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Historias por Shiochang

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Historias
El nuevo líder de las colonias

Los cuatro gundams se dirigieron al sector de la batalla y lucharon lo mejor que podían contra los Mobile Dolls que eran controlados por una mente humana mediante un programa especial según había descubierto Quatre.
Hacía poco rato habían visto aparecer las fuerzas de la Tierra al mando de Traize y Wufei se dirigió hacia allá apartándose de los demás. De repente Quatre ordenó que se apartaran, el arma principal de Libra iba a ser disparado y Pismillión a duras penas le hizo el quite.
- ¡Debemos impedir que vuelva a disparar! - dijo Trowa mirando la masacre que el cañón había causado.
- No nos queda otra alternativa - le respondió Sally Poe - estrellaremos Pismillión contra el cañón de Libra, así no podrán volver a dispararlo.
- Es muy arriesgado - dijo Howard - no podremos movernos luego - le advirtió.
- Pero si vuelven a disparar el cañón, tampoco podremos esquivarlo - le dijo ella.
- Sally tiene razón - le dijo Trowa - nos en cargaremos de abrirles paso hasta el cañón y luego entraremos en la nave a desactivar los Mobille Dolls.
- ¡Vamos! - aceptó Dúo molesto y se lanzó a luchar con todas sus fuerzas contra aquellas máquinas, era la única manera que conocía que fuera efectiva para quitarse la rabia de adentro, no soportaba la idea que Heero se hubiese ido a rescatar a esa muchacha desabrida, que la amara a ella.
- ¡El camino está libre! - informó Quatre y de inmediato Pismillión se puso en movimiento - ¡apártense, muchachos! - ordenó y escucharon el violento ruido del choque entre ambas naves - ¡vamos por ellos!
La explosión causó una gran locura en Libra, el cañón quedó completamente inutilizable y gran parte de la nave se convirtió en chatarra inservible. Esta misma confusión fue aprovechada por los pilotos para infiltrarse.
Heero, al presentir el choque entre las naves, se arrojó al suelo protegiendo a Relena de las posteriores explosiones. Sintió perfectamente cuando un trozo de metal rompía su carne, pero lo ignoró, el dolor no era nada, había sentido otros peores. Apartó los escombros que los cubrían y se puso de pie.
- ¿Estás bien? - le dijo a la chica.
- Sí, gracias a ti - se sentó ella y notó que su brazo izquierdo sangraba - ¡estas herido! - dijo alarmada.
- No es nada - replicó Heero mirándose la herida - debemos salir de aquí, si Pismillión se estrelló contra Libra, de seguro van a intentar usar la nave para completar la operación Meteoro.
- ¿Qué quieres decir?
- Simple, cuando nos enviaron a la Tierra, nuestra misión era destruirla, sin embargo, las órdenes fueron cambiadas y nuestro objetivo fue destruir a la alianza y a Oz - le tendió la mano - vamos, debo detener a Zech antes que la Tierra tenga un nuevo período sin sol como el que se supone extinguió a los dinosaurios.
- Mi hermano no sería capaz de eso.
- Zech está loco - replicó - y no puedo dejar que siga controlando a Colmillo Blanco, la organización fue creada para que un solo hombre tuviera el poder sobre ella y creo que es hora que él asuma el mando y detenga esta batalla inútil - le explicó y comenzaron a correr hacia los restos de Pismillión.

Wufei se detuvo enfrentando a los Mobile Dolls que no lo dejaban pasar hasta Traize que luchaba hombro con hombro junto a sus hombres. Sintió algo extraño en su pecho pero de inmediato se recobró recordando lo que le había mostrado Zero, Zech y Traize eran sus enemigos y no podía olvidarlo.
- ¡Traize! - gritó Wufei destruyendo varios Mobile Dolls hasta llegar a él - ¡al fin me voy a vengar por lo que me hiciste!
- Mi querido Wufei - dijo Traize con una extraña emoción en la voz - al fin volvemos a vernos, mi pequeño Dragón.
- ¡No me llames así! - le gritó furioso levantando la lanza de Nataku - ¡nunca seré nada tuyo!
Traize sonrió, sabía que esa testarudez del joven chino era lo que lo había enamorado perdidamente de su persona, aunque debía admitir que también le gustaba su gracioso cuerpo, sus movimientos ágiles y lo mejor, el arrebatador sabor de sus labios, aquellas caricias jamás las podría olvidar, el sabor de él acabando en su boca era lo que lo había mantenido cuerdo todo ese tiempo que lo tuvieron encerrado.
- Mi amado Wufei - repitió y vio como este se sonrojaba violentamente.
- ¡Qué no soy nada tuyo! - gritó perdiendo los estribos.
Traize sólo sonrió, le dolían las palabras de su pequeño Dragón, pero sabía que tenía razón, nunca sería suyo, el pasado pesaba demasiado como para permitirle siquiera soñar que el joven chino le entregara por las buenas su corazón.
Wufei se lanzó contra él pero su avance fue detenido por el ataque de varios Mobile Dolls.
- ¡Quítense de mi camino, malditos muñecos! - gritó exasperado haciéndolos añicos con su lanza - nadie me quitará mi derecho a vengarme.
- Wufei - dijo el hombre mayor entristecido - ¿por qué eres así, si yo te amo?
- ¿Debo creer que me amas después de lo que me hiciste? - le reclamó - por tu culpa he perdido a toda mi familia, primero mis padres, a mi esposa y sus padres que me adoptaron, a mi tío abuelo y al resto de mi familia cuando quisieron tomarse la colonia de los Chang.
- Nunca te haría daño intencionalmente.
- ¡Pero lo hiciste!
- ¿De qué manera puedo pagarte por todo ese daño?
- Luchar contra mí como se debe, no como cuando luchamos en el Mediterráneo.
- Nunca voy a olvidar esa pelea, aunque hayas escapado después - respondió.
- ¡Sólo un pervertido piensa en esas cosas! - replicó rojo hasta la raíz del cabello.
- He estado todo este tiempo preocupadísimo por ti, en especial después que te capturaron en la base lunar, sé que muchos de mis hombres no respetan a nadie ¿No te hicieron nada?
- ¿A mí? Les di una patada en el trasero y Heero hizo lo mismo, al único tonto al que le pegaron fue a Maxwell - respondió - nadie toca a un Chang con malas intenciones y vive para contarlo.
- ¿Por qué llamas Heero al 01 y Maxwell al otro piloto?
- Sólo a las personas muy allegadas a mí las llamo por su nombre y el trenzado me es insoportable.
- ¿Te gusta el piloto del 01?
- Sí - admitió con toda franqueza.
Traize sintió como si la lanza del 05 se hubiese clavado en su pecho, lo había sospechado, pero no había querido admitir tal posibilidad porque le causaba dolor, pero escucharlo de los propios labios del interesado era demasiado para soportarlo.
- Pero no sé que le puede importar a un tipo como tú, al que no le interesa arriesgar la vida de aquellos que confían en ti - dijo el chino molesto - de seguro ni idea tienes de cuantos soldados tuyos han muerto.
- Han muerto 215 soldados, Martel, Adams, Williams, Armand, Charles...
- Ok, entiendo el punto - lo cortó y se defendió del ataque de un Mobile Doll.
Traize sonrió con tristeza ¿Dónde tenía la cabeza ese día en el mar Mediterráneo cuando se enamoró de él? En sus bellos ojos, fue su respuesta.
- Wufei, esto debe terminar - le dijo mirando a sus hombres que luchaban - quiero que todos tengan un futuro, que haya paz tanto para las colonias como para la Tierra, eso lo aprendí de ustedes, y creo que Heero Yuy va a conseguirla a perpetuidad.
Wufei se quedó estático sin comprender lo que iba a hacer Traize hasta que vio que sobre ellos venía un Mobile Doll, levantó su lanza e intentó atravesarlo, sin embargo, a quien atravesó fue a Traize.
- Adiós, mi amado Wufei, te encargo que protejas mi amada Tierra y a mi pequeño hermano - le dijo alejándose hacia los Mobile Dolls y estallando en el espacio.
- ¡TRAIZE! - gritó desesperado mientras lloraba viendo que nada del general de las fuerzas de la Tierra quedaba, sólo algunos pequeños trozos de metal de su guerrero - Yo también te amo - admitió y lloró como nunca.

Trowa, Quatre y Dúo se infiltraron dentro de Libra y se separaron buscando el mando principal de Libra que se movía a toda la velocidad que podía hacia la Tierra con el fin de estrellarse contra ella y someterla a un invierno milenario.
Heero, en cambio, había llevado a Relena hacia las naves de evacuación de Pismillión y aprovechado de tomar a Zero del hangar.
- Heero, prométeme que no vas a morir.
- Te lo prometo, sólo voy a cumplir con mis órdenes.
- No mates a mi hermano, por favor.
- Lo siento, Relena, aquello no depende de mí.
- Hazlo por mí - le rogó.
- Relena, eso no depende de mí, sino de Zech, de seguro él intentará matarme a mí - inició los controles de Zero.
- Cuídate, Heero.
Zero despegó y se alejó fuera de la nave, pero Relena Igual le confesó su amor a Heero pensando que no la escucharía. Heero la miró por última vez y voló hacia dónde sabía que lo esperaba Zech.
- Lo siento mucho, Relena, pero mi corazón es de Dúo.
Epión lo esperaba en el sector de los motores de Libra.
- Así que al fin decidiste tomar el lugar que te corresponde - le dijo Zech olvidado que Noin lo acompañaba.
- Ordena que Colmillo Blanco se detenga - le dijo sacando la espada de Zero.
- ¿Por qué no lo haces tú? - le dijo sacando la suya - no pienso rendirme.
Heero miró a Noin tratando de alejar a Zech de Libra, sabía que los demás tratarían de detener el avance de Libra destruyendo la nave así como también detener a los Mobile Dolls destruyendo la computadora que los controlaba.
Inició el ataque intentando distraer a Zech el tiempo suficiente, pero pronto sintió una punzada violenta en el pecho, eran los sentimientos heridos de uno de los pilotos, cerró los ojos y ubicó al causante, Wufei lloraba mientras destruía a los Mobille Dolls, había abierto al fin de nuevo su corazón y su dueño estaba muerto.
- Atención, Colmillo Blanco, las tropas de la Tierra Unida se rinden, ya que Traize Kusrenada ha muerto - fue el comunicado de Lady Une.
- Por eso llora Wufei - dijo molesto - veo que lo conseguiste, perder a uno de tus mejores amigos, yo les daré un futuro a los míos.
- Traize está muerto - repitió - pero la Tierra será destruida.
- ¿Estás loco, Zech? ¿Por qué destruirla si ella no tiene la culpa? Nuestro plan no era adueñarnos de la Tierra, no queríamos conquistarla y mucho menos destruirla, las órdenes fueron cambiadas y por ello sólo nosotros lucharíamos, nadie, ningún civil, debía ser involucrado, era algo personal.
- Noin - escuchó ella que miraba la lucha.
- Tanto tiempo, Coronel Une - le contestó ella.
- Creo que estás cerca de la batalla entre Zero y Epión ¿verdad?
- Así es.
- Quiero que trasmitas las imágenes al satélite de M2.
- Yo no pertenezco a Oz, no tengo por qué cumplir órdenes suyas.
- No te lo estoy ordenando, te lo pido como favor, necesito que todos vean lo estéril de esta batalla.
- Muy bien - y envió la señal que de inmediato fue repetida a las colonias y a la Tierra.

Dúo esquivó a los soldados de Oz, aquella era su especialidad, infiltrarse sin que nadie lo descubriera, de merodear sin ser notado, excepto por Heero, recordó molesto, jamás había conseguido pillarlo con la guardia baja el tiempo suficiente para robarle siquiera un beso, aunque éste le hubiese regalado algunos pillándolo desprevenido a él.
Revisó sala por sala buscando la computadora que controlaba a los Mobile Dolls o a Heero. Encontró una puerta cerrada y preguntó si había alguien adentro imaginando que era Heero.
- ¡Aléjate de la puerta! - dijo mientras ponía un explosivo en la misma. La puerta se abrió y miró dentro para volver a cerrarla - Diablos, no puede ser cierto - murmuró y entró en la sala - ¿No se suponía que todos ustedes estaban muertos?
- Le éramos útiles a Colmillo Blanco - le dijo el profesor J - claro que ellos no saben que los estábamos traicionando al trabajar para ellos, por ello Libra no puede disparar dos veces seguidas y tiene una grave falla en los controles y en los motores, que nos permitirán destruirla casi por completo.
- No creo que Heero...
- Se trata de salvar a la Tierra de la destrucción y a las colonias de la tiranía de los Barton - lo interrumpió el doctor G - Heero estará de acuerdo.
- Bueno - dijo poco convencido - los llevaré al sector de la nave, pero de allí en adelante tendrán que defenderse con sus propias uñas.
- No te preocupes, haz lo tuyo - le dijo el profesor H.
Los sacó del sector de las celdas y los llevó hacia donde lo esperaba Deathscythe, ellos, con trajes espaciales, se subieron en los hombros del guerrero y se ocultaron bajo las alas del mismo que funcionaban como escudos sobre ellos.
- Aquí vamos - les dijo despegando encontrándose con varios Mobille Dolls en su camino - ¡Háganse un lado que el Dios de la Muerte y el señor de las sombras van al ataque!
Y un montón de Mobile Dolls fueron destruidos a la distancia.
- ¡Pase, Joven Dúo! - dijo uno de los hombres de Quatre - nosotros nos haremos cargo, usted cumpla con su misión.
- ¡Gracias, Aura!
- Muchachos, por el honor de los Maguanacs de Winner y el joven amo Quatre, hagamos polvo a estos muñecos - dijo Rasid.

Quatre se detuvo ante una puerta, había alguien allí que controlaba los mobile Dolls y sabía perfectamente quien era, Dorothy Catalonia y estaba llena de odio y rencor mal encaminado, así que abrió la puerta y avanzó hacia la rubia.
- Vaya, vaya, si no es otro que Quatre Raberba Winner - dijo ella - me venciste en la batalla de Epión contra Zero, veamos si eres capaz de vencerme en un mano a mano.
- Dorothy Catalonia - la saludó el árabe - estás equivocada, yo no quiero seguir peleando sin motivo, esto se acabará tan pronto Heero asuma su verdadero lugar.
- Ay, si, tu querido Heero Yuy, pero el joven Miliardo ya le ofreció su puesto y él no lo quiso.
- Porque Heero no necesita aquello, él es el líder natural de las Colonias, no necesita ser su general.
- Que lindas palabras ¿no? Después de todo estás enamorado de él ¿verdad? - le arrojó una espada - cualquiera puede darse cuenta que eres gay - se burló.
- A mí ya no me importa que piensen los demás de mí, alguien me enseñó que soy más valioso que todo eso.
- Ah, sí, como eres hijo de un líder pacifista ya te crees el cuento - siguió burlándose - pero tendrás que pelear si no quieres morir - se lanzó contra él violentamente y Quatre le hizo el quite por los pelos - así que quieres ser un mártir ¿verdad? Tal vez de esa manera Heero Yuy te admire ¿no?
- Heero me admira, lo sé, porque odio las guerras y prefiero no pelear si las cosas llegan a tener una solución pacífica - se defendió.
- ¿Sabes? Mi amado padre murió en la guerra para protegerme.
- Con más razón deberías odiarlas.
- No, me gustan demasiado para permitir que acabe así como así, te demostraré que sólo peleando podemos ser libres.
- Mi padre siempre nos enseñó a Heero y a mí que la violencia no era la solución, que simplemente nos traía más violencia.
- Y por pensar así lo mataron - se burló.
- …l fue consecuente con sus ideas - replicó - no iba a permitir que usaran nuestra colonia como fábrica de armamentos para dominar la Tierra, era su única manera de protegerla.
- Era un tonto, sólo los débiles aman la paz - le dijo y cruzó nuevamente sus espadas - igual que tú - se lanzó con violencia y le atravesó el costado.
- Una chica... inteligente... y dulce... como tú... no debería... dejarse... invadir... por el odio - le dijo perdiendo la conciencia.
- Eres un tonto, pero ni creas que con esos cumplidos me harás cambiar de opinión - se burló - no eres más que un perdedor.
- Estás equivocada - le dijo una voz masculina a sus espaldas.
- Así que aquí está, señorita Dorothy - le dijo Quinze - las fuerzas de la Tierra se han rendido y Traize ha muerto.
- No puede ser, las cosas no debían terminar así.
- ¿Ves que quien ganó fue Quatre al final? - le dijo Trowa apareciendo frente a él - es horrible una mujer que no puede llorar - se acercó al árabe con preocupación - Quatre - le tocó el rostro con cuidado - ¿Te encuentras bien?
- Sí, estás son... las computadoras... que controlan... los Mobile Dolls.
- Tranquilo, yo me hago cargo, descansa - se dedicó a desactivarlas mientras aparecía en la pantalla la pelea entre Zero y Epión.
- Sabemos que la guerra es terrible y dolorosa, más si no tiene ningún sentido - decía Lady Une - sin embargo, esta debe realizarse para que entendamos que no deben volver a existir.
Trowa terminó de desmontar la última computadora y volvió por Quatre ayudándolo a levantarse poniendo su mano en la herida de su amado.
- Yo estoy bien - le dijo apretando los dientes - Ayuda a Dorothy.
- Ella es fuerte, puede cuidarse sola, nosotros tenemos una misión que cumplir - le recordó.
- Tienes razón - se apoyó en él - ayudemos a Heero.

Dúo se detuvo frente los motores de Libra y dejó que los científicos se bajaran antes de alejarse para ayudar a Heero. Había escuchado que peleaba en el sector alfa contra Zech, así que iba a intentar ayudarlo apartando a los Mobile Dolls, pero en su pantalla apareció una señal de su colonia en donde estaban reunidos todos los dirigentes del espacio.
- Las colonias queremos informar a la gente de la Tierra que nosotros no estábamos ni estaremos nunca de acuerdo con una guerra sin sentido, que retiramos nuestro apoyo a Colmillo Blanco ya que ellos jamás nos explicaron cuales eran sus objetivos finales.
Terminada esta trasmisión los Mobile Dolls se quedaron estáticos, al parecer Trowa o Quatre habían conseguido llegar a la sala de comando y desactivar las computadoras.
- Dúo, regresa a Libra - le dijo Quatre - pretenden estrellarla contra la Tierra.
- Ya me he hecho cargo de eso - le contestó.
- Heero Yuy ordena a Colmillo Blanco que deponga las armas o me veré obligado a usar el último recurso - les dijo el japonés por medio de la señal abierta.
- Ya era hora que ocupara su lugar - dijo Dúo divertido - ahora muéstrales quien eres - le dijo regresando donde estaban los motores de Libra.
- ¿Qué quiere decir ese muchacho? - dijo Quinze.
- Es muy simple - escuchó Dúo que decía uno de los científicos - la guerra se ha terminado.
- No se acabará, primero destruiremos la Tierra, así que háganse a un lado - les apuntó - nunca debieron cambiar las órdenes de los pilotos.
- Nosotros no lo hicimos, había una sola persona con el derecho de modificar las órdenes, él fue creado y criado para ser el líder de las colonias.
- Pero él nunca se apareció.
- …l es el piloto que ahora te ordena la rendición - le dijo Dúo - detén en este mismo instante a Libra.
- No admitiré la orden de un crío - replicó este y le disparó a los científicos - la Tierra será destruida tal como se planeó en un principio.
- ¡Aléjate, Dúo! - le ordenaron los científicos.
- Ayuda a Heero - le ordenó otro y apenas y pudo escapar del estallido.
Salió de la zona siniestrada y se dirigió hacia donde estaban reunidos sus compañeros.

Heero sintió la explosión de las máquinas de Libra y miró la poca distancia que iba quedando para entrar en la órbita de la Tierra. Sabía que si no detenían el pedazo que iba quedando de la nave, este bastaría para poner al planeta en un invierno milenario, así que trató de safarse de Zech y se dirigió al comando del sector que se precipitaba a la Tierra.
- No huyas de la Batalla - insistía Zech persiguiéndolo destrozando algunas parte de la nave.
- ¡Debemos detener esto! - le decía molesto - yo no quiero llevar sobre mi conciencia la muerte de tanta gente inocente, Traize murió para acabar la batalla y salvar a la Tierra ¿Acaso aquello es tan difícil de entender para ti?
- ¿Por qué es tan importante para ti la Tierra? ¿Acaso alguien que amas vive allí?
- Para que la persona que amo tenga un futuro, mi deber es salvar la Tierra - replicó tranquilo - esa persona siempre luchará a mi lado, pero necesitamos algo por qué luchar.
- Así que sigues pensando en él ¿verdad? Y pensar que quise declararme a ti aquella vez en Alaska.
- …l es mi mundo, mi esperanza - admitió - y esto debe terminar para que ambos seamos adolescentes normales por primera vez.
- Sé que fuiste entrenado para no tener sentimientos y no trepidar en arriesgar tu vida si la situación lo ameritaba, pero aquella vez en Siberia...
- No iba a morir, obedecía órdenes, pero no era mi deseo conocer el otro mundo.
- A mí me gustaste desde el principio por tu manera de actuar, jamás creí enamorarme y menos de un muchacho casi niño.
- Y esa ha sido tu perdición, Zech, no debiste involucrarte con Colmillo Blanco.
- Sabía que todo estaba a tu nombre y que ni los Barton podían tocar los fondos sin tu autorización, esperaba que vinieras aquí para ponerme a tu disposición, pero no lo hiciste ¿verdad?
- Colmillo Blanco sería una organización de beneficencia para las colonias una vez derrotado Oz, por eso no involucraríamos a nadie más que los pilotos.
- Nada salió bien ¿no es cierto? Y terminé de arruinarlo.
- Ayúdame a salvar la Tierra, puedes ponerte a mis órdenes todavía.
- Destruiré la nave - dijo y lo empujó fuera de la misma de un certero golpe - viviré, mi querido Heero, pero lucharé para separarte de ese trenzado que se adueñó de tu corazón.
Una violenta explosión se sintió a lo lejos.
- ¡Zech! - gritó Noin.
- Noin - le dijo Heero - ve a M2 con los restos de Colmillo Blanco, diles que no intenten nada, que es una orden de Heero Yuy.
- ¿Y Zech?
- No lo sé, pero creo que sobrevivió - le dijo - anda, que aún nos queda un pedazo de Libra que destruir.
- Cuídate, a la señorita Relena no le gustaría verte muerto.

Los cuatro pilotos restantes penetraron los restos de Libra y se dedicaron a despedazarlos para minimizar los daños que estos harían sí se estrellaban contra la Tierra. Quatre a ratos perdía los sentidos y su vista se ponía borrosa, pero seguí trabajando, no quería ser menos que sus compañeros, no quería ser débil frente a Trowa, pero tampoco quería morirse sin haberle dicho que lo amaba. De pronto una explosión a su lado lo distrajo de su dolor.
- ¡Amo Quatre! - le dijeron por su señal privada y sonrió al reconocer las voces de Rasid y del resto de los Maguanacs - destruiremos los restos de la nave, no se preocupe.
- Gracias, muchachos.
- ¿Estás bien, Quatre? - le dijo Trowa preocupado - deberías ir a M2, estás herido, nosotros nos haremos cargo.
- No, seguiré luchando con ustedes.
- ¡Evacuen la nave! - les dijo Wufei - le entregué el cañón de rayos a Yuy.
- Muy bien, retirémonos entonces - aceptó Quatre saliendo por uno de los tantos agujeros que le habían hecho a la nave.
Dúo miró los restos de Libra y tomó la cruz de su pecho rezando porque a su querido Heero no le pasara, era bastante notorio que ya era demasiado tarde pero su confianza estaba puesta en el joven japonés, él lo lograría, no podía dejar de cumplir esa misión, de él dependía el futuro de todo el mundo.
Una nave pequeña volaba a toda velocidad interponiéndose entre la atmósfera terrestre y los restos de la nave rebelde, al momento se transformó mostrando a Zero y su piloto comenzó a apuntar sobre ella, la presión de la gravedad de la Tierra y su roce con el ozono no le permitían disparar con la facilidad que quisiera, pero siguió apuntando.
- ¡No voy a morir sin declararme primero! - gritó y al fin consiguió fijar el blanco y disparar destruyendo por completo el enorme trozo de Libra que se convirtió en polvo y en pequeñas estrellas fugaces que surcaron el cielo del planeta.
- ¡Lo consiguió! - celebró Dúo feliz - gracias, Dios mío.
- Siempre fue él ¿verdad? Por algo es el corazón del espacio - dijo Quatre más tranquilo - regresemos a M2, Heero debe ponerse a la cabeza de Colmillo Blanco y tenemos que estar con él.
Dúo miró hacia donde venía Heero y lo esperó, iba a acompañarlo siempre.

El ponerse a cargo de Colmillo Blanco no había sido nada fácil, tal como ya lo había previsto Heero, muchos de los soldados que habían estado a favor de Quinze no querían recibir las órdenes de Heero porque lo consideraban sólo un niño, claro que él los retó a enfrentarse a él en una batalla de igual a igual y los había derrotado y junto con ello se había ganado la admiración de muchos, en especial cuando decretó una pensión para las familias de los soldados de Colmillo Blanco que habían muerto en batalla, pero hubo quienes no se quedaron por orgullo y les dio una indemnización.
Pero todo ese problema había redundado en que no había tenido tiempo de hablar con Dúo y éste se marchó a L2 sin decirle nada. Varias veces había comenzado a escribirle una carta, pero no le gustaba como quedaba y la echaba a la basura. ¿Cómo decirle en una carta lo que sentía si quería ver su expresión cuando se lo dijera? Ni modo, mientras no estuviera totalmente arreglada la administración de Colmillo Blanco no podría ir a buscarlo.
Pero el problema que tenía ahora era otro, el padre de Quatre lo había hecho socio a partes iguales con él de las industrias Winner, pero como ambos eran menores de edad había un consejo administrativo que no tomaba en cuenta sus opiniones para nada y después, con total descaro, decían que ellos habían decidido aquello y que por eso las cosas no salían bien.
- ¿Qué podemos hacer al respecto, Heero? - le decía Quatre - Ilena me está pidiendo que renuncie al consejo porque supuestamente vamos a dejar en la ruina a la familia.
- Mira, hoy hay reunión de consejo, nos vamos a tomar nuestra empresa y cambiar a la directiva.
- ¿Y si a los accionistas no les gusta?
- Les compramos sus acciones con los fondos de Colmillo Blanco, no tenemos por qué aguantar que pisoteen nuestra honra, nosotros nos ganamos los puestos que tenemos a pulso ¿Acaso creen que porque se acabó la guerra nos hemos vuelto débiles? Una pateadura con ellos.
- Demostremos lo que somos - aceptó divertido - oye, te invito a comer, hace días que no paras por la casa, podrías contarme acerca de lo que estás haciendo.
- Colmillo Blanco es un acaparador, pero ya comienzo a ver la luz al final del túnel y podré descansar un poco.
- ¿Irás a la Tierra?
- ¿Por qué iba ir a la Tierra? - lo miró extrañado.
- Por la viceministro.
- ¿Relena? - lo miró fijamente - estás equivocado, Quatre, es cierto que estoy enamorado, pero no es ella mi dueña.
- Ella se lo dijo a Dúo antes que este partiera a L2.
- Ya me parecía a mí que ella no se iba a quedar de brazos cruzados - dijo molesto al fin - ella sabía que nunca la podría amar porque me gustaba otra persona y quiso deshacerse de toda posible competencia.
- Relena no es tan mala.
- Supongo que no - dijo - pero no debió interferir, en especial porque de una manera o de otra yo iba a terminar enterándome de todo y lo único que consiguió fue hacerme perder tiempo.
- ¿Por qué no hablaste con él entonces?
- No hubo tiempo, tuve que hacerme cargo de Colmillo Blanco y demostrar que yo era el verdadero dueño de la fundación.
Ambos muchachos salieron del edificio y entraron a un restaurante a cargo de una familia árabe.
- ¿Qué se van a servir, jóvenes Winner? - les dijo un hombre mayor sonriente.
- Lo mismo de siempre, Said - le sonrió Quatre.
- ¿Y usted, joven Heero?
- Lo mismo - y el mesero asintió retirándose - oye, no me dijiste cómo te fue con Trowa ¿se lo dijiste al final?
- No me atreví- admitió bajando la mirada - me va a rechazar.
- Patrañas - le entregó un sobre - él te escribió eso antes de salir de Pismillión pero no pudo entregártela.
- ¿Cómo llegó a tu poder?
- Howard me la entregó hace poco, iba a enviártela por correo pero le dije que yo te la entregaría personalmente o jamás llegaría a destino.
- Gracias - la abrió lentamente y comenzó a leerla
A ti, hermoso ángel rubio de ojos color agua marina, dedico mis últimos pensamientos antes de partir a la batalla final contra los Mobile Dolls. No sé si vuelva a verte, mi bella flor del desierto, pero si sé que disfruté cada minuto que estuve a tu lado, aunque jamás me atreví a pedirte lo que en realidad quería de ti.
Recuerdo cuando te conocí en la base de mi colonia, Heero y tú habían pasado con gran facilidad la guardia de la fundación Barton, pero esos tipos eran tan presuntuosos que hasta un bebé podía sobrepasarlas. Entonces sentí que me enamoraba de ti, pero tu querido hermano, tanto entonces como ahora, no me dejó estar mucho tiempo a tu lado.>>
Heero sonrió al ver la cara del árabe a medida que leía la extensa carta de Trowa. …l también había recibido una carta que le había escrito Dúo, así que lo más seguro fuera que este también hubiese recibido la suya.
- ¡Tengo que ir por él! - dijo poniéndose de pie.
- Cálmate, Quatre - le dijo divertido - el circo de Trowa llegará mañana a esta colonia y él vendrá a ti.
- ¿Cómo lo sabes?
- ¿Acaso no escribiste también una confesión en Pismillión?
- S... si - respondió asombrado - ¿cómo lo sabes?
- Dúo me escribió a mí, así que estoy esperando que reciba la mía y vuelva a mi lado - le mostró la carta.
Son tantas las cosas que quisiera decirte en este mísero instante, pero mi corazón se ha llenado de la más profunda amargura ¿Por qué diablos tenías que ir a rescatarla? Mi corazón se hizo pedacitos muy pequeños cuando entré a la sala de descanso y me dijeron que habías ido con ella ¿por qué tienes que amar a esa arpía? Me siento mal, quisiera haberme quedado callado luego que se llevaron a Hilde a la enfermería, pero no pude. ¿Por qué no habré dejado que la mataras aquella vez en la base? Al menos serías sólo mío.>>
- Aún tengo esperanzas ¿no crees?
- Si - sonrió sentándose de nuevo.

Dúo estaba sentado en su cama con un sobre entre las manos, estaba dirigido a él pero no tenía remitente, sin embargo estaba datada el día de la batalla con Libra y la letra estilizada se le hacía familiar.
Esta carta te ha de confesar lo que siento y he sentido desde hace tiempo aunque es posible que ya no nos veamos más. Sé que sobre Pismilión no podemos hacer algunas cosas, pero, al menos, libero mi alma de las culpas y los sentimientos que jamás debieron de embargarme, no fui creado para sentir y, pese a todo, lo hago y me duele y no es algo que comprenda.>>
Siguió leyendo la carta, era muy larga para ser una carta de amor, pero se notaba que era una confesión de sentimientos y aunque tenía curiosidad por saber quien le escribía decidió leerla en orden.

Sonrió al saber que su "soldado perfecto" era capaz de admitir algo así, aunque le preocupaba que dijera que era casi un cyborg, sin embargo seguía siendo humano.

Dúo sintió que un violento cosquilleo le llegaba a la boca del estómago, recordaba perfectamente aquel delicioso beso, lástima que hubiesen perdido el equilibrio en el mejor momento.
Sé que esta carta sólo ha de llegar a tus manos si yo muero en la batalla o cuando esta termine en definitiva, pero quería desahogarme un poco para que durante la batalla mis sentimientos no me estorben.
Quiero que sepas que siempre te amaré.
Heero Yuy.>>
- ¡Esa arpía me mintió! - dijo furioso - él me ama a mí, no a ella, que ahora sea un rico hombre de negocios no tiene importancia y debo corresponderle - se levantó de la cama y empezó a arreglar su bolsa de viaje, regresaría a L4 y sería por siempre de Heero.

Trowa miró con asombro la carta en sus manos, conocía aquella letra perfectamente, varias veces había recibido notas de Quatre invitándolo a salir y, pese a todas las oportunidades que tuvo, nunca pudo atreverse a decirle que lo amaba ¿sería que Quatre había dado el primer paso? Rasgó el sobre y comenzó a leer su carta,
Soy un chico tímido, por muchos intentos que hago de disimularlo y toda la ayuda que me ha brindado Heero para superarla, supongo que el saber siempre que soy lo que soy no me ha ayudado mucho tampoco.>>
Era típico de Quatre, hablar de su hermano, pero no le molestaba, sabía que lo quería sólo como eso y que entre ellos no había ninguna relación sentimental ni romántica.

Sonrió pensativo, su pequeño ángel era y sería siempre un chico protegido, pero decidido, dudaba que alguna vez realmente Heero hubiese influido, sino más bien al revés.

Y sonrió con el recuerdo, era algo sólo de ellos dos, algo que el soldado perfecto jamás le podría quitar. Además le explicaba muchas cosas que en su momento no comprendió.
El resto lo sabes, he confesado ante todos que te amo, sólo que tú no me has escuchado, espero que esta vez lo hagas y me correspondas.
Quatre Raberba Winner>>
- Me ama - dijo sonrió feliz mirando el espacio - mañana lo veré y le diré que yo también.

Heero estaba sentado en el sillón desde donde su padre adoptivo dirigiera las reuniones de consejo revisando las carpetas de temas de la reunión.
- Estos tipos están presentando a nuestro nombre un proyecto imposible de aprobar - le dijo a Quatre que revisaba la suya a su lado - no tiene fundamentos.
- No es una mala idea - le dijo el rubio entregándole una carpeta que había sacado de la caja fuerte de su padre - papá planeaba algo parecido antes que empezara la guerra, allí tenemos los fundamentos para sostener la propuesta.
- Veamos - la tomó y comenzó a leerla - este será un tiro errado del consejo - sonrió - con esto podemos obligarlos a renunciar al consejo y dejarnos tomar nuestro lugar.
- Vamos, es hora - dijo el pequeño rubio divertido al ver a Heero tan decidido.
Evitaron la puerta principal y entraron por la puerta de escape y esperaron que todos estuvieran ubicados antes de acercarse al podio a tomar la palabra, iban a dejarlos hablar un poco, dejar que se dieran cuerda, antes de ahorcarlos.
- Eso es imposible, ellos no pueden pretender que aprobemos semejante locura, no tiene bases - dijo uno de los accionistas.
- Nuestra idea sí tiene fundamentos - dijo Quatre adelantándose y tomando la palabra - mi padre hizo los estudios previos de factibilidad - se volvió hacia Heero y este encendió los retroproyectores bajando las luces.
- Al empezar el proyecto, daremos trabajo a alrededor de mil personas sólo dentro de la obra, alrededor de ella, le estaríamos dando trabajo a unas quinientas personas más - dijo Heero - esta nueva colonia tendría capacidad para unas cinco mil personas, habría un nuevo satélite de recursos naturales y hogar para muchos huérfanos de la guerra.
- ¿Saben cuál es el costo de construir una nueva colonia?
- Claro que sí - dijo Heero - gastaríamos alrededor de 1 mil millones de dólares, sin embargo, a la vuelta de un año habremos recobrado la inversión con un interés del 2.56% y de allí en adelante sólo serán ganancias.
- Debemos votar el proyecto - dijo otro accionista.
- Bien, pueden votar - dijo Heero.

Al otro día Heero y Quatre todavía celebraban su triunfo sobre el consejo, lo que había obligado a los tipos a retractarse y admitir que tarde mal y nunca escuchaban a los jóvenes Winner.
- Y mis hermanas se quedaron de una pieza cuando les dije que nuestro proyecto entraría en funcionamiento dentro de un mes, cuando estuvieran listos los permisos para construir una nueva colonia.
- Bueno, las acciones subieron bastante y nadie nos volverá a criticar.
- Joven Quatre - le dijo Rasid - tiene visitas.
- ¿Quién? - se volvió y vio a su amigo - Trowa - saltó hacia él y lo abrazó antes de besarlo con pasión.
- Oigan, eso se hace en privado - los regañó Heero separándolos - ¿desayunas con nosotros?
- Está bien, siempre en casa de Quatre se come bien.
- ¿Cómo te ha ido en el circo? - le preguntó el rubio sentándose a su lado enlazando su brazo al de su amado.
- Quatre, pareces lapa - lo regañó Heero obligando al rubio a apartarse.
- A mí no me molesta - sonrió Trowa - eres un hermano celoso.
- Nada de eso, es que Dúo aún no se aparece por aquí y está comenzando a preocuparse por él.
- Bueno - sonrió Trowa divertido al ver que el japonés volteaba la mirada ruborizado pero sin negar la acusación - me ha ido bien, sabes que se me da fácil con los animales, en especial con los leones, así que ahora estoy haciendo acrobacias con ellos, espero que vayan a ver alguna de mis funciones.
- Si te lo llevas no te lo sacarás más de encima - le advirtió Heero en venganza.
Heero sintió una presencia, conocía perfectamente el aroma, era la única persona que podía penetrar las defensas de los Maguanacs de Winner sin problemas, estaba detrás de él, en las sombras, al acecho, esperando el momento adecuado, pero no podía esperar, así que se puso de pie y lo abrazó.
- ¿Vienes a desayunar con la familia?
- ¡Heero! - le reclamó al verse pillado una vez más.
- Bien, estamos todos reunidos - dijo Trowa.
- Falta Wufei - dijo Dúo sentándose junto a Heero - ¿han sabido de él? Después de la batalla se veía bastante deprimido y no me quiso decir el motivo, pensé que era porque Relena nos dijo que Heero...
- Wufei estaba enamorado de Traize - lo interrumpió éste - será difícil que regrese con nosotros, en especial porque él lo mató.
- Bueno, al menos nosotros tenemos paz y estamos juntos - dijo Quatre apoyando su cabeza en el hombro de Trowa - no podemos hacer mucho por él, pero si ayudar a la gente que se quedó sin hogar durante la guerra.

La vida parecía haberse normalizado para los pilotos, pero uno de ellos seguía sin rumbo, sin encontrar su lugar en la vida, la que se encontraba en tinieblas desde que murió Traize Kusrenada ¿por qué tuvo que enamorarse de un tipo tan manipulador? Y peor, aún le quedaban sus últimas palabras "te encargo que protejas mi amada Tierra y a mi pequeño hermano" ¿acaso Traize tenía un hermano menor? …l lo había dicho, así que debía buscarlo y decirle que sería su guardaespaldas ¿qué mejor?
- ¿Wufei Chang? - le preguntaron interrumpiendo sus meditaciones
- ¿Quién eres?
- Vengo de parte de la fundación Barton para que te conviertas en guardia personal de la Señorita Marimeia Kusrenada.
- ¿Es hija de Traize?
- Claro que sí - dijo ofendido - se le hicieron todas las pruebas del caso...
- Acepto - dijo de inmediato "al menos algo de Traize me quedará"

Continuará...

Bueno, el capítulo más largo de esta historia que escribo hasta ahora, espero que les guste el penúltimo capítulo.
A mis amigas que me pidieron lemon en las relaciones de Trowa y Quatre y de Heero y Dúo, espero que no se enojen conmigo, pero las complaceré en el siguiente.
Shio Chang.

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