Esa mañana, Harry había sido despertado por uno de los elfos domésticos, el cual le informo que el desayuno estaría en breve por lo que le solicitaba que se diera una ducha. El muchacho se levantó sin muchas ganas y se colocó los lentes.
-El baño es la puerta que se encuentra frente al armario- dijo Roy señalando la entrada.
Así que la habitación tenía su propio baño. Eso no se lo esperaba.
-Gracias- dijo.
-Le esperaremos en el comedor- dijo el elfo antes de desaparecer.
Snape leía el periódico mientras esperaba que sus dos invitados bajaran a desayunar, hace media hora había enviado a Emi y Roy para que los despertaran. Draco fue el primero en bajar, con su parte galante y el cabello bien peinado.
Era de esperarse de un Malfoy.
-Buenos días padrino- dijo el rubio.
-Buenos días Draco- correspondió Severus mientras observaba como su ahijado tomaba asiento.
-¿Sabes?- empezó a decir el rubio- es extraño verte más joven que mi padre.
Severus levanto la ceja ante el comentario dicho por el muchacho.
-No te ofendas, solo decía- dijo Malfoy levantando las manos.
Harry bajo poco después, con su alborotado cabello negro mojado y la ropa mal puesta. Estuvo a punto de caerse por bajar las escaleras corriendo. Draco estuvo a punto de reírse, pero se contuvo, mientras que Severus solo esperaba que Potter se sentara en la mesa para empezar a desayunar.
-Lamento la tardanza- se disculpó el muchacho- ocurrió un problema con…
-Deje de vacilar- dijo Severus- después nos dirá su excusa, por ahora empecemos a desayunar.
Harry asintió y miro lo que estaba en la mesa, la comida era comparable a la que se servía en Hogwarts… sus pensamientos se detuvieron al recordar la escuela, en las pláticas con sus amigos, los problemas en los que se metía durante las clases, las tardes en casa de Hagrid.
-Potter- el llamado de Snape lo hizo regresar.
El hombre le miraba de manera expectante como si esperaba que el muchacho le dijera que le ocurría.
-¿Pasa algo profesor?- pregunto.
-Se lo dije ayer, ya no soy su profesor.
-De igual manera será mi instructor en este lugar- recalco el chico.
-En eso tiene razón Sev- dijo alguien más.
-¿Qué haces aquí, Nikoláyevna?- pregunto el hombre.
La peliplata sonrió y sin pedir permiso entro en la cocina seguida por Amira y Jazmine.
-Pensé que sería buena idea venir por los muchachos y darles un pequeño recorrido por Albiaton, comer en algún sitio y empezar con el entrenamiento.
-¿No es demasiado pronto?- pregunto Snape- Llevan una semana aquí, Potter no se ha acostumbrado aún a vivir aquí.
-No hay problema, señor- dijo Harry- me encuentro ansioso por empezar.
Severus suspiro, Potter parecía realmente emocionado por el entrenamiento, el pobre chico no tenía la menor idea de la tortura por la que tenía que pasar.
-Iniciaran mañana- dijo- por ahora conocerán Albiaton, les recomiendo que terminen de desayunar para que acompañen a Nikoláyevna, por cierto ¿Dónde está Nekrásov?
-¿Hablas de Kriss?, fue a una misión- dijo April- regresara mañana.
Amira no dijo palabra en ningún momento, la peliplata le había dicho que irían a molestar a Snape, pero realmente no lo habían hecho o eso pensó hasta que vio a April arrojarle algo a la cara a Severus, quien apenas si pudo esquivarlo.
-Practicaba puntería- dijo como excusa la chica mientras que los tres muchachos trataban de aguantarse un poco la risa.
-Pues practica en otro lugar que no sea mi casa- musito Snape entre dientes mientras solicitaba a uno de sus elfos que limpiara lo que la mujer había traído.
-Eres un amargado- exclamo April con un puchero haciéndola ver aún más pequeña- bien, dejemos al señor cascarrabias solo y nosotros vallamos a dar un paseo.
Los chicos asintieron, se levantaron de la mesa, Draco se despidió de su padrino pero Harry la dudo por un poco antes de musitar un leve adiós; Severus les respondió a ambos con un asentimiento de cabeza; Harry bajo un poco la mirada y se retiró de ahí.
-¡Cuidado Harry!- advirtió Amira, pero la advertencia llego tarde, el pobre muchacho termino golpeándose contra la pared- ¿estás bien?
-Si- dijo algo mareado.
April sonrió y salió de la casa de Snape junto con Amira y los dos chicos.
La ciudad era hermosa, las semidragones le explicaban a los adolescentes un poco la historia sobre su especie, en una de esas Harry choco con una chica haciendo que tirara su canasta.
-Lo siento- se disculpó Harry ayudando a la chica a recoger todo lo que se le había caído.
-No pasa nada, fue mi culpa- dijo ella.
La chica era hermosa, tenía el cabello en color azul claro y los ojos de color amarillos además por la perla de su pecho se dio cuenta de que era una semidragón del clan de los dragones de bronce.
-¿Son los nuevos?- pregunto ella.
-Sí, mi nombre es Harry y él es Draco- dijo el de ojos verdes.
-Un placer, mi nombre es Marjane- dijo ella- es raro que tu amigo tenga un nombre que signifique “Dragón” cuando es mago.
-¿En serio?- pregunto Malfoy.
-Sí- la chica miro a las guías de los chicos y se sonrojo un poco- me discupo por no saludarlas, no las había visto.
-No hay problema Mar- dijo April acariciándole la cabeza- ¿necesitas ayuda?
-Estoy bien, gracias- dijo la chica- en fin, me marcho los veo después.
Ella se fue dejando a los cuatro en medio de la calle. April les mostro los lugares más importantes del lugar, como la biblioteca, algunas tiendas de armas, tiendas de pociones curativas, donde conseguir ropa, no era muy distinto al mundo de afuera. A la hora de la comida los llevo a una pequeña taberna por fuera el sitio era similar a la del hermano de Albus, solo que por dentro estaba más higienizada, el dueño del lugar los recibió con gusto y les dio alimento; de ahí siguieron su recorrido hasta salir de la ciudad llegando al inició del bosque, donde más adelante había un enorme campo, ahí se podía ver varios semidragones entrenar, otros descansaban y otros pocos jugaban un deporte que parecía ser Quidditch, solo que no en el aire sino en tierra.
-Aquí es donde entrenamos- dijo April- vendrás a este lugar dentro de poco.
-¿Qué hay de las runas?- pregunto Harry.
-Salen por si solas- respondió Amira- con el pasar del tiempo empiezan a formarse.
-Perdón por interrumpir, ¿pero para que sirven las runas?- pregunto Draco.
-Las runas sirven para protección de nuestro cuerpo- dijo Amiral caminando de vuelta a la ciudad- estas son útiles cuando estas en forma humana ya que eres vulnerable a la magia de los magos, si sabes recitar el conjuro correcto estas se activaran, te dan protección, fuerza, entre otras cosas, para los semidragones que son magos también es mucho más fácil usar las runas pues no tiene que recitar el conjuro de activación.
-Ya veo- dijo Harry.
-El recorrido no ha terminado, hoy los lleve a los lugares que más suelen frecuentar las personas de su edad- dijo la peliplata- mañana continuaremos, iremos a las partes más bajas de la ciudad, están detrás del edificio del consejo.
-Gracias por todo- dijo Harry.
-No es nada - dijo la semidragona dejándolos a la entrada de la mansión de Snape- ahora este es su hogar.
-Hasta mañana- dijo Draco entrando a la mansión junto con Harry.
Severus estaba en la sala sentado sobre uno de los sillones con un grueso libro de hojas amarillentas y tapa de madera forrada son seda negra.
-¿Cómo les fue?- pregunto al verlos entrar a la habitación.
-Fue divertido- dijo Draco- es increíble lo enorme que es este lugar.
-Y eso que no han visto ni la mitad- menciono Severus cerrando el libro- Harry, Draco, hable con el consejo y estuvo de acuerdo con que inicien su entrenamiento lo más pronto posible.
-¿Empezaremos mañana?
-Por la tarde- aclaro Snape- por ahora tomen un baño y descansen un rato, mandare a los elfos cuando la cene este lista.
-Claro- dijo Malfoy antes de encaminarse a la habitación seguido por Harry- ¿Qué te pareció Albiaton?
-Es hermoso, más que Hogwarts.
-Puff, cualquier lugar es mejor que esa escuela- bufo Draco- ¿bajaras a cenar?
-No, me dormiré apenas termine de bañarme- dijo el moreno.
-Ya veo, buenas noches cararajada.
-Descansa Hurón.
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El amanecer estaba cerca, la semidragona verde sobrevolaba por el bosque, su hogar estaba cerca. Llegaron a la cueva, Remus muy nervioso, las manos le sudaban y sentía la garganta seca.
-Bienvenido a Albiaton- dijo Krissten abriendo la puerta de la ciudad.