Era muy joven para comprender el recuerdo más vivo de mi mente, pero siempre se encuentra en ella y que nunca la abandonaría.
Recuerdo haber ido con mi madre a casa de un amigo suyo, por dulces para ella. Algo le dijo a su amigo cuando llegamos a su casa de apariencia algo sucia y olvidada, no entendí que fue, solo que ese hombre jalo mi brazo y mi madre dejo el lugar olvidándome ahí para siempre.
Me llevó al sótano de su vivienda y con lagrimas le rogué que no lo hiciera, el simplemente ignoro mis lloriqueos y me dejo abandonado en aquel húmedo y oscuro. Nunca entendí porque siempre tenía que despertar con diferentes hombres, porque tenía que vivir en aquel solitario sótano y ese absurdo pensamiento de “No me habría pasado esto, si hubiera ido a la escuela” en algún momento invadió mi pensamiento.
“No me toques, soy frágil. Estoy amargado desde el corazón. Mamá me vendió por dulces. Estoy jodido desde que nací. ”
¿Por qué me vendiste a estos hombres? Es que acaso hice algo mal, he incluso esta situación ya ha llegado a ser normal para mí, pero ¿Cómo se lo diré a mis amigos? Que solo soy un niño de cinco años y duermo con un millón de hombres.
Pasó el tiempo y como todo ser humano crecí, pero sentí que en realidad me despedazaba por culpa de aquellas promiscuidades que siempre me obligaron a realizar, me salte gran parte de mi felicidad. Muchas veces trate de ver esto de una manera positiva, sentí que esto tendría algo mejor para mí, una luz al final de este oscuro túnel. Trató de escapar, pero tal vez no lo logre.
“Estoy huyendo…lleno de fuerza. Pero es difícil cuando te encuentras cerca. Estoy débil, pero volare fuera de este hoyo infernal.”
¿Por qué me vendiste a estos hombres? Me hicieron daño en lugares que no conocía, pero he incluso esta situación ya ha llegado a ser normal para mí, pero ¿Cómo se lo diré a mis amigos? Que solo soy un niño de diez años y fui arruinado por un millón de hombres.
Finalmente, puedo ver la luz que me sacara de este infierno y me voy acercando cada vez más. Ya no hay vuelta atrás, tengo que huir con todas mis fuerzas, y de alguna manera ángeles descienden y me llevan y ahora me encuentro a salvo, de aquel millón de hombres que una vez me criaron.
¿Por qué me vendiste a estos hombres? Me hicieron daño en lugares que no conocía, pero he incluso esta situación ya ha llegado a ser normal para mí, pero ¿Cómo se lo diré a mi novio? Que tengo diecisiete años y una historia de un millón de hombres.
Esa noche Malcolm durmió por última vez con aquel millón de hombres, para nunca volver a despertar. Su cuerpo fue a encontrado dos semanas después, y nunca se les volvió a ver aquel millón de hombres que alguna vez vivió en aquella casa.