The Kim Jonghyun's Show. por FuckingDinosaur

Lee Jinki era un maestro de primaria.
Un muy loco, cariñoso y feliz maestro de primaria.
Era veinticuatro de Diciembre, y Jinki estaba recostado en el sofá de su departamento con un chocolate caliente en sus manos, miraba la televisión. No se perdía, cada jueves a las 20.30 el programa de Kim Jonghyun.
Kim Jonghyun era su persona favorita en el mundo. Él era rico gracias a sus padres cantantes, famoso, y extremadamente sexy. Sin embargo, nada de eso era lo que Jinki amaba de él, era su forma de ser.
Kim Jonghyun tenía un programa de televisión en el cual, semana tras semana hacía grandes regalos a personas que se lo merecían. Gente de todo el mundo se comunicaba con él a través de su correo electrónico, hablando de cuánto su persona querida se merecía un regalo hecho por el famoso chico y Jinki no podía evitar emocionarse al verlo cada jueves.
Recuerda muy bien una vez que un hombre de unos cincuenta y cinco años apareció en el show, el señor, aunque era muy pobre, todos los días servía un plato de caliente sopa a un niño huérfano que dormía fuera de su casa. Cuando Jonghyun lo entrevistó, el hombre no pudo evitar ponerse a llorar, estaba avergonzado de no poder hacer que aquél niño viviese con él, ya que apenas podía mantenerse él mismo. Decía quererle como a un hijo, ya que nunca pudo ser padre y Jinki no podía sentirse más enternecido.
Kim Jonghyun no dudó en, además de hacer una renovación completa de la casa del señor, darle apoyo legal para adoptar al niño que llevaba un año alimentando y ofreciendo al menos una manta en las noches frías. Lee Jinki no pudo retener sus lágrimas al ver al niño y al anciano llorar al ver el cheque que Jonghyun entregaba.
Por eso, esa noche de navidad, Jinki no podía quitar sus ojos de la pantalla. Cada año Jonghyun hacía un especial navideño. Era el único programa emitido en vivo y en directo. Este año, hablaban de un asombroso chico, era maestro de primaria. Según la voz telefónica de una de sus compañeras de trabajo, el chico no dudaba en ayudar a sus alumnos cada vez que tenía oportunidad, incluso pagando la mensualidad escolar de aquellos con problemas financieros -aún sabiendo que el salario de un maestro de primaria joven, era muy bajo-, incluso, aquél misterioso chico había ido a la casa de uno de sus alumnos cuando éste se había roto una pierna, solo para asegurarse de que estuviese bien, incluso haciéndole clases particulares luego de eso, sin cobrar. Jonghyun parecía realmente sorprendido y conmovido en la pantalla de televisión. Jinki creía conocer esa historia.
"Al parecer, el chico al que veremos hoy, es un gran fan mío. Es por eso que no hemos revelado su nombre aún. Sin embargo, como podrán ver, nos encontramos en nuestra camioneta, ¡en camino hacia su casa! Maestro misterioso, espero que estés viendo esto, ¡no te duermas en los comerciales!" Jinki soltó una risa mientras se levantaba, estirando sus brazos y piernas, una vez comenzaron a aparecer distintas imágenes de productos en su pantalla, llevó su taza de chocolate caliente de vuelta a la cocina, aún escuchando la molesta voz de un molesto hombre anunciando un molesto nuevo sofá masajeador. A Jinki realmente no le gustaba que interrumpieran a Kim Jonghyun.
Rascando su nuca, volvió a sentarse en el sofá, cubriendo sus piernas con su manta celeste con dibujos de polluelos. Esta vez la televisión anunciaba nuevas luces navideñas, con nuevos colores y patrones. Jinki observó la sala de estar de su departamento, ni siquiera había puesto su árbol este año. ¿Para qué? Sus padres lo rechazaron en cuanto supieron su sexualidad, no tenía hermanos y nunca se llevó bien con sus primos. Tenía amigos, pero en el pueblo donde se crió, desde que se mudó a Seúl solo tenía conocidos, personas a las que apreciaba mucho, y sus alumnos. Jinki de verdad quería a esos niños. Ellos no lo discriminaban por ser gay, no lo molestaban por ser débil.
Se había sumido tanto en sus pensamientos, que no notó el momento en el que el bello rostro de Kim Jonghyun apareció en la pantalla otra vez. Tampoco se dio cuenta de que el chico famoso se había bajado de la camioneta y se encontraba fuera del edificio de Jinki. De hecho, no habría salido de su trance si no hubiese escuchado un toque en su puerta.
Lee Jinki sacudió su cabeza, quitando aquellos pensamientos sobre su soledad. Se levantó del sofá y sin prestar atención a la televisión, caminó hacia la puerta con su manta de polluelos en sus hombros.
Cuando abrió la puerta, no supo cómo sentirse, en realidad. Al principio solo vio el lente de una cámara, y cuando escuchó su nombre, solo entonces, observó al bello chico frente a él. Joder, debía estar soñando. Kim Jonghyun estaba ahí, justo delante de él, en la puerta de su departamento.
"¿Lee Jinki? ¿Eres Lee Jinki?" Sus ojos se agrandaron en demasía al escuchar al chico frente a él decir su nombre, sus mejillas se acaloraron y Jinki no supo qué más hacer además de asentir. Cuando vio una sonrisa frente a sus ojos podría jurar que incluso sus orejas estaban rojas y cuando sintió unos fuertes brazos rodear su cintura Jinki sentía que era tan feliz que no le importaría morir después de eso.


Resulta que aquél risueño y amable maestro del que hablaban en televisión, era él.  Y Kim Jonghyun estaba muy emocionado por conocerle.

Luego de una pequeña entrevista  de no más de diez minutos, las cámaras se retiraban del departamento de Jinki. Sin embargo, Jonghyun no.
"Aún no puedo creer que seas mi hyung" Dijo el menor, acomodándose en el sofá  con una taza de chocolate caliente en sus manos y una gran sonrisa en sus labios. Estaba casi recostado en el cómodo mueble, con sus pies tocando los muslos del chico a su lado.
"Incluso te mostré mi DNI..." Murmuró Jinki, con un sonrojo en sus mejillas -que, en realidad, había estado ahí desde que Jonghyun llegó a su puerta-. Estaba sentado rígido a un lado del menor, su taza de chocolate casi intacta y su mirada perdida. Pero es que, ¡diablos! Estaba sentado a un lado de Kim Jonghyun, el real, en carne y hueso.  "¿Por qué sigues aquí? ¡No lo tomes a mal! Solo estoy, uhm.. ¿Curioso?" Jonghyun recibió su pregunta con el único gesto de ampliar su sonrisa, acercando su cuerpo solo un poco más al del mayor.
"Te lo pondré en palabras simples, Lee Jinki. Me gustas." Los ojos de Jinki nunca se habían visto tan grandes. Habría creído que era una broma, si no fuese por la sinceridad que la mirada de Jonghyun expresaba. "El chico que no podía pagar su mensualidad, el show iba a hacerlo. Cuando llegamos a la escuela nos dijeron que un guapo profesor había pagado por ello y desde entonces... Soy una especie de... ¿Acosador?"
Luego de escuchar aquello, y de ver a Jonghyun mirándolo con ternura, Lee Jinki creía que su corazón saldría de su pecho. Dejó su taza y la del chico a su lado sobre su mesita de centro. Giró su rostro y en un rápido movimiento, unió sus labios con los ajenos en un suave beso.
Definitivamente, era la mejor navidad de su vida.