La noche parecía empezar a caer en las calles de Seúl y Yoon Gi solo podía mirar hacia el cielo.
No era que estuviera cansado sobre las cosas que estaban pasando en su vida; al contrario, quizá no había un mejor momento en toda su vida como el que se encontraba viviendo en dicho instante. Sin embargo, no era inevitable el comenzar a comparar algunas cosas que estaban ocurriendo en el presente con el pesado y algo tormentoso pasado.
Su vida no había sido del todo horrible o algo digno de una novela dramática; pero las dificultades que había tenido que pasar eran algo de lo que aún había huellas en su existencia. Ese tipo de momentos que nadie quisiera vivir por muy “insignificantes” que puedan ser, por muy normales o naturales, nadie quisiera vivir el sentir desagrado por parte de tu familia o el simplemente ser excluido debido a tener una forma demasiado diferente de ser. Eso, más el hecho de quizá amar la música más que a otra cosa en la vida era lo que hizo a Yoon Gi pasar por muchos momentos dolorosos y de dudas en su momento de crecer.
A su lado, se encontraba Park Jimin, un chico dos años menor que él que había tenido la suerte de conocer mientras eran designados en el grupo que iban a debutar y quién, en poco tiempo se había convertido en alguien completamente importante en su vida, y es que es difícil encontrar a alguien que pese a todos tus defectos quiera seguir a tu lado; cosa que en Yoon Gi a veces podía ser bastante extremo ya que era del tipo de personas que suelen alejarse cuando no se sienten bien con el ambiente o cuando las personas que están a su alrededor no le hacen sentir del todo cómodo con sus ideas o sus palabras cada que abren la boca para dar alguna opinión, razón por la que él mismo se maravillaba cada que encontraba al menor de ambos recostado a su lado tras haber estado todo el día alejado para encontrarse consigo mismo y salir de su ambiente tan cansado en que laboraban. Algo que incluso al mismo Jimin le sorprendía ya que ese carácter era bastante difícil de soportar, pero el hecho de saber que pasara lo que pasara el mayor haría su mayor esfuerzo para escucharle y confortarle, el saber que este le quería como a nadie en el mundo le hacían querer estar con él pese a su mal humor. Haciéndole saber que siempre podría contar con él incluso en sus malos momentos.
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Esa noche específicamente el mayor se encontraba recostando la cabeza en el hombro del menor que ahora era unos dos centímetros más alto que él y que, en silencio observaba junto a este las pocas estrellas que había en el cielo nocturno mientras mantenía su mano zurda sobre el muslo ajeno más cercano que tenía.
No eran necesarias las palabras para poder expresar algo, así como tampoco era necesario algún otro movimiento para saber que había paz suficiente entre ambos. Sin embargo para Jimin fue imposible el no decir algo en todos esos minutos que iban pasando.
—Hyung… ¿Has pensado alguna vez en las coincidencias o en el destino? — Cuestionó al mayor, mientras observaba de forma atenta a las estrellas que había en esa noche.
—No tanto como algo real, más bien como una teoría. Como algo que es bastante probable pero que no siempre se puede controlar o comprobar. — Contestó Yoon Gi tras una larga pausa y haber tragado un poco de saliva. La verdad era que estando tan cerca del menor le era bastante imposible el pensar en cosas que pudieran armar una respuesta coherente.
El calor que le transmitía el menor, así como el hecho de poder sentirse en completa tranquilidad cuando estaba con este; era gran parte de lo que le hacía perderse en sus pensamientos. Al igual que el aroma que este tenía como característica era del todo embriagante, o al menos lo era para Yoon Gi.
—Empiezas a sonar como Namjoon hyung… —Fue todo lo que pudo decir Jimin mientras le miraba divertido. Manteniendo la mano diestra sobre la cintura del mayor que solo le miraba con una sonrisa difícil de encontrar cuando se trataba de estar con alguien que no fuera el menor.
—Quizá es por qué, en general cuando estamos juntos solo pienso en ti. Y de vez en cuando en canciones que pienso componer. — Añadió con un toque de diversión en espera por la reacción del menor a lo que había dicho, pues ciertamente lo había hecho para molestarle.
—No es como que yo piense en solo estar contigo y explotar eso, o como que solo soy cariñoso para obtener más líneas en las canciones que puedas llegar a componer. — Fue lo que respondió el chico dos años menor que solo pudo cerrar ligeramente los ojos ante el golpe que le fue propinado en el medio de sus costillas.
—En ese caso, veremos quién se queda con mayor cantidad de líneas. — Murmuró su respuesta Yoon Gi, observando de reojo al menor antes de separarse del semi abrazo que estaban teniendo.
—Lo que yo me pregunto es sobre que dirá Taehyung si yo le quito por un rato a Ho Seok. — Dijo con un tono victorioso Jimin al mismo tiempo que buscaba la atención del par antes mencionado.
Sabía que Jimin era así, pero también sabía que en gran medida solo era una broma y es que, aunque fueran solo “algo” el menor siempre respetaba los sentimientos y reacciones que pudiera tener el contrario.
Viéndolo desde la distancia mientras escuchaba alguna que otra canción con letra romántica y que, estaban solo de una forma muy casual en su lista de reproducción “Jimin~
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La llegada al dormitorio fue larga, pero había valido la pena ya que todos habían caído rendidos en los asientos de la van en la que eran transportados y, al menos podrían descansar por un buen par de minutos antes de finalmente llegar a la cama.
Al entrar al dormitorio todos empezaron a colocarse la ropa de dormir de una manera prácticamente muerta, al igual que el hecho de lavarse el rostro para eliminar cualquier rastro del odioso maquillaje que habían llevado gracias a las presentaciones que tenían como horario en ese día. No tardando mucho en caer rendidos al completar todas las cosas necesarias para hacer antes de descansar.
Yoon Gi fue a su cuarto que compartía con Jin, y al ver a alguien ya conocido en su cama no pudo evitar el sonreír de manera amplia por notar que le había estado esperando tras darse un baño. Por lo que de forma inevitable cuando vio al mayor de todos entrar al dormitorio no tardó mucho en hacerle una señal de no hacer ruido con el índice sobre los labios propios al mismo tiempo que arropaba el cuerpo del menor que ahora había optado por acurrucarse cerca de su pecho.
—Park Jimin… Descansa, sé que es cansado iluminar a un ser tan complicado, de forma tan natural como tú lo haces… Duerme bien, mi pequeño brillo de sol. — Fue todo lo que pudo susurrar en cuánto estuvo bajo las sábanas con el menor; peinando delicadamente los cabellos impropios, admirando cada facción del menor en la oscuridad de la noche.
Sin duda alguna, y aunque no creyera del todo en las coincidencias o en el destino, el tenerle en su vida era una de las mejores cosas que habían pasado en su vida entera y que, no pensaba descuidar por cualquier cosa banal o por su mal humor. Esa persona que ahora descansaba abrazado a él, era la razón por la que su creatividad había mejorado de forma considerable.
Al menos por esa noche, por ese pequeño tiempo con el contrario, el mundo sería un poco menos difícil a los ojos de Min Yoon Gi. Todo gracias a Park Ji Min.