Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tan humillante... Tan hermoso. por Azuraki

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Disclaimer: los hermosos personajes de One Punch Man no me pertenecen, son obra de su respectivo creador.

Aclaración importante: Esto es básicamente una "continuación" de este Drabble - > Eterna gratitud . Por si les interesa, ese trata de los pensamientos de Saitama hacia Genos. Y en este caso, "Tan humillante... tan hermoso" Trata de los pensamientos de Genos hacia Saitama~.

Notas del capitulo:

Hi, hi~! ¡Estoy sorprendida de mi misma! Estoy acutalizando estas cosas seguido y, créanme, eso no es muy usual en mi, ¡pero relaxu~!

Por favor, si realmente les interesa leer el Drabble que escribí de estos dos, les invito a pasarse por mi perfilb29; Ahí lo encontraran y, si les llama la atención, tal vez uno que otro FanFic que les provoque curiosidad leer~ 

Capítulo único: Está dependencia que enamora.

Tenía una meta que cumplir… Y esa era incrementar mi fuerza de la misma forma que Sensei pero, debía admitir, que conforme pasaba  los días junto a él, más me convencía de que esa meta jamás podría ser realizada.

Era sólo un conjunto de chatarra andante. La fuerza a la que quería llegar ya había dejado de depender de mí, sino de las reparaciones que me hacían y, cabía destacar, que era un duro trabajo para Dr. Kuseno.

A pesar de eso, viví esforzándome a diario para poder llegar a ser como Sensei. No sólo para cumplir mi venganza, sino también para estar a la par de él. Sabía que, si no progresaba, habría un punto en el que ya no iba a poder acompañarlo en absolutamente nada. Ser… obsoleto.

Haber sido el discípulo de un ser tan poderoso como lo era Saitama no fue sencillo. Sensei siempre estaba expuesto a situaciones en las que, por desgracia, yo no podía tratar. Por eso las cosas no iban a terminar del todo bien si no me apresuraba a mejorar.

— Oe, ¡Genos! — Escuché su llamado y de inmediato volteé a verlo. Lo noté algo sobresaltado y la razón era obvia, yo no estaba prestando demasiada atención. Primera vez que no lo hice.

— ¿Sensei? — Pregunté ladeando mi cabeza hacia uno de los costados. No estaba de más aquella reacción de él… Y gracias a aquel grito desperté de mis cavilaciones.

— Vámonos, nos necesitan — Me respondió junto con un pesado suspiro, mientras se acomodaba el traje de súper héroe. Por mi parte, sólo asentí para luego partir con él hacía donde nos necesitaban.

Estaba algo lejos. Habíamos llegado rápido pero… el caos abundaba de forma abrumadora. El desastre, las casas destruidas, y personas heridas se veían por doquier. Por supuesto, lo que no podía faltar, dos monstruos de uno veinte o más metros en medio de semejante tragedia.

Me preparé con los puños bien cerrados y ardiendo para poder ir a combatir contra uno de ellos mientras le encargaba a mi compañero el restante. Aún sabiendo que Sensei podía con ambos con tan sólo un puñetazo, me atreví a pelear. Lo tomé como si fuese un entrenamiento.

Me acerqué para darle golpes frenéticos e incineración letal, pero este tenía una coraza bastante potente. Mi fuego y mis golpes no le causaban ni el más mínimo rasguño. Me vi completamente inútil en medio de la pelea, pero aún así no me rendí.

Volé alrededor de él con mis propulsores al máximo. Incendiando el área que lo rodeaba para poder bloquear su vista e intentar atacarlo de nuevo buscando algún punto débil.

En ese momento algo me desconcertó. El fuerte impacto de algo chocando con el suelo me había desorientado. Pensé si a Sensei le estaba yendo bien y me pregunté qué había sido eso… Fue mi error.

Cuando retomé la noción de la pelea en la que estaba, vi una enorme mano en frente de mí. Casi no tuve tiempo para esquivar tal “ataque” que ya estaba volando entre los cielos, esparciendo piezas de mi cuerpo. Eso fue un golpe mortal…

Teniendo una que otra de mis piezas por todas partes, y mis brazos al borde del desprendimiento, me armé de valor y acumulé toda mi energía y fuerza en mis siguientes ataques. Nuevamente volé hacía él… Sabía que no tenía mucha ventaja ya que él me superaba en tamaño. Podría decirse que yo sólo estaba haciendo tiempo para la aparición de Saitama-sensei.

Golpe tras golpe… fue sólo uno el que me dejó inerte en el suelo. Ya no podía hacer más que pensar en que ese, posiblemente, sería el fin de mis añoranzas y el mío. Observé los amarillentos ojos de la bestia con una expresión de desprecio. Aquella cosa elevó su gran pata, dispuesto a aplastarme hasta que...

— ¡S-Sensei! — Grité al verlo atravesar el estomago del adversario con el puño en alto…Ya estaba a salvo, así que recuperé el aliento y suspiré aliviado. Sensei lo había vuelto a lograr.

— Uh, ¿pensaste que iba a dejarte morir? — Preguntó limpiando su guante de aquella sangre verdosa que había desprendido tal abominación.

— Bueno… demoró un poco en aparecerse, Sensei — Me limité a decir en un leve susurro mientras lo veía acercarse a mí.

—Sí, lo siento. Es que aquel bicho no dejaba de hablar… Menuda historia se inventan estos tipos raros — Al escucharlo no pude evitar curvar mis labios en una tenue sonrisa. Sensei siempre tan despreocupado por todo… Era un modelo a seguir sin lugar a dudas. —. A ver…

Y la peor parte de todas había llegado. Él me tomó entre sus manos y me alzó hacia su pecho, dejando apoyado mi mentón en su hombro… Alzándome cual padre e hijo.

Seguía sin acostumbrarme a ello, pero admitía que, de no ser por él, nunca llegaría correctamente para hacerme mis arreglos.

—Tío, sí que te han destrozado — Musitó aún caminando a paso lento. Me sostenía con fuerzas para que ni otra pieza más callera al suelo… Me sentí… protegido una vez más.

— Esto es humillante… — Susurré intentando ver al suelo, pero en su lugar me topé con la extensa y blanca capa de Sensei… La observé por un largo tiempo, admirando tal prenda. Como si fuese algo más que eso.

—Lo sé, pero es la única manera, supongo — No respondí a aquello. Permanecí en silencio pero, antes de eso, gruñí un poco. Mi dependencia hacia Sensei era cada vez más notoria. —. ¿Acaso eres un perro?

Dicho eso, me acomodó de tal forma en la que pueda estar frente a él, para que así pudiera ver mi rostro resignado. Sensei era… cruel de vez en cuando. No quería verlo y tampoco quería que él me viera en tan deplorable estado, ¿pero qué iba a hacer? Apenas podía moverme y Sensei me sujetaba con fuerzas…

— Sensei, deje de decir esas cosas y vea su camino…

—Ugh, no se puede bromear contigo — Suspiró y me volvió a acomodar, pero esta vez cual ¿princesa…? En ocasiones como esas era cuando me sentía completamente manipulado y como un pequeño juguete.

Todo ese mal presagio desapareció cuando noté en los labios de Saitama una leve sonrisa, no era muy fácil de ver, pero cuando lo hice quedé perplejo. No dejé de observarlo detenidamente, hasta llegué a analizarlo.

—Anda, descansa un poco. Esto llevará tiempo — Lo dijo de forma sutil y serena… tanto que en un simple segundo me transmitió una confianza inimaginable.

Dudé un poco pero al cabo de unos minutos decidí hacerle caso. Cerré mis ojos lentamente, llevándome conmigo el rostro de Sensei. Me hubiera gustado mantenerlos abiertos para poder contemplarlo un poco más –era una vista hermosa…  – pero estaba en muy mal estado.

Espera… ¿había pensando bien? Sí, ver a Sensei de esa forma me pareció agradable. De hecho, no era la primera vez, pero en ese momento me sentí realmente extraño.

 

Hasta el día de hoy sigo maldiciendo mi total dependencia hacia él. Pero, de no ser por él, yo no estaría vivo ahora… Tan humillante, tan hermoso.

By Azuraki.

Notas finales:

¡Uwa~! ¿Qué les pareció? ♥♥♥ ¡De antemano gracias por leer! Saben que si quieren dejar un comentario es muy bien recibido. Estaría agradecida, pues así sabré si me va bien con estos dos o algo~

Una vez más, gracias por leer~ Ah, por cierto, espero hayan pasado unas lindas fiestas♥ Azuraki se retira por hoy. Bye-bye.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).