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Entre la luna y el sol por blood rain

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Notas del capitulo:

Heme aqui con un nuevo capitulo de esta historia

...

Saludos

Harry llego quince minutos tarde a la detención y Snape se lo hizo saber en cuanto entro, el profesor le ordeno limpiar los calderos de los de primer año que estaban hechos un verdadero asco, sin varita. Harry suspiro, se remango las mangas de la camisa, tomo un cubilete con agua, jabón, un trapo y se dispuso a limpiar; durante una hora y media, el chico estuvo encorvado tallando los calderos, la espalda le dolía a horrores y ya sentía entumidos los brazos. Termino con el caldero que tenía en las manos  y lo acomodo con los demás. Suspiro y miro los que le faltaban…

Diez calderos, solo le quedaban diez calderos.

Consciente de que Snape no tendría piedad, tomo el siguiente caldero para limpiarlo, las manos le ardían y las tenía enrojecidas, esa noche no podría dormir del dolor. Severus al ver las muecas que hacía el chico le ordeno que se detuviera, observo las manos del joven y le dijo que se acercara, tenías unas cuantas cortadas leves, nada que no pudiera curar con un buen ungüento.

-Espere aquí, Potter- ordeno antes de ir al gabinete donde guardaba las pociones.

Llevando consigo un frasco, el contenido era de un color verdusco demasiado asqueroso, Snape volvió con Potter y abrió el frasco, se unto un poco en los dedos para aplicarlo en las manos de Harry. La sustancia estaba fría y calmo un poco en ardor de sus manos, era realmente un alivio, sentía las manos de trabajar sobre las suyas dándoles una calidez agradable que hizo sentir ligeros cosquilleos en sus palmas. Después de aplicar bien el ungüento, Severus vendo las manos del mocoso (aunque ya tenía quince).

-Para mañana las tendrá un poco más recuperadas le dijo- por el momento dejemos el trabajo hasta aquí y vuelva mañana a la misma hora.

-Sí, profesor- dijo Harry antes de irse.

Fuera del despacho Harry miro sus manos, el vendaje estaba perfectamente puesto, las llevo a su pecho para guardar esa calidez que había quedado impregnada en ellas. Una vez que su pecho guardo lo que deseaba se encamino a su sala común, seguro de que al día siguiente tendría que regresar a las mazmorras a terminar con el trabajo. Una vez en el cuarto, se cambió de ropa y se acostó en la cama, sentía la espalda agarrotada y estaba agotado por lo que solo tuvo que cerrar los ojos para caer en un profundo sueño.

Se levantó tarde, faltaban cinco minutos para que el desayuno empezara, se levantó lo más rápido que pudo y entro al baño, hizo tiempo record en la bañera y cuando salió de la sala iba abrochándose la camisa. Llego al comedor veinte minutos tarde y todos lo miraron incrédulos, Harry se ruborizo y apretó el paso para ir con sus compañeros, estos solo rieron al verlo con el cabello mojado y la corbata mal anudada.

-No digan nada- dijo Harry cuando se sentó causando más risas entre sus compañeros.

Minerva toco una copa con una cuchara para llamar la atención de los estudiantes, era algo extraño que se diera alguna noticia por la mañana, Harry miro a su padre sentado al lado de Lily, al parecer lo habían invitado al desayuno. El director se puso de pie y miro al alumnado.

-Ya que estamos todos me he tomado de darles una noticia mañanera- dijo el anciano- hoy en la noche llegara una nueva profesora, ella ayudara al profesor de DCAO, Remus Lupin, espero que le den una calurosa bienvenida.

¿Una nueva profesora?

¿Ayudante de Lupin?

Si bien eso era bueno, ya no tendrían que soportar a Snape cuando Lupin se “enfermara”. El discurso termino y Albus regreso a su asiento, la noticia de la nueva maestra era el chisme de todos las casas.

-¿Cómo creen que sea?- pregunto Ron mientras mordía el último pedazo de tostada que le quedaba.

-¿Sera linda u un verdadero monstruo?- dijo Seamus- espero que linda.

-También buena- dijo Dean- que no sea una murciélago grasienta, suficiente tenemos con el que está aquí.

El desayuno termino y fueron a sus clases, que para su desgracia era con el murciélago grasiento lo peor de todo era que eran horas dobles. Severus no parecía muy atento ese día y todos se dieron cuenta pues hubo como cinco explosiones y el profesor no dijo nada, incluso Dean probo suerte y le arrojo una bolita de papel que se estampo en la mejilla del profesor pero no recibió nada. Todos salieron muy extrañados del aula, pero Harry se quedó.

-¿Pasa algo, Potter?- pregunto Severus cuando se dio cuenta del presencia del muchacho.

-Me preguntaba si tengo que asistir esta noche a terminar el trabajo de ayer- dijo algo nervioso.

-¿Sus manos están bien?

-No del todo señor.

-En ese caso lo espero mañana a las ocho en punto en mi despacho, para ese entonces ya deben estar recuperadas- dijo Severus- ahora márchese o llegara tarde a su próxima clase.

El muchacho se retiró corriendo por los pasillos para llevar al aula de Minerva, lo cual hizo justo a tiempo. Se sentó al lado de Ron quien le hizo una muda pregunta con la mirada, la cual no quiso responder y solo se limitó a darle una sonrisa reconfortante que fue suficiente para su pelirrojo amigo.

La noche llego muy rápido, la cena en el gran comedor nunca se había visto tan exquisita, pero nadie la tocaba por muy tentados que estuvieran. Esperaban a la nueva cara del profesorado y estaba tardando un poco. James llego a reunirse con su esposa, este acontecimiento no se lo perdía. Por fin las puertas del gran comedor se abrieron dejando entrar a una hermosa mujer, de ojos azules y cabello plateado, no parecía tener más de treinta, era bajita y esbelta, de rojos labios y piel color melocotón.

Albus se puso de pie al igual que los profesores, a excepción de Snape quien no se encontraba, había informado que llegaría algo tarde.

-Es un honor presentarles a la señorita Aprilynne Niko... Niko... Ni-ko-lá-yev-na- dijo a modo de silabas para poder pronunciar el apellido, los muchacho aplaudieron para ella haciéndola sonreír mostrando sus blancos y perfectos dientes.

Camino al comedor de profesores saludando a algunos estudiantes, a medio camino se detuvo pues vio a un profesor de negro llegar por la puerta detrás del comedor, se quedó estática por un momento mirando al hombre.

-Severus…- murmuro- ¡Severus!- grito llamando la atención del mencionado.

Snape miro a quien le llamaba quedándose en su lugar.

-¿Nikoláyevna?- cuestiono antes de ser tirado al suelo con una mujer de cabellos plata encima abrazándolo.

-Si eres tú, lo eres- decía ella feliz.

- Nikoláyevna, no respiro- dijo.

Ella lo soltó de mala gana con un puchero en los labios

- ¿Qué?

-Han pasado, literalmente, siglos desde la última vez que te vi y sigues llamándome por mi apellido.

-No seas exagerada, solo fueron cinco años- dijo Snape- ahora levantante, pesas mucho.

-Que maleducado eres.

-Y tú una quejumbrosa.

Aprilynne se levantó dejando que Severus se pusiera de pie, el Gran comedor estaba en silencio ante la escena que acaban de ver.

-Dejando atrás todo esto, me alegro de verte- dijo ella.

Snape levanto una ceja y no dijo nada, solo tomo su lugar en el comedor, Aprilynne se puso a su lado, tenían mucho de qué hablar.

-¿Acaso ellos se conoces?- pregunto Seamus.

-Genial, es hermosa pero ha de ser una diabla como Snape- lloriqueo Dean.

-No lo creo, se ve que es muy alegre a diferencia del profesor Snape- dijo Neville mirando a la nueva profesora.

-Eso se verá mañana- dijo Hermione algo celosa de que esa maestra fuera el tema de conversación.

Si eso se vería mañana.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-

-Buenos días- saludo Lupin- sé que la presentaron ayer pero no mata a nadie que lo haga yo ahora, ella es Aprilynne Nikoláyevna, la maestra ayudante de esta materia.

-Un placer conocerles- dijo ella con una sonrisa- lamento el ridículo de ayer, no quería humillar a su profesor de Pociones.

La mayoría rio por lo acontecido la noche anterior, divirtiendo a la peli plata.

-Como soy nueva en esto me costara aprenderme sus nombres así que ténganme paciencia- pidió- bien, me gustaría que se presentara, ¿Quién quiere empezar?

Los chicos se miraron entre sí, hasta que Neville se armó de valor y levanto la mano. Aprilynne le indico que se pusiera de pie con un gesto de mano.

-M-mi nombre es… es Neville Longbottom- dijo tartamudeando un poco causando que algunos de la casa de Slytherin se rieran por su estupidez- gusto en conocerla profesora Niko…Nokolá…

Aprilynne le sonrió y se quedó algo pensativa.

-Neville- repitió- puedes decirme April, dijo, todos pueden llamarme así, mi apellido es demasiado complicado para ustedes.

-Eso sería falta de respeto-apunto Hermione- tal vez podamos llamarla por su segundo apellido.

-No lo creo- dijo April- mi segundo apellido es Blaszczykowski., mi nombre completo es Aprilynne Nikoláyevna Blaszczykowski.

Hermione no supo que decir, el nombre de la nueva maestra era un verdadero trabalenguas, ni ella sería capaz de recordar por completo ese nombre.

-Por eso pido que me llamen April- insistió Blaszczykowski- bueno sigamos con las presentaciones ¿Quién sigue?

-Soy Hermione Granger- dijo la castaña levantándose por unos segundos.

-Ronald Weasley.

-Blaise Zabini.

-Pansy Pakirson.

-Draco Malfoy- dijo el rubio con un tono de superioridad.

Así fue la clase, mientras la profesora trataba de aprenderse los nombres, lo que era difícil, pues eran demasiados.

-Soy Harry Potter- dijo al final el moreno.

-Harry- dijo Nikoláyevna- el niño que vivió y venció- murmuro para sí misma.

-Bien ya que se presentaron todos- dijo Lupin- sigamos con la clase.

-¿Qué veían?- pregunto Aprilynne curiosa.

-Dragones y semi-dragones- respondió Hermione al alzar la mano.

Aprilynne se quedó muda por unos instantes, su mirada se perdió en algún punto y después sonrió con tristeza.

-Dragones, mi abuelo solía contarme historias sobre ellos- dijo- le encantaban, no paraba de alabarlos y de decir que eran las criaturas más hermosas que habían pisado la tierra y conquistado los cielos; además se quejaba sobre la determinación que usaban para los mortales que podían ser como ellos, decía que semi-dragones no era correcto para ellos.

-¿Le hablo de Drácena?- pregunto Parvati.

-“… y ahí estaba ella recostada sobre las rocas, mientras sus azules ojos llenos de sabiduría miraban hacía el horizonte donde la luz del sol se perdía, las perlas incrustadas en su piel brillaban con la luz del atardecer, en su mente sonrió maravillada por esa hermosa vista, para después desplegar sus enormes alas y alzar el vuelo de regreso a casa.”

-Vaya- dijo Lupin sorprendido.

-Esa era uno de mis fragmentos favoritos- dijo Aprilynne- cuando mi abuelo la describía de esa forma, yo siempre decía “Era realmente hermosa”.

-¿Realmente existió Drácena?- pregunto Seamus.

-No lo sé, puede que si puede que no- dijo Aprilynne acariciando la tapa del libro que reposaba en el escritotio de Lupin- puede que sea real o una simple leyenda, pero recuerden las leyendas siempre guardan algo de verdad, si Drácena o alguno de los dragones de la historia existió o si aún algunos de ellos siguen existiendo demostrara que ese dicho es cierto.

-¿Conoce usted alguna historia?- pregunto Seamus.

-Claro que sí, es más si el profesor Lupin me lo permite puedo contarles una en este momento.

-No veo porque no profesora Nikoláyevna, adelante- Remus tomo asiento en el escritorio para escuchar a la mujer.

-Bien… “Hace mucho tiempo…”

Notas finales:

Y hasta aqui, espero sus comentarios, puede que algunos capitulos mas adelante les pida un favor.

Bye-bye.


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