-¡No lo voy a hacer!- exclamo Severus.
-Oh vamos- dijo April cruzándose de brazos- se lo debes.
-¿No basta con una disculpa y un presente?
La peli-plata suspiro y se rasco el cuello.
-Escucha, ese día heriste sus sentimientos- dijo- sabes que es un chico sensible, además no sabes lo que dio a cambio de ese pensadero.
-¿Y acaso tu si?- cuestiono Snape irónico.
-Entrego la reliquia de su familia- contesto April de manera seria- a cambio de ese presente, Harry le entrego a esa mujer el reloj de bolsillo que pasa de generación en generación en la familia Potter.
A Severus se le seco la boca, había visto ese reloj en sus tiempos de estudiante, James Potter lo llevaba consigo siempre, según tenía entendido ese reloj se le entrega al primer hijo de la familia a la edad de once años, edad con la que entran a Hogwarts. De inmediato se colocó de pie y se puso una capa negra sobre los hombros.
-¿A dónde vas?- pregunto Aprilynne.
-Debo hacer una visita- dijo Snape- regresare en dos días, cuida de los chicos.
-Está bien, solo una cosa, en dos días es el cumpleaños de Harry, así que no se te ocurra llegar tarde- dijo en un tono algo tosco- si te atreves a faltar, me asegurare de que…
Severus no escucho la amenaza completa de April, antes de salir de la mansión dio unas cuantas instrucciones a los elfos y salió. En la entrada de su casa, se encontró con Amira, Jazmine y Kriss a punto de tocar la puerta.
-Está en mi despacho- fue lo único que dijo antes de transformarse en un dragón.
-¿A dónde crees que iba?- pregunto Kriss.
-Ni idea, pero tenía mucha prisa- menciono Amira.
-¿Creen que vaya a estar en el cumpleaños de Harry?-indago Jazmine mirando el oscuro cielo, donde la figura del dragón aún era visible.
Ninguna de sus acompañantes respondió, por lo que simplemente entraron en la casa en dirección al despacho, esperando encontrarse con Aprilynne.
-Siendo sincera, la idea de April me tiene algo preocupada- dijo Kriss.
-A mí también- musito Amira- pero Dracena no ha dicho nada en contra, por lo que debe estar de acuerdo.
-Además, es por Harry- hablo la maga- y en parte por Remus.
En el despacho de Snape, April estaba sentada detrás del escritorio, en cuanto vio a sus compañeras sonrió. Agradecía que fuera de noche y que Harry y Draco estuviesen completamente dormidos, a causa del agotamiento por el extenso entrenamiento de ese día.
-¿Están listas?- pregunto divertida.
-Solo tengo una pregunta- dijo Vurnil.
-¿Qué ocurre?
-¿No habrá cargos en contra de nosotros?- dijo.
-Te aseguro que no…ahora ¡manos a la obra chicas!- menciono entusiasmada- solo tenemos hasta pasado mañana para terminar esto.
-En ese caso, Amira y yo nos retiramos de una vez, con suerte llegaremos pasado mañana, al medio día.
-¿Por qué tan tarde?
-Nosotras necesitamos comprar regalos a parte- respondió Amira.
-En ese caso, está bien- sonrió- suerte y tengan cuidado.
En cuanto se fueron, April miro a Jazmine y llamo a uno de los elfos para encargarle unas cuantas cosas.
-¿Estas lista Jazmine?
-Sí- dijo la chica- espero que todo salga bien.
-Yo también Jazmine, yo también.
AL DÍA SIGUIENTE.
Harry fue despertado por Emi, la cual le indicaba que el desayuno estaba listo. Adormilado se dio una ducha, se vistió y bajo a desayunar encontrándose con Draco y Jazmine.
-¿Y Snape?- pregunto.
-Anoche salio- dijo Jazmine- regresara mañana.
-Ya veo- dijo con la mirada baja.
-Por cierto, hoy les han dado el día libre- dijo Vurnil.
-¿Qué?- indago Draco-¿Por qué?
-Amira y Kriss no están, además April está ocupada- respondió.
-¿Entonces qué haremos?
-No lo sé- dijo Harry.
-¿Les gustaría que los llevara con el consejo?- pregunto Jazmine- tienen un tiempo aquí y supongo que querrán saber algo sobre el mundo de afuera.
-¿Ellos saben que pasa afuera?
-Sí, no se preocupen ellos van a recibirlos, yo suelo ir con ellos de vez en cuando y me cuentan algunas historias o me dicen que es lo que ocurre en el mundo.
Los chicos aceptaron, Draco quería saber cómo estaba su familia, después de todo había escapado sin decir palabra alguna, Harry por otro lado, quería saber sobre Ron y Hermione. Al terminar de desayunar, Jamine los llevo donde el consejo, Serhall y los otros les dieron la entrada con emoción y los invitaron a acercarse más.
-Bienvenidos, hermanos- saludo Serhall- ¿Cómo ha estado su estancia en Albiaton?
-De lo más agradable- dijo Harry- gracias.
-Aunque algo agotadora- refuto Malfoy refiriéndose a los entrenamientos, pero no se quejaba, en su cuerpo se notaban los resultados de esos ejercicios.
-Nos alegra que hayan venido a visitarnos- dijo Venhila- ¿Qué les gustaría saber?
Draco se adelantó y con algo de vergüenza pregunto por su familia, Racoth suspiro y miro a sus compañeros.
-Se han asustado- dijo Serhall- pero solo en un principio, al enterarse de que Severus Snape estaba contigo se han calmado, tienen la esperanza de que estas a salvo con él, por ahora están bien- Serhall miro a Harry- en tu caso es distinto, tu madre fue hospitalizada, aquel joven llamado Ronald Weasley te ha negado como amigo, al igual que la mayoría de aquellos que decían ser amigos tuyos.
A Harry le sorprendió esa aclaración y se sintió mal.
-Hermione Graanger, Luna Lovegood, Neville Longbottom- dijo Serhall- ellos aún piensan en ti como amigo.
-Gracias- sonrió Harry.
Pasaron el resto del día con ellos escuchando grandes historias por parte de ellos, se quedaron ahí hasta el anochecer.
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La noche llego, Amira caminaba por el bosque prohibido muy tranquila, detrás de ella estaba Kriss, algo tensa, todo el sitio parecía gritar que alguien peligroso había rondado por ese lugar con insistencia-
-Rhual, estuvo aquí- dijo mirando a Amira- este sitió apesta a él.
-No fue el único que estuvo aquí.
Cabe destacar que los semidragones tenían el sentido del olfato y la vista más desarrollados, una cualidad realmente eficiente que era fácil de controlar a diferencia de otras que llevan más tiempo.
-Nakim también estuvo aquí y…-dudo un poco en continuar.
-Sí, Alik también- termino Kriss- será mejor apresurarnos, ya casi es hora.
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Sirius caminaba por los pasillos de la escuela, de nuevo había entrado a la habitación de Remus, cada noche hacía eso, esperaba encontrarlo ahí pues tenía muchas preguntas que hacerle.
-¿Dónde estás Rem?- preguntaba siempre que encontraba el cuarto vació.
Esa noche, había encontrado algo, una nota sobre el escritorio.
“A UNA HORA ANTES DE LA MEDIANOCHE, CUANDO LAS LUCES SE APAGAN Y TODO QUEDA EN PENUMBRAS, VEN AL SAUCE BOXEADOR, SOLO TÚ…NADIE MÁS”
Esa nota no tenía firma y aunque tenía unas ganas enormes de ir por James para que lo acompañase, se resistió. No iba a dejar que lo vieran como cobarde y si la nota le decía que fuera solo.
¡Pues solo iba a ir!
Así, se encamino hacía el sauce boxeador, mientras su varita era fuertemente agarrada por su mano, en caso de te tuviese que luchar.
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-Hace mucho que no te veía- dijo la mujer de manera risueña.
-Necesito que me entregues una cosa- dijo sin siquiera saludar.
-¿Y qué me darás a cambio?
Snape saco unas cuantas botellas y se las entrego.
-Trato hecho- dijo ella luego de examinar el contenido de cada una de ellas.
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Sirius miro a su alrededor, ya era hora y no había nadie alrededor. Cosa que le ponía algo nervioso.
-Lo siento, señor Black- escucho antes de que algo le golpeara la nuca y le dejara inconsciente- pero esto es necesario.
Sin más fue arrastrado hasta el interior del bosque, donde desapareció junto con sus captores, de él solo quedo la nota, que había dejado caer cuando se desmayó y el viento se aseguró de esconder ese pedazo pergamino al llevárselo lejos de ahí, borrando toda pista del mago.