Harry nunca pensó que era tan afortunado al ver frente a él a tres semidragones.
¿Cómo es que nunca lo sospecho?
Miro a Snape de reojo, estaba tranquilo a comparación de los demás profesores que ahí se encontraban.
¿Él lo sabía?
Considerando la confianza que la profesora Nikoáyevna le tenía, posiblemente sí. Lentamente fueron retrocediendo, mientras April y Amira trataban de sacar a Nakim de la escuela. Pero los semidragones rojos son astutos, mientras los plateados son los segundos más fuertes, los rojos están en tercer lugar con una agilidad envidiable.
Nakim se abalanzó contra Amira, lastimándole una de sus alas con sus garras. La semidragona rugió por el dolor y no tuvo otra opción más que bajar y volver a su forma humana. Su espalda sangraba y perdía sangre con rapidez.
-¡Amira!- Nikoláyevna fue hasta ella y reviso la herida, era algo grave-¡Nakim!- gruño la platina antes de atacar al semidragón.
-Entren al castillo- dijo Snape de pronto- es peligroso estar aquí.
Los alumnos comenzaron a entrar lentamente tratando de no llamar la atención de esas criaturas mientras los profesores estaban por delante de ellos tratando de protegerlos, Albus estaba casi blanco por el susto, al parecer no había sospechado que había dos semidragones dentro de la escuela. Severus no dejo que Nakim viese a Harry y lo cubrió con su cuerpo y le indico que avanzara.
Pero fue tarde el semidragón se dio cuenta y sacando a April de su camino tomo a Snape de la pierna y lo jalo.
-¡Profesor!- grito Harry asustado.
Severus sentía un dolor insoportable en su pierna, los colmillos de Nakim casi parecían querer arrancársela.
-¡Severus!-grito Amira tratando de volver a transformarse, pero su herida no la dejo ni levantarse del suelo.
Aprilynne trato de recuperar los sentidos, el golpe había sido duro, pero no como para deshacer su trasformación, asustada vio como Severus trataba de zafarse de Nakim, trato de acercarse, pero la cola del semidragón rojo la golpeo con fuerza enterrándola nuevamente en la tierra.
-¡Profesor!- grito el chico de ojos verdes desesperado.
Harry empezó a sentir una extraña comezón en la frente y en el pecho, las piernas se le debilitaron y una extraña sensación lo inundo, sentía como si su sangre estuviese hirviendo causándole pequeños espasmos, el collar que la dueña de la tienda de antigüedades le había regalado empezaba a hundirse en su pecho, como si se fusionara con su piel.
El profesor de pociones cayó al suelo, la pierna le dolía a horrores, vio al muchacho caer de rodillas mientras se rascaba el pecho con insistencia.
-No es posible- murmuro.
Nakim dejo a su presa para ir por lo que verdad importaba mientras avanzaba volvió a su forma humana mientras se tronaba un poco los huesos del cuello, sus ojos brillaban bajo la luz de la luna y mostraban una victoria autoproclamada. Albus se adelantó y lanzó un hechizo, pero Nakim pudo bloquearlo fácilmente.
-¡Es inútil!- dijo Jazmine- Es un semidragón tipo mago.
Harry trato de levantarse, ni siquiera pudo hacerlo cuando Draco fue por él para ayudarle junto con Ronald.
-¡Levítenlo!- grito Hermione.
Malfoy asintió y saco su varita para poder levitar a Potter y llevarlo a donde estaban los demás. Los alumnos comenzaron a alterarse y gritar por el miedo, los profesores trataban de calmarlos sin éxito alguno. Nakim se fue acercando lentamente hacía ellos con la intención de arrebatarles a Harry de las manos. Lily abrazo a su hijo con fuerza dispuesta a protegerlo de ese monstruo.
“James” llamo ella asustada.
Harry sentía su cuerpo arder, la comezón en su pecho no cesaba y eso le tenía desesperado, miro con miedo como Nakim se acercaba a él, sintió como su madre le abrazaba con fuerza y le decía al oído que todo estaría bien y por un momento cerro los ojos.
-¡Harry!- la voz de Snape hizo que los abriera nuevamente.
-Profesor- murmuro el chico sorprendido, Severus le había llamado por su nombre.
-¡Eso no puede ser!- grito Nakim.
En el lugar donde estaba la figura de Snape hace unos instantes, ahora se encontraba un hermoso dragón negro, de ojos oscuros y escamas brillantes, a diferencia de Amira y April que sus gemas en sus pechos eran plateadas, muy distinto a Nakim, que la piedra de su pecho era roja. La de Severus en lugar de ser oscura como sus escamas, tenía un resplandor amarillo.
-Un semidragón dorado- escucho Harry que decía Jazmine- son los únicos semidragones que pueden tomar cualquier color para sus escamas, solo la gema de su pecho permanece en color dorado.
Harry sintió un dolor punzante dentro de su pecho que lo hizo gritar, el grito se fusiono con el potente rugido que lanzó el dragón oscuro antes de ir tras Nakim.
-¡Mierda!- gruño el platino antes de transformarse y huir de ahí.
Los semidragones dorados eran los más poderosos, seguidos de los plateados, pelear contra uno de ellos es suicidio a menos que tengas una valentía inigualable y una condición perfecta.
“Esto no se quedara así”
Aprilynne regreso a su forma original, quería ir tras Nakim pero parecía tener heridas internas graves, Amira estaba tensa y miraba a Severus con insistencia, este en cambio volvió a ser humano, sus ropas de mago se habían rasgado al transformarse, pero ahora vestía de una manera similar a Nakim, solo que todo su conjunto era completamente negro (que raro) y con una capucha que no permitía que se viera su rostro.
Harry se mordió el labio inferior mientras se encogía por el dolor de su pecho que lo estaba matando. Snape trato de acercarse al ver como la piel del chico comenzaba a verse diferente, como si estuviese llenándose de escamas, pero Lily lo alejo.
-¡No lo hagas!- grito asustada- ¡Aléjate de mi hijo, monstruo!
-¡No lo llames así!- exclamo Aprilynne molesta mientras caminaba hacía el muchacho- tratamos de ayudar a tu hijo.
Lily miro a Harry y se horrorizo por el aspecto que este tenía, parecía que su piel se estaba cuarteando lentamente, incluso parecía desgastada.
-¡Esto es su culpa!- incrimino- ¡Su culpa, ustedes enfermaron a mi hijo!
-¿Enfermarlo?- pregunto Jazmine- profesora, está equivocada.
-¡Tu cállate!- grito mirando a la chica- aléjense de mi hijo, mostruos, ustedes le hicieron esto.
-¡Su hijo no está enfermo!- grito April enfada y desesperada por la actitud de Lily- ¡Es un semidragón, estaba destinado a serlo desde que nació, Dracena lo escogió desde antes de que fuera a formarse si quiera!
-¡Mentira!- dijo la pelirroja sacando su varita.
Ella estaba asustada, al igual que los demás profesores, Albus miraba a Severus como si le desconociera y eso fue lo que más le dolió al hombre.
-Será mejor que se marchen- dijo el director- ustedes no perteneces aquí.
-Profesor, déjenos al muchacho, si no hacemos lo requerimientos necesarios, morirá- pidió Amira levantándose muy apenas.
-¡No dejare que lo toquen!
Harry trato de hablar, pero el dolor en su cuerpo no se lo permitía, solo podía escuchar los gritos de su madre y las palabras de April, Amira y Snape.
¿Un semidragón?
Eso sí que nunca se lo espero, pero entonces…
¿Por qué su madre creía que estaba enfermo?
Estaba seguro que el ser semidragón no era nada grave, pero considerando el terror que vio en la cara de los profesores y alumnos, estaba seguro que los creían monstruos que deseaban recuperar el lugar que por derecho les pertenecía.
-Nos iremos- dijo Snape calmando la discusión.
-Pero…- trato de replicar April.
-Los aurores se acercan, esto será peligroso si atrapan alguno de nosotros- dijo.
-¿Qué pasara con Harry?- pregunto Amira.
Snape miro a Jazmine y Draco, estos asintieron de manera inmediata.
-Ya vendremos por él- dijo- ahora vámonos.
Sin más tomo de la mano a las dos y desaparecieron de los terrenos del castillo dejando a Harry algo desconcertado y sufriendo por el dolor, a un profesorado sorprendido y asustado y aun par de alumnos ideando un plan para sacar a Harry de la escuela.
“Pronto estarás en casa, Harry”