Pov Alex.
Trato de no reírme, en verdad hago mi esfuerzo por no burlarme de la desgracia ajena, pero es que la cara de Sebastián al ver la ropa que está usando Fabián es demasiado para mí, y mira que aún no ha salido a hacer propaganda, ya me muero porque llegue Luckas.
- Alex, ponte esto – me dijo Daniela mientras me pasaba mi traje de lobo, oí a Marco gruñir pero poco me importo, me fui arreglar con una sonrisa de oreja a oreja sabiendo que esto sería divertido.
Cuando me cambie me dirigí hacia donde estaba Sam quien trataba de escaparse de Diego, no sabía lo que había paso entre ellos, pero sabía que el mayor la estaba pasando mal, y es que en sus ojos se podían ver unas pesadas bolsas negras, los mire a los dos y luego negué con la cabeza, por lo momentos no debía interrumpir su situación, no hasta que Sam me dijera lo que había pasado.
Con eso en mente me dirigí hacia la puerta del teatro para ver como los asientos se comenzaban a llenar, mi suegro aun no había llegado pero sabía que era cuestión de tiempo para verlo entrar por la puerta, sonreí y sentí como unos fuertes brazos me rodeaban la cintura.
- No me gusta esto- gruño muy cerca del oído Marcos, mientras lamia mi cuello de manera lenta, trague saliva y me libere de sus brazos.
- Es por Daniela- le dije tratando de alejarlo, este bufo y me miro reprobatoriamente, sabía que estaba celoso y eso me encantaba.
- Te matan los celos- afirme tratando de no sonreír ante su expresión, este negó mientras me miraba con arrogancia.
- Yo… por supuesto que no, el único celoso que esta aquí es Sebastián- masculla mientras lo señala, le sonrió y miro a unos pasos detrás del.
- ¿Cuándo llegaron Jack y Luckas?- pregunte tratando de controlar la carcajada que se me iba a escapar, ya que los ojos de Sebastián chispeaban de rabia mientras veía lo cerca que estaba Luckas de Fabián.
- Hace unos minutos- me responde mientras me recorre el cuerpo con la mirada, le sonrió y le beso la mejilla sorprendiéndolo, no es el único sorprendido yo también lo estoy, pero sabía que debía hacer algo por compensarlo, pues sabía que cuando estuviera en el escenario lo haría rabiar.
- Sera mejor que vayas con ellos, dentro de poco comenzara la obra- le dije mientras trataba de borrar de mis labios esa sonrisa burlona, este me miro con una ceja alzada como si pudiera oler lo que tramaba, aun así asintió y salió.
Daniela por su parte tuvo que echar a patadas a Fabián, Damián y a Evans quienes se negaban a salir vestidos así, por suerte con Dani no tuvo ningún problema que gustoso acepto ir a hacer propaganda, aunque Jack se había vuelto su sombrar luego de ver las miradas que el pequeño recibía.
Me reí y me dispuse a esperar a que la obra comenzara, poco a poco los asientos iban siendo llenados y Daniela se ponía cada vez más nerviosa, por Dios solo era la obra de la caperucita roja, no era para tanto, aun así mi amiga caminaba de un lado a otro mientras se mordía las uñas, el suegro al fin apareció junto con su esposa que alzo su dedo pulgar dándome apoyo, les sonreí y me prepare para la obra.
- Buenas… yo soy…Daniela la Directora de.. esta obra.. espero y les guste- tartamudeo torpemente mi amiga mientras sus mejillas se tornaban rojas, comenzó a salir del escenario caminando como robot, todos soltaron una risa burlona al ver a la pobre chica tan nerviosa, yo sonreí y cuando vi salir a Sam estaba que me tiraba de un puente y revivía solo para verlo otra vez con ese estúpido y tierno vestido de niña
Hace mucho tiempo, en un bosque muy pero muy lejano había una niña muy linda, llamada caperucita roja, digo… un niño muy lindo llamada caperuza, este siempre iba al bosque a llevarle la canasta de comida a su abuela….
- Daniela así no va la historia- le susurre mientras una gotita de sudor me rodaba por la cien.
- Cállate que la estoy contando a mi modo- gruño casi haciendo que los demás escucharan nuestra discusión.
Un día su madre le dijo, caperuza lleva esta canasta a tu abuela y no hables con desconocidos, y el cómo era tan lindo y tierno asintió, y muy obediente fue a llevarle la canasta de comida a su abuela, entonces mientras iba por el camino, ese ya saben ese del bosque, se encontró con un sexy lobo.
Y ahí salgo yo a escena tipo mírenme, soy malévolo y me lo voy a comer gerrrrrr…
Entonces el lobo se le acercó y le pregunto, ¡hey tú! ¿a dónde vas?, y la caperuza respondió, a casa de mi abuela, y el lobo le dijo, te acompaño, y la caperuza dijo, no puedo ir con desconocidos, y el lobo y vino dijo, está bien nos vemos luego.
Y el lobo se fue dejando solito a caperuza, lo que no sabía el inocente de caperuza era que el lobo sexy iba a cambiar los letreros del camino, para que él se fuera por el camino más largo y el lobo se fuera por el más corto.
- Esta historia la estas acortando- le susurre a Daniela al oído, mientras miraba las estupideces que decía.
- Es que ya me aburrí- me dice y yo la veo tipo, en verdad eres la directora, por favor hay que ser más serio.
Entonces caperuza camino y camino, y paso tres días enteros y seguía caminando caperuza porque se perdió, es que era algo torpe.
- ¿Qué crees que narras?- le vuelvo a decir a Daniela en el oído y esta me mira elevando los hombros.
- Me acorde que si la obra no dura treinta minutos no me pagan- mascullo mientras seguía narrando la historia.
Al fin luego de tanto caminar llego a la casa, de la abuela, donde no sabía que el malvado y sexy lobo se había disfrazado de abuelita; esta entro preguntándole a su abuela como se sentía; el lobo la miro mal, primero porque la pinche canasta estaba vacía y segundo porque llevaba tres días sin comer, porque caperuza no se apuraba.
- Ya me fuera muerto por ti- hablo el lobo, que no tiene permitido hablar ya que yo soy la narradora.
Me regaño Daniela que por poco y me lanza un zapato, al escuchar lo que dije, rodee los ojos y sin más me dispuse a seguir con mi papel.
Bien siguiendo donde me quedo ha sí, el lindo lobo sexy le enseño sus dientes a caperuza, y trato de comérsela, esta salió corriendo, mientras le lanzaba todo tipo de trapos al sexy lobito, desde un secador de pelo hasta una ropa interior.
Dijo Daniela, y yo la mire como enserio, está loca o que, pensé, pero decidí seguir con mi estúpido papel, sin más agarre la supuesta arma y se la lance en la cabeza a Sam, por estúpido que parezca, mi amigo se resbalo con el boxers y se acaba de caer en al piso.
El malvado lobo ataco a caperuza, y estaba a punto de comérselo… grrrrrr… pero justo cuando todo se creía perdido para la pobre caperuza, apareció un cazador dispuesto a salvarlo.
Dijo y en ese instante apareció Diego, tipo soy un cazador sexy mírenme todos, sonreí y antes de que este me empujara y me matara, agarre a Sam de la cintura, por el movimiento brusco que hicimos me caí en el suelo de madera, Sam quedo abajo mío dando una imagen abstracta como si nos estuviéramos besando, pero sus labios solo estaban en mi mejilla.
Me levante del piso, y Sam me imito, este miraba sorprendido y aterrorizado a Diego al igual que yo, gire mi mirada al público, y me di cuenta de que Marcos no estaba ahí, suspiro aliviado hasta que vi a mi amigo sonrojado al igual que Daniela, mire mi cuerpo y caí en cuenta que la camisa que cubría mi expectórales, no estaba, mire al piso comprobando que esta había quedado enganchada en un clavo del suelo de madera.
Eso solo significaba algo, estaba en media tarima, agarrando a Sam de la cintura, medio desnudo, dando una visión erótica de la obrar, me sonroje y mire como Diego apretaba con furias sus labios, se acercó, y trague saliva me iba matar ahora si de esta no me salvaba, pensé, pero antes de que este me tocara un cabello alguien me jalo hacia atrás, solté a Sam y mire a Marcos que estaba furioso.
- Me lo llevo- mascullo, y solo porque tenía esa misma mirada cuando me pego, no dije nada, sabia porque estaba enojado y no podía culparlo.
- Marcos te han dicho alguna vez que tienes un bonito culo- trato de aligerar el ambiente, mientras soy arrastrado fuera del escenario, mientras todos están tipo ¿What? ¿Qué clase de historia es esa? Y aquí que paso, escucho murmullos, y algún comentario que me traigan de vuelta, sin contar los piropos que mis compañeros están soltando…
- Te lo diré- masculla mientras eleva una ceja- luego de que te sientas como la bandera de Japón- me contesto mientras apretaba mi trasero con una de sus manos, trague saliva y supe lo que me esperaba.