Al día siguiente, Harry estaba solo, se había separado de sus amigos, realmente necesitaba pensar, últimamente habían ocurrido demasiadas cosas en muy poco tiempo. Vaya año estaba teniendo.
Su madre trataba de no presionarlo con preguntas, pero estaba preocupada por él, a su padre casi no lo veía a causa del trabajo que tenía, ser auror no era sencillo. Al doblar una esquina choco contra otra persona tirándole sus libros.
-Lo siento- dijo recogiendo cada uno de ellos.
-¿Harry Potter?
El muchacho levanto la cabeza, encontrándose con el chico que había saboteado la poción de Draco.
-Sí, ¿y tú eres…?
-Conoces muy bien mi nombre, la estúpida serpiente rubia te lo dijo- menciono con una sonrisa altanera- pero aun así me presentare, soy Sebastián Wolan, un placer.
-Lamento no poder decir lo mismo- dijo Harry.
-¿No estrecharas mi mano?- pregunto Wolan con la mano extendida.
-No se la estreche a Malfoy cuando lo conocí, ¿Qué te hace pensar que a ti sí?
-Que valiente león- dijo sarcástico el platino- ya veremos si tienes esa misma valentía cuando llegue el momento.
-¿De qué hablas?
-¿Acaso no te lo han contado?- pregunto asombrado Sebastián- eso si es noticia, ven conmigo y te lo dire.
-No iré a ninguna parte.
Sebastián lo tomo de la muñeca pero antes de siquiera arrastrarlo fue obligado a soltar a Harry cuando otra mano rodeo la misma muñeca del muchacho.
-Señor Wolan, me temo que es imposible que se lleve al señor Potter.
-¿Y quién eres tú para decirme tal cosa?- pregunto sarcástico.
-Jazmine Vurnil, prefecta de Gryffindor- dijo ella de manera fría.
Sebastián soltó a Harry y levanto las manos en señal de rendición.
-Señor Potter, venga conmigo.
-Cl-claro- dijo Harry.
Esa Jazmine era la chica que había conocido en la sala común, era imposible no reconocerla con ese cabello color plata que resaltaba bajo el sol.
-¿Te lastimo?- pregunto ella con un leve tono de preocupación pero sin quitar esa mascara de indiferencia de su rostro.
-¿Eh?, no- respondió rápidamente- supongo que debo agradecerte.
-No lo creo- dijo sin ni siquiera mirarlo- esto fue por petición de la profesora Nokoláyevna.
-¿Qué?, ¿Por qué?
-No conozco las razones por las cuales me pidió esto- murmuro algo fastidiada pero se calmó- me dijo que era recomendable que usted estuviese acompañado en todo momento, Sebastián Wolan es más peligroso de lo que parece.
-Ya veo.
-Fuera de eso, se me informo sobre tu castigo con el profesor Snape- menciono ella entrando en la biblioteca- el señor Malfoy también estará usted ¿cierto?
-Así es- dijo Harry tomando asiento frente a la peli-plata- ¿por qué haces esto?
-No es algo que le incumba señor Potter.
Harry suspiro, realmente no entendía porque esa chica estaba en Gryffindor, con esa actitud fácilmente estaría por sobre todos en Slytherin incluso sobre Malfoy.
-Es mejor que vayas a clases- dijo ella- lo llevare.
Al llegar al aula de pociones, Jazmine excuso al muchacho por su retardo diciendo que había sido llamado por la profesora de DCAO.
-Lo veré en la cena- dijo ella antes de irse.
Harry la miro irse, realmente no entendía a esa chica.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
A la hora de la cena, Vurnil se llevó a Harry y a Draco, ante las miradas expectantes de los demás alumnos, para asegurarse que no llegaran tarde a su castigo, estaba al tanto de los retardos que tenía Potter cuando estaba en detención con el profesor Snape, por lo que se aseguraría de que no volviese ocurrir.
Se detuvieron cuando llegaron a la puerta del despacho, Jazmine toco la puerta y Severus abrió algo confuso por ver a la jovencita Vurnil con los castigados.
-Petición de la profesora Nikoláyevna- dijo la Gryffindor simplemente.
-Comprendo- dijo Snape.
-Vendré a recogerlos después del toque de queda- informo a los chicos- si están conmigo no recibirán ningún castigo por parte del algún otro profesor.
Sin más la chica se retiró sin ni siquiera despedirse, tenía un orgullo muy similar al del profesor Snape y era similar a la profesora Nikoláyevna.
-Entren- ordeno Snape casi de inmediato- esto es lo que van a hacer.
Para Draco fue realmente difícil el tener que utilizar sus manos para tallar los calderos, pero su padrino había dicho que ese castigo había sido impuesto por la profesora de DCAO por lo que no podía hacer nada. Harry tuvo otra tarea, a causa del vendaje no podía meter las manos en agua, por lo que le toco clasificar los ingredientes, a pesar de que lo estaba haciendo bien su mente le llevaba al momento en que se topó con Sebastián, con apenas tocarlo había sentido un escalofrío recorrerle la espalda y en su mente algo le decía que era peligroso estar cerca de él.
-¿Qué sucede Potter?- pregunto Malfoy.
-Muchas cosas- dijo- tantas que creo que voy a volverme loco.
Severus escuchaba la conversación desde su escritorio atento a lo que los chicos decían.
-¿A qué te refieres?
- A lo que ha estado pasando últimamente- respondió- lo que te conté, la actitud de la profesora April, el encuentro con Wolan, que Jazmine tenga que cuidarme…
-Espera, ¿te encontraste con Wolan?- pregunto Draco mostrándose algo asquedo.
-Sí, quiso llevarme con él por la fuerza- dijo Harry pensativo olvidándose en donde se encontraba- Jazmine se lo impidió y me dijo que me mantuviese alejado con él y que mejor siempre estuviese acompañado, todo esto es demasiado.
La mente de Harry estaba a punto de colapsar, sentía que en cualquier momento su cabeza explotaría por todo lo que sucedía a su alrededor, en lo más profundo de sus pensamientos deseaba que todo eso no fuera más que una estúpida pesadilla de la cual pronto deportaría y todo volvería a ser normal.
Algo realmente tonto, pero era lo que más quería.
Suficiente había tenido al vivir atormentado por Voldemort como para que ahora su vida se viera envuelta de nuevo en algo peligroso y extraño.
Malfoy ya no dijo nada, recordaba la conversación que había tenido con April el día del baile de disfraces y estaba seguro de que Harry no tardaría en saber toda la verdad.
Cerca de las diez de la noche Jazmine apareció para recoger a los chicos, Malfoy se despidió de ellos ahí mismo había bastado que lo hubiesen visto con la Gryffindor en el comedor, pero que lo viesen con ella rumbo a la sala común era demasiado para él.
Harry se despidió del rubio y del profesor antes de seguir a Vurnil por los pasillos, en una ocasión se encontraron con Flitch pero no sucedió nada, al parecer el conserje no se atrevía a acercarse a la peli-plata.
-Descansa Potter- dijo ella antes de subir a los dormitorios de las chicas.
-Buenas noches- correspondió el moreno antes de subir a su habitación y caer rendido sobre su cama.
Sabía de antemano que no podría dormir y sus suposiciones no le fallaron.
Así esa semana se convirtió en una desesperante rutina, por las mañanas se levantaba cansado e iba con sus amigos a desayunar, entre clases se veía acompañado por Draco, Ron, Hermione o Jazmine, por la noches, después del cena, Vurnil los recogía y los llevaba al despacho de Snape y al termino iba por él para ir a la sala común.
Estaba acompañado todo el tiempo y constantemente notaba a Sebastián cerca de él asechándolo, viéndose molesto al no poder acercarse. Todo eso comenzaba a frustrarlo, necesitaba un momento a solas, pero sabía que era realmente peligroso si lo hacía.
En una ocasión, Sebastián y Jazmine se encontraron en uno de los pasillos ambos parecían matarse con las miradas, Harry estaba con Draco y sus dos amigos cerca de ahí y notaron la conmoción.
-¿No estás de niñera Vurnil?- pregunto Wolan.
-No creo que eso le interese, señor Wolan- menciono ella sin perder la calma- si me disculpa tengo junta de prefectos.
Avanzo hasta terminar justo al lado de Sebastián y sin ni siquiera mirarlo le dijo.
-Sera mejor que te cuides, no querras meterte conmigo.
-¿Es una amenaza?
-Una advertencia- recalco ella- y una cosa más.
-¿Qué?- pregunto curioso y brulón.
-No te acerque a Potter.
Dicho eso se retiró dejando una sensación incomoda y tensa en todos los que estaban ahí, Sebastián sonrió antes de soltarse a reír a carcajadas.
Las cosas se estaban poniendo realmente interesantes.
Cerca de ahí, estaba Severus había visto todo, ahora sus sospechas sobre Wolan comenzaban a nacer, fijo su vista en Harry, le noto algo asustado y pálido, también le vio rascarse con insistencia la frente; dio un paso al frente cuando el chico cambio la posición de su mano y colocarla en su pecho para rascarse de la misma manera que lo había hecho anteriormente.
Snape entrecerró los ojos...¿era una alergia?
No, eso no era posible, el chico no las sufría. Lo que sea que le estuviese ocurriendo al muchacho era grave y tenía que saber que era, rascarse de esa manera no era normal. Esta vez no intento negarlo de su mente, Harry Potter tenía algo mal y estaba preocupado al no saber que era.
"Algo no esta bien" pensó antes de darse media vuelta y regresar al aula de pociones "Harry Potter"