Habían pasado dos días desde su día impar, Minsoo le había regalado la entrevista con el ejecutivo de Jocone para poder tener un mejor empleo, uno en dónde se sintiera enteramente feliz y aunque aún estaba preparándose para la dichosa entrevista, no le había podido agradecer a CAP como quería.
Así que después de salir de su actual trabajo caminó hacia el centro de la ciudad, tendría que comprarle algo bonito a Minsoo.
Aunque como él lo había dicho, “no era necesario” sentía que si él no hubiera podido conocer al Sr. Oh ni le habrían propuesto la entrevista al reconocerlo como el creador de ese adictivo juego Kimchi Master.
Sonrió divertido e incluso orgulloso porque Kimchi Master había empezado como una propuesta tonta para un juego que se pudiera descargar por internet para los dispositivos móviles. Y saber que por esa ridícula idea ahora tendría la oportunidad de trabajar con Jocone, le resultaba espeluznantemente excitante.
Pero ¿qué le podría regalar a Minsoo?
No había libro que no se haya comido antes, incluso esos que le compró mientras hacía fila para pagar los víveres los había leído.
Lo mejor ería quizá comprarle algo de comida, no se podría negar a eso y sin duda le gustaría.
Asintió por su idea satisfecho, pero se detuvo al pasar por el aparador de una tienda. Miró con detenimiento el péndulo de Newton y el precio por el que se vendía.
Sonrió porque más de alguna vez escuchó que Minsoo lo mencionara.
“¡Por Newton!”
“Newton lo pudo haber hecho mejor”
“Newton bendito”
Al entrar a la tienda fue directo al vendedor, a pedirle que se lo vendiera, tras la transacción tomó la cajita con cuidado para ir hacia una papelería y sólo comprar un moñito de pega.
Luego caminó a casa.
Suspiró mientras lo hacía, últimamente su vida no estaba tan mal, si era cierto que no trabajaba en el lugar de sus sueños, de menos recibía dinero, algo que nadie le regalaría. Y lo que era más, dentro de la empresa ya se estaba dando a conocer como lo que era, como ese brillante ingeniero capaz de manejar cualquier tipo de software y hardware.
Eso le ponía feliz.
Llegó a su hogar y empujó la puerta porque sintió que la perilla no tenía seguro, entró lentamente quitándose la mochila que llegaba al trabajo y buscó a Minsoo.
No lo encontró, pero oía que los trastos se movían en la cocina y el aroma a comida le confirmó qué estaría haciendo.
-Ya llegué.- avisó caminando hacia la cocina para mirar qué estaba preparando. –Oye CAP, te tengo algo.- le sonrió cuando el mencionado dejó de mover lo que cocinaba.
-Hola, qué tal el trabajo.- preguntó bajándole el fuego para caminar hacia Leeteuk, llegando lo suficientemente cerca para posar sus manos en su cadera y besarle ligeramente los labios. –Preparé la comida.-
-Gracias.- susurró Leeteuk separándose levemente de él. –Te compré algo.- le mostró la cajita con el moño. Minsoo alzó una ceja incrédulo.
-Siempre quise una caja.- contestó tomándola. –Y a mi colección le faltaba un moño de este color.-
-No seas tonto.-
-Me gusta serlo.- susurró Minsoo abriéndola.
Sus cejas se alzaron dramáticamente mientras su quijada caía ligeramente. Luego miró a Jungsoo aun sorprendido.
-¡El péndulo de Newton!- gritó sacándolo rápidamente de la caja. –¿Dónde? ¿Por qué?-tomó el péndulo final para alzarlo y soltarlo. –¡Já! ¡Por Newton! Esto es grandioso.- dijo sonriendo por el movimiento de las fuerzas sobre los péndulos. –¡Pero mira!- se acercó a Leeteuk mostrándole los péndulos y su magia. –¡Diablos! Seguramente me veo nerd.- pero aun sonreí y jugaba.
-En realidad no.- contestó Leeteuk. –Siempre te has visto así.-
-Sorprendentemente esto me ha encantado.- contestó Minsoo sonriendo sin dejar de ver los péndulos. –Gracias.-
-Tenía que agradecerte la entrevista que me conseguiste.- dijo Leeteuk acercándosele. –Espero que el sentimiento sea igual.-
-La diferencia entre tú y yo, es que tú no pudiste chillar como yo lo hice.- contestó Minsoo suspirando. –Tú te controlaste, yo no pude hacerlo.-