Veo como duerme tranquilamente. Cuando lo vi llegar parecía muy cansado y después de nuestro fogoso encuentro se quedó casi instantáneamente dormido. Parece un hombre muy fuerte y me sorprende que el cansancio lo haya tumbado. Recuerdo que es solo un humano.
Vine aquí con la intensión de averiguar la manera que supo mi identidad. Desde el principio se negaba a responder mis preguntas y despertarlo no ayudaría. ¿Le habrá entregado a alguien ésta información? ¿Quiénes más conocen mi identidad? Esas interrogantes me asustaban y pensaba de sacarle de cualquier manera las respuestas a Wayne. Aun lo torturará – cosa que no es mi estilo – sé que no me respondería, tengo que conseguirlo de otra manera.
Suspira mientras duerme. Aprovecho que está en brazos de Morfeo para buscar información útil entre sus cosas. Revuelvo sus maletas, no hay nada más que sus costosos trajes. Registro toda la suite, parece que no hay nada más excepto los archivos que hay sobre la cómoda. Me parece muy raro que alguien como él trajera tan pocas cosas, presiento que hay algo escondido pero no logro encontrarlo.
Me acerco a la pila de archivos. Los examino cautelosamente. Son diseños de armas, algunas de ellas ya las había visto, se tratan de esas que se le vendieron al Joker. Los otros eran nuevos, más atemorizantes pero había uno que me llamaba más la atención, el plano de una armadura que vi cuando llegué a la suite ¿Para qué LexCorp armaría un exoesqueleto? ¿Qué planearían hacer con ello? ¿Estos archivos confirmarían que Wayne Enterprises sí ayudó a la compañía de Luthor a proveer de armamento al villano de Gotham? ¿Acaso estas son las pruebas con las que alega su inocencia?
Extrañado y confundido volteo a ver a Bruce que aún sigue durmiendo sin inmutarse. Sigue ahí, desnudo. Eso hace sonrojarme, me avergüenza un poco y me recuerda lo que hicimos hace rato. Quiero alejar esos recuerdos tan intensos de mí, así que me abalanzo a la cama a cubrirlo con una sábana. Veo su rostro relajado y sus rojos labios. El impulso de besarlo me ha ganado.
-Descansa, jefe – digo susurrando sobre sus labios con una pequeña risilla.
Es momento de volver a casa. Debo descansar, ha sido un largo día. Me separado de sus labios y me levanto de la cama. Recojo mi capa y salgo volando por la ventana. Llego a mi departamento, una vez dentro lo único que hago es dirigirme a mi habitación. Me quito el traje quedando solo en ropa interior y me tumbo en la cama quedando profundamente dormido.
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Me encuentro en mi cama en una posición muy extraña. Los ojos aún se me cierran. Maldigo a la ruidosa alarma por sacarme de mis sueños. Soñé con Bruce, soñé con sus secos labios. En las fiestas de caridad a las cuales asiste, parece muy sociable dándole una sonrisa o una buena charla a sus socios u otros millonarios “caritativos” y parece totalmente amable con las mujeres que lleva siempre del brazo. Todo ese carisma se queda en esas “altruistas” pero lujosas fiestas. Aún me parece un canalla. Es serio, cínico, deshonesto y completamente demandante. Ahora entiendo la frase quiero matar a mi jefe. Perry a pesar de gritarme varias veces, es compresivo y buen amigo, sobre todo nunca me ha besado. Recuerdo el beso que me dio Wayne en la sala de entrevistas. Pensar en ese beso o solo recordar la textura de sus labios me hace sentir un cosquilleo que me estremece y me pone nervioso. ¿Por qué mi cuerpo reacciona así? ¿Por qué si Bruce Wayne me parece una persona detestable?
Salto de la cama queriendo quitarme de la mente a Bruce Wayne. Es memento de alistarme para ir al trabajo pero primero me dirijo a la cocina, mi estómago ruge, necesito desayunar. Me sirvo un buen plato de cereal con leche y me dirijo a la pequeña mesa de la cocina a comer tranquilamente o al menos eso trato. Con cada bocado que doy, Bruce vuelve a mis pensamientos. ¿Qué es lo que realmente quiere? ¿Me estará usando? ¿Cómo sabe quién soy? ¿Es de los buenos? ¿Si fuera aliado de Luthor se habría dejado ver completamente como anoche?
Ese timbre que ya extrañaba me del bollo de preguntas que tengo en la mente. Era el timbre de mansajes de mi celular. No suelo recibir mensajes solo las llamadas de Lois, Jimmy, Perry y de mi madre por supuesto, aunque muy pocas veces de mis amigos de la liga.
Me levanto de la mesa dejando mi plato de cereal. Me voy a la habitación en busca del celular. Es un número extraño, no es uno de mis contactos ni alguno que conozca. Abro el mensaje para poder leerlo.
<<Estoy por llegar al Planeta, terminemos con la entrevista.
B. Wayne>>
Era él. ¿Cómo consiguió mi número? ¡¿Ahora sabe todo de mí, incluso mi número de teléfono?! Bueno, es mi jefe así que debe saber todo sobre mí, tiene mi currículo, mi hoja de vida, mi información personal. Me siento totalmente expuesto.
Trato de apaciguarme. Debo estar antes que él en el Planeta. Me alisto para rápidamente casi como volando. Una vez terminado me acerco a la ventana para salir velozmente. Mientras voy por el cielo, una sonrisa se dibuja en mi rostro. Me alegra volver a verlo. Rápidamente me reprendo y trato de poner un semblante serio.
Me detengo en el callejón que está cerca al Planeta y me camino lo que me falta para llegar a la entrada. Al ingresar me doy cuenta que muy pocos están en sus puestos de trabajo. ¿Se habrán quedado dormidos? Busco con la mirada a mi buena amiga Lois, tampoco ha llegado y solo me topo con Jimmy quien está tratando de arreglar su cámara. Me acerco a él.
-¡Hey, Clark! Pensé que no llegarías hoy – me dice muy contento. Se adelantó a mi saludo.
-Hola Jimmy. ¿Dónde está Lane?
-Dijo que vendrá en unos minutos, salió a averiguar algunas cosas – me dice algo intranquilo – no pude acompañarla, ésta cámara se ha averiado.
-Parece que necesitarás una nueva – le sonrío.
-Señor Clark, le parece si comenzamos con lo planeado ahora – esa voz era la de él. Volteo a verlo y luego a ver a mi amigo que parece petrificado viéndolo.
-Sí, señor Wayne. Parece apresurado – digo intentando ocultar mi nerviosismo.
-Tengo una agenda apretada – <<no solo eso>>, pienso. Le doy un buen golpe a mi subconsciente por pensar en cosas como esas en hora de trabajo.
-Vayamos a la sala de entrevistas – abro mi cajón y saco mi cuadernillo y mi grabadora, aún tengo la grabación anterior.
Camino rápidamente hacia la sala de entrevistas. Por el rabillo del ojo, doy cuenta que Bruce está detrás de mí siguiéndome el paso y Jimmy aún sigue estático. Al llegar a la sala, me quedo parado al lado de los sillones esperando a que Bruce se sentara, en cambio solo lo veo cerrar la puerta y acercarse a mí hasta tenerme atrapado entre su cuerpo y la pared.
-¿Qué haces? – trato de sonar tajante.
Sus labios se encuentran junto a los míos, esos labios en los que me gusta pensar. No tardo en reaccionar al beso. Es un gran beso, uno muy apasionado que rápidamente de deja sin aire. Le doy un fuerte empujón para poder recobrar el aliento y sí, también para separarnos, estamos en la sala de entrevistas alguien puede sorprendernos.
A Bruce no le importa que lo separe de mí, vuelve a aprisionarme y esta vez me quita la grabadora y el cuadernillo que aún llevaba en las manos.
-No necesitarás estos – dice arrojándolos.
Nos miramos directamente a los ojos. Puedo ver un destello de lujuria en sus ojos ¿Acaso también amor? No quiero pensar en nada así que atraigo más el cuerpo de Bruce al mío e inicio un fuerte beso. Rápidamente bajo mis labios por su cuello. No quiero pensar en nada más que probar nuevamente el cuerpo del jefe de todos. Es tan exquisito. Comienzo a quitarle el saco mientras muerdo una de sus orejas y el jadea suavemente. El impulso por hacerlo mío por segunda vez hace que lo tire al sillón más grande y comience a desabotonarle la camisa. Veo otra vez su trabajado torso. Comienzo a repartir besos por sus pectorales y no pierdo tiempo en probar sus rosados pezones. Continúo por su abdomen, relamo una de sus cicatrices, una que me llamó la atención en especial.
-…Clark… – esa era la voz de mi amiga Lois. Automáticamente alzo la cabeza y la veo parada a mitad de la puerta de la sala de entrevistas. Tenía los ojos acuosos, nunca la había visto así.
-Lois… yo… nosotros – no sé qué decir, el hecho que hayamos sido descubiertos me pone nervioso y muy avergonzado – no… no es lo que crees – veo como las lágrimas comienzan a salirse de sus ojos y se va corriendo.
Bajo la vista hace Bruce, quien sigue debajo de mí con la camisa abierta
-Debí ponerle seguro a la puerta. No creí que nos interrumpirían – dice con una sonrisa altanera, como si no le importaría el estado de mi amiga.
Rápidamente me separa de él y salgo de la sala de entrevistas sin decirle nada, voy en busca de Lane. El escondite favorito de todos aquí en el planeta es el baño, me dirijo al baño de mujeres y entro sin ningún pudor, no me importa que me llamen pervertido, debo ver a mi amiga. Las señoritas que encuentro dentro salen todas veloces, huyendo de mí como si yo fuera un violador. Veo un único cubículo cerrado, sé que Lois está ahí.
-Lois… sé que eres tú, escucha por favor – digo apenado.
-¿Qué quieres Kent? – Está llorando - ¿Es por eso que no terminaban la entrevista?
-Lois, no es lo que crees.
-¡¿Qué es lo que creo Clark?!
-Yo y el señor Wayne, nosotros no… - no sé cómo explicárselo. No puedo decirle que conoce mi identidad y que me ha chantajeado con eso para ser su juguete sexual – nosotros no… no sé lo que fue Lane, solo me deje llevar.
-¡¿Te dejaste llevar?! ¡Eres increíble, Clark!
-Sé que él te gusta y yo…
-¡¿Qué él me gusta?! ¡No! – su llanto se intensifica – Clark, yo… yo… tú me gustas.
-¡¿Qué?! – exclamo. En mis comienzos en el Planeta estaba enamorado de esta chica y fue perdiendo espacio en mi corazón al saber que nunca estaría yo en el suyo y ahora saber que yo le gusto me deja muy desconcertado.
-Lo que oíste Clark… vete, vete ahora por favor.
Hago caso a su orden. Me voy sin decirle nada. Mis palabras no valdrían en esta situación, solo agravaría todo. Me siento muy mal por ella. Mi día se ha desmoronado. Vuelvo a la sala de entrevistas. Le diré a Wayne que dejemos la “entrevista” para otro día pero no está ahí se ha ido.
El celular que llevo en el bolsillo vibre. Me llego un mensaje.
<<Estoy en camino de regreso a Gotham. Tú identidad está a salvo conmigo. Espero que la señorita Lane se encuentre mejor.
B. Wayne>>
La pena que siento por mi compañera y el reciente mensaje de Bruce hacen que mi corazón se estruje. ¿Volverá Wayne a Metrópolis? ¿Volveré a verlo? ¿Cuidará mi identidad? ¿Acaso esta es su despedida? No aceptaré un simple mensaje como despedida.