Era un hermoso día de verano con una fresca brisa agitaba las copas de los árboles. Algunos niños corrían por las aceras, riendo en voz alta, mientras que otros se concentraron en duelo en su mundo de hologramas, dibujo más tarjetas y llamar a monstruos que eran invisibles para los ojos de Yuma y Kotori.
La chica estaba comentando algo acerca de un programa de televisión, mientras que el de ojos rojos estaba tratando de continuar la conversación. Sin embargo, Yuma no podía concentrarse en un tema específico, no puede dejar de pensar que Astral faltaba por horas. Quizás estaba demasiado ocupado dentro de la llave, pero durante más de Tsukumo llama, no parece que el extranjero ...
Cuando llegaron a la sala de clases Tetsuo los saludó, así como Takashi y Cathy.
Yuma se sentó a la mesa más cercana a la ventana, apoyando la barbilla, esperando a que el profesor llegara.
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El mundo podría ser visto de diferentes maneras. Cada persona puede interpretar la realidad, ya que consideran más adecuado.
Algunos sólo veía las cosas malas, empezando a creer que la vida estaba hecha de desacuerdos y malos acontecimientos, perder la esperanza por completo, ahogándose en la tristeza y la desesperación. Otros trataron de añadir un toque de alegría, mostrando sonrisas dondequiera que fueran, sin embargo, fueron destrozados en pedazos en el interior. También había un grupo de personas que eran extremadamente inocente, creyendo que podían cambiar el mundo de los otros, con sus propias manos, pero la verdad es que casi nadie se sentía completamente satisfecho en la realidad que vivían.
Fue la gran pregunta: ¿Si pudieras cambiar algo, ¿qué sería? Muchas personas contestarían "todo", o cualquier error del pasado, Yuma, en cambio, sólo deseaba poder reunirse de nuevo con sus padres.
Tal vez el adolescente era capaz de cualquier cosa por verlos de nuevo, sin embargo, permaneció como un niño con el alma recubierta con una capa de inocencia y esperanza, prácticamente incorruptible, no ser capaz de tomar acciones drásticas. Pero nada de esto le impidió soñar.
Yuma soñaba con un mundo en el que podía pasar más tiempo con sus padres, en el que todos sus amigos podría ser feliz y preocupaciones eran mínimas. Sin la venganza, el odio, la amargura ...
Casi todo el mundo tiene un mundo idealizado, como un cuento de hadas, aunque esta realidad, la mayor parte del tiempo, existía sólo en sueños ...
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Tsukumo regresó a casa con las manos apoyadas en la parte posterior de la cabeza, mirando distraídamente hacia el cielo.
Ha tenido un buen día, usando su "kattobingu" en la educación física y llegar a entender la mitad de las otras clases. Lo único que le molestaba era la ausencia de Astral.
El extranjero estaba todavía dentro de la llave, sin responder. Yuma estaba preocupado.
"Estoy en casa" - dijo el de ojos rojos, mientras que la apertura de la puerta, encontrando la sala vacía - "??? Akari Obomi abuela"
Sin preocuparse demasiado, Yuma subió al ático, intercambiando su uniforme por algo más cómodo. Bajando las escaleras, el niño entró en la habitación donde su hermana fue por lo general, no encontrarla.
"Tal vez se fueron a la cesta ...?"
Fue entonces el Tsukumo escuchó una voz familiar desde la cocina.
"Llego tarde, llego tarde!" - Akari se dirigió a toda prisa, buscando algo en la mesa.
"Hey, Akari!" - Yuma se acercó, pero su hermana acaba no le hizo caso, la búsqueda de su d-gazer de la mesa de la cocina, echar un vistazo en el momento.
"¡Es tarde!" - La niña exclamó, corriendo de la casa.
"Akari!"
Yuma siguió a su ni siquiera molestarse con la ropa que llevaba y los descalzos, persiguiendo a la otra en la acera.
Cuanto más gritaba, Akari acaba de decir que ella se retrasó algo muy importante.
El Tsukumo no terminó notar el extraño hecho de que nadie en la calle parece observarlos allí, como si los hermanos eran invisibles.
Finalmente llegaron a una zona llena de edificios de la ciudad de Heartland, considerado por muchos como una especie de laberinto, además de que alberga unos sinvergüenzas.
"¡Oye!" - Yuma no se dio por vencido, pero el otro estaba a varios metros delante de él.
Cuando se volvió una esquina, los ojos rojos del chico se abrieron, pues, por una fracción de segundo, Yuma creyó ver dos orejas de conejo en la cabeza de Akari.
Tal vez él estaba teniendo delirios cuando el hambre o la fatiga, y después de frotarse los ojos, el joven regresó a su manera.
Él estaba en una calle mal iluminada, con algunos árboles alrededor. Los pies ya se ha hecho daño, pero nada impidió Tsukumo a correr en busca de su hermana.
"Akari!" - Yuma en la distancia oyó su voz, pero cuando se dio unos pasos, llegando a ver a la chica con orejas de conejo, el suelo cedió, abriendo un enorme cráter, tragando el adolescente que cayó en caída libre.
Yuma gritó, incapaz de ver debido a la oscuridad, pero fieltro terriblemente solo y sin protección.
De una manera desesperada, el Tsukumo celebró el colgante en forma de llave entre los dedos, apretando con fuerza.
"¡Astral!"
El nombre de la que se hizo eco a través del agujero que Yuma caída, y el tiempo pareció congelarse, causando el cuerpo del niño, casi levitando y una extraña sensación se apoderó de él. Era como si miles de plumas acarician la piel ligeramente bronceada del Tsukumo, involucrando a él de una manera delicada, proporcionando una sensación de paz y comodidad.
El ambiente estaba iluminado de una manera fantasmagórica, revelando paredes hechas de tierra y extraños objetos flotando en el aire.
Yuma ojos se centraron en uno de estos objetos, capaces de reconocer el formato, los colores ... Fue una tarjeta monstruos duelo, pero gigante.
Curioso, el muchacho le tendió la mano, tratando de mantener una tarjeta, pero que no fue su sorpresa al ver que él no llevaba la misma ropa.
"¿Qué? ¿Qué es esto ?!" - Yuma miró a sí mismo, al ver un vestido rosa con un delantal atado a la cintura. Calcetines a rayas en zapatos negros en blanco y negro, y pulido, en el cuello clave del Emperador - "II fue cruzada vestidos!"
El adolescente sintió que sus pies toquen el suelo, y luego miró a su alrededor, viendo varias tarjetas en el aire, todos se enfrentaron a abajo, no revelar el monstruo o la magia que llevaban.
Muchas preguntas se hicieron en la mente de Yuma, incluso si todo esto era un sueño, pero pronto su atención fue llamada por una figura de pelo rosa que saltó carta por carta, quejándose de haber llegado tarde.
"Akari!"
El chico saltó sobre la tarjeta más cercana, de esa manera seguir sus pasos hermanas, en el fondo el pensamiento de la movilidad en el interior del vestido era realmente muy bueno, ni siquiera el cuidado más si lo llevaba puesto.
"Maldita Akari, vuelve aquí!"
Yuma resbaló, casi cayendo de la tarjeta donde estaba. Poniéndose de pie una vez más, el muchacho pudo ver a su hermana tocar una tarjeta con ambas manos y una luz blanca la envolvía, haciéndola desaparecer.
"AH! Akari!"
Gritó el adolescente, en la desesperación.
De repente voces que sonó a través del lugar, asustando a Yuma.
"Usted debe elegir una tarjeta de ..."
Con renovada valentía, el Tsukumo puso de pie, sosteniendo el colgante en forma de llave. Él salvaría a su hermana, no importa qué!
"Elijo este!" - La voz de Yuma se hizo eco mientras saltaba, logrando tocar con los dedos la misma tarjeta que Akari había elegido.
Una luz blanca involucrado el cuerpo del niño, lo cegó durante algún tiempo. Lo último Yuma oía era la voz balbuceando a lo lejos ...
"Bienvenido, Alice número 39".
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