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Proyecto [EMOTIONS] por Mirnest2

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Notas del capitulo:

Lamento a quienes esperaban el estreno de ~Abstracto~ pero la inspiración quedó en stand-by así que por eso decidí actualizar este fic ;)

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-CAPÍTULO II –

 

El lazo. No podía dejar de pensar en eso. Desde que encendí al robot, ahora llamado MinHo, me arrepiento honesta y sinceramente de haberlo hecho. ¿Recuerdan ese dolor estomacal que él sentía? Bueno, después supimos, más bien, descubrimos que era hambre. ¡Hambre! El robot tenía hambre, ¿Lo pueden creer? No, sé que no pueden porque ¡ES IMPOSIBLE QUE UN ROBOT SIENTA HAMBRE!

Dios, siento que mi paciencia descendió del nivel 90 al 0 en unos pocos días y ya todo lo que pueda pasar de ahora en adelante no me va a sorprender.

 

-          Estás cansado…

 

Sí, ese es MinHo ‘leyéndome’ el pensamiento ahora mismo y como viene jodidamente haciéndolo los últimos días. ¿Lo nuevo? Es que ha aparentado ser más dócil (o idiota) de lo que creía. ¿Lo malo? Es que no deja de seguirme en todo el puto día.

La primera vez que quise ir al baño, se puso a llorar porque pensó que lo estaba rechazando, ¡Se puso a llorar! Y cuando quise ducharme, ¡Se había metido conmigo! Y eso no es todo, se le estaba haciendo una costumbre molestarme cuando necesitaba estar solo y sí, con eso me refiero a que me pilló masturbándome mientras veía una porno y, ¿Saben lo que hizo? Se ofreció a correrme la paja. Él no comprendió el por qué me había enojado, mientras que KiBum solo se rió y encargó de recordarme aquel bochorno en los días posteriores el muy pendejo.

Ahora tengo a un perrito siguiéndome las veinticuatro horas del día, los siete días a la semana y de paso a KiBum quien solo goza con mi desgracia.

 

-          ¿Por qué me has traído hasta acá?

 

Estuve pensando los pasados días si traer a MinHo conmigo o no, luego de meditarlo mucho y en vista de que no quería llevarme ninguna sorpresa con las cosas que pudiese descubrir de él, en contra de lo que KiBum pensaba, me arriesgué en sacarlo de nuestra habitación de mierda y traerlo al depósito de chatarra que manejaba un amigo mío.

JinKi era un buen tipo, de esos locos que te daban miedo (sobre todo cuando se exaltaba por algo) pero a fin de cuentas, un buen tipo. Si había otra persona en este mundo que pudiese saber más de robots que yo mismo o KiBum, esa persona era él.

 

-          Vamos, camina… - dije avanzando sin esperar por el droide, sintiendo sus pasos medio arrastrados detrás de mí.

La grava resonó bajo nuestros pies y la noche nublada y fría, nuestra aliada en las sombras mientras nos hacíamos por pasillos de basura con MinHo deteniéndose a mirar cada mierda de cosa que le llamaba la atención y yo como imbécil apurándole el paso.

Llegamos a un oxidado conteiner y golpee la puerta, una sombra se dibujó del otro lado de la ventana y la puerta crujió abriéndose apenas para dejar ver un cansado ojo bajo una cortina de pelo que cubría casi hasta el labio superior.

 

-          ¿Qué quieres?

 

-          Hey, ¿Qué onda compadre? – le saludé, él alzó media ceja pero no parecía saber que era yo; después de todo, no lo veía hace ¿Cuánto, cinco años, seis tal vez? – Soy yo, TaeMin

 

-          ¿Quién?

 

Había un detalle, además de la falta de corte de pelo, y pendían del cuello de la sudad… ¡Pero qué asco de ropa! Lo siento, me desvié. Sí, JinKi usaba lentes y ya podía adivinar que no me veía sin ellos. Me acerqué entonces, los tomé y se los extendí. Él los recibió y cuando se los puso, sonrió reconociéndome.

 

-          ¡Taeminie! – gritó antes de cerrar la puerta, correr el cerrojo para abrirla por completo - ¡Ven acá chiquillo! ¡¿QUÉ MIERDA ES ESO?!

 

Y hasta ahí quedó el cálido saludo de mi amigo porque, cuando miró más allá de mi hombro, retrocedió unos cuantos pasos y cerró la puerta en mi cara, ¿Qué estaba pasando?

Miré a MinHo, el hizo un puchero sin entender nada.

 

-          Creo que lo has asustado – se atrevió a decirme el robot con complejo de niño bonito.

 

-          Cállate, no sabes nada…

 

Refunfuñé y volví a golpear la puerta insistentemente, sin resultados positivos.

 

-          ¡JinKi! – grité - ¡Lee JinKi, abre la puerta!

 

-          ¡No con esa cosa ahí! – me respondió desde el otro lado.

 

-          ¡¿Qué quieres decir?!

La puerta se abrió apenas un poco y el asomó su dedo, apuntando quién sabe qué cosa.

 

-          ¡¿Yo?! – dije aturdido.

 

-          Tú no, el… esa cosa detrás de ti

 

-          ¡No hay nada!

 

-          El droide, ¡Saca esa cosa de mi propiedad!

 

-          ¿Qué? ¡¿De qué hablas?!

 

-          ¡Deshazte de eso! Es más, deséchalo y desaparece…

 

Y bueno, hasta ahí, lo que me pareció una rabieta propia de la bizarra personalidad de mi amigo, se convirtió en algo que se puso interesante. He aquí tres hechos factibles:

 

  1. Lee JinKi es el genio de los genios en reparación de robots de todo tipo. Es más, es un jodido superdotado.
  2. Él me enseñó todo lo que sé.
  3. Trabajó más de dos tercios de su vida en  la H.I.R corp., y eso que solo tiene 45 años que sabe disimular condenadamente bien.

 

Volví a mirar a MinHo y el alzó los hombros inocentemente, ¿Había algo de lo que me estaba perdiendo?

Toqué de nuevo.

 

-          ¡¿A qué te refieres con que me deshaga del robot y desaparezca?! ¿No crees que exageras?

 

-          ¡Exagerar es poco! – me respondió desde el otro lado de la puerta - ¡Si no te vas, llamaré al comando!

 

¿Iba a llamar a la policía?

 

-          JinKi, ¿Podemos hablar sin la puerta de por medio?

 

-          ¡No con el droide!

 

-          ¡Explícame lo que quieres decir con que deseche al robot!

 

-          ¿Me vas a botar? ¡No me botes, por favor no lo hagas! – y allá vamos con el lloriqueo otra vez.

 

-          ¡JinKi, por favor! Si me explicas qué es lo que pasa, juro que me iré y no me volverás a ver jamás pero necesito que me ayudes… - le rogué y al parecer, funcionó.

 

La puerta se abrió lentamente, en una minúscula rendija, se asomó un ojo de mi amigo; no le iba a presionar, si quería mantener su distancia lo iba a respetar aun si quería entrar de golpe en su casa-conteiner a la fuerza.

 

-          Oye, lamento venir sin avisar antes

 

-          Hazlo rápido, estoy arriesgando mucho con tenerte aquí con esa… esa cosa

 

-          Hola, soy MinHo

 

-          ¡Aléjalo de mí! – gritó espantando, asustando al robot - ¡No quiero que me hable!

 

-          ¡Está bien, cálmate! MinHo – le hablé al droide – Guarda silencio…

 

-          Debo ser educado y saludar – dijo repitiendo una de las tantas cosas que KiBum/mamá le había enseñado.

 

-          ¡Lo sé! Pero por ahora, cierra la puta boca…

 

-          No hay que decir palabrotas, KiBum dijo que…

 

-          ¡SOLO CÁLLATE! – exclamé, sintiendo luego los sollozos silentes de MinHo que ocultó su rostro para que no le viera llorar; ¡Arg, necesito paciencia! – Yo, lo siento por esto… - me disculpé volteándome hacia JinKi, quien ya tenía medio cuerpo asomado por el espacio de la puerta - ¿Podemos hablar?

 

-          ¿Cómo lo obtuviste? – preguntó interrumpiéndome.

 

-          ¿Eh…?

 

-          Al ciborg, ¿Cómo lo obtuviste? Lo robaste, ¿Cierto?

 

Yo asentí, rascando la parte de atrás de mi cabeza, sobre exaltándome cuando la puerta se abrió de golpe y JinKi salió, tomándome a mí y a MinHo de la mano para llevarnos en un solo movimiento al interior del conteiner mientras él miraba de un lado a otro en el exterior antes de cerrar la puerta.

Respirando agitadamente nos observó breve, luego fue a un escritorio, cambió los lentes que traía puestos y se los acomodó, ignorándome para ponerse a mirar al robot demasiado cerca si me lo preguntan a mí.

 

-          No puedo ni imaginar lo que tuviste que hacer para tener uno de estos – dijo mirando a MinHo en detalle, rodeándolo lentamente, observando cada rasgo – No pensé que los llegarían a fabricar es… una situación muy extraña

 

-          ¿Sabes quién diseñó al robot?

 

-          Pues claro que lo sé – dijo mirándome apenas – fui yo…

 

-          ¿Cómo…?

 

-          Hace cinco años, antes de renunciar  a la H.I.R, diseñé un prototipo de ciborg, hice algunos planos y tracé las primeras matrices del sistema operativo; todo era algo, muy de prueba pero veo que sí pudieron llevarlo a cabo después de todo…

 

-          Aguarda un poco, ¿Tú eres el ‘papá’ de esta cosa?

 

-          ¿Disculpa?

 

-          MinHo solo dice que extraña a su papá, que su papá le enseñó tales y tales cosas, etcétera…

 

-          Oh… – musitó – no creo que se refiera a mí, mi aporte en él fue solo básico, quien fuera que le enseñó algo más dudo lo haya hecho voluntariamente…

 

-          ¿A qué te refieres?

 

-          El droide aprende por reflejo, por imitación, por instinto de preservación en los casos más extremos si quieres… o al menos, así lo diseñé

 

Estoy, totalmente perdido en todo. Sin quererlo, di a parar a la fuente misma del origen de MinHo y para mayores casualidades, se trataba de una persona que conocía muy de cerca. La pregunta esencial entonces era otra…

 

-          ¿Por qué el alboroto cuando nos viste en tu puerta? Tú diseñaste al robot…

 

-          Ah porque no está permitido crear prototipos como éstos, al menos no cuando yo trabajaba en la H.I.R y si mal no recuerdo, las leyes robóticas aún no se modifican por lo que querido TaeMin, has robado un producto censurado por la ley y eso, es una agravante para convertirte en un ‘desaparecido’…

 

-          Es solo un robot…

 

-          Eh, no, no lo es

 

-          ¿Ah…? – gemí como idiota y JinKi me miró comprendiendo que no entendía nada.

 

-          No sabes lo que es esto, ¿cierto? – preguntó apuntando a MinHo, yo negué con la cabeza – Esto no es un robot…

 

-          Si no es un robot, entonces, ¿Qué es…? ¿Un avión con forma de persona?

 

-          Es un humanoide…

 

-          ¿Cómo dices? – creo que no escuché bien, al parecer JinKi dijo humanoide y mi ataque de ansiedad ya se hacía inminente – Pensé que dijiste que MinHo era un humanoide

 

-          Lo es… esto, tu ‘MinHo’, es un humanoide…

 

Bueno, que MinHo fuera un humanoide, robot, androide, ciborg, niño de metal, bebé con tuercas no hacía ninguna diferencia. La ‘cosa’ esta, tenía un origen; JinKi, ahora lo que me faltaba era, qué podía hacer con él y con eso me refiero a cómo deshacerme de él. Sé que el robarlo había tenido un propósito inicial válido para desacreditar a la H.I.R corp., y la industria robótica del país pero, ¿Cómo mierda iba a hacer aquello si tenía a un robot con forma de hombre pero con mente de un pequeño de 3 años?

Ahí comencé a replantearme todo, sabía que MinHo no sería útil por lo que, tenía que sí o sí, dejarlo en alguna parte y continuar con lo mío con otros medios y formas posibles.

Suspiré y miré a mí alrededor. El pequeño conteiner en el que vivía JinKi era un basural; montones de papeles por todas partes, cubiertos y platos sucios con restos de comida, envases de comida instantánea y tazas de café a medio beber. Dudé si es que había agua potable o incluso una caldera. Mi amigo era un desastre; inteligente, pero un desastre a fin de cuentas.

Evalué mis opciones, ya que me había decidido a que tenía que abandonar a MinHo, los motivos para hacerlo eran los suficientes para mí:

  1. Era odiosamente insoportable y, si seguía conmigo, yo de seguro terminaría desarmándolo y usando uno de sus dedos como perchero de baño.
  2. El que sea un prototipo que aprende por ‘reflejo’ de quién está a su alrededor, me hacían a mí el peor ejemplo. KiBum estaba bien, él tenía un complejo de madre y salvador del universo pero yo, yo no tenía tiempo para lidiar con alguien más; por la misma razón tampoco me había decidido a tener un perro, enseñarle a cómo comer, comportarse, donde cagar y mear eran demasiadas cosas para mí y con MinHo era exactamente lo mismo.
  3. JinKi necesitaba compañía, lo deduje al mirar el lugar en donde vivía y MinHo era la ‘cosa’ ideal para eso: podía aprender de su creador y al mismo tiempo convertirse en una excelente ama de casa y esposa de metal para mi amigo.

Estaba decidido.

 

-          Bueno, creo que ya sé lo que haré con él… - hablé distrayendo a mi amigo que seguía mirando su trabajo en papel hecho realidad – lo mejor será, que tú te quedes con él, después de todo eres su creador y puedes estudiarlo, y perfeccionarlo porque sin duda esta cosa tiene un error de fábrica…

 

-          ¡¿Qué?! – gritaron ambos, sus ojos abiertos de par en par.

 

JinKi acomodó sus gafas y peinó su cabello sin darse cuenta de las mechas que quedaron paradas por su falta de aseo y grasa capilar acumulada, ¿Cuándo había sido la última vez que se había dado una ducha y cambiado de ropa? Ni pensar en cuántos días llevaba usando la misma ropa interior. ¡Asco!

 

-          Oye, no, no, no, no… - dijo alejándose de mí y yendo a su escritorio para revolver papeles como si estuviera ordenando – Y-yo, yo no me puedo quedar con él, es, es imposible…

 

-          JinKi, sé que quieres quedarte con él, los ojos te brillan y ya puedo imaginar los planes que tienes para MinHo

 

-          Eso no tiene nada que ver – me dijo volteándose a verme – Incluso si quisiera, no es tan fácil, el comando…

 

-          El comando es mierda, solo nos infunden miedo y además dime, ¿Cuándo fue la última vez que entraron a este sitio a hacer una inspección; uno, dos meses atrás…?

 

-          Cinco…

 

-          ¿Ves? ¡A eso me refiero! Ellos no entrarán acá a revolver el lugar y tú podrás tener a MinHo para ti sin que nadie sospeche nada malo…

 

-          ¿Qué? ¡¿Me dejarás acá?! ¡No puedes hacerlo! ¡No puedes abandonarme! ¡No quiero quedarme aquí! – reclamó el robot recién percatándose de lo que JinKi y yo hablábamos, caminando hacia mí para tomarme de las manos mientras rogaba - ¡Este lugar es feo! ¡Está sucio! Y él… - añadió apuntando a mi amigo - ¡Él huele mal!

 

Lo que me faltaba. Hice una mueca al robot llorón y lo ignoré, acercándome a JinKi en mi plan de convencerlo.

 

-          Yo no puedo lidiar con él, tan solo… míralo

 

Ambos lo hicimos, MinHo mordía su pulgar y sorbeteaba sus mocos, llorando en silencio mientras esperaba nuestra respuesta. Lucía ansioso o al menos, eso aparentaba. Quiero decir que me dio un poco de pena verlo de ese modo pero, ya había tomado una decisión y no iba a desistir de aquello.

 

-          Está a mi alrededor todo el tiempo y yo, no tengo el tiempo para enseñarle lo que quiere aprender, si sigue conmigo, terminará como abre latas, y tú, ¿Quieres que tu proyecto, tu idea, termine de esa forma por mi culpa? – y sí, apliqué un poco de manipulación solo por las dudas.

 

JinKi me miró, mordió su labio inferior y sus ojos iban y venía de MinHo hacía mí; yo ya sabía que lo estaba considerando, sabía que quería al robot para él.

 

-          Incluso si lo quisiera… - me dijo – me temo que esto no funciona así

 

Eso no se oye bien.

 

-          ¿Qué quieres decir con eso?

 

-          Creé al humanoide porque sí, estaba solo y quería una compañía que fuera más que un simple robot, quería… un amigo – comenzó a decirme algo avergonzado – Y, cuando diseñé su matriz, añadí un algoritmo de pertenencia y lealtad

 

-          Me temo que no logro seguirte…

 

-          …el algoritmo, digamos que yo tenía pensado que funcionara de dos maneras; la primera, que el robot reconociera a su dueño en la persona que iniciase su sistema y la segunda, que por afinidad y potencial crecimiento de su sistema emocional, el robot eligiese a su dueño en las personas de su entorno… - suspiró – incluso si yo quería inventar un amigo perfecto, no quería que el robot estuviese atado a mí, eso… eso marcaría una diferencia

 

-          ¿Quisiste darle elecciones?

 

-          Albedrío… - me corrigió – traté pero, cuando empecé a trabajar más y más en su diseño emocional y psicológico, me fui de la H.I.R y lo demás, ya es historia… hasta ahora

 

En ese momento tuve, sentimientos y pensamientos encontrados. El primero que vino a mi mente fue que mi amigo era un hombre solitario. Me sentí culpable, había perdido el contacto con él por mis intereses personales y ahora que le buscaba cuando le necesitaba, me venía enterando de algo que pudo haber sido evitado si yo hubiera sido más responsable con mi amistad hacia él. Y lo segundo que pensé, era que JinKi era jodidamente inteligente; ¿Qué persona en el mundo es capaz de recrear el albedrío y una personalidad a base de cálculos matemáticos?

Solo él.

Y la H.I.R corp., que terminó su trabajo con el resultado en MinHo.

 

-          Tú eres el dueño de MinHo… - le dije tomándole por los hombros – es tuyo por derecho propio…

 

-          La verdad es que, no lo es

 

Él me miró, yo le solté y retrocedí un par de pasos.

 

-          Yo solo lo diseñé, cree sus primeros rasgos pero no terminé el proceso – me explicó – alguien en la H.I.R corp., continuó con lo que yo estaba haciendo y, según lo que parece, conservó la matriz de pertenencia y lealtad que yo diseñé para el droide, y, tengo la impresión que MinHo reconoce a esa persona como su padre, ya sabes, quien lo hizo funcionar por primera vez…

 

Esto, no me gusta para-nada.

 

-          Pero, al poner en funcionamiento esa matriz, el droide iba a ser capaz de escanear su entorno y elegir a quien darle su lealtad, ya sabes por el…

 

-          …albedrío – completé yo, ya sintiendo cómo me subía la bilis hacia la garganta.

 

-          Exacto y, quizás reconoció que su padre no era la persona idónea de la cual aprender y supongo que después de eso, se apagó por sí mismo – añadió caminando en círculos, analizando todo como si estuviese hablando consigo mismo – hasta que tú lo robaste y encendiste de nuevo; MinHo te escaneó, reconoció en ti una buena fuente de aprendizaje y, por lo tanto, tú eres su dueño legítimo… no puedes dármelo a mí o a nadie, tampoco puedes deshacerte de él…

 

La bilis ahora, está en mi boca y, lo lamento JinKi pero te dejaré dinero para que limpies la alfombra que acabo de vomitar.

Aparté con mi mano a MinHo cuando quiso ayudarme, él era la última pers-digo, cosa que quería ver en ese momento. Incluso si el robot me lo había advertido con sus palabras el día que lo encendí; de que estaríamos unidos de por vida, que yo sería el único para él y que si yo moría, él también lo haría y blablablá, oírlo de la boca de quien lo había diseñado, de la persona más inteligente que yo conocía, era otra cosa. JinKi no mentía.

Y yo estaba jodido.

 

 

Tres días pasaron desde aquella vez que vi a JinKi hyung. Luego de haber vomitado y haberme resignado a mi desdichado destino como ‘dueño’ de MinHo, JinKi se comprometió a estudiar al robot en base a su diseño original y el producto final para ver qué podíamos hacer con él y si representaba un riesgo para la sociedad que defendía el derecho a vivir sin estas cosas rodeándonos todo el tiempo. Sé que mi hyung había admirado la forma en que H.I.R corp., había convertido en realidad su sueño pero al mismo tiempo, noté en sus ojos el temor de lo que MinHo pudiese hacer, qué cosas pudiese aprender y la magnitud de su potencial inteligencia en base a la estimulación que tenía.

Por lo cual, el plan era simple: ‘No le enseñes demasiado, no hasta que estudie su sistema y vea hasta donde llega su límite de aprendizaje…’ eso en palabras de JinKi y yo, como no quería darle muchas vueltas al asunto, prometí que no lo haría.

Pan comido.

Sentí la puerta de nuestro roñoso cuarto de motel abrirse y desvié la vista de la computadora. KiBum entró con unas cuantas bolsas y la ropa mojada, detrás de él se asomó MinHo con más paquetes y una pulcra sonrisa en la cara. Escalofriante si me lo preguntan a mí.

 

-          ¡Odio la lluvia! En serio lo hago, ¿No podría ser menos húmeda? – ese fue KiBum quejándose como la niña con pene que era - ¡Arg! Mi cabello y mi ropa están totalmente arruinados…

 

Yo no dije nada y solo evité que me viera reír mientras él sacaba los abarrotes y los ordenaba en el área del cuarto que dispusimos como cocina/sala/comedor.

 

-          Pienso que la lluvia es adorable; el agua en mi piel, se sintió sensacional…

 

-          Tu piel no es real – le dije a MinHo restándole importancia – es solo látex de muy buena calidad…

 

-          Incluso si así lo es, se sintió agradable, la lluvia es hermosa, ¡me encanta la lluvia!

 

-          Es solo agua que cae del cielo, no le veo mayor atractivo – me quejé – si no estás preparado y llueve, te mojas y luego te enfermas…

 

-          ¿Enfermarse?

 

-          Sí, los humanos cogemos un resfriado tú, podrías oxidarte por el agua en el metal de tu cuerpo…

 

-          Suena divertido – sonrió inocente como el tonto que era - ¡Quiero enfermarme! Quiero salir a tocar la lluvia…

 

-          En serio cariño, no quieres – habló KiBum tocándole una mejilla – te arruinarías y no queremos que eches a perder tu perfecta anatomía robótica, ¿cierto?

 

MinHo me miró. Yo hice un movimiento de hombros, KiBum me observaba como si esperase a que dijera que no como si fuera el maldito papá de esta retorcida y bizarra familia.

 

-          A mí no me mires, si quiere salir y mojarse, no es mi problema…

 

-          ¡TaeMin!

 

-          ¡KiBum! – respondí bromeando.

 

-          ¡Sí! – gritó MinHo emocionado al mismo tiempo que abría la puerta y salía para mojarse como tanto lo deseaba.

 

Regresé a trabajar en mi computadora cuando sentí cómo KiBum la cerraba de golpe.

 

-          ¡Hey, no alcancé a guardar ningún cambio, perderé todo!

 

-          ¡Bien, te lo mereces por idiota! – dijo cruzando los brazos sobre el torso.

 

-          ¡¿De qué estás hablando?!

 

-          ¡¿En serio no te importa que MinHo se arruine?!

 

-          La verdad, me haría un favor, no lo soporto…

 

-          ¡Yo no te soporto! No sé para qué quisiste robar al robot si ahora actúas como si no te importara tenerlo

 

-          Es porque es cierto, ¡No-me-importa! – me defendí poniéndome de pie - ¡Tienes razón, no debí robarlo pero, ¿Cómo iba a saber que sería una mierda de droide?! ¡Esa cosa es inútil, es como un maldito niño, no sabe nada de la vida real, es un iluso! ¿Qué si me equivoqué en robarlo? ¡Lo admito, fue el peor error de mi vida y me arrepiento cada minuto de haberlo traído conmigo y encendido! ¡Desearía que se autodestruyera!

 

Respiré, la garganta me ardía y las manos me temblaban. Estaba enojado, furioso con KiBum y MinHo, incluso con JinKi hyung por haber diseñado semejante cosa, con la H.I.R corp. por haberlo fabricado pero más que todo, estaba enojado conmigo mismo porque ya estaba perdiendo el juicio a causa de ese droide.

Toda la idea de querer usarlo y así probar lo riesgoso que era para los seres humanos convivir con un robot se esfumó. A cambio de eso, tenía un humanoide con complejo de niño que no me servía de nada y tan solo me hacía perder el tiempo. Desde que lo robé hasta ahora, ya debería estar trazando un plan para recuperar a mi familia y mostrarle al mundo que los robots son un riesgo para la humanidad. Y no había logrado nada.

Solo estaba perdiendo tiempo jugando a la familia con KiBum y el estúpido robot.

Respiré agitado, desordené mi cabello y miré a KiBum, sus ojos iban más allá de mí así que volteé y noté porqué la cara de mi amigo estaba tan inexpresiva.

MinHo estaba ahí, de pie en la puerta, su ropa mojada y apegándose a la curvatura de su cuerpo, su cabello goteaba por su cara y las gotas de lluvia se mezclaban con sus lágrimas. Mordía su labio en un puchero, sé que intentaba sonreír pero, no lo estaba logrando.

Cuando le vi, no sé qué pasó por mi cabeza pero, supe que lo había roto; alguna parte de su sistema, algo en él me hizo verlo en ese instante más como una persona y menos como el robot que era. Y me sentí culpable.

 

-          Minho… - logré decir, avanzando un par de pasos que él retrocedió. Le vi bajar la mirada y luego se compuso, se incorporó con la espalda recta y sonrió de la forma más falsa que pudo haberlo hecho – Yo…

 

-          Lamento haberlos interrumpido

 

-          MinHo, cariño… - KiBum trató de hablar pero se calló cuando MinHo levantó su mano tal como mi amigo lo hacía cuando me hacía callar a mí.

 

-          Volveré más tarde, us-ustedes, pueden seguir en lo suyo…

 

Y tan solo salió cerrando la puerta al irse. En el cuarto quedamos KiBum y yo, y ya esperaba a lo que mamá/amigo tenía por decir.

 

-          Decir que la cagaste es poco… - me dijo más calmado de lo que pensé - ¿No piensas arreglarlo?

 

-          ¿No piensas gritarme? – pregunté incrédulo.

 

-          Creo, querido TaeMin, que ya has dicho todo… - añadió pasando a mi lado para ir hasta el baño y encerrarse ahí.

 

Sentí el agua de la ducha correr mientras pensaba qué hacer. MinHo había escuchado todo lo que le grité a KiBum y, si bien no me arrepentía de lo que había dicho, quizás no había sido ni el momento ni el modo de hacerlo. El robot tenía una matriz que le permitía aprender de su dueño, su entorno y todo lo que le enseñasen y, creo que hoy, había aprendido algo nuevo.

Busqué mi abrigo y salí del cuarto caminando por el estrecho pasillo hacia el exterior. Afuera aún llovía y la noche estaba más oscura de lo habitual a causa de las nubes que tapaban la luz de la luna. Una brisa fría se coló por mi cuello y temblé sin importarme cómo me mojaba. Busqué con la mirada al droide pero no podía verlo, ¿Dónde se había metido?

Caminé por el estacionamiento vagamente alumbrado mirando más allá por entre los árboles y hacia la calle cuando a lo legos, distinguí una silueta que caminaba con la cabeza gacha, como si estuviera mirando el suelo.

 

-          ¡MinHo! – le grité, él se detuvo, se volteó, me miró y siguió caminando - ¡Hey, detente! ¡MinHo!

 

¿Por qué me ignoraba? Corrí hacia él, tratando de alcanzarlo y cuando lo hice, lo tomé del brazo y le obligué a voltearse para que me mirase. Seguía llorando. Torpemente limpió sus ojos y su nariz con la manga de su sweater, pero el agua que caía de su pelo se encargó de mojarlo otra vez.

 

-          Lamento haber interrumpido tu conversación con KiBum, no volverá a pasar…

 

-          No fue tu culpa, no podías saber que estábamos conversando

 

-          Du-duele, acá, en alguna parte – dijo tocándose el torso, en medio de sus perfectos pectorales hechos de músculos de silicona.

 

-          Es… la decepción; te lastimé, con lo que dije de ti…

 

-          Lamento que la H.I.R corp. me fabricara, de haber sabido… - rio nervioso – no podría haber sabido, es… olvida que dije eso. No fue tu culpa, ¿Cómo ibas a saber que yo sería un robot defectuoso? Has tenido que enseñarme cosas, te he hecho perder tu tiempo y he sido una carga para ti

 

-          ¿Qué estás haciendo? – pregunté sin poder dar crédito a lo que oía de él - ¿Estás…?

 

-          No tienes que enseñármelo, pude ver la decepción en ti desde el día que me encendiste

 

-          ¿Qué quieres decir con eso?

 

-          Lo entiendo – dijo como si yo no hubiese preguntado nada, como si estuviese hablando más consigo mismo que conmigo – No sabías a lo que te enfrentabas, tenías miedo. Tienes miedo…

 

-          Yo no tengo miedo – añadí con convicción.

 

-          Lo tienes – insistió él – cuando estás asustado, tu labio superior se tensa y tiembla, alzas levemente la ceja izquierda y tu voz suena más aguda, tan solo por un decibel, tu presión sanguínea se incrementa, tus pupilas se dilatan y tu corazón late más rápido… y cuando estás aterrado, vomitas como lo hiciste donde JinKi hyung

 

-          ¿Has estado, analizándome…?

 

-          Lo lamento – se disculpó bajando la mirada de nuevo – pero es inevitable el no escanearte, cada pequeño cambio que percibo de ti es… atractivo para mi

 

¿Qué era esto? MinHo, había estado escaneándome sin que yo lo notara y, ¿Recién me lo decía? La forma en que describió cada rasgo de mí al estar asustado, me hizo sentir algo, expuesto y vulnerable.

 

-          Lo lamento, no quería incomodarte sé que lo hago pero, es así como funciono… lo siento

 

-          E-está bien – dije nervioso, no quería hacerlo sentir mal, ya con que escuchase todo lo que dije de él a KiBum había sido suficiente – MinHo, yo…

 

-          No tienes que disculparte – me interrumpió – No has dicho nada malo, nada que no sea verdad así que, si te disculpas porque oí tu conversación con KiBum, estarías mintiendo y mentir, no es bueno…

 

-          Si no me dejas disculparme por eso, al menos, deja disculparme por haberte ofendido. Sé, que entendiste cada cosa que dije y no debí hacerlo. Fue, cruel de mi parte…

 

-          Fue la verdad…

 

Le miré entonces, sus ojos me miraron de regreso, ¿Qué era esta sensación en mi interior? MinHo ya no era el mismo, se veía distinto, actuaba distinto, incluso sus ojos de intenso color calipso parecieron oscurecerse un poco destellando en tonos marrones ¿Cómo era posible? Esta ya era la segunda vez en un mismo día en que olvidaba que era un robot y le veía casi como si fuese un humano como yo, haciéndome sentir más culpable.

Por un momento no pensé y alcé mi mano para tocar su frente; estaba tibio. Toqué sus mejillas, estaban rojas por el frío pero se sentía tibio al tacto.

 

-          ¿Qué sucede? – preguntó extrañado por la cercanía de mi mano en su cara, nunca le había tocado así y no le culpaba si se sentía incómodo - ¿Hay algo malo en mí?

 

-          Tú… te ves, diferente

 

-          Estoy mojado

 

-          No es eso – insistí mirándolo en detalle, acercándome a él y notando la diferencia de altura que teníamos y que yo había olvidado – Es, algo más…

 

-          ¿Qué cosa?

 

-          Yo, no lo sé…

 

-          ¡Achú!

 

Me sobresalté. MinHo había estornudado y se había asustado. Lo hizo de nuevo y gritó, golpeándose con las manos como si tratase de quitarse algo de encima. Yo me acerqué y se las aparté antes de que se hiciese daño.

 

-          ¡Achú, achú! – estornudó de nuevo.

 

-          ¡Hey, cuidado, te lastimarás! – dije riéndome.

 

-          No sé, no sé qué me pasa…

 

-          Es un estornudo

 

-          ¿Un qué? – preguntó.

 

-          Un estornudo; técnicamente es una contracción del diafragma con lo cual, me dice que tienes uno y sucede con cambios repentinos de temperatura o bien, se asocian a un resfriado…

 

-          ¿Estoy enfermo?

 

-          Puedes estarlo, has estado mucho rato bajo la lluvia, estas mojado

 

-          Tú también lo estás – me dijo apartando un cabello que caía justo por sobre uno de mis ojos - ¿Estás enfermo?

 

-          No lo sé, podría estarlo. Ven… - dije tomándolo de la mano – Volvamos adentro…

 

Caminamos de regreso al motel, sacudiéndonos la ropa en el trayecto sin muchos resultados. Cuando entramos al cuarto, la luz estaba apagada y supuse que KiBum estaría dormido.

 

-          No, no la enciendas – susurré a MinHo que estaba a punto de mover el interruptor – KiBum duerme y no quiero despertarlo…

 

-          ¿Por qué hablas así?

 

-          Para no hacer mucho ruido. Anda, vamos al baño a quitarnos esto, nos buscaré ropa seca…

 

MinHo fue hasta el baño y yo hasta el clóset para buscar un par de pantalones de chándal y poleras para ambos. La luz del baño se colaba por la hendidura de la puerta y la sombra del robot se extendía por el suelo.

Abrí la puerta y él se incorporó hasta mirarme; solo traía su ropa interior que dibujaba la curva de su trasero. Su cabello goteaba agua por su espalda y sus músculos hicieron hermosas formas con cada uno de sus movimientos.

 

-          Gracias… - me dijo, ignorando la forma en que yo le veía; él, sin duda alguna, era el robot con la forma humana más perfecta que yo había visto – TaeMin, ¿Estás bien?

 

-          Si

 

-          ¿Debería irme?

 

-          ¿Eh…?

 

-          Para que te quites la ropa…

 

-          No es necesario – le respondí totalmente hipnotizado. Una parte de mí, la que seguía consciente, me gritaba que reaccionara pero, de alguna manera, no podía evitarlo. Si MinHo fuese un hombre de verdad, yo me sentiría verdaderamente atraído hacia él. Era muy guapo.

 

No sé cuánto tiempo permanecí viéndolo de esa forma; él semidesnudo, yo de pie frente a él, sin sentir frío por la ropa mojada que usaba sino un agradable calor que nacía en mis mejillas y que se extendía al resto de mi cuerpo. Solo noté que él se acercaba, lentamente, casi como si estuviera poniendo a prueba mis límites y entonces, sus manos viajaron hasta que las sentí en mi rostro.

Cerré los ojos, esta era la primera vez en mucho tiempo que me sentía disminuido por alguien, tímido junto a alguien, asustado pero al mismo tiempo, expectante. Lo miré, él sonreía y entonces habló.

 

-          Siento tu miedo – me susurró calmadamente – Tus ansias, tu nerviosismo ¿Es así el cómo se siente el estar enfermo, aparte de estornudar?

 

-          Me siento, intimidado por ti – dije siendo honesto con él, se lo merecía – Tú, no luces como un robot ahora mismo…

 

-          Eso es porque tú estás dejando de verme como uno

 

-          ¿Por qué no eres real?

 

-          ¿Cómo podría serlo?

 

-          No lo sé – admití decepcionado, apartándome de él, el momento de ser honestos había acabado y no quería seguir humillándome. La lluvia me había afectado un poco – lo lamento, yo, no sé qué estaba pensando, ¿Puedes salir para poder cambiarme de ropa?

 

MinHo asintió, noté su confusión pero preferí ignorarla para restarle importancia, no quería explicarle nada que yo mismo, no pudiese explicarme. Tomó la ropa que le llevé y pasó a mi lado, tomó el pomo de la puerta y antes de irse me enfrentó, su voz sonaba grave, profunda y convencida de cada palabra que decía.

 

-          El lazo es real, el que nos une. Sé que tienes miedo pero, yo fui creado para ti, soy tuyo, tú eres mi dueño y no necesitas sentir temor de mí yo, jamás podría lastimarte…

 

-          No tengo miedo de ti – admití sin atreverme a mirarle, sentía demasiada vergüenza – tengo miedo de mi cuando estoy contigo… tú, ¿Es verdad que no puedes tener otro dueño? – pregunté en una risa forzada, patética.

 

-          No, lo lamento…

 

Sentí sus pasos cerca, aproximándose hasta quedar a centímetros de mí, su cuerpo emitía calor, como el de una persona de verdad y eso envío escalofríos a mi espalda.

 

-          Eso que sientes, es el apego – añadió – No puedes evitarlo. Ambos, nos pertenecemos y nadie, nunca podrá separarnos…

 

-          Te-tengo miedo de ti, cuando dices eso suenas, tan convencido que me asusta…

 

 

Esa noche no dormí. Di vueltas en la cama hasta que noté por la ventana los primeros rayos de sol alumbrar desde el horizonte.

MinHo se acostó en el sofá y yo ignoro si él logro reposar algo durante la noche. Sus palabras, daban vueltas en mi mente de un modo que me acosaban. Sí, tenía miedo pero no de él, sino de lo que podría ser de mí al acostumbrarme a él. No podía sentirme su dueño, no cuando mis planes siempre fueron utilizarlo para destruirlo en mi afán de desacreditar la convivencia de la robótica con los seres humanos pero, de alguna manera, no estaba seguro de que MinHo funcionaría.

Cada día que pasaba, aprendía más cosas de mí y KiBum. Cada día que pasaba, era más fácil interactuar con él y cada día que pasaba, era uno más en que yo me debatía en tratarlo como el humanoide que era o bien, como el humano que estaba próximo a convertirse.

Él aprendía rápido, más de lo que yo pensaba, de cada cosa que le rodeaba aprendía algo nuevo y a veces, solo a veces, me alegraba de ver lo feliz que se ponía con cada pequeño progreso pero luego, recordaba que era tan solo un robot, una pieza de metal articulada y que habrían cosas que él jamás lograría comprender de sí mismo, de los humanos o de la vida.

Y me decepcionaba.

Los días siguientes, decidí mantener una distancia no por él, sino por mí; seguí enseñándole y explicándole cada cosa que preguntaba, porque si seguía confundiendo al robot con el humano interior que la H.I.R corp. aspiraba a convertirlo al fabricarlo, entonces yo terminaría confundiéndome y eso, sería penoso.

Un humano, un separatista como yo interactuando con un robot humanoide de la compañía robótica que había originado una guerra social y en la cual habían ‘desaparecido’ mis padres, no eran algo de lo que pudiesen esperarse cosas buenas.

O al menos, eso era lo que pensaba.

 

Notas finales:

Nos vemos la próxima actualización...

 

~Mirnest~


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