Sábado en la mañana todo tranquilo, Harry disfrutaba de su sueño y no tenía deseos de despertar, pero aun así sus ojos se abrieron cuando la luz del sol le pego en la cara, había olvidado cerrar los donceles de su cama. Frustrado, se levantó de la cama procurando hacer el menor ruido posible pues sus compañeros aún dormían a pierna suelta, fue a la ducha llevándose un cambio de ropa consigo. Se tomó su tiempo y cuando termino se vistió de manera lenta, después bajo al gran comedor para desayunar donde Hermione lo esperaba junto con Ginny- esas dos eran muy madrugadoras aun en los días de descanso-.
-Buenos días, Harry- saludo Nikoláyevna cuando ambos se encontraron en la entrada del Gran Comedor.
-Buenos días Profesora- saludo.
-Dime April- regaño suavemente-¿estas ocupado?
-No, solo baje a desayunar- dijo- ¿necesita ayuda en algo?
-Bueno, es solo que quería que me acompañaras, aun no conozco muy bien el castillo- dijo- y no he encontrado a Severus así que…
-Claro, ¿Por qué no?- dijo Harry.
-¡Gracias!-exclamo a veces la profesora era como una niña- tus amigos pueden venir también, los veré en mi despacho.
-Está bien.
Cerca de las diez, Harry, Ron y Hermione llegaron al despacho de la profesora Defensa.
-Hola chicos- dijo la peli-plata.
-Buenos días, Profesora- dijo la castaña.
-Díganme April- pidió- no sean igual de formales como los otros, odio eso, siento que no me tienen confianza.
-Está bien.
-Bueno, ¿nos vamos?
-Claro.
Aprilynne se mostró muy emocionada por el recorrido, ella había dicho que su mayor sueño era conocer Hogwarts, pero que nunca pudo entrar por lo que estudio en otra escuela; Hermione mostro su entusiasmo cuando le mostro la biblioteca de la escuela y Ron el campo de Quidditch.
-Es realmente grande- murmuro Aprilynne observando el lugar.
-Lo suficiente para que toda la escuela disfrute de un buen partido- dijo una cuarta voz sobre ellos.
-Papá- dijo Harry.
-¡Harry!- dijo James abrazando a su muchacho con fuerza cuando bajaron de la escoba- -Ronald, Hermione- saludo a los amigos de su hijo-¿Qué hacen?
-Le mostrábamos a la profesora Aprilynne la escuela- contento la joven..
-¿Aprilynne?-repitió James.
-Soy yo- dijo la peli-plata-un placer mi nombre es Aprilynne Nikoláyevna Blaszczykowski- dijo ella.
-El placer es mío, mi nombre es James Potter- menciono estrechando la mano de la profesora- no quiero ofenderla pero su nombre es realmente complicado.
-Lo sé, al parecer mis padres se juntaron al ver que sus apellidos formaban un trabalenguas- dijo Aprilynne- así que por eso pido que me llamen April.
-Ya veo, ¿es solteras?
La peli-plata rio ante la pregunta de James, Hermione solo enrojeció sin querer se sintió avergonzada, nadie sabía que tan directo podía ser el gran auror James Potter.
-Sí, estoy soltera- respondió divertida.
-Hay que seguir con el recorrido- dijo Harry intentando evitar que su padre dijera alguna otra tontería.
-Los acompaño- dijo James.
-¿No venías a ver a mamá?- pregunto Harry, las veces en que su papá estaba en el colegio era porque se había tomado un ligero descanso en el trabajo e iba a visitar a Lily.
-Lo hare más tarde- menciono- ahora quiero pasar tiempo de caridad con mi hijo.
-Sí, claro- dijo Harry con sarcasmo ganándose un suave golpe en la cabeza por parte de James.
Aprilynne reía por las bromas de James y los chicos eran realmente divertidos, por un momento borraron la nostalgia que la había invadido cuando había llegado al castillo y que había estado tratando de ocultar todos esos días.
-Y este es el Gran Lago- dijo la castaña.
-Es realmente precioso- dijo Nikoláyevna.
-Es el lugar ideal para descansar un rato- dijo Hermione- leer un buen libro…
-O simplemente echar una siesta- interrumpió Ron tumbándose sobre el pasto.
-Comprendo.
Aprilynne echo una nueva mirada al lago, era tranquilo realmente hermoso. Hermione y Harry se sentaron al pie de un árbol y la invitaron a hacer lo mismo, ella acepto de inmediato, solo James se quedó de pie.
-Estar aquí me recuerda a mi hogar- dijo la peli-plata- es duro estar lejos de casa.
-Puedes ir a ver a tu familia durante las vacaciones- la reconforto James, quien ya la trataba como a una conocida, era muy confianzudo para ser un auror.
-Lo sé, recuerdo que cuando niña, mi papa me invito al bosque que estaba cerca de donde vivimos, llevo consigo unas sogas y una tabla que media lo largo de su brazo, busco por todo el lugar un árbol que tuviese una rama fuerte y gruesa y cuando lo encontró hizo un columpió- relato- cuando lo termino, me invito a subirme, fue un día increíble para mí.
-Tu padre ha de ser un buen hombre.
-Fue un gran hombre- dijo Aprilynne- falleció seis años después de eso.
-Cuento lo siento- dijo el auror.
-Está bien, tengo recuerdos muy gratos de él y estar en este lugar me hace recordar cada uno de ellos- Aprilynne se tomó la libertad de cerrar los ojos un momento pensando en su papá.
-¿De dónde es profesora?- se atrevió a preguntar Hermione.
-Nací aquí, pero mis padres son de Alemania- respondió- cuando cumplí diez años nos mudamos a Rusia y entre a Koldovstoretz, la escuela de magia de ese lugar, ahí en vez de usar escobas para jugar Quidditch usan troncos arrancados de los árboles.
-Eso debe ser muy rudo- dijo Ron.
-Un poco, un estudiante término en coma mágico por tres meses porque una Bludger le golpeó la cabeza- dijo Aprilynne- yo era guardián en el equipo.
Harry trago duro, recordó su primer juego, cuando el capitán Wood le había dicho del coma que había sufrido cuando jugo por primera vez, agradecía que nada de eso le hubiese pasado, solo el brazo roto que tuvo a causa de una Bludger pero de ahí en fuera nada más… bueno eso si no se contaba cuando los dementores entraron al juego en su tercer año buscando a Peter cuando se supo que estaba vivo y que había inculpado a Sirus injustamente.
-¿Guardián?- repitió James- debiste ser realmente buena en eso.
-Lo era, pero en mi último año me descuide y una Bludger me fracturo una pierna, de ahí ya no pude seguir jugando, además de que mi equipo perdió por eso, fue realmente duro para mí, ese juego era mi vida, desde ese día ya no quise subirme a una escoba.
-Profesora- murmuro la castaña.
-Después de eso me dedique al estudio de Defensa Contra las Artes Oscuras- continuó ella- y decidí ser profesora, regrese a Londres pues quería regresar a casa y me estuve con la esperanza de encontrar un trabajo. Jamás me imagine que sería contratada en la mejor escuela de Magia del lugar y Hermione, sé que eres muy educada pero me gustaría que me llamaras por mi nombre, soy profesora pero también persona, no está mal tener amigos mayores muchas veces dan consejos muy sabios.
-Lo intentare- dijo la chica.
Harry miro a su profesora, tenía una historia interesante, quizá por eso se veía tan afectada ese día en clases, por estar de nuevo en casa después de varios años fuera de ella.
-¿Cómo conoció al profesor Snape?- pregunto Harry sin poder evitarlo, Hermione lo miro de mala forma por tal pregunta.
-¿Ellos se conocen?- dijo James incrédulo.
Aprilynne lo miro con una sonrisa y se acostó en el pasto mirando el cielo.
-Hace quince años, cuando cursaba mi quinto año en Koldovstoretz, me atreví a salir a escondidas de la escuela, era solitaria y todos me molestaban por el color de mi cabello y mi estatura, así que no tenía muchos amigos- dijo- pero aun no conocía bien los alrededores y termine por perderme, era época de frio y en Rusia nieva casi todo el tiempo, tenía mucho miedo de morir, pero estaba congelada y no pude moverme, fue ahí cuando lo vi, un hombre joven de cabello y ojos negros, vestía ropas oscuras y su piel era blanca, me ayudo a regresar a la escuela, durante el camino me dijo su nombre y a que se dedicaba, era pocisionista, que viajaba en busca de ingredientes para sus investigaciones. En el colegió el director lo recibió muy bien y a pesar de la reprimenda que obtuve por escaparme no me castigaron. Él se quedó unos días en la escuela donde llegue conocerlo mejor me defendió de los abusos que recibía por parte de los demás y cuando se marchó me dedique a mandarle cartas, pocas veces me respondía. Cuando regrese hace diez años lo vi en el callejón Diagon, se veía distinto más frío y oscuro, pero seguía siendo amable conmigo, luego de un tiempo tuve que mudarme a Alemania con mi madre pero seguía escribiéndole. Hace cinco años perdí contacto con él, no recibí ninguna respuesta de su parte a las cartas que le enviaba y no volví a verlo en el Callejón, pensé que algo malo le había ocurrido, pero el día en que llegue y lo vi supe que no había podido verlo porque se había postulado como profesor de pociones; él fue un buen amigo, me dio muchos consejos cuando le dije que estudiaba defensa, me escucho incluso cuando no quería, él era cerrado conmigo pero aun así llegue a conocer una pequeña parte de él.
James no dijo nada al respecto, al contrarió guardo silenció durante todo el rato que ella hablo. Aprilynne cerró los ojos nuevamente recordando esa vez como en la nieve un extraño la salvo de congelarse y como ese extraño se convirtió en un buen amigo.
-Es una buena persona aunque parezca lo contrario- dijo ella- cuando empiezas a tratarlo te das cuenta de que detrás de esa actitud fría se encuentra un corazón cálido.
-Si como no- se burló James- Snivellius siempre ha sido un verdadero cobarde y un quejica.
Aprilynne se levantó de golpe quedando sentada sobre el pasto, su cabello se llenó de tierra y algunas hierbas y miro a James.
-¿Cómo lo llamaste?- le pregunto.
-Snivellius- repitió el auror encogiéndose de hombros.
Aprilynne se puso de píe inmediatamente, estaba enojada los muchachos podían sentirlo. James la miraba incrédulo, ella era bajita y él un auror muy reconocido así que no tenía miedo, lo que no espero era que la profesora le propinara una bofetada tan fuerte que lo tiro al suelo y que le dejo la pequeña mano marcada en la mejilla dejándolo casi sin aliento.
-Soy más fuerte de lo que tú piensas Potter- dijo April- vuelves a insultar a Severus en mi presencia y te juro que tu título de mejor auror quedara reducido al hombre que fue vencido por una mujer más baja que él, si me disculpan me retiro.
-¡Profesora, espere! - dijo Harry yendo tras ella.
Ron y Hermione hicieron lo mismo, dejando al auror solo. James se quedó en el suelo con la mejilla hinchada completamente solo y todo por haberse reído de Snape, definitivamente esa mujer era chiquita pero peligrosa.