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Entre la luna y el sol por blood rain

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Aprilynne estaba realmente molesta, al punto de golpear repetidamente la pared de fuera del castillo, Harry la alejo de ahí y la llevo a la enfermería. Sus amigos lo alcanzaron poco después y se preocuparon por la herida que la profesora se había hecho y Harry se sintió culpable por la actitud de su padre.

-No tienes que disculparte- dijo April- el que se tiene que disculpar es a ese engendro estúpido que tienes por padre, sin ofender.

-No importa.

-¿Cómo pudo decirle de esa manera?- dijo enojada mientras la enfermera vendaba su mano- Severus me salvo la vida cuando niña- a este punto quería llorar pero de rabia- me ayudo durante mi estudio, me dio consejos cuando le platique que sería profesora.

-Siempre le han molestado de ese modo- dijo la enfermera- Snape trataba de defenderse, pero era cuatro contra uno casi siempre le veía aquí a causa de las bromas de esos muchachos.

-No perdonare a James Potter a menos que se disculpe.

-No lo hará, es muy orgulloso- dijo Hermione.

-Pues algún día su estúpido orgullo lo va a hacer perder lo más querido para él- dijo April, aún estaba molesta no le importaba que le estuviera diciendo todas esas cosas al hijo del auror.

Ron le murmuro algo a Hermione, pero de algún modo la profesora se dio cuenta y le miro de mala forma haciendo que el pelirrojo se estremeciera por el miedo. La castaña mejor se llevó a Ron de la enfermería, no fuera a ser que dijera alguna otra estupidez que molestara a April; Harry dijo que se quedaría un rato más con la maestra y que más tarde los alcanzaría.

-Está bien, nos vemo Harry- se despidió su amiga arrastrando al pelirrojo que se negaba a retirarse.

Cuando Madame Pomfrey termino con su mano y le dejo irse, April se disculpó de nuevo y dijo que quería irse a su habitación que no estaba de humor como para terminar el recorrido. James llego antes de que ella se fuera ganándose una mirada asesina por parte de la más bajita.

-Solo fue una broma- se excusó levantando las manos en señal de rendición.

-Una que si vuelves a hacerla te deformare la cara a golpes- amenazo la peli-plata, antes de irse.

-Pero...

-¡Y lo digo en serio!

La oji-azul se fue dejando a padre e hijo solos. James miro a su muchacho quien simplemente observaba a su mamá irse.

-¿Quieres jugar un partido de Quidditch?- le pregunto.

-Tengo que hacer tarea, adiós.

Y sin más también se marchó dejando solo a su padre en medio del pasillo fuera de la enfermería.

-Pensé que Aprilynne era la única molesta conmigo- dijo antes de ir con Pomfrey para que le diera algo para la hinchazón y el dolor de su mejilla.

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Harry vago por el castillo hasta que llego a la torre de astronomía ahí se encontró con la profesora April apoyada en la barandilla mirando hacia la nada, se le notaba decaída y triste.

-¿Profesora?- la llamo asustándola un poco.

-Harry- dijo ella un poco más aliviada- te dije que me llamaras April.

-Lo siento, ¿se siente bien?

-Sí, estoy bien- dijo secándose las lágrimas aún rezagadas en su rostro- ¿Qué te trae por aquí?

-Quise caminar un poco- respondió- ¿puedo?

-Adelante.

Harry se puso a su lado, sintió la brisa de la tarde sobre su rostro, era realmente agradable.

-Suelo venir a este lugar cuando quiero desahogarme- admitió el muchacho- casi nadie viene aquí.

-Ya veo- dijo Aprilynne- ¿no te molesta que venga de vez en cuando?

-No es mío, así que creo que puede venir cuando quiera.

-Eres muy distinto a tu padre- dijo ella de repente.

-Muchos no lo creen así.

-Porque no te conocen realmente, si cierras los ojos obviamente podrías ser su clon, pero tus sentimientos son distintos- aclaro la profesora- además eres muy alto ¿Cuánto mides?

-Uno setenta y cinco- dijo Harry con una sonrisa.

-Algo me dice que seguirás creciendo- comento April- creo que en poco tiempo estarás de la misma altura que Severus y me dejaras más abajo.

Harry soltó una ligera carcajada, no quería dejar a su profesora más debajo de lo que ya estaba, pero era algo que no podía evitar.

-Me voy a sentir un duende a tu lado, Harry- dijo April- de por si me siento muy bajita ahora y solo tienes quince años.

-No puedo detenerlo- se disculpó el muchacho.

-¿No serás pariente de los gigantes?

-No lo creó- dijo Harry arrugando la nariz de manera graciosa.

Ambos comenzaron a platicar, April le conto más sobre dragones y semidragones, algo que Harry encontró sumamente interesante. Ahora sabía que los semidragones envejecen muy lento hasta cierta edad dejan de envejecer para que el tiempo se vuelva menos rápido, podían tener casi un siglo de edad y verse como de cuarenta años apenas, también de que las habilidades que habían quedado sobre los dragones eran distintas según el clan al que pertenecían y que era raro ver a un hibrido semidragón con muggle u otra criatura.

No se dieron cuenta de la noción del tiempo y cuando el atardecer ya estaba presente decidieron que era hora de regresar.

-La vista es hermosa desde aquí- dijo Aprilynne mirando como los rayos de sol comenzaban a ocultarse.

-Sí.

-Vámonos, ambos nos saltamos la comida y tengo hambre- dijo April- ¿crees que los elfos nos den algo de comer?

-No creo que nos digan que no- sonrió Harry- sobre todo si usted es una profesora.

-Eso ya lo veremos Harry, eso ya lo veremos.

Por los pasillos se encontraron con Snape, al parecer había dejado su fría mazmorra para estirar las piernas. April lo invito para ir con ellos a la cocina y aunque se negó, la peli-plata termino por llevarlo a rastras. Harry sonrió por la manera en la que actuaban esos dos.

-¿Qué te ocurrió en la mano April?- pregunto Snape al verla vendada.

-Me enoje y golpee una pared- dijo.

-¿Qué te hizo enojar?

-Un idiota que vino de visita al castillo.

-¿Y es?

-Eso no te lo diré- dijo ella entrando a la cocina junto con Harry-además ya le di su merecido, bueno solo una parte.

Una vez ahí, los elfos le dieron la bienvenida y le ofrecieron un pedazo de la mejor tarta que tenían en esos momentos con algo de jugo de calabaza.

-Son realmente buenos en esto- dijo Aprilynne dando una probada a la tarta- mis más sinceras felicitaciones.

-Gracias, señorita Aprilynne- dijo una elfa.

-Vamos Severus, come un poco- dijo April.

-No soy muy amante de lo dulce- dijo Snape.

-Y por eso tienes esa cara de amargado- jugo la chica- anda, endulza tu vida un poco, mira Harry ya tiene su tercera rebanada.

Harry dejo de comer al verse descubierto por su profesora, se había quedado por petición de ella aunque estaba un poco incómodo al estar también con su profesor de pociones.

-No te preocupes Harry, tú sigue comiendo- dijo April risueña- y tu deja de ser tan amargado y come.

-No quiero- continuo Severus recio a comer.

-Por favor.

-No.

-Ándale.

-Ya dije que no.

-Sev, por favor.

-Que no y no me llames "Sev".

Harry soltó una pequeña risilla captando la atención de ambos profesores, el muchacho al verse observado trato de calmarse, no era bueno reírse del profesor de pociones. Severus solo levantó una ceja, castigaría a Harry pero April le diría que no había hecho como para castigarlo y le daría un sermón que posiblemente duraría horas.

-Lo siento- dijo Harry tratando de contener la risa.

-No importa Harry, es bueno que sonrías, cuando crezcas no serás igual de amargado que el idiota que tengo a mi lado.

Severus rodo los ojos, April se tomaba mucha libertad al momento de criticarlo, Harry solo sonrió y termino su pedazo de tarta.

-Profesor, si no quiere que la maestra April siga molestándolo solo de una pequeña probada al pastel- dijo Harry arriesgándose un poco.

Severus bufó, pero de alguna manera termino tomando la cuchara y comió un pequeño pedazo de la tarta.

-¿Feliz?

-Si- dijo April- gracias Harry.

Potter no dijo nada solo miró a su profesor con una pequeña sonrisa, había tenido algo de miedo pero ahora se sentía más tranquilo. April comenzó a hablar de cuando empezó a estudiar y de cuando había regresado a Londres para seguir sus estudios y así. Harry y Severus solo la escuchaban y tenían muy poca participación; casi al anochecer salieron de la cocina para irse a dormir el tiempo se les había pasado rápido, como agua entre los dedos.

-Bueno chicos, yo me tengo que ir, adiós- se despidió- los veo mañana.

-Buenas noches, profesora.

-Descansa Nikoláyevna.

-Les he dicho hasta el cansancio que me llamen April- les regaño- A-P-R-I-L, no es tan difícil.

-Para mí lo es-dijo Severus.

-Para ti todo es complicado- bufo Nikoláyevna- nos vemos.

Cuando quedaron solos, Harry se sintió un poco incómodo, estaba con su profesor de pociones, con esa persona con la que había pasado un momento divertido en la cocina y que posiblemente le recriminaría en esos momentos.

-Potter- lo llamo asustandolo- me temo que debo agradecerle.

-¿Profesor?

-Cuando Nikoláyevna llego no se veía muy animada- dijo- pero usted ha hecho que sonriera de verdad, le agradezco eso.

-No fui solo yo, también usted estuvo presente.

-Supongo que fuimos ambos, en ese momento no fuimos Nikoláyevna, Snape y Potter- dijo Severus mirando al chico- por un instante simplemente fuimos Severus, April y Harry.

El muchacho no supo que decir, Snape lo había llamado por su nombre después de cinco años de conocerlo, se sintió feliz por escuchar aquello.

-Tal vez algún otro día podamos ser ellos de nuevo- dijo.

-Tal vez, Potter, tal vez- menciono Snape- buenas noches.

-Buenas noches, profesor.

Dijo el de ojos verdes antes de irse a su sala común. Feliz había hablado con Snape sin que este le diera alguna detención.

¿Algo estaba cambiando?

Posiblemente.

-.-.-.-.-.-.

Domingo en la mañana, Harry se despertó descansado y feliz, ese día sentía que algo bueno iba a pasar, solo esperaba que su presentimiento fuera de verdad.sus amigos le recriminaron por haberlos dejado plantados ayer y aunque le pidieron explicaciones no respondió. En el desayuno, Ginny fue a llevarle los nuevos horarios de entrenamiento y una nota de la profesora April, la cual lo citaba en el aula de DCAO en cuanto pudiera.

Harry desayuno rápido y se despidió de sus amigos mostrándoles la nota de la profesora, sin prisas fue al aula para ir directo al despacho. Toco un par de veces antes de que escuchara un suave "adelante" por parte de la mujer.

-Con permiso- dijo entrando al lugar.

Ahí no solo se encontró con Nikoláyevna sino también con Snape, el cual tenía una taza con café negro.

-Siéntate Harry- invitó la mujer- ¿Juegas ajedrez mágico?- pregunto mostrando un tablero.

-Claro- sonrió Harry.

-Perfecto, esta vez estoy segura de que ganare- dijo ella.

-Sueñas Nikoláyeva- murmuro Severus.

Harry sonrió, al parecer con eso volvían a ser "simplemente April, Severus y Harry."

 


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