Akashi era absoluto, en cualquiera de sus personalidades lo era, por eso cuando Akashi deseaba algo lo obtenía, costara lo que le costara.
Akashi no podía llamarse a sí mismo un joven enamorado, pues eso no era algo real, el simplemente tenía un deseo físico, normal de un humano, que era necesario satisfacer de manera urgente o al menos de eso se había auto convencido después de analizarse a sí mismo y a ciertos sueños donde llegaba un pelinegro y lo hacía suyo en posiciones que ni el mismo sabía si su cuerpo podía llegar a realizar.
Había ideado el plan perfecto, pues no cualquier día se te ponía en bandeja la oportunidad de vivir con el hombre que en este minuto representa tú deseo, pues sí, después de un debate interno Akashi había comprendido que le gustaba un hombre y que este era quien realmente no solo le movía el piso, sino que lo quería en su cama, pero para esto necesitaba ayuda.
Después de todo, conseguir que Himuro Tatsuya te meta en su cama y te haga el amor por toda la noche no era tarea fácil.
-Y es eso Tetsuya.- terminó de explicar Akashi, mirando a la sombra.- Así que necesito tú apoyo en esta situación.
-Me sorprendes Akashi-kun, sabes muy bien que cuentas conmigo para lo que necesites, pero no puedo negra que hay un punto que me molesta.
-Te escucho Tetsuya.- La mirada de Akashi estaba seria sobre la sombra, si después de todo el pelirrojo era de temer como persona y como su antiguo capitán.
-Himuro-kun está viviendo una situación difícil y si te involucras con él en este minuto en él que se encuentra tan mal y te enamoras es probable que él no te perdone esa mentira.
-Te equivocas Tetsuya, primero no me estoy aprovechando, simplemente estoy jugando mis cartas como corresponde dada las circunstancias que se ponen a mi disposición y sobre lo segundo jamás me involucraré más lejos con él, solo quiero satisfacer mis deseos y necesidades normales, cuando me sienta conforme simplemente volveré a mi hogar, como ya te explique, ya tengo todo planeado y listo.- el pelirrojo omitió cierto paquete que estaba escondido en su maleta y una peluca de color rojo que lo ayudaría en su plan.
Con un suspiró el peliceleste asumió que Akashi estaba dando por terminada la conversación.- Está bien Akashi-kun, hablaré con Himuro para plantearle la situación, quizá Kagami-kun pueda ayudarme con esta…locura.
Justo cuando la conversación terminaba Kagami e Himuro entraron con una sonora carcajada, el pelirrojo miro a su esposo con un gesto extrañado en el rostro por la maleta que descansaba en la sala, para luego notar como Akashi se levantaba para saludarlo, haciendo que el tigra acomodara su gesto a la situación.
-Akashi, ¿cómo estás?
-Taiga, ha pasado mucho tiempo, me encuentro bien ¿y tú?
-Kagami-kun.- Kuroko arremetió antes de arrepentirse se ayudar al emperador.- ocurrió y necesito tú apoyo con esto, Akashi-kun necesita un lugar donde quedarse y me pidió que lo alojáramos unos días.
-¿te ocurrió algo Akashi?- Himuro se había adelantado al tigre, Kuroko se estaba sintiendo de lo peor al estarle mintiendo no solo su esposo, pero Akashi estaba que no soportaba su felicidad, Tatsuya estaba preocupado por él.
-Es que las cosas con mi padre no están en los mejores términos en este minuto Himuro, digamos que de alguna forma no puedo estar en mi casa por ahora y necesito un lugar donde alojar mientras las cosas mejoran.
-Yo no tengo problema, pero tendríamos que modificar el estudio por ahora, quizá correr tus cosas Tetsu y…
-Solo serán por unos días, hasta que encuentre un lugar donde hospedarme.
-Yo… tengo una habitación, estoy en busca de un compañero, puedes usarlo por ahora, sé que puede no estar a tú altura, es bastante pequeña y mi departamento no está en una muy buena ubicación, pero está a tú entera disposición.- por primera vez el pelirrojo menor miró al moreno, la ropa del moreno se veía arrugado, su rostro estaba más pálido y ojeroso, lo que Kuroko decía era verdad Himuro no estaba bien ahora, pero lo que él haría no sería por mucho tiempo.
-Gracia Himuro, de verdad, tengo dinero te pagaré y…
-Primero arregla tú situación, lo más importante es que estés bien.
La conversación siguió de forma normal esa noche y aunque Himuro sabía que podía quedar en vergüenza, sabía también que él que tú padre te dé la espalda es terrible.
El departamento no era realmente pequeño, incluso podía decir que era muy grande para una persona.- Akashi, sé que quizás sea demasiado, pero no comprendo la actitud de tú padre.- el moreno le estaba preparando un café y lo llevó a la sala.
-Le confesé que era homosexual.- Akashi no mentía en ese punto, algo le había llevado a decirle la verdad al moreno, pero su padre solo le había dicho que él sería siempre su hijo, Akashi no podía decir que su padre lo había sacado de su casa, pero el amor que él tenía por su progenitor le impedía completamente hacer algo como eso.- Si mis gustos te traen problemas puedes revocar tú primera proposición, yo lo comprendería.
-Jamás podría.- Tatsuya sonrió, Seijuro sintió su corazón latiendo más y más rápido, además de una presión en su entrepierna, ya era raro que no tuviera una erección con Himuro tan cerca.
Para Akashi fue como un sueño, realmente todo lo que al moreno hacía le parecía sensual, Himuro era como una serpiente, sus movimientos eran delicados, finos, pero rudos, su forma de ver el mundo, su forma de hablar, todo eso iba seduciendo poco a poco al pelirrojo.
Himuro no lo había dejado darle dinero en un principio, pero Akashi le había explicado que el dinero de su madre le correspondía y que su padre o podía hacer uso de él.
Al término del primer mes Akashi se decidió, ese día obtendría lo que tanto deseaba, ser tomado por el moreno, amaba el cuerpo del moreno, amaba los gestos del moreno, algo realmente le estaba molestando en ese minuto.
Himuro tenía dos trabajos, era la única forma de cubrir sus gastos y necesidades, no había querido mudarse, ese departamento se lo había dejado su madre y aunque su padre le había quitado todo después de enterarse de que el antiguo miembro de Yosen era homosexual, ese departamento había quedado en su poder.
El cuerpo del moreno estaba demasiado cansado, los brazos y las piernas le tiraban, era como que pesaban y no podía si quiera levantarlas, la sola idea de hacer algo que no fuera meterse directamente en su cama le parecía la idea más estúpida de su vida.
El departamento estaba en perfecto orden, eso era algo que agradecía de la presencia de Akashi en su hogar, el pelirrojo era pulcro en todo uso de la palabra, además que le daba una calma que llevaba años necesitando, pues Himuro llevaba años soñando con el pelirrojo como su pareja, aunque como estaba ahora para el sería imposible si quiera pensar en tocar a esa pulcra persona.
Himuro se miró las manos, las tenía partidas y rojas, le dolían los dedos, como podía siquiera pensar en que esas sucias manos tocara algo tan puro como el cuerpo del emperador y eso era lo que lo alegraba, después de todo el padre de Akashi solo necesitaba tiempo y cuando eso pasara el pelirrojo se olvidaría de las miserias que tenía el moreno a su disposición.
-Ya estoy en casa.
-Bienvenido Himuro, ¿Qué tal el trabajo?- Akashi le ofreció un café humeante a Tatsuya quien solo le pudo sonreír.- te ves cansado.
-Gracias, estoy realmente agotado, las cajas de hoy estaban demasiado pesadas, no solo me duelen los brazos, tengo las piernas entumecidas y la espalda me está matando.- le dio un sorbo al líquido caliente.- este café esta delicioso, de verdad muchas gracias Akashi.
-No me lo agradezcas.- el pelirrojo se quedó en silencio, cuando los ojos de Himuro empezaron a cerrarse.
-Aka…Akashi.- la lengua se le trababa.- quiero…-repentinamente la imagen del pelirrojo se volvió borrosa, sintió como unas manos lo guiaban, pero todo parecía un sueño.
-Lamento que esto fuera de esta forma.
-Aka…Akashi.- se sentía caliente, su entrepierna había despertado sin que él mismo lo notará, repentinamente una cabellera roja llego a su lado.- Akas…Akashi.- no ese cabello era largo, al menos más que él del pequeño emperador.
Akashi se había disfrazado, después de todo, las drogas del café de Himuro no lo dormiría completamente, solo lo atontarían, además de ser un gran afrodisiaco.
-No me siento bien…no…hace calor.- Himuro trataba de quitarse la camisa, pero sus manos no actuaban como él realmente.
-Tranquilo… esto lo haré yo.- le quitó la ropa con cuidado, comenzó quitando el cinturón, sus manos recorrieron ese cuerpo, era duro como lo había imaginado, estaba delgado, pero tenía un cuerpo realmente tonificado a pesar de todo.
-Me…sie..ento apretado…mmm- Akashi le bajo el pantalón y la ropa interior dejando al descubierto su miembro, que parecía apuntar al cierto, realmente el afrodisiaco actuaba rápido, Akashi sentía como su erección crecía entre sus pantalones, pero quería disfrutar el caramelo que tenía frente a sus ojos.
Su lengua bajo por aquel delicioso pene, preguntándose si realmente eso debía entrar en su cuerpo, pero cuando esa idea cruzó por su cabeza, una sensación en su entrada le obligo a menear sus caderas mientras su pene se frotaba contra la cama.
-Eso…se…se. Sient…siente mara….maravilloso.- Himuro solo podía jadear mientras el pelirrojo mojaba el miembro del moreno, se quitó la ropa poniéndose sobre el mayor mientras se dirigía a su boca, los movimientos de Himuro eran lentos, probablemente la droga lo atontaba, pero aun así el beso era húmedo, invasivo y dominante, el cuerpo de Akashi estaba que reventaba, mientras las ganas de gemir aumentaban.
Se separó posándose sobre el pene de moreno, mojo sus dedos, para llevarlos a su entrada, el primer dedo hizo que una corriente eléctrica por su columna y lo obligo a meter un nuevo dedo.- ahhhh…ahhhh…ahhhh.- Akashi estaba sintiendo su cuerpo estremecer, tomó el miembro de Himuro con su mano libre y comenzó a masajearlo, tomó sus testículos, estimulándolos con sus dedos, miró a Himuro fijamente el cuerpo del moreno se contraía mientras trataba de tocarlo, pero sus movimientos realmente no lo ayudaban.
-Tran…quilo…lo disfruto…tanto…com…como tú…- no metió el tercer dedo, simplemente se acomodó en cuclillas, mientras el miembro del moreno entraba en él.- TAT…TATSU….YA…MMMM….AAHAHHHH.-
Tatsuya comenzó a moverse, aunque sus movimientos se estaban atontados no podía reconocer la persona sobre su pelvis deseaba creer que así de sensual era tener a cierto pelirrojo sobre él, llevo sus manos a los pezones del chico menor mientras aumentaba la velocidad.- Aka…Akshi…Sei…Sei.- Himuro solo podía jadear el nombre del pelirrojo, estaba llegando al clímax.
-Tatsuya…esto…esto.- no podía hablar, aunque no estaba preocupado sabía que realmente el moreno no lo había reconocido, simplemente era una semejanza que el moreno estaba haciendo por sus rasgos.
-Voy….voy a co…correrme…- Tatsuya estaba al límite.- eres…estrecho…eres perfecto…Sei, tan per…perfeto….- ambos se movían rápido, aumentaban poco a poco la velocidad.-te amo, Seijuro… te amo
Ambos aumentaron la velocidad llegando al orgasmo en un sonoro grito, el pelirrojo se desplomó sobre el cuerpo de su compañero y cerró los ojos olvidándose de mirar a quien ahora le había dado algo realmente placentero, Akashi sentía su cuerpo pesado, dolorido, la verdad es que lo más le pesaba era el corazón, realmente le dolía, podía oír las palabras de Himuro, una y otra vez, ese sincero te amo, esos sentimientos de los que parece él se había aprovechado.
Akashi se levantó y con cuidado a pesar de que sus caderas dolían, tomo unos paños, limpiando el cuerpo del moreno, esperando poder dejarlo cómodo para dormir, de alguna forma deseaba que Tatsuya no recordara realmente lo que había pasado, Akashi se metió en su cama, notó que su cuerpo estaba satisfecho, pero algo más no lo estaba.
A la mañana siguiente Himuro se sentía como nuevo, realmente estaba contento, sentía que era una persona feliz, tenía él día libre de ambos empleos y no debía estudiar para entrar a la universidad, así que simplemente disfrutaría.
Se sorprendió, no podía recordar cuando se había cambiado, pero lo agradecía, había dejado la idea de entrar a la universidad cuando su padre le había quitado el apoyo, pero Shuzoo le había dado fuerzas y había hablado con Haizaki, quien había comenzado ayudarlo con clases particulares, ambos habían sido parte importante de las ideas de salir adelante que llenaban a Himuro, bueno la tercera persona había sido Akashi, solo podría estar cerca del pelirrojo si lograba ser alguien.
Con ese recuerdo pensó en el pelirrojo, el emperador no solía estar hasta tan tarde en la cama, menos en fin de semana, decidió entrar y revisar que pasaba con el pequeño.
-Akashi.- entró notando el bulto que estaba en la mitad de la cama.- ¿te sientes mal?- se acercó tocando al pelirrojo, quien se movió al contacto.- Akashi…- tocó la frente del pelirrojo.- tienes fiebre…- lo destapó notando como el cuerpo del menor se estremecía.- ven…iremos al hospital.
Akashi estaba entumecido, no entendía que estaba pasando, lo único que sabía es que Himuro lo llevaba entre sus brazos.- Tat…Tatsuya.- sé acercó al pecho del moreno, se apretó contra el cuero del moreno.
-Te pondrás bien.
Akashi reaccionó un par de horas más tarde, con Himuro con rostro preocupado a su lado.- Hola, ¿Cómo te sientes?
-Tengo sed…
-Es por la fiebre…- La mirada de Himuro estaba triste.- Midorima llamó a tú padre…él está afuera Sei….Akashi.
-Tatsuya, yo lo siento.
-Me drogaste…me obligaste a acostarme contigo, viviste en mi casa, me dijiste…me mentiste, ¿te pareció gracioso?¿acaso creíste que podías utilizarme así?
-No, Tatsuy
-No lo digas Akashi, no quiero oír tu voz nunca más, no quiero volver a escucharte me escucha , Kuroko irá por tus cosas junto a tú chofer para irte a tú casa…
-Himuro…
-Sabes lo que más me duele Akashi, te abrí mi casa, te mostré mis sentimientos y jugaste, me usaste como usas todo lo que tienes en tú vida, pero no soy un objeto Akashi y esto me duele, te lo pido, nunca vuelvas a acercarte a mí.
Kuroko había llegado con las cosas del pelirrojo al hospital, pero Akashi soló había recibido a su padre.
-Padre…duele.- las lágrimas de Akashi bajaron caudalosas, había perdido, él tan absoluto como siempre había perdido y ya no podría hacer nada para cambiar su error.
-el amor duele hijo, siempre duele.
Padre e hijo se miraron y se quedaron en la habitación en silencio hasta que le dieron el alta al pelirrojo.
El tiempo paso Akashi volvió a su vida, solía preguntar por Himuro, pero todos se negaban a darle alguna información sobre la situación del moreno, no quería olvidarlo, no se sentía realmente capaz de hacerlo, simplemente se dedicó a vivir con el dolor de su error.
Habían pasado 4 largas semanas en las cuales Akashi había llorado, solo y en compañía de Kuroko, se sentía como basura y su cuerpo estaba en las mismas condiciones.
-Estas embarazo.- simple, Midorima había sido directa.- vas a tener un bebé Akashi.- se sentía estúpido, había pasado por alto la protección, era un estúpido.
Con eso y el examen con un “POSITIVO” que sentía podía leerse a kilómetros, llegó a la casa del moreno, al que fue su antiguo hogar.
Toco la puerta cuando al que menos esperaba abrió la puerta.- ¿Akashi?- Shuuzo Nijimura, con una copa en las manos.
-
-¿está Himuro?- Akashi quería llorar, no entendía que pasaba, pero sabía que algo bueno estaba pasando y él no era parte.
-No creo que sea el momento.
-Shuu, ¿Quién era?- la mirada del moreno se posó en el cuerpo del menor.- Akashi…- no había rencor, no había molestia, simplemente sorpresa, las ganas de llorar de Akashi.
-Yo…yo…- el sobre en sus manos parecía arder.
-entre a la universidad, seré abogado.- Himuro hablo rápido.
Akashi se quedó en silencio, no podía, no debía decirle, arruinaría su futuro, su alegría, pero si le mentía nuevamente, si le escondía a su hijo, todo sería peor, se empezó a sentir mareado, tuvo que apoyarse en la puerta.
-EEHHH Akashi.- Shuuzo lo apoyó en su cuerpo, cuando el pelirrojo perdió la fuerza, dejando el sobre caer de entre sus manos.
Himuro rápidamente lo tomó y lo llevó al cuarto, todos los amigos del moreno estaban a su lado o eso pudo notar con lo mareado que se sentía.
-Akashi…¿qué tienes? Déjame tomar mi abrigo y te llevaré al hospital…- pero antes de continuar Akashi se giró vomitando sobre la alfombra.- tranquilo, tranquilo…vamos.
-Tatsuya.- Shuuzo tenía el sobre en sus manos.- esto es de Akashi.- el pelirrojo lo miró.- debes decírselo y ahora Seijuro.- el capitán era seguro en sus palabras y firmes.- nosotros nos iremos, los dejaremos deben conversar.
-¿estas enfermo?- Himuro estaba nervioso y preocupado.
-Perdóname
-Akashi basta, esto está afectando tú salud y…
-Estoy embarazado… será padre, arruine todo, soy un idiota…- unos brazos lo rodearon, Himuro no dijo nada, solo lo apretó contra su cuerpo, lo estrechó entre sus brazos, para luego mirarlo, había amor, devoción, todo eso que Himuro le daba, estaba ese perdón, todo estaba en ese abrazo, sin palabras, Akashi no necesito más, tenía todo lo que necesitaba en ese minuto.
No tenía nada claro, no quería tenerlo seguro, por ahora no quería ser absoluto, por ahora solo quería quedarse entre los brazos de ese hombre y sentirse amado.
fin