CAPITULO II
NO CONOSCO AL EMPERADOR.
-Mañana conocerás a tu futura esposa y tu rostro no es mejor que en otros días- hablo su hermano interrumpiendo sus pensamientos e interrumpiendo en su despacho
-Soy emperador, hermano, tengo cosas más importantes en las que pensar
-¿Incluso más importantes que tu matrimonio?- indago el otro
-Puede que sí.- accedió con pesades
-Has ido a los campos a entrenar junto con ese cuarteto de amigos tuyos y has visto a Lady Sif ¿Te gustaría casarte con ella?
El emperador lo miro incierto pero contesto porque de vez en cuando su hermano decía cosas con sentido.
-No, no me casaría con ella- afirmó mirando los documentos que tenía en frente. Eran cartas o más bien actas en donde se ordenaba la ejecución de unos cuantos rebeldes de Mulspenheim, eran jóvenes, según leía, demasiado casi de la edad de su hermana pequeña. No podía mandarlos a ejecutar. ¿Verdad?
-¿Por qué?- preguntó su hermano sacándolo de sus pensamientos.
-Pues porque no le amo – respondió seguro
-¿Y por qué con Lorelei sí?
-Porque….- dudo
-Porque padre lo ha impuesto y si tú no te esfuerzas por quererle, tu matrimonio se ira a la basura, hermano.
-Soy emperador y el amor…- intento apelar
-Es a veces lo único que podrá salvar tu imperio, Thor. El AMOR
Dicho esto se retiró para buscar un poco de paz lejos del protocolo que su hermano con presteza siempre soporto, después de todo a pesar de ser él mayor que Thor era hijo bastardo de su padre y otra mujer; Frigga era su madre adoptiva y esperaba que así como a él lo recibió, recibiera a su futura nuera.
**
Tomo una vez más el traje de tela verde y toques dorados, lo escrudiño a su antojo, lo posiciono como debía de ponerse y con ojo crítico hizo una mueca des disgusto, después miro la armadura que se supone debía portar con su rango de príncipe, esa sí que era bonita, era blanca, puramente blanca, desde el casco hasta el peto, desde el peto hasta las botas, blanca y debajo debía portar una túnica azul.
-Tranquilo – escucho una voz detrás de si – no te prestaran atención, lo harán con tu hermana
-Tú no me dirijas la palabra – respondió con un deje de hastió
-¿Por qué estas molesto conmigo? - el oji verde rodo los ojos
-¿Por qué? Me dejas soló ir a ese lugar lleno de estirados y tú muy campante te quedaras aquí, feliz de la vida
-Me quedare cuidando de tus hermanos pequeños – le rectifico – además tengo asuntos de trabajo. Soy el rey regente de Jotunheim ¿Lo olvidas?
-No te excuses, sabes que no sé comportarme ante ellos y encima me dejas ir solo
-¿Hagamos una cosa, sí? Te llevare de caza esta tarde para que no te enojes conmigo, cazaremos un cervatillo y puede que de esa manera me disculpes y te dejare que seas tú el que dispare la flecha certera ¿Esta bien?
-¿Crees que mamá me deje ir?
-¿no tiene por qué enterarse o sí? – ambos sonrieron cómplices, ay como se pondría Farbauti.
**
-Sinceramente, no sé qué hacer- soltó por fin
-Eres un emperador, has lo que creas correcto- le respondió su amigo. Después de todo era de los pocos que lo entendía y con los pocos con los que podía realmente sincerarse ¿Su nombre? Steve, un nombre muy poco Asgardiano, más bien Midgardiano pero después aclararía procedencias.
-Es fácil para ti decirlo porque no eres…
-¿Más que un soldado?—preguntó ante la duda de su majestad y su amigo de infancia –tienes razón, pero si algo he aprendido a lo largo de las batallas, mi amigo y majestad, es que si dejas que alguien más decida en tu nombre te puedo asegurar que no serás nunca feliz.
Thor miró a su amigo, a su imponente figura musculosa por la batalla y aun así con la piel intacta, a sus ojos de zafiro y a su rostro severo, siempre firme pero siempre confortable. Él era aún más cercano a su persona que los tres guerreros y por supuesto mucho más que Lady Sif; es por eso que le contaba lo que le pasaba por la cabeza, pues de contárselo a los otros tres, bueno, ellos eran fieles a la corona y a la familia imperial así que no dudaba que recurrieran con su padre para hablarle de sus dudas y era mejor, para él, mantener en la intimidad sus reservas.
-Lo dices porque no debes responder ante un deber, Steve- intento excusarse
-No, Thor. Si hubiera alguien que yo amara aún más que a Peggy – suspiro- que es de bastante dudar que exista. Iría tras ella, sin dudas.
-No lo sé, si los retratos no mienten, Lorelei es hermosa
-Pero no a tus ojos, majestad
Dijo para después abalanzarse sobre el emperador, era un entrenamiento y como estaban los tiempos era mejor que se preparara para cualquier evento y nadie mejor que el segundo al mando después de Baldr. Stverein, para lo amigos Steve, un asgardiano con sangre Vanir que parecía, a saber porque más midgardiano, pero eso no impidió en su ser el único en ponerle límites a Thor sobre su posición como heredero.
Fue una infancia en la que todo el mundo rendía pleitesía y cedía a los caprichos del príncipe heredero más él no, fue el único sincero y que en sus momentos se atrevía a batirse en un duelo de entrenamiento en igualdad con Thor, y de los pocos que si no era así, no le permitía la victoria al príncipe.
Fue eso lo que le hizo su cercano, el ser sincero y fiel por un amigo no por la corona. Aun recordaba el haber sido el valiente que se atrevió a rechazar a la hija del emperador y hermana del heredero, a Ángela Hija de Odín.
No lo hizo por soberbio sino porque sus valores y principio así lo marcaban, no podía aceptar una mujer que no le era atractiva y tampoco podía permitir que hirieran su orgullo; así que sí, se hizo acreedor a un duelo con él entonces heredero en un campo justo, en donde todos miraban expectantes.
No gano, por supuesto que no fue así, pero fue un combatiente digno ante los ojos del heredero del imperio, así que gano su respeto y años más tarde la amistad de un emperador que solo confiaría en él (y tampoco tuvo que aceptar a Ángela, para su suerte). Steve fue también testigo de los demasiados cambios que tuvo el rubio peli largo, desde su persona hasta sus hábitos para poder ser digno del trono.
-Si yo pudiera…- divago Thor
-Debes, mi Emperador- dijo mientras impactaba su espada contra la del monarca.
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Como odiaba y que poco cuidaba, el protocolo. Había aclarado que no deseaba por nada del mundo estar ahí, que no lo deseaba y que mucho menos sabría cómo comportarse ante ellos, ante la familia imperial; él prefería la libertad, el campo y a sus escandalosos hermanos, pero no, su madre insistió y le obligó a asistir, así que y de esa manera fue con su madre.
-Mete la cabeza, Loki- le reprendió cuando se le ocurrió sacar un poco apenas la cabeza para mirar hacia donde se dirigía. La ciudad dorada, de vistas preciosas, desde las montañas hasta los lagos, desde el sol que se ponía imponente en el cielo de color azul tan irreal y precioso como las montañas heladas de Jotunheim. -¿Qué dirán si te ven despeinado y sonrojado?
Desde los edificios de colores dorados, cobre y plata, desde los campos verdes y floridos, prósperos y perfectos. Desde la gente, desde los guardias, los Halcones escarlatas.
-Que muy probablemente he llegado a caballo madre- respondió con ironía. Ella rodo los ojos y se disgustó – no me verán a mí, madre, verán a Lorelei.
Lorelei se veía preciosa en su vestido de blanca seda con su cabello rojo trenzado de una manera que nada cubriera su rostro de leche y sus ojos de cielo, sus labios lucían con especial gracia el color durazno del que eran dueños, su voz y su sonrisa eran meros adornos a su belleza, lástima- que casi nunca hablara a no ser que se le concediera la palabra.
-Pero tú eres su hermano
-¿y qué? Por mi edad, según Odín, no puedo asistir a ninguna recepción real, no puedo aparecer ante una sociedad que aún no se distinguir; por lo que a mí concierne y como te dije no debía de haber venido. – dijo muy despreocupadamente
-Viniste y se acabó, Loki, así que te pido te comportes como un príncipe Jotun y te pongas las mejores galas aun cuando no estarás delante del emperador.
-por favor, hermano. Hazlo por mí- solicito la bella Lorelei por lo que Loki desistió de responder al comentario de su madre.
Se quedó en silencio aun cuando llegaron y cuando intento bajar para así poner fin a su incómoda situación su madre le retuvo alegando que debía de esperar a que Odín o Frigga los recibieran.
Pero cuando paso y él hizo las reverencias necesarias se dispuso a ir a las habitaciones a las que habían sido destinados
-Debería de estar un poco más contentó, alteza – hablo uno de sus ¿Joven de compañía? Bendita su condición que le hacía pasar por esas circunstancias tan incomodas.
-No me hables de usted, Tony- recrimino –estamos solo ya antes que…
-Pero si su madre me escucha me regañara
-Eres antes que nada mi amigo – le aclaro – además esta con Frigga, me parece que ella acaba de llegar y estarán conversando junto con mi hermana sobre cómo han de impresionar al emperador. Estoy aquí a la fuerza, Tony; no esperaran que me comporte de la mejor manera.
-Pero deberías de estar contento- le volvió a afirmar
-¿Por qué habría de estarlo si te he dicho que he venido a la fuerza? – cuestiono
-Porque Asgard tiene lugares increíbles para practicar tiro con arco y dado que no debes de asistir a ninguna recepción puedes perderte por ahí ¿En qué destacara un príncipe Jotun si en la ciudad dorada se halla el emperador?
Y Loki por primera vez noto que estaba de acuerdo con esa visita.
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-Extrema todas las precauciones necesarias, Steve. No quiero que el emperador sufra otro atentado- hablaba Odín - serás tú el encargado de la seguridad de mi hijo
-Disculpe mi atrevimiento, alteza imperial – respondió el soldado –pero creí que al estar aquí el comandante Baldr, sería él quien llevaría la seguridad – cuestionó el rubio a lo que el viejo negó con la cabeza
-Sería así, sin embargo al tratarse de un evento que concierne a toda la familia imperial y siendo él un príncipe, debe hallarse presente con el emperador.
Entonces Steve asintió de nueva cuenta entendiendo lo mandado
-Debes de cuidar del emperador y de su futura consorte, Steve pues me imagino sabrás ya los motivos de tan enorme evento.
-Desconocía más allá de que fuera la celebración del cumpleaños veintitrés del emperador- respondió con una mentira Steve
-En fin, ya lo sabes, quiero que cuides al emperador y a la familia Laufeyson.
El guerrero asintió, realizo reverencia y se retiró del lugar a tomar el puesto que le correspondía.
**
Su madre entro contenta a sus habitaciones interrumpiéndolo a él y a Tony en acomodar la ropa que usaría durante su estancia en el lugar. Detrás de ella venía Lorelei sonriendo enormemente.
-Hoy tomaremos el té a lado de Frigga y Odín- hablo la madre –y Lorelei debe de estar hermosa pues Thor estará presente.
-¿Qué vestido debo ponerme?- preguntó contenta ye escogiendo la ropa, Lorelei
--Uno que te haga ver sencilla pero hermosa, hija.
-¿Y Loki que ropa usaras? ¿Alguna extravagancia de pieles blancas para adornar tu belleza? Puede que aquí encuentres también fortuna hermano mío. Recuerda bien que Angela, la joven hermana del emperador está aquí también. – insinuó Lorelei – o tal vez algo más.
Por poco y a Loki se le cae el libro que tenía en sus manos ante las palabras dichas, pero atribuyo tales frases por el momento, no pudo evitar notar en Tony una sonrisa después de ser corrido por Farbauti para que su hija tuviera la mayor privacidad.
-¿Qué ropa ha de llevar Loki, madre?- preguntó Lorelei
-Si madre, dime ¿Qué ropa llevare yo?- preguntó burlón el pelinegro
-Ninguno- afirmo
-¿Ninguno? ¿De modo que iré en traje de piel, madre?- se burló mientras las demás damas reían con él.
-No seas cínico, Loki, sabes que no puedes estar presente en ninguna recepción. Odín así lo pidió
Loki sonrió mientras veía a su hermana decepcionarse; fue hasta donde ella y le acaricio el cabello.
-Tranquila, Lorelei. Eres y serás hermosa, tu hermano menor solo te estorbara- afirmo
-Pero yo quería que fueras conmigo.
-No digas tonterías, Lorelei. Sabías que no podía estar presente en ninguna de las recepciones, tanto como mamá, así que si me disculpas iré a mi habitación, dormiré un poco que estoy cansado y veré que hago después.
Dicho esto se dirigió a su cuarto.
-Tienes prohibido salir por esa puerta, Loki y lo sabes- le recordó su madre antes de que la madera tocara la cerradura.
Pasaron largos y cuantiosos minutos hasta que dejo de escuchar sonido alguno desde fuera; intentó abrir la puerta y como previo estaba cerrada desde fuera. Pero su madre tal vez olvido una cosa, que Loki era hechicero así que sin desobedecerla y haciendo honor a su astucia se dispuso a no desobedecer a su madre, después de todo, una ventana no era una puerta.
**
Después de dar las indicaciones correspondientes a cada guardia a cada pelotón y a cada mínimo sirviente del castillo se dispuso a dar una ronda por el palacio previo a encaminarse a darle alcance a Thor para que llegara a su lado, no fuera que Odín le recriminara el dejar solo por mucho tiempo al emperador.
Y justo cuando estaba terminando la ronda al castillo vio a lo lejos, desde una ventana a un peli negro delgado y “bonito” que bajaba desde ahí sin muchas dificultades. Estuvo a punto de gritarle que bajara de ahí y se identificara cuando vio que debajo de la ventana había un hombre algo bajito, en comparación, que lo esperaba; era castaño y de piel de caramelo así que en lugar de recriminarle, decidió seguirlos; afirmándose a sí mismo que los seguía por el arco y flechas bastante peligrosas que portaba el más alto y que nada tenía que ver su compañero pelicastaño.
Había escapado exitosamente de su madre y burlado, de nueva cuenta a la guardia imperial o eso pensó hasta que Tony le alerto de un soldado que los seguía.
-Que nos siga y en su momento me desharé de él, solo quiero un instante para dar con mis flechas a algo.
Dicho esto caminaron hasta la parte más apartada de la ciudad casi en la frontera de Asgard en donde se adentraron al bosque muy cerca aun del camino pero lo suficientemente lejos como para poder apuntar sin matar a nadie si es que fallaban.
Y así ocurrió que durante un buen rato estuvieron dando tiros, estuvieron porque Tony también participo. Sin embargo, después de un rato y hartos de ser espiados por el rubio que a Tony le pareció curioso; Loki decidió que era suficiente.
Apunto firme mente la flecha a un punto en especificó y se dispuso también a desviarla con ayuda de magia; lo que no se esperaba era que aquel tuviera tan buenos reflejos y la desviara con velocidad alarmante.
Eso estuvo cerca, pensó, Steve y miró como también el hechicero y el castaño se alarmaban; pero lo que nadie se espero fue que una voz, con tronante sonido interrumpiera su encuentro.
-¿Quién tira flechas?- preguntó. Steve trago grueso pero el pelinegro ni se inmuto y tan solo se limitó a contestar.
-Yo – dijo firme y se plantó frente al carruaje de donde venía la vos
Y para Thor el mundo se detuvo, en ese instante y tal vez para siempre. Ante sí tenía a una criatura preciosa, de piel de porcelana y ojos de joya. Una criatura tan hermosa que deslumbraba con unos cabellos de cuervo y unos labios de miel. ¿A qué sabrían sus labios?
-¿Y por qué las tiras?- preguntó bajando del carruaje real ante la atónita mirada de la guardia y de Steve que no se atrevieron a decir nada.
-No sabía que estuviera prohibido- respondió el otro sin despegar la mirada
-No lo está, pero si tuviera tu puntería – bromeo – no apuntaría tan cerca del camino- ambos rieron
-No tengo mala puntería – afirmó el Jotun – es solo que quería asustar a ese hombre que lleva siguiéndome desde hace tiempo, a mí y a mi amigo- dijo señalando a Steve que no supo que hacer más que encogerse de hombros. –tan solo es que esquivo la flecha y esta cambió de dirección.
-Soy responsable de la guardia de su majestad. Y me pareció sospechosa su andada, en especial porque nunca les había visto por aquí – explicó Steve
-¿Y por eso nos seguías?- hablo esta vez Tony ganándose el sonrojo del rubio soldado.
-Uno nunca sabe
-Si tanto cuidas a tu emperador ¿Qué haces aquí? Lo más probable es que este en su castillo o apunto de arribar a él. No deberías estarnos siguiendo. Digo, con eso de que es muy bello no sea que alguna hoja de un árbol le hiera.
-¿No conoces al emperador?- preguntó Thor
-Ciertamente no. Solo he oído hablar de él, y no me interesa en lo más mínimo conocerle.
Todos quedaron fríos ante la afirmación del de ojos esmeralda. Thor únicamente lo miró, maravillado.
-No soy un cazador o un enemigo de Asgard. Soy un Jotun. – reparo Loki
-Un Jotun no hace magia – interrumpió Steve después de mirar a Thor.
-Tengo ascendencia Vanir- se defendió Loki –
-¿Un Jotun con ascendencia vanir? No había escuchado nada igual- volvió a intervenir Thor -¿Puedo saber tu nombre?
-¿Con qué derecho?- refuto Loki ante la mirada asombrada de todos, sorprendidos claro de que Thor permitiera tal insolencia, pero un ademán de su parte les hizo saber que estaba bien.
-Con el derecho de que tu flecha casi me atraviesa el cuerpo – argumentó Thor – y que has, por ello interrumpido mi viaje – Loki supo que tenía razón o tal vez no pero igual quería darle su nombre
-Lirium – mintió. Tony no dijo nada, después de todo era por seguridad -¿Y usted caballero? – un guardia estuvo a punto de recriminarle la ignorancia al Jotun pero Thor se le adelanto.
-Frey – respondió con simpleza – señores- se dirigió a su guardia – vayan a palacio, donde me dirigió y háganle saber al emperador que no estaré ahí sino hasta más tarde. En cuanto a ti – se refirió a Loki – te ruego des una vuelta conmigo
-Pero su…- hablo un guardia
-Excelencia- le completó Thor – he sido claro con lo que he dicho ¿No es así?-
Todos asintieron.
-En cuanto a ti – se dirigió a Steve – no deberías de exagerar tanto en los cuidados del emperador, ya es grande y dudo mucho que algo malo le vaya a ocurrir
-Dejaría de cuidarlo si supiera que no haría nada imprudente
-Relájate un poco ¿Por qué no tú y este caballero dan una vuelta, juntos? - Dijo insinuando a Tony ir con Steve
-Yo…- se intentó defender Tony
-Estará encantado – respondió Loki por él – Aunque ¿No se molestara su majestad si le haces esperar?-
-Que espere, no creo que eche en falta a uno de sus capitanes
Y así, un Tony incómodo y un Loki divertido fueron acompañados de una pareja cada cual
Mientras tanto en palacio.
-¿Aún no llega tu hermano? – pregunta Odín a su hijo Baldr que como la mayoría de los invitados, se hallaba sentado tomado el té.
-Me temó que no, padre- respondió entre divertido y sinceramente algo preocupado, Thor no era de botar los deberes así nada más.
-¿Dejara a su prometida sola?- preguntó indignado mientras miraba a la joven feliz.
-No la deja sola pues no hizo cita con ella padre, y no es su prometida después de todo aún no hay compromiso – aclaro Baldr ganándose la mirada severa de su progenitor.
Odín se retiró de su hijo para ir y hablar con Lorelei y su madre, no pretendía entretenerlas pero tampoco que se ofendieran. Y fue Frigga quien se aproximó a Baldr.
-Tu padre se pondrá furioso si tu hermano tarda en llegar- le espeto
-Sinceramente, bella madre, considero que Thor debe ser libre ahora que puede y es prudente serlo, después estará atado a un matrimonio que no desea y que yo considero poco conveniente.
La mujer de bellos ojos y tierno rostro suspiro dándole la razón a su hijo.; sin embargo sonrío al mirar de nuevo a Lorelei.
-Sin embargo, hijo la venida de Lorelei y su madre traerán y estoy segura buenas cosas a Thor – el rubio la miro levemente raro pero no se atrevió a contradecirla, después de todo, ella nunca se equivocaba con lo que decía. Tomo un sorbo más de té y permaneció mirando mientras todos salían a recibir a Thor que al parecer había decidió por fin hacer arribo.
Grande fue la decepción de todos y de cada uno, en especial de Odín y Lorelei al saber que Thor había decidido dar un paseo con un muchacho desconocido, sin fijar la hora de regreso. La única que sonrió fue Frigga.
**
-No se te ocurra tocarme- dijo mordaz Tony en cuanto vio la mano de Steve encaminarse a su brazo. Estaba molesto, bastante molesto. En ocasiones las travesuras de Loki pasaban de eso, de travesuras.
Era muy joven, cierto era, pero debía tener consciencia de que irse con extraños no era ni meramente y ni por asomo buena idea. Y de paso dejarlo a él con un guardia de modales exquisitos cual caballero del más alto rango de la corte, por mucho no era buena idea.
-Tranquilo – le hablo- no iba a hacerte nada, solo quería evitar que cayeras por el…olvídalo- Tony tropezó lastimándose el tobillo en el proceso en una pequeña zanja
-Maldito Lirium, si como no, Lirium- refunfuño el moreno mientras era tomado por Steve al notar que no podía caminar. –mi tobillo. Me la has de pagar
-¿Tu amigo?- preguntó el rubio
-No es mi amigo –respondió con molestia; el otro enarco las cejas – bueno sí, en realidad no tiene caso que te lo diga.
-Sería buena idea porque con quien se iba no era cualquier persona- le aseguro con voz preocupada Steve al castaño.
-Sí, un soldado importante o algo así- especulo Tony en medio de una mueca dolorida. – no vaya a ser imprescindible para la corte.
-Algo mucho más importante que eso
-Oh, sí, ¿No era Baldr, el hermano del emperador? – dijo burlón
-De hecho era el emperador
-¿El qué? – pregunto Tony por si no había escuchado bien abriendo los ojos de sobremanera y Steve pudo admirar que eran de un color idéntico a las avellanas.
**
-¿Y has dado en algo con estas flechas?- preguntó Thor mientras caminaba a lado del Jotun de ojos bellos
-Sí
-¿Qué?
-A ti- ambos rieron
-¿Te gusta el aire libre?
-Amo estar en libertad, aunque sinceramente, diré que no es muy bien visto que este todo el tiempo fuera.
-Nadie nunca ve bien a las almas libres
-No, ciertamente no. Más siento pena por aquellos que no son nunca ni por u momento libres, por aquellos cuyo destino ya está marcado por las circunstancias.
-¿A qué te refieres?
-Por aquellos que deben cumplir con un deber- decía mientras caminaba –como los monarcas
-Ellos tienen poder- dijo Thor
-¿Y de qué les sirve si lo limitan por el qué dirán? ¿Qué es bueno y que no para quién? ¿De qué te sirve ser poderoso sino eres libre? ¿Si no respiras porque quieras sino porque debes?
-Un alma libre
-Sin cadenas- afirmo el Jotun
-En estos días – cambió el tema Thor – he recibido demasiados sorpresas, pero déjame decirte que tú eres la única buena de todas
Loki sonrió.
-Gracias.
-¿Cuántos días estarás aquí?
-Unos pocos, he venido de visita por un familiar – dijo irónico pero Thor no noto aquello.
-Es una lástima- suspiró
-¿por qué?
-Porque estaré ocupado. Aunque puedo hacer un espacio por la tarde y si tu aceptas iras conmigo a cazar en los bosques de la ciudad dorada
-¿Esta eso permitido?
-Creí que te gustaba ser libre
**
-¿Así que estabas de niñero del emperador y le has perdido? – se mofo Tony mientras se sentaba en una roca esperando no haberse roto el tobillo aunque no lo creía estaba resistiendo bien el dolor, dolor sería el que le causara Farbauti cuando se enterara de que su hijo no estaba en sus habitaciones y él como buen acompañante lo siguió por sus aventuras.
-NO le he perdido se ha ido con Lirium- le aclaro Steve ligeramente molesto. La seguridad e Thor pendía de un hilo y a este se le ocurría ir sin más con cuanto extraño se le cruzara en el camino.
-Pues te doy a saber que no se llama Lirium. El condenado es Loki, hijo de Laufey, el rey regente de Jotunheim.
-Y hermano de Lorelei- infirió el rubio
-La futura prometida del emperador- dijo Tony al fin – así que más nos vale separar a ese par antes de que ocurran desgracias
-No- le detuvo Steve – por una razón las nornas los han puesto a uno y al otro en el mismo camino. No atribuyo a una mera casualidad que se hayan visto apenas y hayan quedado prendados y todo fuera de la vista de la corte e inclusive en desconocimiento de sus verdaderas identidades.
-Pero…
-No podemos interferir con las nornas, lo que tenga que pasar pasara.
Ambos se quedaron en silencio, vaya estaba en problemas y gruesos.
-Pasadas las aclaraciones ¿porque no me dices la razón de seguirnos?- cuestionó Tony provocando un leve gesto de vergüenza por parte del otro.
-Bueno, vi a Liri…Loki bajar de una ventana y…
-No hay más que decir, yo también le hubiera seguido si fuera el jefe de la guardia
Por alguna razón, bastante extraña, se le vino a la cabeza la imagen de Peggy, una muchacha de sangre noble, que él cortejaba y juraba amar que era hermosa sin lugar a dudas pero una belleza… que la amaba y se acabó.
**
Paso un tiempo razonable en lo que tanto Thor y Loki como Steve y Tony consideraron era buena idea retornar a sus deberes; así que en el mismo tramo de camino en el que se encontraron decidieron despedirse.
-Ha sido todo un placer caminar a tu lado- se despidió Thor sonriente
-Sin duda alguna- dijo Loki – pero necesito pedirte un favor
-¿Ah, sí?
Por su parte Steve y Tony
-Bueno su aventura ha terminado- hablo el moreno
-No dudes que vuelvan a verse, el emperador no tiende a quedarse maravillado. Todos los días
Ambos se miraron y miraron a su lado. Thor tenía una mirada boba así como Loki.
-Pues será la última- afirmo Tony – que Thor pide la mano de Lorelei mañana por la noche
-No si lo vuelve a ver- condicionó Steve
-Aunque lo viera, su rango no es para…- Steve le callo con el dedo de la mano. ¿Era normal que sintiera adormecer los labios ante el toque?
-Si le viera en el baile y le supiera un príncipe- le dijo mirándole a los ojos
-Pero es un hombre
-Y él el emperador, si él dice que algo será o algo debe de ser, será
-Quiero que impidas a ese guardia que nos siga- le dijo Loki a modo de susurro –no quiero ir con él a mi espalda
Thor sonrió sinceramente
-Hecho- accedió mientras besaba su mano a modo de despedida.
-¿Y qué se te ocurre?- cuestionó Tony.
-Algo bueno será.
No, definitivamente no tenía previsto ser una casamentera de Loki y no lo haría, simplemente no ¿Pero cómo resistirse a esa mirada de cordero?
**
Miraron llegar a su hermano, aún más radiante de lo normal y más sonriente de lo que se había ido; lanzo una mirada a su joven hermana y está también se vio confundida.
-Enhorabuena, hermano- saludo Thor antes de ingresar a palacio –Hermana. Qué guapa estas hoy
Ángela, con sus rubios cabellos sujetos en una coleta se acercó a su hermano mirándolo asombrada.
-Hermano. ¿Sabes ya que Odín te espera para reprenderte?- cuestionó
-Me lo imaginada- aclaro Thor – pero no me preocuparé, más aún saldré de nuevo. Discúlpame hermana que no te de un digno recibimiento pero los tiempos no van a mi favor.
-¿A dónde iras?- preguntó esta vez Baldr sorprendido por el atrevimiento de su hermano para retar a su padre.
-Después se los contare, por el momento debo ir a responder ante mi padre.
Ángela permaneció quieta y miró a su hermano en busca de respuestas.
-Estoy igual que tú, hermana- le dijo su hermano- sólo espero que no sea nada de qué preocuparnos.
-Ahí viene, Steve. Él sabrá que tiene nuestro adorado hermano
Sin embargo el rubio pasó seguido de un sirviente que no reconocieron.
-Altezas- hizo reverencia y continuó corriendo para ingresar al castillo.
-Hoy todo el mundo está un poco loco- aseguro Baldr a su hermana.
-¿Quiénes eran ellos?- cuestiono Tony al darle alcance a Steve
-Sus altezas imperiales, la princesa Ángela tercera hija de Odín y su alteza imperial el príncipe Baldr, el hijo “bastardo” de Odín.
-Bastaba con que dieras sus nombres.- Steve río
-Te lo digo por si tienes que rendir cuentas ante la familia imperial o ir a la horca por conspiración en contra de la corona- el moreno casi se atraganta con su propia saliva.
-¿qué?
**
Su padre se veía molestó por no decir rojo de ira y aun así no le importo. Inclinó la cabeza y despidió a los guardias de la estancia en donde se hallaba esperándole su padre.
-¿En dónde has estado?- cuestionó
-Dando un paseo, padre- le respondió
-¿Qué haces vestido como un simple oficial?- en efecto, Thor no llevaba la armadura dorada que debía usar mientras se hallara en Asgard, sino una armadura completa de plata con una capa blanca, una armadura muy similar a la de Steve y que indicaba que no era más sino un oficial del ejército.
Cuando Thor bajo la mirada para ver su propia ropa, cayó en cuenta que muy probablemente ese hubiera sido una de las razones por las que Lirirum no le ubicara como el poderoso emperador.
Recordó que fue idea de su guardia para no levantar el furor de las ciudad y de esa manera poder salir.
-Por mi seguridad, padre- respondió sin más – he salido un poco para mirar a la ciudad dorada y su progreso en mi ausencia. -Odín asintió.
-¿Sabes que has dejado sola a tu futura prometida?- reprocho el viejo de un solo ojo – hoy están reunido los más altos mandatarios de cada reino y territorio en el que imperas, hay reyes y reinas regentes, princesas y príncipes de la más alta sangre noble, todos reunidos con el fin de tu cumpleaños, pero ambos sabemos que esperan escojas a alguna princesa como tu esposa, ¿Y tú te vas y paseas? Sabes que la situación de paz no es sino una simple cortina de humo que puede desaparecer con cualquier soplido de ofensa que lances.
Thor lo miró detenidamente, su padre había dejado de ser emperador para dejarle la corona a él pensando que su juventud sería la clave para mantener unidos a sus reinos y su imperio con ello; así que Thor en lugar de molestarse y hacer halago de su impulsividad tan solo respondió:
-Han venido – comenzó – con motivo de mi cumpleaños, y el baile y cena en honor a ello serán dentro de un par de días, por lo que el que me vean o no hoy es una opción no una obligación. En segundo punto, mi elección de esposa ya la has tomado tú, padre Odín, así que con respecto a eso no hay nada que yo tenga que hacer; y en cuanto a dejar sola a mi futura prometida te recuerdo que aún no he dado mi veredicto final.
Ambos se miraron esperando porque la voluntad de alguno de los dos imperara pero antes de que cualquiera de los dos pudiera responder, Frigga ingreso al lugar.
-¿Dónde has estado hijo mío?- cuestionó sabiendo que seguramente habrían estado peleando y lo mejor era poner paz.
-He dado un paseo, madre- respondió besando el dorso de su muñeca
-¿No te parece que podría tomarse como ofensivo el no recibir tú mismo a tus invitados y dejar esa tarea a tus hermanos?- preguntó sin denotar reproche o reprimenda.
-Lamento mucho lo acontecido madre, pero prometo que el día de mañana prestare toda la atención debida a mis invitados
-¿Y Lorelei? ¿Qué hay de ella?- los ojos de su madre, siempre eran pacíficos así como su vos y sus deseos.
-Lo lamento también por ella.
-Mejor aún hijo mío – le retuvo su madre -¿Por qué no vas con ella unos momentos antes de otra cosa?
-¿Unos momentos?- indago Thor
-Unas horas apenas, convive un poco con ella, yo lo he hecho ya y es una jovencita encantadora.
-Lo hare, madre- accedió.
Dicho esto se retiró mientras su padre intentaba seguirle más fue la mano de su esposa la que lo detuvo.
-Deja que nuestro hijo sea libre
-Es un emperador. No siempre puede hacer su voluntad
-Y lo irónico es que tenga que hacer su voluntad ante otros nueve reinos que él no pidió gobernar – Odín estuvo a punto de replicar – es joven, esposo mío; deja que por momentos sea libre y que sepa, con esa libertad, tomar decisiones apropiadas.
**
Ingreso como había salido; por la ventana y notando que no había nadie más en su alcoba decidió recostarse un poco antes de que su madre hiciera aparición. Tony por su lado de le había dejado apenas pisaron el suelo de palacio.
La puerta de su habitación se abrió dejando entrar a una de las condesas de su madre.
-¿Ha dormido bien, alteza? – preguntó la mujer entrada en años
-¿De dónde saca que he dormido?
-No ha habido ningún ruido, por lo que deduzco que ha dormido- dijo la mujer; Loki sonrió y asintió
-Mañana, cerca de las cinco de la tarde habrá un silenció igual, te ruego entonces seas discreta y no me interrumpas – le ordeno
-Muy bien. Esperare paciente entonces a que mamá y Lorelei vuelvan
-¿Aún siguen con su majestad?- ella asintió mientras Loki suspiraba, que Lorelei fuera feliz con su emperador él tenía un oficial de su ejército que era por cierto más guapo que todos.