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Historias por Shiochang

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Historias
Confesiones

Lunes 18 de agosto de 196 DC.
Esta carta te ha de confesar lo que siento y he sentido desde hace tiempo aunque es posible que ya no nos veamos más. Sé que sobre Pismilión no podemos hacer algunas cosas, pero, al menos, libero mi alma de las culpas y los sentimientos que jamás debieron de embargarme, no fui creado para sentir y, pese a todo, lo hago y me duele y no es algo que comprenda.
Debo admitir que nada me ha salido como lo había planeado desde que salimos de L4 hace cinco meses. En aquel entonces yo tenía claros mis objetivos y mis metas a futuro, no tenía ganas de ser algo más que el "Soldado Perfecto" para lo cual había sido creado, pero eso ha cambiado.
Hace mucho tiempo que sé que no soy un humano normal, creo que lo supe siempre ya que desde que tengo uso de razón sé que soy algo parecido a un cyborg, sin embargo, sigo siendo humano en muchos aspectos y tal vez, al haber recibido afecto por parte de la familia Winner antes de entrar a la plena adolescencia, cambié con el tiempo. No digo que haya perdido mi sangre fría o mi capacidad de tomar una decisión en un segundo, pero ha habido ocasiones en que he dejado a mi corazón tomar una decisión que debió tomar la cabeza.
La primera vez que permití que mi corazón saliera a la superficie fue cuando escogí a Quatre como piloto para Sandrock, sabía que él era demasiado amable para convertirse en un soldado asesino, pero él siempre buscaba algo en que pudiera complacerme y pensé que se arrepentiría de seguir mis pasos, pero resultó ser una sorpresa cuando dio la talla mejor de lo que podía esperarse de un chico como él, después de todo siempre he sabido que es gay y ayudé que su padre lo aceptara así.
La segunda vez fue en la Tierra, entré en la atmósfera y dejé a Wing en el fondo del mar mientras yo buscaba un buen lugar, sin embargo, fui visto por una chica y no pude matarla entonces, lo intenté varias veces pero nunca he logrado hacerlo, aunque la primera vez no lo conseguí a causa tuya. Me pregunté entonces por qué no podía hacerlo, si era que ella me gustaba. En definitiva, jamás le he amado, pero siento por ella un afecto especial, tal vez porque el verdadero Heero Yuy y su padre fueron casi como hermanos.
Me preguntaste alguna vez qué sentía por Trowa y yo no te respondí, estabas enojado con nosotros porque nunca les dijimos que estaba vivo después que detoné a Wing en Siberia. Yo le estaré siempre agradecido, salvó mi vida, aunque nunca tuve intención de morir y supongo que fue eso lo que me hizo recuperarme, sin embargo, entre nosotros no hay absolutamente nada, creo que a él le gusta el pequeño Quatre.
Respecto a Wufei, deberías saber que ese chico es tan peligroso como Zero, es demasiado apasionado en su manera de actuar, su manera de odiar a Traize me hace creer que cayó en las garras del malvado ese, pero que lucha contra ello.
En cuanto a ti, pequeño mío, no sé a ciencia cierta cuando me enamoré de ti, tal vez me gustaste cuando nos conocimos cuando pequeños, tal vez fue cuando casi me mataste en aquella base o cuando me rescataste del hospital, cuando por poco me mato por ponerme a pensar en ti, si, pensaba en tu persona, lo que sí sé es que cuando te besé en aquel barco ya me sentía atraído por ti.
Cuando coincidimos en aquella escuela, quise decirte que me gustabas, pero no sabía lo que sentía, en especial porque Relena me buscaba y me sentía extraño y confuso con ella.
Supongo que pensarás que soy un tonto porque no puedo liberar lo que siento frente a ti, pero es imposible, las palabras jamás llegan a mi boca, es más, se borran al ver el hermoso brillo de tus ojos.
Sé que pensaste que iba a matarte aquella vez cuando los de Oz te atraparon en el espacio, pero nada estaba más lejos de mi mente y mi corazón ¿Cómo puedes creerme capaz de hacerte daño? Nunca podría, quiero que sepas que te amo.
Tal vez te enfades por lo que voy a hacer, voy por Relena a Libra, eso lo sabes, pero es porque quiero que tengamos una esperanza de futuro, no sólo tu y yo, sino que todos. Sé que voy a tener que enfrentar a Zech y matarlo para que esto se acabe, pero él debe pretender lo mismo. Si llego a morir, espero que te acuerdes siempre de mí con ternura.
Sé que esta carta sólo ha de llegar a tus manos si yo muero en la batalla o cuando esta termine en definitiva, pero quería desahogarme un poco para que durante la batalla mis sentimientos no me estorben.
Quiero que sepas que siempre te amaré.
Heero Yuy.

Lunes 18 de agosto de 196 DC.
Son tantas las cosas que quisiera decirte en este mísero instante, pero mi corazón se ha llenado de la más profunda amargura ¿Por qué diablos tenías que ir a rescatarla? Mi corazón se hizo pedacitos muy pequeños cuando entré a la sala de descanso y me dijeron que habías ido con ella ¿por qué tienes que amar a esa arpía? Me siento mal, quisiera haberme quedado callado luego que se llevaron a Hilde a la enfermería, pero no pude. ¿Por qué no habré dejado que la mataras aquella vez en la base? Al menos serías sólo mío.
Recuerdo aquella tarde en que te conocí en la base de L2, yo me sentí atraído por ti en el mismo instante en que nuestras miradas se cruzaron ¿por qué? No lo sé, simplemente pensé que eras el chico más lindo que jamás había conocido y siempre que busqué a quien querer, busqué en esa persona algo de ti, pero jamás pude encontrar alguien que se pareciera remotamente.
Recuerdo aquella vez que me dijeron que buscara al pequeño Dragón en L4, sabía que si me ordenaban aquello era que al fin nos reuniríamos los cinco, así que comencé a buscarte a ti, me dolió cuando te vi tomado de la mano de un chico rubio que luego resultó ser Quatre. También recuerdo que, luego de darme instrucciones me cortaste la señal, yo pensé que ya no estábamos comunicados así que te pedí un beso ¿Qué pretendías al mantener tu señal de radio abierta?
A los pocos días volví a verte y por poco y te mato ¿se puede ser más tonto? Yo sabía que me gustabas y que comenzaba a enamorarme de tu misterio y no sabía que hacer para conquistarte. A Howard se le ocurrió lo del rescate y lo planee para tenerte un tiempo mi lado, pero no fue mucho lo que logré ¿verdad? Sólo recibí un beso y una caricia de tu parte y no lo que de verdad quería. Te enfadaste conmigo y para colmo de males me robaste algunos repuestos de Deathscythe. Pronto se me pasó el enfado y por las noches, mientras miraba el hermoso cielo estrellado, pensaba en dónde estarías y si estarías bien, si algunas veces pensabas en mí o ya no pertenecía siquiera a tus recuerdos.
Mi suerte pareció cambiar aquella vez que coincidimos en aquella escuela, me tomaste del brazo y sentí que tu contacto me quemaba, yo sabía que aquello pasaría, pero soñaba siempre con algo más. Me hiciste entrar en aquel aburrido internado y siempre te las arreglabas para ponerme nervioso, jugabas con mi cabello y me atraías a tu costado para hacerme callar ¡Cómo soñaba que eran muestras de amor!
Aquella tarde en la base de Nueva Eduard nos volvimos a encontrar, Oz nos engañó de una manera terrible y por poco nos destruyen con base y todo, si no hubiese sido por tu habilidad estaríamos los tres en el infierno, pero tal vez así no sufriría por tu amor en estos momentos ¿quién me mandó a enamorarme del chico más frío del universo? Tonto de mí, estaba muerto de celos cuando me fui con Quatre y me dijo que te quería mucho, pero lo que me tranquilizó fue que me dijera que son hermanos, aunque sea por adopción, y que estaba enamorado de Trowa pero no se atrevía a confesarlo.
Luego vino lo de Siberia, esos malditos se encargaron de llevarnos a una trampa y, al ver que no podían vencernos, intentaron destruir nuestras colonias. No me sorprendió la aparición del Profesor que después supe era el creador de tu Gundam, pero sí tu reacción ¿qué pretendías al detonar tu suit contigo dentro? No atiné a nada cuando te vi caer en un charco de tu sangre, me quise morir en ese instante, sentía que la guerra y todo a mi alrededor perdía sentido. Zech nos permitió huir y Trowa te rescató y volvimos a separarnos. Yo me fui con Quatre porque pensaba que, siendo tu hermano, él tendría noticias tuyas. A su lado recuperé las esperanzas, él insistía que estabas vivo, estaba completamente seguro de aquello.
Pasó un mes y no tuvimos noticias tuyas ni de Trowa hasta que nos llegó la noticia que ambos habían sido vistos en Alaska ¿Qué hacías por allá y con Trowa? Quatre estuvo muy triste, sospecho que él piensa que Trowa está enamorado de ti y que por eso te salvó.
En fin, se nos acabó la paciencia y decidimos regresar al espacio, a nuestras colonias, pero no sabíamos lo que nos esperaba, Oz nos atacó por la espalda y las colonias nos rechazaron cuando nuestro único objetivo fue siempre protegerlas ¿verdad? Y fue doloroso darnos cuenta que ya no nos consideraban útiles a su causa.
Estaba molesto y no medí las consecuencias antes de enfrentarme a los Mobile Dolls, después de todo Deathscythe no estaba preparado para la batalla en el espacio y me vencieron, me llevaron de regreso a mi colonia con Gundam y todo y me interrogaron para que les dijera dónde estaban los demás y por más que insistí que no tenía idea, me golpearon. Para peor, mi imagen pasó por todas las señales de tv y tú apareciste en aquella base, al principio me alegré ¿qué mejor que morir en tus manos? Pero me preguntaste si podía caminar y me sacaste de allí con sólo un regaño por haberme expuesto.
Pasó luego que mi querido Deathscythe fue destruido y tú, capturado, así que decidí destruir a los científicos y rescatarte de paso, sin embargo, ellos estaban reparando mi gundam y el de Wufei y me vi obligado a entregarme. Son unos tipos terribles y por poco me matan de la paliza que me dieron. Me alegré de volver a verte, lástima que allí también estaba Wufei, pudimos haber disfrutado del tiempo a solas ¿no crees? En fin, me cuidaste y dormí apoyado contra tu pecho.
Luego vino lo de la rebelión dentro del propio Oz y volvimos a separarnos, ahora con una nueva misión que cumplir, sin Traize la fundación Romefeller no tenía poder sobre los soldados y la Tierra era una locura.
Me quedé con Hilde esperando noticias y nuevas órdenes mientras Colmillo Blanco insistía en reclutarme para su organización.
Acompañé a mi amiga, que es sólo eso, al circo y vi a Trowa, de inmediato corrí a él para preguntarle por ti, pero no me conocía y su hermana no me dejó interrogarlo para saber que le había pasado.
Después supe que Quatre estaba de regreso en su colonia y a cargo de los negocios de su familia, así que fui a su lado a preguntarle dónde estabas, habías permanecido en la Tierra cuidando a esa tipa antipática. Después me uní a ellos, Trowa, Quatre y Noim, en Pismilión con la esperanza que vinieras con nosotros. Al final llegaste con Sally Poe y Wufei, con tres gundams, pero me preocupó que te decidieras a usar el Zero, no me gusta ese monstruo.
Cuando fui a rescatar a Hilde lo hice porque sabía que ella no se arriesgaría así por nada y tuve que luchar contra esas copias baratas de Trowa y tuyas y los vencí. Era cierto, Hilde nos traía buena información sobre la nave Libra y los Mobile Dolls, pero también que ella estaba en Libra y me sentí obligado a decírtelo ¿Por qué tengo que ser tan boca suelta?
En fin ¿Qué puedo hacer ya? Sólo decirte que te amo de todo corazón y esperar seguir vivo después de la batalla para obtener un beso de verdad de tu dulce boca y pasar algún tiempo entre tus brazos.
Dúo Maxwell.

Lunes 18 de agosto de 196 DC.
A ti, hermoso ángel rubio de ojos color agua marina, dedico mis últimos pensamientos antes de partir a la batalla final contra los Mobile Dolls. No sé si vuelva a verte, mi bella flor del desierto, pero si sé que disfruté cada minuto que estuve a tu lado, aunque jamás me atreví a pedirte lo que en realidad quería de ti.
Recuerdo cuando te conocí en la base de mi colonia, Heero y tú habían pasado con gran facilidad la guardia de la fundación Barton, pero esos tipos eran tan presuntuosos que hasta un bebé podía sobrepasarlas. Entonces sentí que me enamoraba de ti, pero tu querido hermano, tanto entonces como ahora, no me dejó estar mucho tiempo a tu lado.
He pasado todo este tiempo pensando en el momento en que volvería a verte de nuevo, pero las misiones nos separaron. Sin embargo, cuando nos reunimos en Francia, me sentí feliz, podía estar a tu lado sin la interferencia de tu hermano, pero yo no me esperaba que igual se las ingeniara para separarnos, él es tu héroe y tu inspiración y no parabas de decirme "Heero esto" o "Heero aquello" y no se me ocurría como desviarte el tema. Disfrutamos aquella tarde, a pesar de todo y descubrí que compartía uno de tus gustos y que él no lo hacía, eso me hizo feliz.
Con el tiempo y las misiones nos vimos pocas veces, y después de lo pasado en la base de Nueva Eduard, me llevé a Wufei conmigo al circo ya que se le veía deprimido, nunca pensé que fueras a interpretarlo como que él me gustaba, es un tipo muy estrafalario para mí con su afán de justicia que ni él mismo tiene clara cual es. Después volvimos a vernos en Siberia y pasó que Heero detonó su gundam, al verlo en un charco de su propia sangre, en lo único que pude razonar era en la tristeza que te embargaría si él moría, así que lo cogí y me lo llevé conmigo gracias a la ayuda de Zech.
Heero estuvo en el borde de esta vida y la otra durante casi un mes, yo procuraba cuidarlo casi todo el tiempo, pero era por ti, no por él, que lo cuidaba, yo pensaba que lo amabas y que si él estaba bien, tú serías feliz.
Cuado finalmente despertó, yo le insinué que iba a seguir su ejemplo para que nos tuvieran en cuenta y supieran que seguiríamos luchando, él me advirtió que era muy doloroso y yo me reí, se preocupaba por mí. Al final, no pude hacerlo, Catherine no me dejó matarme y nos echaron a los dos del circo. Heero me pidió que lo llevara a ver a la familia del Mariscal Noventa, quería disculparse con ellos por el error que había cometido. Allí fue que comprendí la admiración que le tienes, es alguien muy especial. Puso su vida en las manos de cada uno de los familiares de los Noventa con absoluta tranquilidad y admitió con humildad su error, dudo mucho que algún gran líder de la Tierra sea capaz de imitarlo.
Salíamos de haber visitado el hogar de la viuda Noventa cuando Noim nos encontró y nos invitó (más bien diría que nos obligó) a ir a Alaska a ver a Zech. Este había reparado con mucho afecto (¿?) el gundam de Heero, así que este me pidió prestado a Heavyarms para la pelea. ¿Sabes? Creo que el tipo ese está enamorado de Heero, estaba muy preocupado por su salud, se encargó personalmente de darle la mejor habitación de la base y la mejor comida, incluso insistió que el médico le revisara las heridas antes de la batalla.
Después nos separamos cuando nos vinimos al espacio y yo me infiltré en Oz fingiendo ser un voluntario de L3. Allí conseguí que me hicieran piloto de Mercurio cuando destruí al gundam de Dúo y "capturé" a Heero en la base lunar. Al poco tiempo llegó Wufei que fue capturado por el ingeniero Tsubarov y comenzaron a preparar la visita de Traize, pero al final este decidió no venir aquí y renunció al mando de Oz lo que causó una división en las tropas.
¿Qué fue lo que te pasó entonces que andabas destruyendo todo a tu paso? Incluso atacaste a Heero al que salvé con la explosión del Mercurio, pero yo quedé flotando en el espacio inconsciente y perdí la memoria. Catherine me encontró y me dijo que era mi hermana, yo la sentí así, por lo mismo le creí hasta que Dúo se apareció por el circo preguntando por Heero, pobre loco, enamorado hasta le médula del soldado perfecto, pero ella lo despachó diciendo que no quería saber más de ustedes y de los gundams, que era su culpa que yo no recordara nada. Unos días más tarde apareciste tú y vi tus lindos ojos que me hicieron enamorarme de nuevo de ti, ella no nos dejó hablar, en ese aspecto se parece a Heero, sin embargo, yo escuché tus palabras y tus sinceras disculpas por lo que había pasado. Cuándo los rebeldes nos atacaron, sentí como me llamabas, así que te seguí ¿qué otra cosa podía hacer? Tal vez no recordaba quien era, pero sí sabía que te amaba.
Al final, nos reunimos todos en Pismilión, Dúo corrió a ver a Heero igual que tú, sin embargo, a Wufei no pareció gustarle mucho que lo acosaran y ustedes se pusieron tristes. Yo no recordaba nada, pero sentía aquella punzada de molestia con él, pero al final lo recordé todo cuando Heero me prestó a Zero. Ese es un verdadero monstruo y comprendo por qué pudo dominarte luego de la muerte de una de las personas a quien más querías, tu padre.
No puedo confesarte frente a frente esto que siento, sin embargo, si sobrevivimos a la batalla final, te entregaré esta carta y esperaré pacientemente tu respuesta.
Quiero que sepas que te amaré siempre.
Trowa Barton.

Lunes 18 de agosto de 196 DC.
Soy un chico tímido, por muchos intentos que hago de disimularlo y toda la ayuda que me ha brindado Heero para superarla, supongo que el saber siempre que soy lo que soy no me ha ayudado mucho tampoco.
A Heero lo conocí hace años cuando su padre visitó mi colonia porque tenía asuntos de negocios con mi padre. Yo me encariñé con él, sospeche muy bien que jamás había tenido muestras de afecto por parte de nadie y que por eso era tan frío y despreocupado por los sentimientos de los demás. Pronto se ganó el afecto de todo el mundo en mi casa, mis hermanas lo adoraban porque él era capaz de hacer que papá cambiara de opinión sin necesidad de hacer una rabieta o una pataleta, no necesitaba derramar una lágrima para obtener lo que quería y si no lo lograba al momento, poco después volvía con nuevos razonamientos para convencerlo y lo lograba.
Así fue que consiguió que estudiáramos en la Tierra, papá no estaba de acuerdo con permitir que Ilena nos llevara, pero él argumentó que era como si no nos considerara capaces de estar a la altura de los hijos de otras gentes importantes no sólo de las colonias, sino de la Tierra. Papá intentó mantenerse en sus trece, pero Heero ganó.
Supongo que pensarás que Heero me gusta porque siempre hablo de él, pero es sólo alguien que me gustaría imitar y porque me cuesta mucho hablar de mí mismo, siempre me he considerado muy poquita cosa, aunque a tu lado puedo lograr que la Tierra cambie de órbita o que se ponga de color rosa.
Recuerdo aquella tarde en que te conocí, como siempre iba secundando a Heero ya que éste me había aceptado como el piloto de Sandrock (mejor dicho lo obligue a nombrarme piloto luego de agotarle los argumentos) allá en L3. Supongo que Heero se dio cuenta que me gustabas porque me regañó mucho al respecto, en algunas cosas tiene razón, pero supongo que tendría que aceptarlo si tú me correspondieras, tal como lo haría yo si él y Dúo fueran pareja (se ven tan bonitos los dos juntos). Aquella tarde apenas nos tocamos y sentí que el corazón me palpitaba con fuerza y tuve la esperanza de conversar un rato contigo, sin embargo, también me hacía ilusión que nos permitieran ir a la Tierra, así que le recordé de Ilena y pronto nos fuimos. Claro, ella ni notó nuestra ausencia, pero sabía que lo mejor era no arriesgarse a que se enojara y le dijera a papá que habíamos desaparecido sin decir nada.
Durante el tiempo que estuvimos en la Tierra enseñé a Heero a leer los sentimientos de las personas, ese es mi don, sin embargo, Heero lo usó al revés, lo usaba en beneficio propio ya que sabía a ciencia cierta que podía herir y a quien debía herir para lograr lo que quería.
Al finalizar el tercer año de secundaria, hace cinco meses atrás, regresamos a casa para saber que al fin todo estaba listo para que iniciáramos nuestras labores como soldados. No sé a donde fue enviado mi hermano, yo fui enviado a oriente medio y me reuní con los Maguanacs según las órdenes de Heero. También se me asignó una cuenta corriente y varias tarjetas de crédito, él dijo que no debíamos involucrar a papá o lo desacreditaríamos frente a la comunidad.
Cuando volví a verte, me sentí feliz, estaríamos solos, él no podría evitar que entre nosotros hubiera algo más, o al menos eso me imaginé cuando te saliste de tu Gundam. Pero lo primero que hiciste fue preguntarme sí él estaba conmigo y te dije, algo decepcionado, que no. De todas maneras accediste a ir a mi casa y descansar un poco. Descubrí que te gustaba la música, una de las pocas aficiones que no comparto con Heero, y que sabes tocar el violín cosa que a él no le gusta para nada.
Después ocurrió que nos separamos y no volvimos a vernos hasta el incidente en la base de nuevo Eduard, allí atacamos las tropas de OZ, sin embargo, era una vil trampa, en vez de matar a los líderes Guerreros, Heero mató a los pacifistas y ocuparon este argumento para iniciar la movilización de tropas en nuestra contra. Tú y Wufei se fueron a perseguir a Traize mientras nosotros nos quedamos allí, la antipática de Lady Une intentó acabar con nosotros destruyendo la base, pero Heero consiguió desarmar el detonante. Dúo se vino conmigo un tiempo, quería saber cosas de mi hermano que no se atrevía a preguntarle a él directamente, supongo que es esa personalidad tan seria que tiene la que lo hizo enamorarse de su persona. Sé que Heero le corresponde, aunque dudo que alguna vez se lo diga en su cara.
Sé que luego de eso algo terrible le pasó a Wufei, su corazón aún no es capaz de asimilar y comprender lo que le está pasando, siente que traiciona a un gran amor de su pasado y que traiciona a su gente con un amor del presente.
Te lo llevaste contigo al circo según supe, me duele saberlo ya que pensaba que yo tenía alguna oportunidad de conquistarte o por lo menos de intentarlo, pero por lo visto te gustan los chicos del tipo fríos y misteriosos, y me duele porque sé que jamás seré así.
Lo que pasó en Siberia fue de lo más doloroso para mí, yo sabía quien era aquel anciano y cuando le dio la orden a Heero de destruir el gundam, se me apretó el estómago porque sabía que la acataría sin preguntar. Primero, sentí su dolor pero también su determinación de seguir con vida, luego el dolor de Zech y su ira contra Lady Une; segundo, el dolor y la impotencia de Dúo de no poder ayudarlo y luego, tu angustia y determinación a salvarle la vida. Después de eso, volvimos a separarnos y me llevé a Dúo conmigo.
Participé de varias escaramuzas estando con Dúo en el desierto, nos escapamos por los pelos de los soldados de Oz, pero nos encargamos de hacerles ver que escapábamos pero no huímos.
Al fin supimos que Heero seguía vivo y que lo habían visto contigo luchando contra Zech en Alaska, sé que él pretendía declarársele a mi hermano, así que le salió el tiro por la culata al ver que iba contigo. Lo que sentí entonces y aún lo siento, son sentimientos encontrados. Por una parte, estaba feliz porque Heero seguía con vida, y por otra, estaba triste porque estaba contigo. Fue por ello que accedí a volver al espacio como me lo propuso Dúo. De allí en adelante mi vida se puso negra, tuve que destruir a Sanrock para poder escapar, por poco me captura Oz y mi padre me recibió nada de contento porque Heero no había dado señales de vida. Además, estaba furioso ya que habíamos puesto en riesgo a las colonias. Oz hizo muy bien su trabajo en nuestra ausencia, hicimos las veces de villanos del cuento y todo el mundo parecía dispuesto a convertirse en fábrica de armamentos para Oz. Papá se negó a entregar las empresas Winner para este objetivo y me obligó a dejar la colonia, destruyó el satélite de recursos naturales de la familia y ellos lo mataron. Yo estaba furioso y sentido, así que comencé a construir un gundam mucho más poderoso con unos planos que encontré, Zero, pero este es capaz de controlar las emociones de su piloto y comprendí demasiado tarde que mientras yo no las controlara a ellas, jamás sería un buen piloto para él.
Ataqué las colonias sin sentido, Zero me controlaba, y avancé con la intención de destruir el fuerte espacial de Oz, sin embargo, tú y Heero trataron de detenerme y por poco los mato a los dos, lo hubiese logrado de no ser por tu sacrificio y a que Heero me obligó a permanecer a su lado. Los soldados de Oz nos atraparon y obligaron a Heero a manipular al Zero, a él también lo manipuló y por poco me mata, pero lo controló y nos fuimos a la Tierra. Allá ayudamos a los rebeldes de Oz y recuperé a Sandrock.
Había regresado hacía muy pocos días a mi colonia cuando recibí la visita de Dúo que me dijo que te había encontrado. Yo volé a verte, quería disculparme, pero tú no me conocías y tu hermana (creo que es peor que Heero en ese aspecto) no me dejó explicarte nada. En ese momento me dije que era lo mejor, pero me sentía culpable, en especial cuando la colonia fue atacada por los rebeldes, pero decidiste seguirme y nos reunimos en Pismillión, allí se nos unió Dúo y después Heero y Wufei.
El resto lo sabes, he confesado ante todos que te amo, sólo que tú no me has escuchado, espero que esta vez lo hagas y me correspondas.
Quatre Raberba Winner.

Lunes 18 de agosto de 196 DC.
Ni siquiera estoy seguro de a quien dirijo esta carta, tal vez a Heero, que me gusta mucho pero es muy frío, tal vez a Trowa, que le estoy muy agradecido, gracias a él no caí en depresión después de lo del Mar Mediterráneo o a Traize, por quien siento una extraña atracción y a quien debería odiar después de lo que me hizo en esa batalla, pero no puedo.
Simplemente quiero soltar lo que siento antes que mi corazón y mi mente que han permanecido en una guerra declarada desde que conocí a Traize, se hagan pedazos uno al otro.
Cuando era niño quedé huérfano ya que mis padres murieron en la explosión de una base militar oculta entre muchos edificios civiles. Mi abuela me tomó a cargo y me educó para ser el jefe de nuestro clan y me dediqué a ser el mejor en todo. Al poco tiempo me eligieron para ser el piloto de Shenlong, al que también llamo Nataku, y me dediqué casi por exclusivo a mi nuevo entrenamiento, sería uno de los cinco soldados perfectos.
Hace poco más de un año, viajé a la Tierra a competir en un torneo de artes marciales con uno de mis primos y conocí a una chica que en ese momento consideré sumamente presuntuosa, Merian Trust, pero de la que terminé enamorándome. Gané el famoso torneo y nos casamos, ya que al ser ambos de origen Chino y tener ya los 14 años, se nos permitía. Pero mi felicidad no había de durar, sus padres eran guardaespaldas de un líder pacifista y murieron pocos días después de la boda junto con ella, yo me salvé por haber ido a comprarle unos chocolates a mi madre postiza. Desde entonces esperé con ansias el momento de la venganza, yo mataría al tipo que había ordenado la muerte de gente buena.
Cuando al fin me fui a la Tierra con las órdenes de vengar a Heero Yuy, me sentí complacido y el destruir varias bases de Oz con tanta facilidad me dio una seguridad que ha sido la causa de mis desgracias posteriores. Supongo que fui vanidoso al confiarme, pero me creía capaz de destruir a Traize, así que lo perseguí luego de lo acontecido en la base de Nuevo Eduard al Mar Mediterráneo. Allí cruzamos nuestras espadas y me venció, yo hubiera preferido la muerte a lo que me hizo, pero tengo algo de culpa que no me he podido sacar de encima, me gustó cuando me besó la segunda vez (La primera lo mordí) y comencé a acariciarlo y a desnudarlo hasta que él me tomó e hizo acabar, no reaccioné hasta que sentí que intentaba poseerme, entonces lo empujé y huí. Entonces Trowa me tomó a su cargo y me intentó sacar de la depresión.
Ellos se fueron a Siberia, yo no quise ir porque sospechaba que Traize estaba cerca y aún no razonaba bien en cómo reaccionar frente a él. Heero, no sabría como catalogarlo después de esta acción, aunque pienso que está muy loco, detonó su gundam según supe más tarde y no tuvimos misiones desde entonces.
Después conocí a Sally Poe, ella había sido coronel de la Alianza e intentaba defender su pueblo del dominio intransigente de Oz, la ayudé y conocí al hermano de mi abuela, un tipo muy interesante que murió para darme esperanzas para el futuro, así que volví a la carga y al espacio junto con Nataku.
En el espacio intenté destruir a los mobile dolls, pero fui derrotado y el ingeniero Tsubarov me apresó y me llevó a la base de la Luna. Allí la pesada de Lady Une, la misma que había provocado que nuestras colonias nos dieran la espalda, le informó a Traize que yo estaba allí, me costó mucho disimular la aprensión que tenía cuando empezaron a preparar la visita del desgraciado ese, pero al final no vino al espacio y pude escapar del encierro cuando Oz se dividió.
Regresé a mi colonia, allí mi clan mandaba y no estaban dispuestos a dejar la lucha, Oz no dominaría el espacio pasara lo que pasara. Me enviaron a buscar la justicia y al ver que eran demasiados, tomaron una determinación terrible e hicieron estallar la colonia. En ese momento me volví loco de dolor y de odio, no quise escuchar a Zech, a Noim ni a Quatre, pero igual me uní con estos últimos cuando Heero me hizo pilotear a Zero y entendí cual era el camino que debía seguir.
No pretendo que nadie me entienda, creo que es suficiente conque no me entienda ni yo, pero quería hacer una última confesión antes de partir a la batalla final en la que finalmente derrotaremos a Oz y a Colmillo Blanco. Me gustaría que mi abuela y el abuelo me vieran luchar y me aconsejaran respecto a lo que siento, pero supongo que al final deberé tomar una decisión yo solo.
¿Quién me gusta en realidad? ¿El misterioso y enigmático Heero Yuy? ¿El carismático y centrado Trowa? ¿O el maniático y manipulador Traize Kusrenada? No lo sé y tal vez nunca lo sepa.
Wufei Chang.

Continuará...

Ya sé, se me salieron los locos, pero este capítulo es el que menos me ha costado hacer ¿por qué? Ni idea.
En fin, no es el final, aún me quedan muchas cosas en el tintero por explicar y debo hacer que Heero asuma aquello para lo cual fue creado.
Espero que les guste.
Shio Chang.

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