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Entre la luna y el sol por blood rain

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Al día siguiente Harry despertó temprano, sentía un extraño sabor en la garganta, no era nada horrible, pero le incomodaba, incluso la picazón en su pecho prevalecía. Decidió darse una ducha con agua fría, sentía caliente la piel y sudorosa.

Con cuidado se retiró el vendaje del brazo y entro a la ducha, notando como las runas habían desaparecido y que su cabello había vuelto a ser corto, se sintió algo mal realmente le había gustado ser un semidragón.

Luego de cambiarse bajo a la sala común, encontrándola casi vacía, sentada en uno de los sofás estaba una chica que nunca antes había visto; era bajita, de cabellos plateados y ojos verdes, portaba el uniforme de Gryffindor. Ella al sentirse observada levanto la mirada de su lectura. Harry sintió un extraño estremecimiento, a pesar de que los ojos de esa chica eran hermosos tenían un toque frió, similar a los del profesor Snape.

-Ho-la- saludo nervioso.

Ella no respondió y volvió a fijar su mirada en las letras del libro que tenía en las manos. Harry trataba recordar quien era ella, sabía que Hermione le había contado de una extraña chica que estaba en el sexto curso que tenía el cabello color plata. Su amiga le dijo que esa joven era fría, astuta y calculadora, parecía ser más bien una Slytherin, pero de algún modo había terminado en Gryffindor.

-¿Piensas quedarte ahí?- pregunto la peli-plata sin mirar a Potter.

-¿Disculpa?

-Digo que aún hay mucho lugar donde sentarse- dijo ella- pero si lo que te gusta es quedarte ahí parado…

-No, no, gracias- interrumpió Harry sentándose al lado de ella- ¿cuál...? ¿Cómo….?

-No creo que decirte mi nombre importe- menciono la chica antes de cerrar el libro y salir de la sala común.

Harry no hizo nada, estaba realmente impresionado, Hermione tenía razón, esa chica era toda una Slytherin.

Entonces… ¿por qué estaba en Gryffindor?

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El lunes, cuando se retomaron las clases se dieron cuenta del cambio de la profesora Aprilynne, ya no sonreía, se la mantenía distante incluso en las clases, daba el mismo miedo que Snape cuando se enfadaba (aunque eso era la mayor parte del tiempo), Remus estaba algo preocupado por su compañera, pues hablaba demasiado poco o nada.

Para Harry fue demasiado extraño, de alguna manera, la actitud de la profesora era similar al de la chica que había conocido el sábado por la mañana, a la cual había logrado ver en el desayuno de ese día. Le sorprendió verla sola con un libro en las manos, pero lo que más le intrigaba era el no haberla visto antes, su cabellera plateada resaltaba completamente de la mesa de Gryffindor.

-¿Sucede algo Harry?- pregunto su amiga cuando se preparaban para la siguiente clase con la profesora McGonagall.

-No, no pasa nada- mintió.

Se sentía algo culpable por no decirles la verdad a sus amigos, pero la verdad es que no tenía las fuerzas necesarias para contárselos.

-Chicos, me saltare la clase- dijo luego de un rato.

-¿Qué?, ¿Por qué?- cuestiono su amiga.

-No me siento bien, iré con Poppy.

-¿Necesitas que te acompañemos?- pregunto Ronald.

-No, los veo más tarde.

-Ten cuidado Harry- pidió Hermione.

El muchacho asintió antes de moverse en dirección a la “enfermería”, la verdad era que si se sentía mal, pero no era nada físico, tenía un mal presentimiento y eso tenía que ver con la profesora Aprilynne, ahora cada vez que la veía, notaba esos ojos que le habían atormentado antes, ese azul brillante que le taladraba nada más verlos. Cuando perdió a sus compañeros de vista corrió hacía el aula de Historia de la Magia, donde intercepto a Draco antes de que entrara al jalarlo de un brazo y esconderse detrás de un pilar.

-¿Qué es lo que te sucede Cara rajada?- pregunto Malfoy algo molesto por el trato.

-Lo siento- dijo- pero necesitaba hablar con alguien, no puedo hacerlo con Ron o Hermione, menos con algún profesor, así que solo me quedas tu.

-¿Acaso soy tu última opción?- pregunto Draco fingiendo molestia.

-No juegues, esto es grave- menciono el muchacho algo nervioso.

-Bien, vamos.

Ambos se escabulleron entre los pasillo y llegaron al baño del segundo piso, donde Myrtle lloraba en uno de los cubículos.

-Aquí podemos hablar- dijo Draco- ¿qué sucede?

Harry tomo aire y se sentó en el suelo, Malfoy hizo lo mismo aunque algo asqueado.

-La verdad esto es algo que me ha estado molestando desde hace tiempo- comenzó- sucedió en la noche, no podía dormir así que salí a caminar por el castillo.

-Rompiendo las reglas como siempre, Potter.

-Cuando…fui a la Torre de Astronomía- continuo, recordando que Draco solo sabía de la capa más no del mapa- escuche voces, una de ellas era la de la profesora Aprilynne, así que entre. Cuando lo hice ella se giró hacía mí y…

-¿Y?

-Sus ojos…sus ojos eran distintos.

-¿Distintos?, ¿a qué te refieres Potter?

-Se veían más brillantes, rasgados, su pupila era similar a la de un reptil- dijo- por un momento me recordaron a los ojos del Cola cuerno Hungaro.

-¿Qué tratas de decir?

-Que los vi similares…a los de ese dragón.

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-Profesora.

Aprilynne levanto la cabeza encontrándose con esa chica de cabello plateado.

-Jazmine, pasa.

La muchacha obedeció.

-¿Sucede algo?

-Pasa algo en el baño de chicas del segundo piso.

-¿Los baños abandonados?- pregunto la mujer.

-Sí, vi a Malfoy y Potter entrar ahí.

¿Draco y Harry?

¿En el baño de chicas abandonado?

¿Por qué carajo entrarían ahí?

-Iré para allá- menciono.

-Le acompaño.

-No es necesario, Jazmine- la detuvo- mejor ve a clases.

-Está bien.

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-¿Estás seguro de eso?- pregunto Draco.

-La verdad no- contesto- desperté en mi cama poco después, en mi baúl estaba la capa como si nunca la hubiese movido, pero desde ese día había ocasiones en que cuando veía a la profesora Aprilynne veía esos ojos, aunque solo era por un corto periodo.

-¿No es mejor hablarlo con ella?

-Algo me dice que no me responderá si lo hago- dijo- últimamente, desde la noche del baile, cuando se reunió con Sebastian Wolan, los he estado viendo con mayor frecuencia, esos ojos y ya no sé si estoy alucinando o si son reales.

Del otro lado de la puerta, Aprilynne se había quedado congelada, con la mano sobre el picaporte, por unos segundos no supo que hacer, pero al final opto por entrar.

-Potter, Malfoy- dijo asustando a los dos jóvenes que aún estaban sentado en el suelo.

-Profesora- dijo Harry.

-¿No deberían estar en clase?- pregunto cruzándose de brazos.

-Ah, nosotros…

-Me temo que tendré que castigarlos por su falta- interrumpió ella.

-¡Malfoy no tiene nada que ver!- exclamo Harry-fue mi culpa, yo lo arrastre hasta aquí.

-Aun así te siguió- menciono ella.

-La profesora tiene razón- dijo Draco.

-Por el momento yo no necesito ayuda en nada, pero estoy segura de que el Profesor Snape si, le informare sobre ustedes para que les aplique un castigo hablare con su jefa de casa Potter, para ver si está de acuerdo, por ahora vayan a clase.

-Sí, profesora- dijeron ambos chicos.

-Draco, lo siento.

-No importa- menciono el rubio saliendo de los baños- es bueno que me lo contaras, era algo que te intrigaba, ¿no?

-Sí, pero te he metido en problemas.

-¿No te lo dije una vez?- cuestiono divertido- todo lo relacionado a ti es raro y atrae problemas, es algo a lo que debo acostumbrarme.

-Supongo que sí.

-Te veo en la cena.

-Adiós Hurón- dijo Harry antes de correr pero no exactamente al aula de trasformaciones sino más bien al único lugar donde podía estar tranquilo en esos momentos.

El Lago.

Lo que el muchacho no sabía fue que era observado por dos pares de ojos, unos rojos y los otros color azul ártico.

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-¿Crees que el chico este empezando a sospechar, Aprilynne?

-No lo creo- dijo la profesora mirando a la de ojos azules- ¿A dónde ha ido?

-Al lago- respondió la de ojos rojos.

-Comprendo- dijo la peli-plata- ya me esperaba eso.

-¿Por qué lo dices?

-Llevo poco tiempo aquí, pero Harry Potter es fácil de leer.

-¿Qué hay del hijo de los Malfoy?

-Nos está ayudando- respondió la profesora tomando de un solo trago el Whisky que tenía servido en un vaso- lo mismo va para la chica Gryffindor.

-¿La que tiene el mismo color de pelo que tú?

-Sí.

-Eso quiere decir que Potter es el único problema.

-No, él no es el problema- corrigió Aprilynne- el verdadero problema no es otro más que Sebastian Wolan, manténganlo vigilado, si mis sospechas son correctas entonces él es parte de la orden de Perierat.

-Como tú digas- menciono la de ojos azules sin mostrar alguna emoción, aunque por dentro estaba realmente preocupada.

-Ahora retírense, pueden ser vistas.

Ambas chicas se fueron de la habitación de Aprilynne con cautela. La de cabellos plata se dejó caer en la cama dando un largo suspiro, no había querido admitirlo frente a ellas, pero la verdad es que estaba segura de que Potter empezaba a tener sospechas sobre ella.

“¿Cuánto más puede empeorar esta situación?”

Notas finales:

Los secretos nuns caestan seguros.

¿Cuanto más se podrá ocultar la verdad?

Jazmine(anonimo) y Cierva 90, vuestros personajes estan empezando a entrar en escena.

Muchas gracias.

 


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