Harry tuvo la suerte de poder levantarse tarde, era cerca de medio día cuando salió de su habitación aun con el pijama puesto; en el comedor encontró a Draco, con el rubio cabello todo enmarañado y a Jazmine, quien estaba perfectamente arreglada.
-Buenos días- saludo mientras bostezaba.
-¿Días?, serán tardes- recalco el rubio.
No hables, Malfoy, que igual te acabas de levantar- le dijo la chica- Feliz cumpleaños Harry.
-Gracias.
-Sí, como sea- bufo Draco- Feliz cumpleaños, idiota
-Yo también te adoro, Huron- menciono el moreno de manera sarcástica.
-Bueno, puedes hacer lo que quieras, pero a las siete debes estar en la sala- informo Jazmine- ¿de acuerdo?, tendremos tu fiesta.
Harry asintió mientas Emi le dejaba algo de comida frente a él, la verdad quería decirle que no era necesario ese trato, pero sabía que no tendría de otra opción.
-.-.-.-.-.-.-.-.-
April llego a la casa de Amira, esta le dejo entrar de inmediato apenas la peliplata toco la puerta, el lugar estaba casi a oscuras pues todas la ventanas estaba cerradas al igual que las puertas. En la sala de estar se encontraba Kriss mirando atentamente el bulto que estaba en medio del sitio.
-¿Aun respira?- pregunto April tocando el bulto con un palo.
-Sí, o al menos eso quiero creer- dijo Kriss cruzándose de brazos- Amira le dio muy fuerte anoche.
-Lo lamento- dijo Amira.
-No hay problema- dijo April sacando su varita y señalando el cuerpo- ¡Ennervate!
El cuerpo comenzó a moverse y a quejarse mientras trataba de acostumbrarse a la luz del lugar.
-¿Pero qué…?- musito- ¡¿Qué diablos?!- exclamo al verse envuelto en una sábana y amarrado con cuerdas impidiéndole moverse.
-Bienvenido- dijo April con voz algo escalofriante- Señor Black.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Eran cerca de las siete de la tarde cuando Remus llego a la casa de Severus, Harry abrió la puerta y recibió gustoso el abrazo que el licántropo le dio.
-¡Feliz cumpleaños Harry!- dijo Lupin muy sonriente.
-Gracias, Remus- dijo el chico invitándole a pasar a la sala.
En el lugar estaban April, Jazmine, Draco, Thomas y Kriss, Severus aún no había llegado y Amira informo que llegaría más tarde. Mientras esperaban que la pelinegra llegara, decidieron empezar a platicar, para matar el tiempo. Harry estaba encantado con las historias que relataban las semidragonas. Cerca de las nueve llego Amira con una enorme caja que apenas si cabía por la entrada.
-Wow- dijo Harry impresionado al ver el tamaño de la caja.
-Estamos seguras de que te encantara- dijo Amira guiñándole un ojo.
Decidieron empezar sin Snape, después de todo ya era algo tarde. La tarta de Harry tenía dieciséis velas que iluminaban la oscura habitación, los invitados le cantaban el feliz cumpleaños.
-Pide un deseo- dijo Aprill.
Harry cerró los ojos, no sabía que desear, en ese lugar se sentía realmente a gusto a pesar de que extrañaba a sus padres y sus amigos, pero sabía que los primeros no lo aceptarían.
“Quisiera ver a mis amigos” pensó al final antes de soplar las velas.
Todos aplaudieron y encendieron las luces nuevamente. Justo en ese momento llego Snape, quien entro con paso firme en la sala.
-Feliz cumpleaños, Potter- menciono.
-Gracias, profesor.
-¡Hora de los regalos!- exclamo April.
El primero fue Thomas, casi quitando a Snape del camino, este le entrego una caja mediana con algunos agujeros. Harry la abrió con cuidado, descubriendo a un hermoso cachorro de ojos azules y pelaje negro y blanco. A Severus casi le dio un infarto.
-¿Un perro?- pregunto.
-Pensé que a Harry le encantaría tener una mascota- dijo Thomas muy tranquilo.
-¡Muchas Gracias!- dijo el oji-verde mientras acariciaba al perrito.
-¿Y cómo le llamaras?- pregunto Jazmine.
-Mmmm… ¿Black?
-¡Ni lo sueñes!- dijo Snape- suficiente tengo con que tu padrino se apellide así.
Harry aguanto las ganas de reírse y miro al cachorrito.
-Le llamare Izar- dijo al final.
Remus fue el siguiente y le dio una caja mediana y alargada, dentro había una túnica color rojo brillante, en la parte de atrás se encontraba bordado un hermoso dragón con hilo de plata con pequeños detalles en dorado. Harry agradeció a Remus por la túnica y de inmediato la doblo con cuidado y le pidió a Emi que la dejara en su habitación. Jazmine fue la siguiente, regalándole una pulsera plateada.
-Te protegerá- dijo- aun eres joven para que las runas de tu cuerpo aparezcan, así que esta te protegerá.
-Gracias.
April, Amira y Kriss fueron las siguientes, Harry suspiro al ver la enorme caja frente a él, pero no dudo en rasgar el papel y abrir la caja, por poco y se desmaya al encontrar nada más y nada menos que a su padrino amarrado y amordazado dentro de ella. Severus tuvo la tentación de reírse, pero se arrepintió.
-¿Qué hace el pulgoso aquí?- gruño.
-Es un regalo- dijo April.
Harry ayudo a su padrino a salir, este se noto confundido y miro a su alrededor.
-¡Por las barbas de Merlín!-exclamo el animago- ¿Dónde estoy? ¿Cómo llegue aquí? ¿Harry? ¿Qué diantres pasa? Momento… ¿Snivellius?- cuestiono al ver a su peor enemigo unos años más joven.
Lupin estaba oculto detrás de Kriss, con ganas de salir corriendo de ese lugar, estaba más que seguro que Sirius había leído su carta y no dudaba que el moreno quisiera tener unas cuantas respuestas.
“¿Por qué tenía que pasar esto?” se preguntó mientras sentía como Kriss se movía un poco.
--Señor Black, primeramente una disculpa por la manera en la que fue traído- dijo la semidragona verde- pero no había otra forma de traerlo aquí, se encuentra en Albiaton, hogar de los semidragones, estábamos seguras de que Harry quería verlo, así que lo trajimos aquí por esa misma razón.
Sirius se contuvo de maldecir, después de todo no tenía su varita; resignado abrazo a su ahijado, a diferencia de James y Lily no sentía que Harry fuese un monstruo.
-Feliz cumpleaños, Cachorro- le dijo más calmado.
-¿No me odias?
-¿Odiarte?, como podría Harry, eres mi ahijado- dijo para tranquilizarlo- no tengo porque odiarte.
-Pero yo soy…
-No importa si eres un dragón, tritón o lo que sea- le interrumpió- James y Lily están algo mal, solo estaban asustados.
Harry no dijo más, soltó a su padrino, quien estaba algo incómodo por la situación, por lo menos hasta que vio a cierto hombre de cabello castaño claro tratando de ocultarse detrás de una chica pelinegra.
-¡Tú!- exclamo señalando a Lupin con el dedo- ¡Tenemos que hablar muy seriamente!
-Sirius yo…
Antes de siquiera terminar, el animago tomo al licántropo de la muñeca, se despidió rápidamente y salió.
-¡La casa de Lupin está a las afueras de la ciudad!- exclamo Aprilynne antes de murmurar un hechizo que indicaba donde estaba la residencia del antiguo profesor de DCAO.
-Potter, ¿puedo hablar con usted un momento?- pregunto Snape.
-Claro.
-Sigame.
-Ambos salieron de la habitación y fueron al jardín trasero de la casa. April noto eso y fue tras ellos junto con Amira, Jazmine y Kriss, mientras que Thomas se quedaba en la sala con Draco.
-¿Qué diablos hacemos aquí?- cuestiono Kriss.
-Chicas- dijo la peli-plata mayor- Apuesto cincuenta galeones a que mañana Remus amanece con dolor de cadera.
-¡¿Qué estás loca?!- murmuro Jazmine- no debes hacer eso, pero de igual manera digo que no va hacer así.
-Se están comportando de manera infantil- dijo Amira en voz baja- pero concuerdo con April.
-Yo digo lo mismo que Jazmine- comento Kriss- pero de igual forma no estoy de acuerdo con esta apuesta.
Harry estaba algo nervioso, Snape le invito a sentarse cerca de la orilla de la fuente que estaba cerca del jardín.
-Es una linda noche, ¿no cree?- dijo el muchacho tratando de calmar un poco la tensión que se formaba.
-Potter, quisiera disculparme- dijo.
-¿Eh?
-Por mi comportamiento en navidad- aclaro- se que ha pasado mucho tiempo, pero aun así debía disculparme como es correcto.
-¡Ah no! ¡No tiene porque…! ¡Digo…!- decía Harry atropelladamente.
-Se lo que entrego a cambio de ese pensadero- continuo antes de entregarle una cajita color verde.
El muchacho la abrió y encontró el reloj de su familia, su labio inferior comenzó a temblar y sintió que sus ojos se aguaban.
-Pro-profesor- tartamudeo- e-esto.
-Feliz Cumpleaños, Harry- dijo Snape antes de darle un beso en la frente y acariciarle la cabeza con cuidado.
Harry se tocó el lugar donde Severus le había besado, sintiendo un agradable calorcillo en ese lugar, con algo de timidez se acercó al hombre y le beso la mejilla.
-Muchas gracias, profesor- dijo antes de retirarse.
Snape hizo lo mismo luego de unos minutos tratando de asimilar el hecho de que Harry Potter se había atrevido a besarle en una de sus mejillas. Tratando de no pensar mucho en eso se retiró a su habitación, necesitaba descansar. Detrás de unos arbustos cierta peli-plata sonreía satisfecha.
-¡Bien!, el proyecto cupido ¡Comienza!