Aprendiendo a Amar
Capítulo 1
Era una mañana, donde el sol apenas empezaba a salir, empezando a dar su resplandor sobre un chico, con su torso destapado, siendo el resto de sus extremidades tapadas con una sábana que compartía con una mujer que al igual que él, estaba despojada de sus ropas.
El nombre de este joven es Roronoa Zoro, era conocido por esas calles, pero aún más por las mujeres de este mismo, pues la ocupación de tal hombre era satisfacer la necesidad sexual de las mujeres que se lo pidieran; según él, era un buen trabajo, siempre se cuidaba, algunas veces al igual que sus clientas lo disfrutaba, ganaba diariamente una cantidad “razonable”, pero en fin, lo hacía para ganarse la vida.
El peliverde se levantó de la cama, fue a buscar su ropa para tenerla lista después de darse una ducha, para luego cambiarse y poder salir del apartamento en el que se encontraba, y así mismo revisar una pequeña agenda que le decía donde y cuando debía ofrecer sus servicios, y según por lo que vio, no estaría tan apresurado hoy.
En lo que tenía de tiempo libre, el chico decidió ir a un bar, para relajarse y despejar un poco su mente, estando cegado por sus pensamientos, no pudo evitar chocar con otra persona.
-Ah…lo siento…no me he fijado.
-Ahhg…d-duele…-sobándose la cabeza- no hay problema, pero, fíjate cómo vas…-le contesta el joven con sus cabellos rubios, teniendo un gran flequillo que tapaba su ojo derecho y en parte sus mejillas-
Vale…nos vemos…-el peliverde se retiró sin perder su camino hacia el bar-
Ya estando ahí, Zoro se sentó, pidió lo que acostumbraba a beber, ya que le encantaba el alcohol, pero al menos el podía controlarse y no caer en este mismo.
Mientras se encontraba bebiendo ve como una persona se sienta a su lado, resultando ser, que era el chico con le que choco antes.
-¡Hey! ¿Nos acabamos de ver hace rato verdad?
-¿Hmm? -algo desconcentrado, logro captar el saludo unos segundos después- Ah sí, es verdad…
-Mi nombre es Sanji, ¿y el tuyo?
-Roronoa Zoro
-Vaya… ¿bebiendo tan temprano?
-Si, esa es mi costumbre
-Y dime... ¿a qué te dedicas?
-Cómo es que se le llama a eso…-tratando de encontrar un nombre para su ocupación, pues no le importaban detalles tan pequeños como esos, solo le interesaba el dinero; sin encontrar explicación alguna, con una de sus manos formo un pequeño círculo, mientras que con el índice de la otra lo metió dentro de este repetidas veces demostrándoselo con una expresión normal como si no se tratara de nada-
-¿Qué clase de explicación de esa…? –mientras le veía algo confundido- oh… ¿Así que eres gigoló…?
-Si... ¿así se llama?
-¿Eres idiota o qué? –viéndolo aún más confundido- bueno Marimo-kun, ya debo irme…nos vemos –despidiéndose mientras se dirigía a la puerta para retirarse-
¿Ah? ¿Marimo? –quedando algo confuso- que tipo tan extraño…
Iban pasando las horas y como siempre él fue cumpliendo su trabajo, clienta tras clienta, pero al igual que ellas, siempre quedaba agotado; estando con una de sus clientas después de haber acabado, se proponía a si mismo seguir.
Ah…-jadeando un poco mientras se daba una ducha- solo queda una…
El peliverde salió del apartamento y reviso su agenda para poder ver la dirección de su siguiente chica.
Hmmm…no está muy lejos de aquí –se decía así mismo mientras iba caminando- a ver… ¿Nami…? –Leyendo con algo de dificultad mientras aun caminaba, hasta poder llegar a donde debía-
El peliverde toco la puerta hasta esperar que se abriera, para ver a una chica con el pelo naranja recibirlo, era alta, cabello largo, sus medidas las tenía muy bien proporcionadas, hasta ahora no había tenido a alguien como ella, bueno eso era lo que él pensaba.
-¿Zoro verdad…?
-Sí, así es…
-Hmm... Es muy atractivo…está bien para poder divertirme un poco…-mientras pensaba completamente satisfecha al verlo de pies a cabeza-
Y así empezó, primero comenzó a besarla desesperadamente, pues su clienta era atractiva, y le incitaba a que la temperatura de su cuerpo aumentara, en medio del beso le iba quitando su ropa poco a poco hasta que solo quedara el short que traía puesto al igual que sus bragas, pues aun estando en medio del beso mientras exploraba su boca, fue metiendo su mano lentamente entre sus piernas para empezar a prepararla, mientras ella hacia lo mismo, dándose placer mutuo, mientras estaban en la habitación de la pelirroja, se habían olvidado de todo, lo único que importaba ahí era el placer, hasta que se escucha a alguien tocando la puerta.
-¿Hmm? –mientras la pelirroja aun jadeaba se preocupó un poco-
-¿Nami-san...? ¿Estás en casa? –Mientras aun tocaban la puerta-
-¿T-Tan pronto regreso...? –Pensaba algo jadeante Nami-
-¿Alguien más vive aquí...? –pregunto algo sorprendido-
-B-Bueno…-sin querer contestarle la chica se quedo muda-
El chico al no obtener respuesta decidió entrar pues tenía una copia de la llave en caso de que la chica no estuviera, escucho la casa tan vacía, pensaba que estaba sola, para ir a verificar que la chica estuviera dormida iba a entrar a su habitación hasta que escucho la voz de alguien más.
-¡Ahh! Qué bien he dormido…-una voz viniendo desde la otra habitación-
-¿Hmm? –En lo que el chico iba a abrir la puerta este se detuvo- ¿Luffy…?
-¡Oh! ¡Sanji! –El pequeño moreno salió de donde estaba- ¡Comida! ¡Comida!
-Espera un poco idiota… ¡la preparare hasta que venga mi querida Nami-swan…!
-¿Eh...? ¡Idiota…! Nami ya está aquí
-¿Pero qué dices? Ella no está aquí
-¡Claro que sí! Vamos, ven te enseñare –Luffy empezó a dirigirse hacia el cuarto donde estaban ambos abriendo de una vez la puerta, a la vez que lo salía le daba la espalda a lo que en realidad pasaba para ver al rubio con cara burlona- ¿ves?
-¿eh? –A Sanji le costaba analizar lo que estaba pasando y más la imagen que tenía frente a él, la pelirroja encima de Zoro, ambos desnudos, la cintura de ambos siendo tapada por la sabana-
-¿¡Sanji-kun!? –Grito Nami-
-¡Marimo! –con ganas de matarlo-
-¡Tu! –Zoro pudo reconocerlo-
-¿Ah? –al escuchar tanto alboroto, Luffy decide voltearse, no le sorprendió la imagen solo la persona que se encontraba ahí- ¡Oh! ¡¡Zoro!!
-¿Luffy? –al igual que lo hizo con Sanji pudo reconocer al pequeño-