente deseaba marcharse antes de que la familia del moreno despertase y no tener que verse envuelto en más mentiras, porque, a pesar de que sabía que todo aquello estaba mal, no quería ser él quien rebelara la verdad a esas buenas personas que no tenían la culpa de estar emparentadas con un desequilibrado mental idiota pervertido como lo era su secuestrador…. ok, quizá exageraba un poco y el moreno sólo era un hombre desesperado…. muuuy desesperado… y patético ¬.¬

 

El frio comenzó a afectarle y no teniendo otra mejor opción decidió entrar de vuelta a la casa.

 

–¿Sigues aquí?– preguntó Kurogane aparentemente sorprendido de verlo.

 

–Créeme, no es porque yo lo quiera– dijo a la defensiva, sus manos frotaron sus brazos intentando recuperar calor que había perdido al estar a fuera por tanto tiempo.

 

–Mira nada más– sin pensarlo el moreno se acercó y con cuidado sacudió la nieve que se había acumulado sobre los rubios cabellos.

 

–……– el rubio le miró con extrañeza por aquel gesto amable pero al moreno aquello le pasó desapercibido.

 

–¿Quieres chocolate caliente? hice un poco– mencionó dirigiéndose a la cocina, el rubio le siguió casi por automático.

 

–¿Dónde puedo encontrar un mecánico? el auto parece estar averiado.

 

–Conozco a algunos pero, lamento decirte que por las fechas ninguno de ellos aceptara trabajar– explicó dejando una taza de chocolate caliente frente al rubio.

 

–¿Eso que tiene que ver?– preguntó desconfiado.

 

–Aquí no es como en la ciudad, es un lugar pequeño y las personas se toman muy en serio estas fechas, nadie trabaja en vísperas de navidad casi por tradición, ya sabes, es tiempo para estar con la familia.

 

–Es absurdo– frunció las cejas.

 

–Así funcionan las cosas aquí– dijo con tranquilidad y una pequeña sonrisa que no pudo evitar.

 

–Mientes.

 

–No lo hago.

 

–……. ¿Cómo puedo regresar a casa hoy mismo?

 

–Es imposible, al menos hasta que pasen las festividades navideñas.

 

–……– entrecerró sus orbes azules –¿no es esto demasiado conveniente para ti?

 

–….. amm ¿por qué lo sería? es decir, a mí me conviene que te vayas, ansío eso más que tú. Fue una locura secuestrarte en primer lugar y estoy muy arrepentido por ello.

 

–Lo admites– sonrió –al parecer vas progresando– dijo con socarronería, comenzó a beber su chocolate.

 

–……..– sonrió de lado, vaya niño mimado, pero muy a su pesar lo necesitaba –entonces ¿qué piensas hacer?

 

El rubio hizo una mueca ¿qué podía hacer? –Un taxi

 

–Nadie quedrá llevarte en un viaje tan largo.

 

–¿Su línea de autobuses?

 

–Sí. Si quieres viajar parado, claro, por las fechas las líneas de autobuses están saturadas.

 

–¿Tienen estación de tren?

 

–No.

 

Frunció el ceño, su mala suerte era algo increíble, ahora que era libre de su patético secuestrador resultaba que no tenía modo de volver a casa.

 

–¡ah! ¡mi asistente!– dijo con emoción –Llamare a mi asistente y ella se encargara de todo ^^

 

–¿Tienes un asistente?– preguntó el moreno sorprendido.

 

–Obvio. Ahora… ¿dónde deje mi celular? mmm alto– se volvió a Kurogane con una mirada molesta y le acusó –tú no me devolviste mi celular.

 

–ah, sobre eso…– desvió la mirada y fue entonces que le narró lo sucedido con el dichoso celular (el mismo que había visto su fin al ser triturado con la llanta del auto del propio rubio).

 

La cara del rubio era un poema y Kurogane temió que el chico terminara lanzándole otra barra de jabón (ni siquiera estaba recuperado de la última u.u), pero el rubio no hizo ningún acto que atentara contra él (por fortuna) y se dirigió en busca del teléfono de la casa y comenzó a marcar. El moreno observaba con nerviosismo que intentaba disimular ¿qué haría ahora? tenía que pensar en algo para impedir que el rubio se marchara ¿pero qué podía hacer o decir sin sonar sospechoso o muy obvio?

 

El rubio frunció el ceño y volvió a marcar…. ambos esperaron en tensión…. el rubio repitió el proceso de volver a marcar y esperar….

 

–TT.TT no me responde

 

El moreno se sintió aliviado, aunque la expresión del rubio, una muy afligida y preocupada, le hizo sentirse culpable.

 

La otra opción para pedir ayuda del rubio era Midori, su ahora exnovio, pero ¿se tragaría su orgullo para llamarle luego de que había encontrado al infeliz siéndole infiel con otro? u.u………..

 

–No puede ser, no tengo cómo volver a casa, eso quiere decir que me quedare atrapado en este lugar para siempre, siempre, siempre, siempre…

 

Luego del 8vo “siempre” el moreno comenzó a preocuparse realmente por el chico –oye… oye…– intentó llamarle pero no obtenía mucha atención de su parte ¬.¬ su dedo índice golpeó la frente ajena con delicadeza.

 

–¿¡eh!?– el rubio le observó.

 

–Escucha, ya que yo tuve la culpa de todo, yo mismo me encargare de que puedas volver a casa– le aseguró con noble determinación.

 

–Tú….– susurró el rubio –eso es… es lo mínimo que podrías hacer por mí después de todo– dijo con suficiencia al tiempo que se cruzaba de brazos.

 

–……..– reprimió un gruñido y forzó una sonrisa –claro, eso después de navidad.

 

–pff si no hay más opción. Pero ni un día más ¿entendido?– dijo entrecerrando los ojos.

 

–Te doy mi palabra.

 

–Tu palabra vale muy poco– dijo sonriendo con superioridad.

 

–…………– Kurogane le miró con cansancio, el rubio era insoportable, ahora entendía cómo es que su novio le había engañado con otro ¬.¬ –¿Estás consciente de que frente a mi familia…..?

 

–yo soy tu “novia”, sí, lo sé. Ya te lo dije, no soy yo quien tiene que decirles la verdad, sino tú, así que mientras tenga que quedarme… me mantendré en “mi papel”– dijo para nada contento con ello –al menos hasta que tengas el valor de confesar la verdad. De cualquier manera luego de navidad yo me iré de aquí y más te vale cumplir con ello.

 

–ya te dije que lo haría.

 

–Eso es un trato entonces.

 

–Sí, es un trato– el moreno le extendió la mano, un tanto reticente a aceptarlo el rubio terminó estrechándola, cerrando con ello aquel pacto entre los dos. 

 

 

 


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