Era una mañana normal en una escuela normal, con profesores un poco anormales y peculiares alumnos. Entre aquellos alumnos se encontraba un joven llamado Karma Akabane, este joven podria decirse que es el más sádico, tenebroso, cruel, malvado, ingenioso, inteligente y fuerte de toda la escuela, claro, sin contar al hijo del director con el que tenía competencia pero él no será importante en esta historia, ahora, nuestro joven estrella se encontraba observando con dulzura a otro chico, bajito, de cabello corto de un azul brillante con unas coletas a cada lado de su cabeza, sus ojos eran grandes, azules y brillantes, era un chico pero con facilidad era confundido por una chica, incluso su voz era más aguda de lo que debería ser la voz de un hombre, este chico especial se llama Nagisa Shioa, un chico con calificaciones aceptables, incríblemente hábil cuando se trata de deportes y el amor platónico de Karma.
Karma estaba loca y perdidamente enamorado de su amigo de la infancia.
Para él, sus sentimientos no importaban mucho, no esperaba que un dulce, amable, bondadoso, y majestuoso chico como Nagisa correspondiera sus sentimientos, a él, a otro chico que resulta ser el más sádico de la escuela. Pero algo ha estado inquietando a Karma estos días...
Últimamente, su amigo de pelo azul se encuentra mucho más distraído de lo habitual, se la pasa mirando por la ventana con un sonrojo en las mejillas y sonrisa de bobo, cuando se encuentra con pocas personas comeinza a tararear una pegajosa, empalagosa, romántica y cursi canción, cuando esta aburrido y tenia lápiz y hoja a la mano se ponía a dibujar corazones por toda la hoja, y eso angustiaba mucho a nuestro joven Akabane.
Karma se encontraba caminando con calma por los pasillos escolares, pensando en que estaría haciendo su angelito de azul; iba a dar la cuelta en una esquina cuando esuchó una conversación un poco interesante.
-¿Y eso, Nagisa-kun? - cuestionó una voz femenina, seguramente Kayano.
-Ehm... esto... ehm... - comenzó a decir la voz de Nagisa. - Jejeje, no es nada.
-¡Claro que es algo! - reclamó la de pelo verde. - ¡Déjame ver!
Karma pudo escuchar como el sonido de un papel siendo tomado con brusquedad se escuchaba,
-¡Ah! - exclamó alegre Kayano. - ¡Una carta de amor!
-¡P-por favor! - gritó un colorado Nagisa. - ¡No lo grites!
-Bien, bien... - dijo para luego mirar con picardía al de azul. - ¿Con qué te gusta alguien, o no, Na-gi-sa?
-T-tal vez...
Esa simple respuesta, ese simple "Tal vez" dejo petrificado al pelirrojo. Acaso a Nagisa le gustaba alguien. S escuchño un estruendoso "¡CRACK!". Seguramente ese es el sonido del cora´zon del joven Karma al romperse. Sus puños de apretaron al igual que su mandíbula, sus zapatillas deportivas presionaban el suelo de más. No. No quería que nadie más se fijara en ese hermoso ángel azulado.
-¡Oye, Nagisa! - llamó Karma, apareciendo de repente a lado de ambos enanos y sorprendiendolos. - ¿Puedes venir conmigo, por favor?
-Ahmmm... Sí, claro, Karma. - dijo el mencionadopara bajar la mirada con el rostro sonrojado.
Después de subir las escaleras que llevaban a la azotea, Karma y Nagisa quearon a una ditancia considerable, viéndose fijamente mientras el viento azotaba sus cabellos.
-He escuchado que tienes una carta de amor en tus manos. - dijo sin rodeos el mayor.
-¿¡AH!? Ehmm... sí.... - respondió este mientras jugaba con la carta entre sus dedos.
-¿Te gusta alguien? - Akabane fue directo, otra vez.
-¿¡EH!? - cuestionó el menor, con la cara tan roja como un tomate, incluso salía un poco de humo de sus orejas.
-...Bien... - dijo al fin de cuentas.
Con paso firme y sis ningñun rastro de sonrisa sarcástica, Karma se instaló frente a este, mirándole con intensidad y provocando un escalofrío en este.
-¿Karma? - cuestionó sorprendido. - ¿Qué suced-?
El menor no logró terminar su pregunta porque justamente en un pecho, el de cabellos rojos clavo un gran y afilado cuchillo mientras lo veía con una sonrisa diferente a las anteriores. Con la ira mal contenida, saco a la fuerza el cchillo de su amor platónico para volver a clavarlo, y así siguió un montón de veces, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7,.. apuñalando el cuerpo del menor mientras este intentaba seguir con vida.
-Debiste haberte enamorado de mí. - le dijo frío el pelirrojo a Nagisa.
Con amor y dulzura, besó los labios ensangrentados del de pelos azules, la sangre de este cubría las mejillas de ambos, también la ropa y un gran charco en el suelo de color carmín; sobre este, cayó al suelo aquella carta rosada que el menor había trabajado con tanto esmero en poner sus sentimientos y expresarlos de la manera más dulce posible, para que su amor platónico pudiera corresponder sus sentimientos. Karma se alejó con delicadeza de los suaves labios del menor, no sabía que rostro pondría ni que haría pero quería verlo, quería ver esos ojos azules que tanto amaba, al alejarse lo suficiente logró ver como una pequeña sonrisa cubrió los ahora rojizos labios del Shiota mientras este le miraba con felicidad a la vez que su vida se iba acabando.
-Gracias...
Esas fueron las últimas palabras de Nagisa Shiota antes de que perdiera el aliento y su corazón dejara de latir para siempre.
Karma dejo el cuerpo de su amado niño con extremada delicadeza en el suelo, se había extrañado del porque habñia muerto con una dulce sonrisa y con el rostro relajado, como si hubiera cumplido una ardua misión. Decidió no darle importancia a aquel hecho. Volteo a ver el charco de sangre bajo sus zapatos y miro con el ceño fruncido la carta de color rosa de el suelo; la levantó y la abrió. Quería saber quién fue el maldito imbécil que logro alejar a su hermoso niño de él, tal vez lo mataría de la manera más lenta posible, o incluso lo acosaría hasta el punto de volverlo loco, el mismo lo mate con sus propias manos o que se suicide, lo que pasé primero. Abrió la carta con manchas color carmín y comenzó a leer.
-¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!
Escucharon los profesores y alumnos, esa maniática risa dio escalofríos a todo el mundo, realmente daba miedo. Los profesores más fuertes de la escuela siguieron con precaución aquella psicótica carcajada, llevándolos hasta la azotea, abrieron la puerta y lo que vieron los dejo congelados. Frente a ellos se encontraba Karma, riendo como maniático mientras grandes lagrimas salían de sus ojos y caían en el inerte y ensangrentado cuerpo de Nagisa, la sangre los rodeaba mientras el charco de hacía más grande, sus camisas manchadas al igual que los pantalones y los zapatos, a la vez que Karma apretaba una hoja color rosa sobre su pecho.
"De: Nagisa Shiota.
Quisiera serte sincero con mis sentimientos, realmente no soy muy bueno con las palabras así que lo diré, intentando no ponerme obstáculos: Me gustas.
Te he amado desde hace tiempo, más de un año, no sabría decirlo con exactitud pero te puedo asegurar de que era desde que estábamos en primaria. Aún después de todos estos años de conocerte me pone nervioso la reacción que tendrás, quisiera que aceptes mis sentimientos hacia ti, y si no crees poder corresponderme, preferiría quedarme como tu mejor amigo, a tu lado, apoyándote en las buenas y malas porque eso hacen las personas que se quieren, se apoya, y yo te amo.
Con todo mi amor y mi corazón.
Para: Karma Akabane."
-Tonto. - dijo un sonriente Karma. Las lágrimas no dejaban de brotar de su rostro mientras admiraba la sonrisa del cuerpo frente a él, ignorando los gritos de terror y las sirenas de policía. Levanto la mano para comenzar a acariciar la suave mejilla del cadáver, tratando de mantener el calor del cuerpo el mayor tiempo posible. - Primero se escribe el destinatario y por último el remitente.
Fin <3