Hace dos días que Severus y April se habían ido, las cosas en el castillo estaban algo tensas; ahora todos parecían desconfiar de todos y tenían miedo, el director no lograba encontrar un suplente para la clase de pociones; de Sebastián o Nakim, como sea, tampoco se supo nada. Lily obtuvo un permiso para no dar clases y poder cuidar de su hijo que estaba internado en San Mungo, por lo que el pueto fue dado a Binns nuevamente.
El chico había empeorado desde esa noche, su cuerpo no parecía aceptar ningún tipo de alimento, solamente líquidos, su piel se resecaba con mayor rapidez, por lo que tenían que mojarle con paños humados, cuando dormía parecía estar sufriendo pesadillas y por las mañanas se quejaba de un dolor agonizante en el pecho. Los medimagos no sabían que hacer, incluso tuvieron que sedar a la pelirroja que había terminado atacando a uno de los miembros del personal al saber que no hacían nada por su hijo.
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-¿Estás seguro de esto Malfoy?- pregunto Jazmine.
-Muy seguro, además Potter es amigo mío y saber que puede morir no me deja muy tranquilo- dijo el rubio.
-No podrás regresar aquí.
-En ese caso me iré con ustedes- confirmo.
Jazmine podía ver como las manos de Draco temblaban de miedo, incluso sus rodillas parecían empezar a temblar, pero aun así no se echaba para atrás, realmente Draco era una serpiente interesante.
-Entonces, vamos- dijo ella- el tiempo que le queda a Harry es muy poco.
Ambos chicos se habían escapado de clase, importándoles poco lo de los profesores fueran a decir, entraron a la sala común de Gryffindor para tomar rumbo hacía el dormitorio de los chicos. Buscaron el baúl de Harry, el cual estaba sellado con magia, posiblemente obra de Lily, Jazmine deshizo los campos y abrieron el baúl.
Sacaron la capa de invisibilidad y el mapa, después cerraron el baúl, lo encogieron y Malfoy se lo guardo en el bolso junto con el suyo y el de Jazmine.
-¿Iremos ahora?
Jazmine miro su reloj, no faltaba mucho para que fuese la hora de la cena.
-Iremos cuando terminen las rondas de los profesores y prefectos- dijo ella- y regresaremos antes de medianoche, a esa hora ya tenemos que estar en la torre de astronomía.
-Está bien- suspiro Draco- ¿Cómo saldremos?
Jazmine saco de su túnica un anillo y se lo mostro al rubio.
-Me lo dio la prof…la señorita Nikoláyevna- conto- nos llevara a donde queramos ir, excepto a ese lugar.
-¿Por qué a ese lugar no?
-Después de lo contare.
Durante la cena, Albus miraba a Jazmine y Draco, según los profesores esos dos no habían asistido a clases en todo el día y el día anterior tampoco habían asistido, eso le pareció un poco extraños y más por el hecho de que la señorita Vurnil nunca faltaba a alguna materia. No quito la vista de ninguno de los dos, hasta que la cena termino y todos los alumnos comenzaron a retirarse a sus salas comunes.
Draco no hablo con ningún compañero de su casa y eso desloco un poco a Pansy y Zabini, quienes trataron de hacer hablar al rubio.
-¡Solo déjenme solo!- es lo que les había gritado luego de haberlo hostigado con preguntas.
Algo que no era muy común en él, a menos de que estuviese muy enojado o my nervioso.
-Veremos si mañana podemos habalr con él- dijo Zabinia antes de ir a su dormitorio.
Pansy asintió antes de irse al suyo. Cerca de las once, la hora en que los profesores terminan sus rondas, Draco salió de su habitación cuidando de no hacer ruido. Salió de la sala común sin que el barón sanguinario se diese cuenta y corrió al punto de reunión, el baño de niñas del segundo piso.
Jazmine le esperaba, algo inquieta el tiempo avanzaba y debían hacer esto lo más rápido posible, en cuando el rubio entro le tendió la mano, Malfoy la tomo por la muñeca y cerró los ojos, la peli-plata hizo lo mismo y tomo el anillo entre sus dedos, de inmediato se encontraron en los baños del hospital San Mungo de la sala de espera. Ambos salieron y se colocaron la capa encima.
-¿Dónde está Potter?- pregunto Malfoy.
-No estoy segura.
-¿Cómo vamos a encontrarle entonces?- bufo Draco.
-Debe estar en la cuarta planta- supuso.
El rubio se quedó pensativo, la cuarta planta era la sección de Daños provocados por hechizos, algo realmente improbable para la situación en la que la profesora Potter creía que estaba su hijo.
-Vamos a la segunda planta- dijo en tono algo duro.
Jazmine le miro de mala manera y el rubio la soporto. Ninguno de los dos parecía ceder, hasta que se escucharon los pasos de un par de Medimagos que iban en dirección a la cafetería.
-La segunda planta es la sección de enfermedades mágicas, todos creen que Potter está enfermo- explico Draco algo molesto.
Jazmine no dijo nada, tomo al noble mago por el brazo y empezó a caminar en dirección al segundo piso. El rubio sonrió satisfecho cuando encontraron la puerta en donde estaba el nombre de “Harry Potter” en la segunda planta. Vurnil estaba sería, pero no tenía tiempo para decirle algo a la serpiente que la acompañaba.
Los muchachos entraron en la habitación y se quitaron la capa. Jazmine pudo ver el ceño que tenía Harry, estaba sufriendo había que sacarlo de ahí y rápido.
-Ayúdame- le dijo a su compañero mientras retiraba las sábanas del sudoroso cuerpo de Harry.
Justo cuando lograron sacarlo de la cama, la luz de la habitación se encendió y de inmediato se vieron rodeados por Medimagos, además de James y Lily Potter.
-¿Qué creen que hacen?
-¡Malfoy sujétate!- grito Jazmine mientras volvía a tomar el anillo.
Harry sintió que todo daba más vueltas, pero no podía abrir los ojos, ni siquiera pudo quejarse cuando su cara se estrelló contra el suelo; Jazmine levito a Harry habían creado mucho ruido al chocar contra las armaduras que estaban cerca de la puerta que daba a la torre de astronomía. Draco fue tras ella tropezando con los escalones de vez en cuando. El aire frió les azoto en el rostro justo cuando salieron.
-¿Tardaran mucho?- pregunto el rubio mirando a su alrededor.
-Estarán aquí en breve- menciono la chica bajando el cuerpo de Harry para apoyarlo en Draco- pronto nos iremos.
-No lo creo.
Los muchacho se asustaron, en la entrada de la torra estaba James Potter, junto con unos cuantos aurores y profesores, entre ellos el director, Jazmine y Draco retrocedieron hasta llegar a la orilla de la torre, quedando sin salida.
-¿Qué es lo que están pensando?- mascullo Potter tomando su varita- esto es secuestro y no es muy bien visto, además está enfermo de gravedad.
-Estamos tratando de ayudarle- recrimino Draco.
-¡Tu no hables, maldita serpiente!
-Basta James- intervino Albus- son niños, no los insultes de esa manera, ahora es mejor que den una buena explicación.
Jazmine miro al anciano de manera fría, de la misma manera que lo hacía Snape cuando algo no le gustaba, pero no dijo nada, al contrario se puso frente a Harry y Malfoy mientras sacaba su varita.
-No quiero tener que hacer esto- dijo ella- pero si no nos dejan ir no tendre otra pción.
-Señorita Virnil, ¿Por qué hace esto?- pregunto Minerva algo alterada por la actitud de una de sus mejores alumnas.
-Para salvar a un amigo- dijo antes de mostrar una sonrisa- ya están aquí.
-¿Quiénes están aquí?- pregunto James.
La respuesta llego cuando tres hermosos dragones aparecieron por los cielos, dos plateados y uno color negro; los tres descendieron con rapidez quedando a orillas de la torre.
-Esta es la despedida- dijo Vurnil apuntando al suelo-¡Lumus Solem!
La luz cegó a todos los presentes, Draco ayudo a Jazmine a colocar a Harry sobre el lomo del Dragón negro, para después subir ella también. Malfoy en cambio subió a uno de los dragones plateados, mientras que el que no llevaba pasajero se quedaba atrás para cubrirlos.
-Llegaron algo tarde- dijo Draco algo agitado mientras observaba como se alejaban.
En la torre, James recupero la visibilidad, pero fue tarde ninguno de los chicos estaba ahí. Cerró las manos en puño frustrado.
-¡Harry!