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Entre la luna y el sol por blood rain

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-¿Qué hacemos aquí?- pregunto Draco limpiando sus ropas y miraba extrañado a su alrededor- ¿qué es este lugar?

-En Hogsmade no hay muchas tiendas donde buscar un disfraz, en cambio en el mundo de los muggler hay demasiadas opciones- respondió.

-¿Mundo Muggle?- cuestiono Draco algo asqueado, las personas que pasaban a su lado no eran más que simples muggler.

¡Qué horror!

-Nos meteremos en problemas- murmuro Harry.

-Estoy de acuerdo con cara rajada- menciono el rubio algo enfadado por estar en tal lugar.

-Lo sé, ¿no es divertido?

¿Qué demonios pasaba con esta profesora?

-Ahora dejen de quejarse y vamos.

April llevo a los muchachos a distintas tiendas donde las encargadas les mostraban unos cuantos disfraces que seguramente les quedarían increíbles. Lamentablemente ni ella ni los dos jóvenes estuvieron de acuerdo con las prendas que veían (en especial Draco, quien decía que no usaría algo tan vulgar).

-Malfoy- dijo Aprilynne sonriendo de manera extraña, tanto que daba miedo- cállate o te cumplo lo del vestido.

El rubio guardo silenció, definitivamente su padre se enteraría de esto.

Luego de varias tiendas, Aprilynne chasqueo los dedos, como si una nueva idea hubiese llegado a su mente, llevo a los muchachos a un lugar donde no fuesen vistos y desaparecieron, ahora estaba en el Callejón Diagon, prácticamente los arrastro a la tienda de Madam Malkin, túnicas para todas las ocasiones, ahí le pidió a la mujer que le tomara las medidas a los muchachos y se las entregara.

Cuando salieron, Aprilynne tenía un pedazo de pergamino con las medidas de los chicos, se le veía feliz, pero los jóvenes no entendían la razón de esa actitud.

-Yo les hare sus disfraces- dijo emocionada.

-¿Qué?- dijeron los dos muchachos al mismo tiempo.

-¿Usted nos hará los disfraces?- pregunto Harry.

-Sí, aunque no lo parezca soy buena diseñando ropa, además ya tengo sus medidas aquí- dijo mostrando el pedazo de pergamino.

-Pero usted no puede...

-Tranquilos, no es ningún problema para mí- dijo- los tendrán listos antes del baile y estoy segura de que les encantara.

-Pero...- trato de interrumpir Draco una vez que salió del shock.

-¡Pero nada!- interrumpió Aprillynne- ya dije que yo les hare los disfraces y punto; ¡Si se niegan me vere obligada a vestirlos a ambos con vestido por toda una semana!

Ambos chicos se pusieron algo nerviosos, estaban seguros que la profesora era capaz de cumplir con la amenaza, pero ya no podían replicar además la mujer se veían muy entusiasmada como para quitarle la ilusión de hacer los disfraces, ni siquiera Draco se atrevió a hacerlo nuevamente no quería tener que usar un vestido color rosa durante una semana, solo esperaban que no fuera algo realmente ridículo que lo marcara de por vida.

Cuando regresaron al castillo, April fue llamada a la oficina del director se despidió de los muchachos y corrió a la dirección, tenía poco tiempo y mucho trabajo, tal vez no era muy imaginativa, pero adoraba crear ropa, además tenía una ligera idea de que hacer para ambos chicos. Estaba feliz, al punto de que había olvidado que tenía que hablar con Harry por su cortante actitud hacía ella durante esa semana, ya hablaría con ese muchacho después por ahora tenía unos disfraces que confeccionar.

Harry y Draco observaron cómo se marchaba, sin despedirse ninguno de los dos cada quien se retiró a su sala común.

-¿La profesora Aprilynne dijo que te diseñaría el disfraz?- pregunto Hermione incrédula- es broma, ¿cierto?

-No, de hecho fue con Madam Malkin para que nos tomaran las medidas- dijo Harry.

-¿Nos?- pregunto Ronald.

-Sí, la profesra también hará el disfraz de Malfoy.

-Por Merlín, ¿A Malfoy? ¿En serio va dejar que haga eso?

-Ni el hurón ni yo pudimos negarnos- comento Harry- se veía muy entusiasmada, además nos amenzo.

-¿Los amenazo?- pregunto Hermione.

-Sí, dijo que si seguíamos quejándonos nos obligaría a vestirnos como chicas por toda una semana.

Sua amigos se rieron por la "inocente amenaza" realmente sería divertido ver a Malfoy vestido como una chica, después de todo ya tenía la cara afeminada; Hermione negó con la cabeza y fue a su cuarto con unas cuantas bolsas, no quería que sus amigos vieran su disfraz, quería sorprenderlos esa noche.

Al día siguiente, Ron y Harry salieron a caminar un rato, habían dejado a Hermione con Lavander y Patil hablando sobre los disfraces y quien sabe que otras cosas... mujeres. El oji-esmeralda estaba algo nervioso por la manera en que su profesora de Defensa había actuado el día anterior, además la pregunta que más azotaba en su mente era la de qué forma tendrían los disfraces.

-No lo sé Ron- dijo el pelinegro de repente- creo que mejor le digo a la profesora que mejor no me haga el disfraz.

-No creo que ella acepte una negativa, hermano- comento el pelirrojo- posiblemente ya comenzó a hacerlos, además ¿quieres vestir un vestido de color pastel durante toda una semana?

-Tienes razón, mejor no digo nada.

-Pues a ver qué pasa.

-.-.-.-.-.-.-.-

-Draco Malfoy y Harry Potter- dijo Aprilynne al día siguiente en clases- les pido que se queden al final por favor.

Ambos chicos se tragaron grueso pero asintieron, cuando todos se fueron, Aprilynne se despidió de Lupin, quien fue al despacho en la parte de arriba.

-El baile es en esta semana, ¿no?- dijo buscando romper el silencio que se creaba.

-Sí.

-Vamos, no estén tan tensos- dijo ella- los llame para decirles que iré a ayudarles con sus disfraces, son algo complicados de colocar y no se preocupen, los veo en la sala de los menesteres dos horas antes del baile, cuiden que nadie los vea.

-¿La sala de los menesteres?- pregunto Draco.

-Sí, ahí nos reuniremos, espero verlos, lo digo por ti Draco- dijo ella.

-¿Por qué?

-Intentaras escapar, lo sé- sonrió ella.

Malfoy sonrió de medio lado, no era tan mala profesora después de todo, solo algo extraña pero divertida.

-Pueden retirarse- dijo Nikoláyevna- tomen- les entrego un papel firmado- es para Severus.

La peli-plata sonrió emocionada, adoraba su habilidad de confeccionar ropa en tan poco tiempo, solo esperaba que esos chicos supieran apreciar su trabajo y su ayuda, porque ella no realizaba ese tipo de trabajo a cualquier estudiante que se cruzara en su camino, claro que no, ella lo hacía por aquellos que consideraba especiales.

Severus Snape simplemente levanto una ceja cuando vio a Potter y a Draco entrar juntos al aula, estuvo a punto de recriminarles por tal acción cuando Harry le tendió el papel firmado por Nikoláyevna, Snape bufo y dejo que los muchachos se acomodaran en sus lugares. Dejo en el pizarrón escritas las instrucciones, la poción y fue a su escritorio a terminar de calificar los ensayos de los de primer año; el oji-verde trato de no fallar en esa poción ahora sus calificaciones estaban en riesgo, había estado ausente durante toda una semana y se había atrasado con muchos trabajos a causa de ello. Todo iba bien, hasta que vio como uno de los alumnos de Slytherin introducía algo en el caldero del rubio mientras este se encontraba cortando algunos ingredientes; diviso una sonrisa maliciosa que le hizo pensar lo peor.

Vio como la poción de Draco empezaba a tornarse de un color amarillento y empezara a burbujear al punto de chorrearse fuera del caldero, el moreno se asustó como la madera comenzaba a chamuscarse, Malfoy estaba agachado uno de los ingredientes buscando algo, la sustancia comenzaba a acercarse a la orilla con rapidez donde Draco estaba buscando una planta que se le había caído.

-¡Cuidado Malfoy!- exclamo.

Harry lo tomo por el cuello de la túnica sacándolo de ahí bruscamente. El igrito de Harry alerto a Snape que de inmediato se levantó y fue al lugar de Potter y Malfoy, el sitio estaba hecho un verdadero asco, con un pase de varita apago el fuego y levito el caldero hasta llevarlo al pequeño cuarto donde guardaba los ingredientes de las pociones que realizaba sus alumnos en clase.

-Potter- mascullo regresando donde el chico, pero antes de replicar vio que en la mano del muchacho había caído algo de esa sustancia, seguramente cuando evito que algunas gotas cayeran sobre Draco (cosa que solo sabía el rubio) y le había quemado, es como si hubiese hecho alguna especie de ácido que le había carcomido la piel.

Lo raro era que no vio ni una mueca de dolor por parte del chico, más bien se le notaba asustado con la vista fija en su mano la cual estaba a carne viva, cualquier sonido que quisiera sacar de su boca no salía por la fuerte impresión de ver su mano de esa manera.

Snape no menciono nada y decidió que sería mejor llevarlo a la enfermería, pero ni dos pasos dio el chico cuando cayó al suelo inconsciente. De inmediato el profesor ordeno que todos salieran del aula, la poción saboteada aún estaba sobre la mesa y era peligrosa, sin pensar mucho levito al muchacho y lo llevo a la enfermería lo más rápido que pudo, el ácido seguía carcomiendo la piel de Harry y no se detenía. Draco fue tras él y le explico lo sucedido, al parecer si Harry no le hubiese jalado la sustancia le habría caído en la espalda.

Poppy se asustó un poco al ver las condiciones en las que el jovencito venía, de inmediato pidió al profesor que lo acostara en una camilla y se puso a trabajar. Limpio todo rastro de la sustancia de la mano del muchacho, el ácido había llegado a quemarle el brazo hasta la altura del codo, con cuidado unto unas cuantas cremas y le vendo el brazo, específicamente los dedos, que eran los que se veían en peores condiciones.

Severus se quedó en la enfermería todo el rato junto con su ahijado, que se negaba a irse le debía una muy grande a Potter.

-¿Cómo fue que sucedió?- pregunto Snape.

-Mi poción iba bien- explico el rubio- cuando uno de los ingredientes se me cayó me agache a recogerlo fue cuando escuche a Potter gritarme, ¿crees que mi poción haya sido saboteada?

-Considere esa opción y es la más probable, eres muy bueno en pociones y era imposible que fallaras al realizarla.

-¿Quién sería el culpable?, no creo que haya sido Potter ¿Qué sentido tendría sabotearla si terminaría salvándome de una quemadura?

Severus no dijo nada, su ahijado tenía razón, Potter no había echado a perder la poción de Draco para después salvarlo.

-Eso nos lo dirá cuando despierte.

Lily y el director, no tardaron en llegar. La pelirroja llego completamente asustada y fue donde su hijo sin escuchar las advertencias de la enfermera; casi se desmaya al ver el vendaje en su muchacho y miro a Severus en busca de una explicación, este le relato lo que sabía (además de lo relatado por Draco) y menciono tabien que buscaría al graciosito que había hecho esa broma.

April llegó poco después acompañada por Remus y Sirius, además de que James también entro completamente agitado, Albus le había informado del incidente en el aula de pociones.

-¿Los alumnos?- pregunto Albus.

- Les di el resto de la clase libre.

-Comprendo.

James abrazo a su esposa y le beso la nuca, había ido al castillo en cuanto el anciano le había mencionado lo ocurrido con Harry, sintió un fuerte odio hacía Snape por no haber estado al pendiente de su hijo.

-Severus no tiene la culpa- dijo Albus.

-No defienda a este bastardo- dijo James.

-No lo llames de esa manera- dijo Aprilynne colocándose frente a Severus en pose de defensa- ya lo dijo el director, no fue culpa de nadie, además no es la primera vez que tu hijo termina en la enfermería.

-Aprilynne, no molestes a mi esposo- dijo Lily secándose las lágrimas.

-¿Qué?- pregunto la peli-plata irónica- el engendro que tienes por marido, dispara antes de preguntar.

-No lo llames de esa manera- gruño Lily ahora mostrándose molesta,

-¡Yo lo llamo como yo quiera!- exclamo la peli-plata- ¡Así que no me estés ordenando nada!, ¡Tú esposo es un insensible, estúpido y un auror de cuarta!

James se desesperó y sin más le dio un golpe a Aprilynne en la mejilla haciéndola callar; todo el mundo quedo sorprendido, incluso Draco, quien estaba junto a la camilla de Harry en espera a que despertara. La peli-plata bajo la mirada y apretó sus pequeñas manos en puño, Severus se alejó un par de pasos y le indico a Albus que hiciera lo mismo. La profesora se veía distinta daba mucho miedo, incluso Sirius sintió escalofríos recorriendo su espalda, Remus tembló, esa mujer no era la April que conocía.

-Acabas de firmar tu sentencia de muerte James Potter- dijo la profesora antes de darle un puñetazo en la cara.

El golpe fue tan fuerte que por toda la enfermería se escuchó como los huesos de la nariz de James crujieron, el pobre auror termino en el suelo con la nariz rota y sangrando a mares.

La pelirroja enojada saco su varita pero la peli-plata se la arrebato con un accio, todo fue muy rápido que ni Lily pudo ver cuando la mujer le había quitado su arma.

-No quiero pelear con usted profesora Potter- dijo Aprilynne con la varita de Lily en las manos apretándola con tal fuerza que parecía que iba a romperla- y menos aquí donde tu hijo puede salir dañado, vamos Severus, tengo que hablar contigo.

-¿Nikoláyevna?

-Es urgente- menciono.

Severus noto que el tono con el que Nikoláyevna había hablado era serio eso significaba que era un asunto delicado. Fue tras ella desapareciendo de la enfermería.

-Esto es suyo- dijo April regresando la varita a su dueña.

La enfermería quedo en silenció y en completa tensión. Harry había despertado al oír los gritos y se sintió mal de que culparan a su profesor de pociones, había sido alguien más y lo tenía muy presente en sus recuerdos; volvió a cerrar los ojos no queriendo escuchar las preguntas de sus padres.

-Yo los alejo, Potter- menciono Draco- es lo menos que puedo hacer por ahora.

Poppy atendía la nariz de James, Sirius miraba a Draco de mala forma, el rubio estaba muy pegado a su ahijado y eso no le gustaba.

-¡Alejate de él!- exclamo.

-No le hice nada- respondió Malfoy tranquilo-  ustedes son los que no lo dejan descansar, si van a seguir gritando será mejor que se vallan.

-¡Tú no eres mi jefe para...!

-¡Basta!-gruño Poppy dejando de atender a James- hay pacientes aquí que quieren dormir, el señor Malfoy tiene razón, ahora largo, señor Potter es mejor que vaya a San Mungo a atenderse eso, no voy a estar curando en medio de tanto desorden.

Lily ayudo a James a levantarse para ir a Sna Mungo, Remus jalaba a Sirius que mascullaba y maldecía. Antes de que las puertas de la enfermería, Harry alcanzo a escuchar a su padre decir que todo era culpa de Snape. Potter se aguantó las ganas de llorar mientras en su mente se formaba una simple oración.

"No fue su culpa"

 


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