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Los demonios no se enamoran por Discord Di Vongola Arcobaleno

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Notas del fanfic:

Gravity Falls no me pertenece, sino más bien al genio  de Alex Hirsh

Notas del capitulo:

Se recomienda ver el capitulo "Cupido" de Gravity Falls para entender. Capitulo 9 de la segunda temporada.

Hacia no mucho tiempo, en un lugar no muy lejano, un viejo demonio con forma de dorito volaba y causaba el caos po donde cruzaba, a la vez, un hombre gordo, cantante rubio vestido con unos shorts con camisa gris a rayas y que, sin que los demás lo supieran, formaba parte de la mitología griega, tomando su nombre mitológico como su nombre artístico. Este sujeto de nombre "Cupido" se encontraba no muy lejos de por donde se ubicaba nuestro querido Bill Cipher y como acababa de terminar un concierto comenzo a caminar cerca del bosque para relajarse un poco de su "famosa" vida como cantante; fue ahí donde un ruido lo alarmó.

-¿Hola? - cuestionó mientras miraba alerta a su alrededor. - ¿Hay alguien hay?

-Si, si hay alguien. - dijo una voz masculina.

Cupido giro su rostro con ligero temor hacia la dirección por donde provenia aquella voz para luego relajarse e incluso decepcionarse un poco al ver al Dorito amarillo salir de los arbustos.

-¿Quién eres tú?

-Yo, amigo mio, no soy nada más ni nada menos que el grandioso y poderoso Bill Cipher, - dijo de manera modesta el triángulo.

-¿Bill Pipper? - cuestionó extrañado el de apariencia humana. - Nunca he escuchado ese nombre,

-No es "Pipper". - corrigio un indignado Bill. - Es "Cipher"

-¿Bill Ginger? - volvio a intentar. 

-¡"Ci-pher"! - volvio a corregir.

-Mira, no se quien eres. - comenzó Cupido, con un tono fresón sin darse cuenta. - Pero con esa apariencia de dorito-illuminati lo único "grandioso y poderoso" de ti parece ser tu nombre, Bill Stripper.

-¡SE ACABÓ!

Así, el gordo Cupido se dio cuenta del error que habia cometido al hacer añicos la microscopica paciencia del mayor. Las manos de sus cortos brazos negros fueron rodeadas por un flamante y vivo fuego azul y su color amarillo fue inmeiatamente remplazado por el de un rojo brillante. Bill solo queria hablar con ese inútil para intentar hacer un trato pero al parecer no se puede tener una conversación desente con un fracasado idiota.

Lanzó de manera constante las llamas, intentando golpear a Cupido y a pesar de que este no tubierala mejor condición física la ira de Bill era tal que sus ritmicos intentos resultaban basntante fallidos, y como no, ¿quién no se enojaria si le llamaran "Stripper"? Pues Bill especialmente. Stripper su mamá ¡pero no él! No el grandioso Bill Cipher I !!! él estaba rodeado de strippers pero no era uno!

Entre lanzamientos constantes y rápidos de sus ya comunes llamas azules logró darle al sujeto en la cara, muy cerca del cabello y los ojos.

-¡AH! - grito esté.

En el corto lapzo donde Bill disfruto su pequeña victoria, Cupido buscó  algo entre su cinturón. Cuando el demonio triangular se acercó más a este para brindarle al rubio un segundo y último golpe que mínimo lo dejaria inconciente, Cupido reacciono en el momento justo. Levantó su puño cerrado y la abrio para tirar unos de sus polvos mágicos sobre el ser de un solo ojo.

-¡Ah! - fue el turno de Bill de gritar. 

Su único ojo ardia gracias a aquells polvos mágicos y brillantes. Abrio un portal para escapar de aquel lugar antes de que ese obeso ser de la mitología griega notara su deplorable estado que le habia dejado.

No sabia a donde se habia abierto aquel portal pero eso no le era problema en ese momento. Cruzó por él para encontrarse con el silencio levemente interrumpido por el sonido del viento golpeando los árboles una vez que se cerró el portal. El aroma natural que desprendia aquel lugar le daba una leve y casi inexistente sensación de paz y calma que comenzño a disfrutaar con su ojos cerrado. Su ojo ya no le ardia y su cuerpo triangular se habia relajado. Inhaló y exhaló por sus inexsistentes fosas nasales y se relajó. Eso estaba bien. Sin tener que preocuparse por conseguir a un torpe desesperado por hacer un trato con un demonio, por el futuro, por su meta, por los gritos berrinchudos de aquel enano de cabello blanco y sobre todo, no tenía que preocuparse por la familia Pines...

-¡AH! - exclamaron dos voces bastante conocidas al unisono.

Bill suspiro con cansancio, hablo demasiado pronto. Abrio su ojo para volar en dirección a la Cabaña del Misterio donde vivia la familia que siempre arruinaba sus planes. Evitó acercarse mucho pues esta aún seguia siendo resguardada por los cabellos de unicornio que la gemela mayor se encargó de conseguir con sus amigas. 

La calma que invadia su ser fue remplazada por curiosidad. Desde su posición lo único que podia ver eran las espaldas de los gemelos menores y las piernas de Stanley Pines junto con los de la adolescente Wendy Corduroy. Al parecer los castaños se encontraban regañando a los más altos frente a ellos por alguna razón que desconocia y  eso erra algo que Bill no iba a aceptar. 

Intento acercarse con cautela hacia la ventana pero cuando estaba por lograr entender las palabras que salian de la boca de los humanos su mano derecha se encontró con el escudo mágico que rodeaba el hogar de los Pines, haciendo que se alejara inmediatamente.

-¡Ah! - exclamó.

Sacudio su mano de un lado para el otro, intentando disminuir el fuego anaranjado que comenzaba a recorrer su mano. Tuvo excito en su misión pero no al pasar desapercibido. 

-¿Qué fue eso? - cuestionó la voz del gemelo menor.

Por algo que podria llamarse "instinto", Bill volteo a ver hacia la ventana. 

Primer error.

La ventana de la Cabaña del Misterio fue abierta de par en par para dejar asomarse la menuda figura de uno de los Pines. El corazón de Bill o lo que sea que llevé adentro de su plano cuerpo se detuvo para luego latir con tal fuerza que lograba salir de su pecho cual dibujo animado; el tono amarillo de su cuerpo cambio a un rosado que casi llegaba al punto de parecer fosforecente, su corbata comenzó a girar y su larga pupila negra cambio a una con forma de corazón. Frente al demonio se asomaba por las ventanas a una chica, de largo cabello castaño que caia sobre su hombro, vistiendo con un suéter rosado con el estampado de boxeador bailando ballet y su diadema rosada combinaba perfectamente con aquel divertido suéter, sus mejillas regordetas le daban un toque adorable junto con su nariz rosada, sus grandes ojos chocolate enmarcados por una largas y guezas pestañas rizdas miraban con detenimiento el alrededor en busca de formas de vida; al verse libre de alguna posible amenzasa relajo sus hombros y volvio a cerrar la ventana mientras se volteaba a los otros.

Bill se quedo ahí. Petrificado. Flotando en el mismo lugar. No fue hasta 5 minutos después que su corazón dejo de intentar escapar de su cuerpo y su tono de "piel" volvio a su color natural. ¿Qué habia ocurrido?

-*Cupido* - pensó el de un ojo mientras fruncia el ceño.

Inmediatamente abrio un portal por donde introdujo la parte superior de su cuerpo. En el otro lado de aquel pequeño portal se podia ver a Cupido, acostado en una hamaca con una bolsa de hielos sobre los ojos y roncando como poseido. El demonio se acerco de manera innecesariamente discreta hasta el cinturón-cuerda de este y comenzó su corta busqueda.

Estaba la poción de Amor de verano, Amor joven, Recuerdos de viejos amores pero nada del Anti-amor. ¿Qué pasaba? ¡Se supone que Cupido debe llevar una poción para los amores no funsionales.

Dandose cuenta que no encontraria nada si revisaba aquel cinturón por decimo tercera vez, Cipher volvio a abrir el portal que daba a unos metros del hogar de los Pines para cruzar por él.

Comenzó a pensar. Se suponía que era un demonio. ¡Los demonios no se enamoran! Sin embargo, eso no evitó que sus pensamientos se dirijieran a aquellos grandes ojos castaños. Su ojo se giro a ver la Cabaña del Misterio, las luces ya estaban apagadas, seguramente todos a exepción del nerd de Ford ya se abrian ido a dormir. 

Bueno, no es que Bill ya se hubiese resignado a quedar enamorado perdidamente de la mayor de los gemelos Pines, sin embargo, no le molestaba la idea de gobernar aquel Universo con Mabel, aunque por alguna razón, el nombre de la única niña Pines no hacia sonar tan emocionante la idea.

Ignorando ese para nada importante hecho, el triángulo se tomó unos cinco minutos para pensar. Pendar sola  y únicamente en esos grandes y expresivos ojos chocolate, mirandolo, junto con aquellos labios rosados curvandose hacia arriba en una sonrisa, una hermosa, cálida y amorosa sonrisa que solo le brindaria a él.

El sonido de una puerta cerrandose con fuerza le hizo salir de sus pensamientos. Volteó a ver la dirección por donde provenia el ruido donde se encontró con la espalda de Mabel, saliendo por la puerta principal. Hizo aparecer un reloj a su lado para notar que esos "5 minutos" realmente habian sido 10 horas, bueno, para un ser inmortal como Bill el tiempo es relativo, pero, aún así, confundir todo ese tiempo...

Decendio hasta el suelo donde comenzó la fase uno de su plan, escondido entre los árboles. Con ayuda de su poder su cuerpo cambio dejo de ser el de un Dorito para tomar una forma más... humana.

Al final de su transformación se podia apreciar  a un chico de unos 18 a 20 años, de piel rosando a lo moreno, rostro varonil y con un ojo negro. El ojo derecho resultaba siendo tapado por un parche negro. su cabello era de un brillante color amarillo exepto por la raíces negras de su nuca. vetia con un sombrero de lana negro, camisa blanca con una chamarra amarilla amarrada en la cintura con la imagen de un ojo abierto en la espalda de esta, unos pantalones negros y unos Converse para finalizar. Se veia joven, fresco y atractivo.

Con desición, se encamino hacia la castaña que habia salido de la protección del portal.

-Disculpa. - habló Bill.

Mabel se dio la vuenta haciendo que Bill la viera mejor. De ojos castaños, mejillas rosadas y figura delgada, con una falda negra y suéter azul junto con medias celestes y zapatos negro para terminar con una diadema azul, también notó que ya no era aquella chiquilla de 12 años que conocio uando regresó a Gravity Falls, ahora parecia tener unos 16... 

Pero también notó que sus ojos ya no le parecian tan hermosos como ayer en la noche.

¿Acaso aquella poción no duraba tanto tiempo?

-¿E-en qué puedo ayudarte? - cuestionó la joven Pines, sonrojada y nerviosa al tener a un chico tan guapo frente a ella.

-Hola, vengo a visitar a un familiar por este pueblo pero me gustaria que alguien me enseñase el lugar. - explico con una gran sonrisa falsa.

-S-si. M-mi hermano y yo estaremos encantados de enseñarte el lugar. - dijo de una vez Mabel mientras se giraba a la cabaña. -¡DIPPER! ¡VEN AQUI!

-¡YA VOY!

Y fue ahí donde Bill se dio cuenta que le gustó mucho la voz de su pino.

Espera, acababa de decir "SU pino"

La puerta del hogar de los Pines se abrio dejando ver a un chico castaño, de nariz rosada y grandes y brilantes ojos, vistiendo con su ya característica gorra azul con blanco, vestia con un chaleco azul oscuro con camisa roja de cuadros, pantalones de mescilla y zapatillas deportivas.

Las morenas mejillas del rubio se sonrojaron cuando su mirada se encontro con la del menor de los Pines. Y también supo en ese instante que su plan iba a resultar más difícil de lo que pensó. 

Notas finales:

Review para esta joven inútil que se la paso escribiendo hasta las dos y media de la mañana :3 ???


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