Una dulce caricia
La luna llena brillaba iluminando las pacíficas aguas del océano, un barco en la lejanía navegaba casi sin rumbo volviendo aún más solitario y desolado el paisaje. Sobre la cubierta de este se encontraban dos jóvenes enfrentados que daban vida a aquel lugar.
Buggy... Te amo - soltó sin miramientos el pelirrojo, el cuál parecía más grande.
El aludido enrojeció tanto como su nariz al escuchar la confesión de Shanks, quién estaba algo alcoholizado.
Sh-shanks... eh... Yo...- no llegó a terminar la frase pues sus labios habían sido atrapados por los del mayor.
Shanks no... B-basta - dijo el peliazul entre gemidos al sentir la mano de su nakama colarse bajo su camisa y recorrer cada centímetro de su piel provocando que se estremeciera.
¿Por qué?, ¿Acaso... tu no me quieres?- interrogó con la cara roja por el alcohol y una mirada triste mientras soltaba a Buggy y se alejaba.
P-perdón, no quise hacerte sentir mal... Es solo que...- los colores se le subieron a las mejillas de nuevo e instintivamente bajó la mirada. El pelirrojo, que estaba observándolo atentamente, sonrió con ternura y sostuvo el rostro del peliazul para verlo a los ojos
No tiene que darte vergüen...-
¡NO ME DA VERGÜENZA!- dijo alarmado interrumpiendo a Shanks; este solo volvió a sonreír dulcemente e interrogó.
- Entonces ¿Qué es? - El menor desvió la mirada y murmuro algo in entendible, qué por alguna razón le causó gracia al pelirrojo
Buggy - el aludido miró a los ojos al mayor- te amo... Quiero hacerte mío- confesó con seriedad
¿¡Qué?!- la reacción fue la esperada por Shanks quién algo divertido se abalanzó sobre el de nariz de payaso y comenzó a besar suavemente su cuello, mientras una de sus manos se escabullía por debajo de su camisa acariciando cada lugar de su abdomen, logrando que el joven que estaba debajo de él comenzara a soltar pequeños suspiros excitados. Su boca, cansada del cuello, se dispuso a besar los labios del peliazul con intención de devorarlos. Este estaba cediendo a las caricias del mayor aunque no lograba seguirle el ritmo ya qué el otro lo tocaba con desesperación, como si hubiera estado resistiendo las ganas desde hace mucho tiempo... y así era
-~ Flash Back ~-
Ustedes dos- dijo el primer oficial del barco señalando a unos niños que al parecer estaban en una riña- encárguense de la cubierta del barco, y más les vale que dejen las peleas- añadió esto último dando una severa mirada a los más jóvenes. Estos, con rencor, obedecieron la orden que se les dio y se encaminaron hacia la parte superior del barco echándose miradas desafiantes de cuando en cuando.
Ambos comenzaron a limpiar, algo desganados.
Al rato llegaron un grupo de piratas que navegaban junto a ellos, y se sentaron en la barandilla de la proa mientras hablaban y se reían. Después de lo que parecía una discusión uno de ellos saltó diciendo divertido.
Oi, tú, el de la nariz roja jajá - los niños pararon de limpiar, Shanks con cara de asombro y Buggy con el rostro del color de su nariz debido al enojo.
¡¿A QUIEN LE DICES PAYASO TONTO CON LA NARIZ MAS ROJA Y GRANDE DEL MUNDO?!- gritó a la vez que se acercaba al pirata y este reía a causa de la reacción del menor- Ahora recibirás la furia del gran Buggy-sama gyagyagya.
Los más grandes se carcajeaban y uno dijo. - bueno, si el payasito quiere pelea la va a tener- a la vez que se levantaban yendo hacia el peliazul que empezaba a tener miedo. Shanks, quien había estado mirando todo, reaccionó más rápido que su nakama al ver que uno de los puños de los del grupo iba directo al la nariz roja y antes de que este impactara en el rostro del menor el pelirrojo había recibido el golpe en el antebrazo por él.
Aunque Buggy se jactara de ser el mejor Shanks lo superaba por mucho en lo que a peleas respecta, por lo que no le fue difícil defenderlo de los mayores. Luego de un rato pegándoles a los niños, los piratas se fueron diciendo que se aburrieron.
El silencio que se escuchaba en la cubierta solo era interrumpido por la respiración agitada de los dos jóvenes. Ambos estaban tendidos uno al lado del otro intentando calmarse.
¿Por qué lo hiciste?-interrogó El peliazul qué se había sentado para observar ofendido a su nakama. Shanks se incorporó lentamente y para sorpresa del payaso este se acerco a su rostro, el cual se tiñó de un tono rosado debido a la cercanía.
Porque... Te amo- susurró el pelirrojo antes de besar al otro quien cuando logró reaccionar lo empujo y salió corriendo.
Luego de eso fingieron que nada había sucedido y todo era como antes... Hasta ahora.
-~Fin del Flashback~-
El pelirrojo, con el torso desnudo, estaba desabotonando la camisa ajena con su boca mientras lamía cada centímetro de piel que veía. No podía creer que al fin lo haría suyo, ese momento lo recordaría por siempre sin importar cuán borracho estuviese.
- Shanks, basta... no me... gusta - Buggy intentaba detenerlo en vano.
- Si no te gusta ¿Por qué te pones así? - Interrogó a la vez qué rozaba la intimidad del peliazul con su rodilla. - A mí, no me podes mentir - Lo miró con una sonrisa altanera.
Su nakama desvió la mirada avergonzado por escuchar la verdad. Él si disfrutaba aquello y sabía qué no podía mentirle, por lo menos no en esa situación. El pelirrojo tomo su reacción como una invitación a continuar e introdujo su mano en la ropa interior ajena para masturbar el duro miembro.
Esta vez Buggy se dejó hacer. Sintió sus prendas inferiores deslizarse, dejándolo completamente desnudo. Las manos del contrario lo hacían delirar, lo tocaban con tanta experiencia que no aguantaba más, cuando sintió un dedo presionar la punta de su intimidad y deslizarse hasta la base no logró contenerse y se corrió sobre sus vientres. Shanks se incorporó, y mientras contemplaba al payaso todo sonrojado, se quitó los pantalones y la ropa interior liberando su hinchada hombría la cual reclamaba atención. Volvió a tomar su anterior posición sobre su nakama y comenzó a besarlo mordiendo suavemente sus labios, miró a los ojos al peliazul haciendo una pregunta silenciosa.
La cara de Buggy se tornó de un tono rosado, no quería que sucediera. El disfrutaba de la atención del pelirrojo pero, dejar que lo penetren era un tema completamente distinto. Aunque su mente seguía algo nublada por la excitación movió su cabeza de un lado a otro, como respuesta negativa.
Hubo un silencio.
El contrario tampoco respondió, continuó con sus besos y mordidas a la vez que rozaba su miembro contra la cálida piel de su nakama. El ambiente volvía a calentarse poco a poco, cuando el pelirrojo comenzó a masturbarse mientras besaba apasionadamente al peliazul casi como si quisiera devorar sus labios. Mágicamente ambos sentían su ritmo cardiaco sincronizado con el otro y cada vez se aceleraba más. Llegó a su máxima velocidad cuando Shanks alcanzó el clímax y se dejó caer junto a su nakama.
Estuvieron de ese modo un rato largo mientras intentaban calmar su respiración y sus agitados corazones.
-Buggy... - El aludido no contestó - tú.... ¿Qué sientes por mí? – Tampoco hubo respuesta en ese entonces solo el ruido acelerado de sus palpitaciones.
Lo último que sintió Shanks fue una dulce caricia, tal vez como respuesta, antes de caer dormido.
Fin.