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Illuminated por Kunay_dlz

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Notas del capitulo:

Porque ustede lo pidieron... y porque mi mente no dejó de planear otro caoítulo, he aquí un segundo capítulo. Máximo se´ran 5 caps.

 

Nos vemos en Facebook: Naro Kunay Dlz

 

 

 

 

Illuminated

 

II

 

Everything comes into focus

 

 

 

 

 

 

 

Evadiendo la cocina y a mis padres, subimos directo a mi cuarto, cerré la puerta y seguimos… seguían discutiendo la ‘propuesta’ de los deportistas. Sin hacerlo muy notorio, Tucker sacó de mi closet el botiquín de primeros auxilios que Sam me obsequió dos meses después de haber tomado el cargo de protector de la ciudad, mientras Tucker se acercaba Sam me sujetó. Ignoraron mis intentos de alejarlos, mis súplicas que parasen, se las arreglaron para quitarme la sudadera y la camisa, ambos siguieron atendiendo mis heridas.

 

Hicieron lo que pudieron. Sam me obligó a convertirme en Phantom para que así mis heridas sanaran más rápido, les confesé que hacía tiempo no usaba mis poderes, no desde que los fantasmas dejaron de aparecer ni siquiera el Fantasma de las Cajas para molestar. No puedo evitar recordar el rostro de Skulker cuando me vio con Thom. De verdad debí verme patético como para que nadie se atreviera a causar problemas. Volví mi atención a mis amigos, sus miradas trataban de ocultar algo y no me gustaba, les pedí me dijeran lo que les sucedía… me dijeron me mirara en un espejo.

 

Así lo hice, y no me gustó lo que vi. Ese no podía ser yo. Seguía con el pelo blanco, pero opaco; mi piel se veía casi transparente, mis ojos carecían de esa luminiscencia fluorescente, había círculos obscuros alrededor de mis ojos, parecía demacrado… parecía un fantasma de mí mismo. No había confidencia de súper héroe, no esa sonrisa traviesa o burlona, no esa mirada que provocaba una extraña reacción en las personas, esos ojos ya no daban miedo… realmente parecía un fantasma de los que salen en series de televisión, esos que sacan de fantasías. Sinceramente, parecía un fantasma… de mi mitad fantasma.

 

Realmente no supo cómo sentirme, ¿Decepcionado? ¿Asustado? ¿Molesto?... ¿Decepcionado de quién? ¿Asustado de qué? ¿Molesto con quién? Sería muy fácil culpar a Thom, decir que fue él quien me decepcionó y por ende terminé así, sería tan fácil decir que es de él de quien me siento asustado por el poder que tiene sobre mí, sería, tan fácil, decir que con Thom con quien estoy molesto… por todo, por cómo terminaron las cosas entre nosotros. Pero no es así.

 

Es de mí mismo de quien me siento decepcionado, asustado y molesto: cómo pude dejar que alguien más tuviera tanto control sobre mí. Me decepciona mi debilidad ante él, me asusta que sucumba ante alguien como él, me molesta que nunca hice nada para reparar el daño en el que me estaba sumiendo… me molesta que mi voluntad pueda llegar a flaquear ante cualquiera que me susurre cosas lindas y me haga sentir especial.

 

Otra vez hay lágrimas surcando mis mejillas. Me veo aún más patético. Sin soportarlo, vuelvo a mi forma humana, al menos así no me veo tan mal pese al golpe que mi pelo insiste en ocultar. Ya solo queda una sombra, sí que funcionó la idea de Sam. Cierto, mis amigos siguen aquí en mi cuarto. Me vuelvo a verlos y observo que tienen esa mirada otra vez, esa mirada sombría, con rencor, culpa y determinación. Me siento entre ellos, Sam rodea mis hombros y luego Tucker se le une… me siento, protegido, siento que les importo.

 

--Llora Danny, llora todo lo que quieras, lo que sea necesario. –dijo Sam.

 

--Pero ten en cuenta, que esta será la última vez que llores por ese idiota. –adjuntó Tucker.

 

Envuelto en su calor y escuchando sus palabras de consuelo, me quedé dormido.

 

Desperté con el sonido de mi alarma, me dolía la cabeza e inconscientemente pensé que Thom era el culpable, pensé que hoy me daría rosas para compensarlo y que era muy afortunado de que no me doliera la parte baja de la espalda. Fui a darme una ducha y vi que mis brazos estaban ‘limpios’, no estaban los moretones ni las marcas mi la herida del fin de semana, me asusté pensando que me iría peor pero, luego, llegaron los recuerdos del día anterior: la confesión a mis amigos, los torrentes ríos saldos de mis ojos, la decisión que tomé… el encuentro con Thom y lo que le dije, y, la intervención y el ‘trato’ con Dash y Kwan. También vino a mi mente, mi reflejo… en mi forma fantasma.

 

Recordé la determinación a alejarme y a ya no sufrir más con Thom. Me aferré a esa decisión, a esa idea, a ese hilo de esperanza que me sacará de la miseria en la que estaba. Luego de secar mi cabello me cambié, esta vez, no usé la sudadera que ocultaba mis brazos, ya no la necesitaba. Sonreí al darme cuenta de este pequeño pensamiento, ya no necesitaba esa sudadera que ocultaba los golpes y las marcas que Thom había dejado en mí. Bajé a desayunar y me topé con mis papás, mamá hacía el desayuno mientras papá hacía un bosquejo de lo que seguramente sería otra arma para atrapar fantasmas. Les saludé y sin ganas de quedarme a ver si lo que sea que preparara mamá sería comestible o no, preferí tomar una manzana y salir con la excusa que tenía algo que hacer.

 

Ya en los escalones de la entrada de FentonWorks recordé que mis amigos pasarían por mí, decidí esperarlos, mientras saqué mis notas e intenté hacer un poco de tarea. Ya no quería ser el chico que apenas y  pasaba las materias, ya no quería ser el chico con el promedio más bajo de la clase. Para mi sorpresa, a quienes vi fueron a Dash y Kwan. Estaban ahí parados, no sé cuánto tiempo llevaban esperando y quizá observándome haciendo la tarea. Los miré como un bobo, realmente no creí que fueran a presentarse, menos tan temprano. No dijimos nada durante un tiempo, el silencio se estaba tornando incómodo pero fue interrumpido por la llegada de mis amigos.

 

Esperábamos que los populares se adelantaran pero ellos no se movían, iniciamos a caminar nosotros y tras un momento ellos caminaron también, parece que cuidarían nuestras espaldas. Durante el camino, Sam y Tucker empezaron a hablar de cosas triviales, cosas insignificantes que nos hacían reír, era como siempre debió haber sido, Sam con sus comentarios pro ambientales y vegetarianos y Tucker con sus noticias de nuevos aparatos electrónicos y aplicaciones que esperaba obtener para su PDA. Todo parecía normal, bueno, faltaban las conversaciones sobre los fantasmas que enfrentaba pero con Dash y Kwan cerca preferimos evadir ese tema, no había que ser un genio para saber que mis amigos tampoco querían sacar el tema de Thom. Llegamos a la escuela y el día pasó sin novedad, no hubo retardos, entregué mis tareas, no hubo ‘salidas’ al baño ni ausencias prolongadas… tampoco hubo palizas de parte de Dash.

 

A la salida, mis amigos y yo ya íbamos camino a casa creyendo que Dash y Kwan se quedarían a práctica, a medio camino acordamos en dirigirnos a Nasty Burger para pasar tiempo acompañados de una buena comida chatarra. Tucker fue a ordenar, Sam fue al baño y estaba buscando una mesa libre para los tres, vislumbré una justo al lado de la puerta del establecimiento y creí que sería buena opción para salir rápido si algo se presentaba, me dirigí ahí cuando sentí me halaban hasta afuera, quien me llevaba nos dirigió al callejón más cercano, al cerciorarse que no había nadie y que no nos siguieron, quien me sujetaba al fin me dejó libre.

 

No necesité volverme para saber de quien se trataba, tampoco quise verlo porque creí que al hacerlo entraría en pánico. Tomé aire, recordé la decisión a la que me aferré desde el día anterior y al fin hable.

 

--¿Qué es lo quieres, Thom? –dije mientras acomodaba mi mochila.

 

--¿Cómo que qué es lo que quiero? Dame una buena explicación, una muy buena para entender lo que ayer dijiste, para que no hayas tomado mis llamadas ni contestado mis mensajes. Empieza a hablar, no querrás que te castigue en este lugar. –dijo entre dientes, sus manos estaban hechas puño y ejercía tanta fuerza en ellos que sus nudillos estaban tornándose blancos.

 

--No hay más que decir Thom, yo, ya no quiero estar contigo. Terminemos. –dije tratando que mi voz no temblara.

 

--No estoy para bromas. –dijo con molestia –Dime ¿por qué ayer ibas acompañado con esos chicos con los que te dije ya no te juntaras y con esos otros chicos jugadores de futbol?… ¿Un proyecto escolar? ¿Un castigo?... Contesta. –no dije nada, ¿qué podría decirle? Parece que lo que le dijo, no es lo que quiere escuchar –No te quedes callado. Me estás desesperando cada vez más con tu silencio. Vallamos a mi departamento, ahí hablaremos mejor. –dijo para tomarme del brazo y arrastrarme con él.

 

No quería ir, sus ‘platicas’ siempre terminan mal, ya no quiero regresar a ese lugar con malos recuerdos. Ya no quiero caer en sus redes. Evocando un poco de mi fuerza como fantasma, me zafé de su agarre, retrocedí y traté de poner distancia entre él y yo.

 

No me siento listo para enfrentarlo, no me siento listo para decir lo que realmente pienso y negarme ante lo que él pueda decirme… pero tampoco voy a dejar que me siga tratando como quiere.

 

--No es una broma, Thom, hablo muy en serio cuando digo que debemos terminar. Esta relación… está mal, se ha convertido en algo que daña. –dije lo más firme que pude.

 

--Danny… no digas tonterías. –dijo soltando un suspiro pesado, pasó sus manos por sus castaños cabellos y tensó su mandíbula.

 

--Hablo muy enserio, Thom. –le dije mirándolo a esos pozos negros que tiene por ojos.

 

--Mientes. –sentenció.

 

--No lo hago. –seguí sosteniéndole la mirada.

 

--Dilo entonces, di que no me amas mientras me miras a los ojos. –exigió avanzando hacia mí.

 

No le contesté, retrocedí los pasos que él daba, ¿qué le decía? Siento tantas cosas que no sé cómo definirlas, pero estoy seguro que todo lo que siento son emociones negativas.

 

--Anda, dímelo. –insistió –Di que no me amas. –volvió a avanzar, yo topé con pared y no me pude mover más –Di que quieres alejarte de mí, di que no necesitas mis besos, mis caricias, mi presencia. Dilo y te dejaré en paz. –Dijo Thom tan cerca de mí.

 

Sentí que mi cuerpo se estremecía ligeramente, pero no identifiqué si fue por temor… o… por su cercanía. No. No podía caer en su juego, no debía creer en él. No después de todo lo que sucedió.

 

--Ya no quiero estar contigo. –dije, su mirada seguía intentando perforarme, tan intensa.

 

--¿De verdad? Entonces, ¿Quién te dará flores? ¿Quién te hará suspirar con sorpresas cada cita? ¿Quién te cantará acompañado de una guitarra? ¿Quién te escribirá poemas que te hacen sonrojar? ¿Quién hará todas cosas cursis que te hacen tocar el cielo? ¿Eh? ¿Quién te hará sentir como el tesoro más precioso de este mundo?

 

Sus palabras, me hicieron recordar cuando nos estábamos conociendo, cuando hizo todas esas cosas que le decía eran ‘cursis’ pero que me encantaban de todas maneras, cuando hacía todo en su poder para hacerme sonreír.

 

Fue, el tiempo más feliz de mi vida… mis ojos se aguaron, quizá nunca vuelva a experimentar algo tan lindo como lo que él me hizo experimentar, lo que me hizo sentir, lo que él hacía tan solo por y para mí.

 

Pero, también recordé lo que sucedió después. Los paseos cesaron, las flores se acabaron, la guitarra la quebró en uno de sus arranques, los poemas desaparecieron… los detalles se esfumaron… el paraíso de convirtió en infierno. Y no me di cuenta pues estaba ciego de amor, seguía esperando que las cosas volvieran a ser como antes.

 

Yo dejé que eso sucediera.

 

Sufrí tanto tiempo… porque lo permití.

 

Porque callé.

 

Porque no supe decir que no.

 

Thom se acercó aún más a mí, acorralándome en la pared que indicaba el fin del callejón. Recordando mi decisión de alejarme de él me zafé de ‘su prisión’, retrocedí cada paso que él volvió a avanzar hacia mí.

 

 Otra vez sus ojos se fijaron en los míos, volvió a avanzar y yo volví a retroceder.

 

--Ya no Thom, ya no quiero verte, ya no quiero estar cerca de ti, ya no quiero tener miedo. –dije con firmeza a pesar de las lágrimas que resbalaban por mis mejillas –Ya no quiero estar cerca de ti.

 

Había asombro e incredulidad en su mirada, luego pareció entrar en un estado meditativo, estaba analizando lo que le acababa de decir, me di la vuelta y me dirigí a la salida del callejón. Al fin, al fin pude decir no más.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

>>Continuará...

 

 

Notas finales:

Gracias por leer.


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