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MEMORIES por Sakurako

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Notas del capitulo:

Creo que ahora sí me sobre pasé, este capítulo me quedó larguísimo. 

Espero lo disfruten. 

Debía hacer una advertencia, pero no me acuerdo, tengo demasiado sueño, así que...

Disfrútenlo. 

Capítulo VIII

                JIYUU E NO SHOUTAI

 

Una cara amarga, síntomas más allá de mi control…

Apurándote, corriendo alrededor de ti,

A donde vayas depende de ti, pero…

¿Te podrías salir de mi camino?

 

 

PRIMERA PARTE

 

No es a la oscuridad de la noche a la que Atsushi Sakurai le teme; no, él le teme a la oscuridad que guarda en su corazón. Sabe del daño que le causó, y en muchos casos, sigue causando a esas personas a las que engatusó y utilizó sin recato alguno. No sólo mujeres ingenuas, sino también a hombres inexpertos, temerosos de sus sentimientos. Él lo sabe, sabe que tiene que pagar cada uno de sus pecados; pero decide que no será con Hyde. Ese pintorcillo delgaducho y de rasgos finos se convertirá en un saldo más a la cuenta. Por eso no enciende la luz de la habitación mientras se acomoda en el sofá junto a la ventana a pesar de no haber luna esa noche y que la oscuridad que le rodea sea muy espesa. No, pero algo en su mente le pide que encienda al menos una chispa en su corazón, porque lo que está tramando le ennegrecerá el alma por completo….

-¡Ya volví!

Sakurai miró la puerta cerrada de su habitación, intentando ver a través de ella al chico que llegaba. Al protagonista de sus perversos planes. O debería decir, a la victima de ellos.

-¡¿Atchan?!- otra vez esa voz.

-En mi habitación.- respondió cuando sintió que Hyde pasaba por su puerta.

Hyde se detuvo al escucharlo y sin pedir permiso la abrió. Encontró al mayor sentado cerca de la ventana, en la oscuridad. Le costó un poco reconocerlo, pero su figura, aún más hosca, sobresalía en la negrura.

-Atsushi, ¿qué demonios estás haciendo aquí? Vas a lastimarte la vista…

-Lo siento, a veces me gusta hacer esto, me ayuda a escuchar mejor mis pensamientos….

-Mmmm….. Comprendo. Yo por el contrario necesito música muy fuerte para poder concentrarme. Tetchan siempre está regañándome, dice que un día voy a reventarme los oídos…- sonrió ante el recuerdo de la cariñosa pelea.

-¿Qué tal estuvo la reunión?

-Supongo que bien… ¿Saldrás esta noche?

-No puedo desatender los negocios. ¿Quieres acompañarme?

-No, está bien. Estoy algo cansado y quisiera dormir un poco. Buenas noches.- se despidió.

-Buenas noches, Hyde.- y antes de que Hyde desapareciera de su vista le llamó de nuevo. -¡Hyde!- el pintor regresó sobre sus pasos. –Llegó un sobre a tu nombre…

-¿Un sobre?

-Lo dejé en la mesa del living.

Hyde agradeció con un gesto y fue a ver de qué se trataba. Ahí estaba, un sobre amarillo. Lo tomó con curiosidad y lo examinó un momento. No había remitente, sólo destinatario, un escueto “Para Hyde”. Le dio mala espina, pero igual lo guardo bajo el brazo y se lo llevó a su habitación.

*******

La música fuerte le golpeó el rostro al entrar al bar. Uno de los guardias le indicó que ya le esperaban en uno de los privados. Atsushi le agradeció con un ademán y se encaminó apresurado hasta el lugar, donde efectivamente, Gackt Camui ya le esperaba.

-No estarás arrepintiéndote, ¿verdad?- le recriminó el joven empresario, luego de un rato y un par de copas.

-Por supuesto que no. Es sólo que creo que…

-Oye, yo también quiero divertirme con él. Tengo tanto derecho como tú.

Sakurai resopló con fastidio, a veces Gackt Camui era tan irritante….

-¿Qué pasó con Ogawa-san?

-Todo va según el plan. Si Ogawa hijo no accede a las peticiones de su padre, la compañía perderá todos sus accionistas y eso significará la ruina para ellos. No creo que el tipo tenga “el corazón”- dijo con sarcasmo. –de dejar en la calle a su familia…. Por cierto, encontré algo más sobre Hyde Takarai….

-¿Qué cosa?

-¿Sabías que es adoptado?

-¿Qué?

-Al parecer Ogawa contrató a un detective para que encuentre a su madre biológica. Según entendí, Hyde no sabe lo que su noviecito está buscando. ¿Tú sabías algo de esto?

-No, ¿por qué lo preguntas?

-Como ahora han fortalecido lazos, yo creí que…

-¿Cómo te enteraste de esto?- le cortó con fastidio.

-El tipo al que le pedí la droga trabaja en la misma agencia de detectives, ¿no es irónico? Pensé que podría usarlo….

-¿Estás bromeando?

-No. En lo absoluto. Cuándo fui a buscarlo, de casualidad vi la carpeta que decía “Ogawa Tetsuya” y la robé.

-¿Qué?

-No te preocupes, se la devolví a ese tipo en cuanto leí lo que había allí.

-Eres un imbécil, Camui. Pero eso es interesante….

*******

-Ogawa-san, lo llaman en su oficina.

-Tome el recado por favor, estoy demasiado atrasado con esto…

-Lo siento, pero es su madre. Y dice que es importante.

Tetsuya no pudo evitar hacer una mueca de desagrado. Sabía de lo que se trataba y comenzaba a cansarse de verdad.

-De acuerdo, ahora voy.- Dio unas cuantas instrucciones y se encaminó hasta su oficina. Sabía lo que su madre le diría, primero había sido el secretario de su padre, luego sus hermanas, y ahora su madre…

-¿Sí?

-Tetsuya, por fin contestas. Es necesario que nos veamos, tenemos que hablar.

-Madre, no puedo. Estoy muy ocupado. Lo siento.

-Tu padre está muy enfermo, no puedes ser tan insensible…

-¿Enfermo?

-Tuvo un pre-infarto. Está hospitalizado…

Tetsuya sintió que la sangre se le helaba. Su padre nunca fue una persona muy cariñosa, pero aun así él sabía que le quería, o al menos le había querido.

-¿En qué hospital está?

-Estamos en el Memorial. El doctor Hasegawa lo está observando…

-Voy para allá.

La llamada se cortó.

 

Tardó menos de quince minutos en llegar. Corrió hasta el puesto de enfermeras y preguntó por el doctor. La enfermera tecleó algo en la computadora y luego le indicó que debía subir al tercer piso. Tetsuya reprimió el impulso de echarse a correr.

Cuando las puertas del elevador se abrieron, unas manos pequeñas y débiles jalaron de él. Tetsuya estaba tan sorprendido que casi empuja a su madre.

-¡Tetsuya, por fin llegas!

-¿Cómo está papá?- su corazón se aceleró al pensar que algo malo sucedía. Su madre parecía tan desesperada que pensó lo peor. 

-Estable. Puedes pasar a verlo si quieres. Tu hermana está con él.

Tetsuya se extrañó un poco, ¿no se suponía que estaba muy grave? pero no dijo nada, se encaminó a la habitación que su madre le había indicado. Ya hablaría luego con el doctor, pero primero quería ver a su padre. Algo le decía que esto no era más que una treta para hacerle torcer el brazo….

Tocó a la puerta y fue su hermana quien la atendió.

-Tetsu-kun, cuánto tiempo… vaya pero que guapo estás…- alagó. –Esas ojeras te van de maravilla…- bueno, alagar… amor de hermanos.

-Hola, Akane-chan…

-Papá está de malas, ten cuidado…- le susurró mientras salía de la habitación. Tetsu suspiró. Lo sabía, sabía que su padre estaba de malas, últimamente ese era su estado natural.

-Padre.- saludó.

-Tetsuya. ¡Vaya! Así que recordaste que tienes padre.

-Por favor, no digas eso. ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?

-¡¿Cómo quieres que esté?!- se exaltó y Tetsuya trató de contenerlo. –Estoy muriéndome y mi único hijo varón se niega a hacerse cargo del negocio familiar…

-Padre, ya te lo dije, no sé nada del negocio familiar.

-Escuché de las pinturas pornográficas de ese tipo con el que te acuestas…- siguió atacando. -¿sabes cuanta gente llamó para preguntar si eran tú y él en ellas?

-Padre, por favor. Te pedí que dejaras a Hyde fuera de esto.- le pidió intentando serenarlo. –Lamento que su arte esté afectándote, pero no deberías darle tanta importancia.

-¿Arte? ¡¿Llamas a eso arte?! ¡ES UN VIL MARIC…!

-¡PADRE, BASTA!- le interrumpió. Se quedaron un momento en silencio, ambos intentando calmarse. –Vine para saber cómo estás, pero veo que estás mucho mejor y que es mi presencia la que te afecta, así que mejor me voy…

Se dio la vuelta, pero justo antes de alcanzar el pomo de la puerta, la voz enferma, pero fuerte, de su padre le detuvo.

-Tetsuya… ni siquiera te pido que me des descendencia, tus hermanas se están encargando de eso, pero, por Dios, ¿con un hombre? Y lo que es peor, ¿esa clase de hombre?

-Nos vemos luego, padre.- salió del cuarto. En la sala de espera, su hermana y su madre estaban hablando de algo muy acaloradamente. Tetsu lo sabía, él era el tema de conversación.

-¿Qué tal te fue con papá?- preguntó su hermana.

-Mejor de lo que creí. ¿Dónde está Minami?- la segunda hermana.

-Ella está en casa, cuidando de tu sobrino.

-Ya veo…- los tres permanecieron en silencio un momento, un par de segundos solamente, pero era tan pesado el ambiente que parecieron horas.

-Tetsuya, ¿Por qué nos haces esto?- le reclamó su madre con voz angustiada. Voz que solía utilizar cuando quería que sus hijos sintieran culpa.

-Yo no les hago nada, madre. Si quisieras, podrían conocer a Hide, es una gran persona... les gustaría mucho, de verdad…

-Lo vi en televisión, es muy lindo y muy culto… ese día vestía de blanco, y con el cabello rubio parecía un ángel…- Tetsuya sonrió ante el comentario de su hermana, y no pudo sino asentir para darle la razón. –Minami y yo vimos la entrevista que le hicieron en ese programa matutino…

-A veces, sobre todo en televisión, parece una persona muy arrogante, pero en realidad es muy amable y agradable…- se acercó a su madre. –Por favor, no me obliguen a escoger entre él y ustedes, a él lo amo… Madre, dale una oportunidad, yo sé que puedes convencer a papá…

-¿Quieres decir que a nosotros no nos quieres?

-No digas eso, pero si tengo que elegir, lo elegiré a él…

-¡Tetsuya…!

-Madre, ya no tengo quince años, no pueden pretender obligarme a hacer algo que no quiero…

-Lo único que él quiere es que dejes a ese tipo…- cuando la madre de Tetsu se refirió a “él”, hubo algo en sus ojos, en su voz que le dieron la pauta a Tetsuya de pensar que no se refería a su padre, ¿era una tercera persona?

-¿De quién hablas?

-¿Eh?, ah, de tu padre, por supuesto…

No le convenció.

-Tengo que irme, aun me queda mucho trabajo en el taller. Nos vemos luego.

-Tetsu, espera…- le detuvo su hermana. –Si no te molesta, me gustaría conocerlo. Hace mucho que deseamos conocerlo en persona, Minami y yo… ¿Podemos?

Tetsu la miró un momento, sabía que ellas habían hablado con Hyde un poco por teléfono, sobre todo durante su estancia en Francia. -¿En serio?- Su hermana asintió. –Estoy seguro que a Hyde le encantará la idea… yo te llamaré…

Se despidió con un beso de su madre y hermana, y luego salió de allí.

 

********************************************************************************

 

Todo parecía haber sido un sueño. Había tenido tantos como este… sobre todo en aquel entonces, cuando un día regresó después de clases y el armario estaba medio vacío, todo lo que quedaba en casa eran sus pertenencias, y los recuerdos de una vida “feliz” con ese moreno arrebatado y cobarde…

Pero lo de la noche anterior no fue un sueño, no… aunque Yukihiro tuvo que parpadear varias veces para intentar poner sus pensamientos en orden. Le tomó un par de segundos despertar por completo, y entonces, todo vino a su mente.

La noche anterior él y Ken se habían besado luego de mucho, mucho tiempo. Para Yukihiro fue como compartir el primer beso de su adolescencia. Hubo un millón de emociones que tuvo que controlar y le fue difícil pero al final lo logró.

Cuando se separaron, Yukihiro volvió a sentarse en su banco evitando en todo momento mirar a Ken. Quien por el contrario, no podía dejar de observar a Yukihiro. Ken sonreía bobamente, y sin apartar la mirada del profesor, se levantó de su lugar para rodear la barra y caer de rodillas ante el único hombre que había amado… el que creía haber perdido… pero que ahora estaba ahí, de frente, apenado, sonrojado, y pareciendo un chiquillo a sus treinta y pocos años…

Yukihiro levantó levemente la mirada, lo suficiente para encontrar la de Ken. Y cómo en cámara lenta vio el rostro del moreno acercarse otra vez y besarlo de nuevo. Después todo fue muy rápido… Sintió las manos de Ken aferrarle de la cintura tan fuerte que terminó por levantarle del asiento. Él se aferró de sus hombros, dejándose llevar… el beso volviéndose cada vez más apasionado. Las manos de Ken intentando filtrarse debajo de su camisa… arrinconándolo contra la barra…

-Ken… No…- se apartó a regañadientes. –No… no podemos, tu hijo está en la otra habitación y yo…

-Lo sé, lo siento, me dejé llevar…

Yukihiro caminó hacia la estancia, intentando controlar su respiración, y su corazón, en el camino. Ken le siguió. Ambos se sentaron en el sofá de dos plazas, muy cerca uno del otro, observándose de frente. Ken se inclinó para poder acariciarle la mejilla al rubio. Yukihiro cerró los ojos para disfrutar de la caricia. Ken viajó su pulgar desde la frente del profesor, pasando por la mejilla hasta llegar a sus labios. Los labios de Yukihiro eran pequeños y delgados, y sabían delicioso y Ken necesitaba probarlos nuevamente; así que se acercó y volvió a acariciarlos con los propios. Pero los labios no eran suficientes, así que tiró un poco de su barbilla, y en un acto reflejo, Yukihiro abrió ligeramente la boca, dejando que la lengua de Ken se adentrara y la poseyera a gusto…

-Ken, por favor. Yo no estoy seguro de esto, yo… te odié por demasiado tiempo, yo…- protestó aunque en realidad no quería que se apartara. No era un reclamo, era más bien que su mente estaba revuelta, sus emociones mezcladas y era tanto lo que sentía en ese momento…

-Está bien, te comprendo. Pero no puedo darme por vencido, Yuki. Voy a enamorarte de nuevo… ya verás, te enamorarás de mí otra vez…

-¿Es una amenaza?- Bromeó ya más tranquilo.

-No, una promesa.

-Sigues siendo un idiota…

-No, he cambiado y voy a demostrártelo, Yuki…

La voz de Ken era sincera, su mirada clara; Yukihiro no podía encontrar la mentira un ninguna parte. Sintió su corazón hincharse, ansiaba saber cómo Ken se lo demostraría, cómo le enamoraría...

Sin darse cuenta, en un acto simple, Yukihiro se sacó la liga que sostenía su cabello, dejando que todo éste cayera por los lados de su rostro, cubriéndolo parcialmente. Ken quedó fascinado con los movimientos sutiles del hombre frente a él.

-¿Y ahora qué?- preguntó Yukihiro al escuchar la risilla que se le había escapado al moreno. -¿Por qué esa mirada tan boba?

-Tu cabello… está muy largo…

-¿Tú crees….?- susurró para sí mismo mientras notaba las puntas algo maltratadas.

*******

Se levantó de la cama y fue hasta la ventana, el día era brillante, el cielo limpio, el día perfecto para salir y pasear un rato. Su mirada se desvió hacia el reflejo en la ventana. Sonrió. Repentinamente recordó las palabras de Ken, tal vez debería cortar su cabello un poco….

Luego de asearse un poco decidió que era hora de desayunar, Yuudai vino a su mente, el niño debía estar hambriento.

Al abrir la puerta de su habitación le llegó el rumor de música desde la cocina, era uno de sus discos favoritos, un grupo relativamente nuevo pero muy bueno, en especial su vocalista, a él le parecía muy sexy el vocalista, S.O.A.P. era el nombre de la banda, aunque no recordaba el nombre del cantante.

-Buenos días, Yuki, ¿qué tal dormiste?- le preguntó Ken moviendo la pala en el aire mientras con la otra mano bajaba el volumen del reproductor.

-Buenos días, Ken. ¿Qué haces?

-Hot Cakes. Siéntate, ahora te sirvo…

Yukihiro se sentó a la mesa y esperó paciente y un poco encantado, a que Ken le sirviera. Mientras Ken se movía de un lado a otro por la cocina, como si de su casa se tratara, Yukihiro no pudo evitar un leve sonrojo al recordar los besos que habían compartido la noche anterior; sin darse cuenta, comenzó a fijarse en lo cambiado que estaba el moreno, su cuerpo mucho más grueso y musculoso, su cabello un poco más largo de lo que solía llevarlo, su rostro maduro… lucía tan sexy…

Ken arrimó un plato y una taza, lo que sacó a Yukihiro de su ensoñación; en la taza vertió un poco del café instantáneo de la cafetera y luego le acercó la leche. Tomó el plato y colocó tres hot cakes, al momento de ponerlos frente a Yuki, y sin pensarlo, aprovechó la cercanía para dejar un ligero beso en sus labios. Yukihiro se sorprendió, pero aceptó el beso con gusto. Cuando se separaron, Ken permaneció muy cerca del rostro de Yukihiro, sopesando si volver a besarlo o no, pero no tuvo tiempo de decidir, en ese momento Yuudai apareció en el umbral de la cocina.

-Papá…

-Buenos días, Yuu-chan…

-¿Qué hacen?- preguntó el niño un poco curioso.

-Panqueques, ¿quieres?

-¡¿Panqueques?! ¡SÍÍÍÍÍÍÍÍÍ!!!!

Yukihiro lanzó una ligera sonrisa. El día realmente pintaba bien.

 

********************************************************************************

 

“Duerme Tet-chan, la almohada es buena consejera….”

Dormir. ¿Cómo se suponía que dormiría sin él? La cama era gigantesca y fría sin Hyde. Las noches eran largas e interminables… 

Por eso no regresó al departamento. Por eso se quedaría esta noche, igual que las anteriores, en la oficina, dormiría (si lograba conciliar el sueño) en el sofá. Tal vez y como decía Hyde la almohada le aconsejaría qué hacer, tal vez le diera la solución a todos sus problemas.

Suspiró pesadamente.

En su cabeza, seguía repasando todas las conversaciones con su padre una y otra vez. No importaba lo que su padre dijera, para él lo más importante era Hyde. Sabía que su empresa se vería afectada, pero eso no le importaba. Aunque su padre no sólo había hablado del hecho de que mantenía una relación amorosa con un hombre, sino que habló del pasado de Hyde, cosas dolorosas para el pintor. Necesitaba saber de dónde había obtenido toda esa información. Conocía a su padre y sabía que no era del tipo que se preocupa por investigar a las personas, pues eso, siempre decía, era jugar sucio. Entonces, ¿quién diablos….?

-¿Tetsu?

La puerta de su oficina se abrió en ese mismo instante. Casi se asustó, pues se suponía que era la única persona en todo el edificio.

-Ayana, ¿qué haces aquí?

-Prueba de vestuario. La pasarela es este fin de semana, ¿ya lo olvidaste?

-Ah… es cierto… ¿los demás….?

-No, se fueron todos. Yo me quedé por si necesitabas algo, pero nunca saliste de la oficina, así que vine a buscarte.

-Ya veo…

-¿Estás bien, Tetchan?

-¿Qué? Sí, no te preocupes.

-Puedo hacerte compañía si tú quieres.

-No te ofendas, pero será mejor que te vayas a casa.

-Pero, Tetsu…

-De verdad, estoy bien. Yo sólo, necesito un poco de privacidad.

Ayana dio la vuelta y se dirigió hacia la puerta, pero no abandonó la habitación, en lugar de eso, cerró la puerta y regresó al lado del diseñador.

La chica se sentó a su lado y posó una de sus manos en la espalda de Tetsuya, comenzó a pasarla suavemente de arriba abajo. Tetsu agradeció el gesto “amigable”.

-No, lo que necesitas es una amiga que te escuche…- colocó su mano delgada y suave sobre la mano grande y algo huesuda del castaño. Tetsu se quedó mirándolas; tan diferentes… las manos de Hyde le gustaban (aunque el pintor decía odiarlas), eran pequeñas y se acunaban perfectamente en las suyas.

-No creo que…

-¿Qué…?- susurró la chica cerca de su rostro. Tetsu sintió su aliento golpear sus mejillas y se embriagó con el olor dulce de su perfume. Inconscientemente cerró los ojos y entonces sintió los labios pequeños y suaves de Ayana tocar los suyos. Se besaron.

*******

Entró al departamento cautelosamente, temía (en realidad esperaba) que Tetsuya estuviera allí. Todo estaba exactamente como lo había dejado aquella noche. Por un segundo Hyde se preocupó, Tetsuya la debía estar pasando muy mal, problemas con sus padres, tal vez incluso con sus hermanas; problemas en la compañía, según Arimatsu algunas tiendas habían rescindido el contrato por supuestos rumores. Y todo esto lo estaba enfrentando él solo. Se sintió culpable. Tetsuya siempre había estado a su lado en los peores momentos y él… él estaba escondiéndose…

Se escuchó la puerta abrirse y cerrarse…

-¡Tetchan!!!- salió corriendo de la habitación y llegó al pasillo sólo para darse cuenta de que no era Tetsuya. –Ah, ¿Qué haces tú aquí?

-Hyde-san, hola. ¿No sabía que aún estuviera aquí? Vine a buscar algunas cosas para Tetsu, ya sabe, algo de ropa y esas cosas…- A Ayana no pareció importarle la presencia de Hyde, pues sin siquiera pedir permiso, se adentró hasta la habitación de ellos y sacó unas cuantas prendas y del baño algunos artículos personales. Hyde siguió cada uno de sus movimientos. No la perdía de vista, pero a ella no pareció importarle.

-Escuché que están separándose,- dijo de repente, mientras rebuscaba entre los zapatos los que el diseñador le había descrito. –debe ser algo doloroso; la ruptura, la separación… pero no hay tiempo de lamentarse, ahora Tetsu debe enfocarse en el trabajo, se acerca la pasarela… así que descuide Hyde-san- dijo ahora mirándole de frente con las cosas en las manos, lista para marcharse. –Yo cuidaré de él…

A Hyde le vino a la mente los anónimos, en ellos le contaba que Tetsuya tenía una aventura con esa modelo. Pero luego de pensarlo mucho, decidió que esa no era más que una treta de alguien para separarlos. Esa chica tal vez. Un pensamiento que se volvió más fuerte en ese momento; ella parecía desesperada por hacerlo creer en toda esa farsa.

La figura de la chica desapareció tras la puerta. Hyde se quedó un momento ahí, de pie, intentando digerir lo que había pasado. Luego sonrió sin gracia. Esa chica no dejaba pasar la oportunidad de molestarle. Por supuesto no había creído en nada de lo que esa mujer dijo; incluso si esto fuera una ruptura, Tetsu no se atrevería a discutirlo con esa mujer… ¿o sí? Y aun así, un ligero pinchazo de celos le atacó.

Y es que, por mucho que no creyera en sus palabras, en esos anónimos, (porque cada uno mucho más amedrentador que el anterior) no podía dejar de sentirse intranquilo. Después de todo, la duda había sido implantada.

Necesitaba hablar con alguien, averiguar qué demonios estaba pasando en este momento. Sabía que no era muy conveniente hablar con Tetsuya, cuando se ponía en plan de trabajólico no había poder humano que lo distrajera, pero tenía en mente a quién podía recurrir.

*******

-Hyde-san, ¿qué sorpresa?

-Hola, Yasu, ¿Arly está en casa?

-No ha venido en varios días, al parecer hay mucho trabajo, ¿ya sabes?

-La pasarela… sí. Ya veo…- susurró derrotado.

Yasu se quedó mirándolo un momento, Hyde parecía algo triste y cansado. El desgaste emocional era el peor y, sabía de primera mano, los bombardeos psicológicos de los que era víctima su amigo.

-¿Quieres pasar un momento?- le ofreció.

-No, está bien, pero… por favor, dile a Arimatsu que me llame cuanto antes, ¿quieres?

-Descuida, yo me encargo.

Hyde se despidió del rubio. Yasu cerró la puerta y entonces…

-¿Por qué rayos le preguntaste si quería pasar?

-Él es mi amigo…

-Estamos ocupados.

-Camui, no me hagas esto, yo no…

-No estoy pidiéndote mucho, y a cambio te prometo que tu relación con ese tipo no correrá peligro…

-Sigues amenazándome. Estoy pagando caro una estupidez.

-Vamos,- sonrió de lado. –Recuerdo que lo disfrutaste mucho…- su sonrisa llena de lascivia le produjo asco. Asco de sí mismo, porque él también recordaba aquella noche, y era verdad, la había disfrutado.

-¿Qué quieres que haga?- se rindió.

-La noche del evento, habrá un espectáculo extra y necesito que Haido-chan lo presencie. Tú te encargarás de que él….

Con toda la calma del mundo, Gackt Camui le contó su plan a Yasu, quién le escuchaba perplejo. Era simple lo que le pedía, y a la vez tan difícil…

-¿Y después qué pasará?

-Eso no te importa… sólo asegúrate de hacer tu parte…

-De acuerdo.

 

********************************************************************************

 

Sábado por la noche.

Tokio es la capital de Japón, y en este momento bien podría ser el centro del universo. Los ojos del mundo estaban puestos en el evento, reporteros locales y de Europa y Latinoamérica estaban presentes. La marca TETSU69 presentaba, por primera vez, una colección masculina, además de dar entrada a la colección de invierno.

El ambiente era genial, las luces, la música, la gente…

Tras bambalinas todo era correr de aquí allá. Las y los modelos, los fotógrafos, los chicos del staff y Tetsuya… Bueno, Tetsuya más bien parecía algo perdido…

-Ogawa-san, está todo listo. Arai-san lo está esperando, la rueda de prensa está a punto de comenzar…

-Sí, gracias.- respondió, pero no fue a donde debía, en su lugar caminó al lado contrario a la sala de conferencias. Antes debía hablar con su amigo. –Arimatsu, ¿Hyde?

-Descuida, Yasu está en eso, confía en él… ahora será mejor que te adelantes, la conferencia está a punto de comenzar.

Tetsuya corrió hacía la sala de conferencia, allí además de Minoru Arai también lo esperaba Ayana Sakai, la modelo principal.

*******

Detrás del escenario estaban los demás modelos, entre ellos estaba Akihito Ichiki, que no podía evitar mirar ansioso la entrada. La noche anterior había estado hablando con J por teléfono y le recordó varias veces el evento y éste le había prometido que ahí estaría. Pero faltaba menos de media hora para que todo comenzara y él aun no lo había visto… ¿lo habría olvidado?

-Aki-san, los maquillistas están esperándolo.

-Ya voy…- dijo, echando un último vistazo. En ese momento las puertas del salón se abrieron… era… No, no era él.  

*******

-Siguiente pregunta por favor…- un reportero levantó la mano. –Sí, usted.

-Reportero del programa Fukusou. ¿Por qué incursionar en la moda masculina? ¿Por qué ahora?

-Bueno, la moda…

Tetsuya contestó a todas las preguntas con la mayor cortesía posible, intentando concentrarse, pero la verdad le era difícil. En su mente sólo había dos cosas, Hyde y Hyde.

-Última pregunta…- anunció Arai-san. –Sí, Usted.

-Reportera del diario local de Osaka, ¿Qué lo motiva? ¿Cuál es su inspiración?

-Mi inspiración…?- lo pensó un momento. –Yo también tengo una persona importante, la que me motiva día a día… esa persona es mi inspiración también… una vez leí que el amor mueve al mundo, pues esa persona es mi motor…

-¿Esa persona está aquí?

Tetsuya vagó la mirada por toda la sala, justo en ese momento las puestas se abrieron y un hombre rubio y delgado cruzó por la sala y se sentó en la última silla. Negó. –No…- respondió. –No está aquí…

Arai también dirigió la mirada hacia el tipo que había entrado, lo reconocía, era el “amigo” de Arimatsu.

La rueda de prensa terminó y entonces el show comenzó, pero antes se volvió a su amigo…

-Arly, en sala vi llegar a Yasu, pero no a Hyde…

-Lo siento, amigo…

-Está bien, supongo que está realmente molesto conmigo…- sonrió tristemente. No debía preocuparse por eso ahora, tenía mucho qué hacer, pero tampoco podía evitarlo….

*******

-Sonríe Aki… te toca.

El modelo salió a la pasarela, avanzó por el largo camino, ida y regreso, y entonces aun lado de la tarima lo vio. Ahí estaba Jun, sentado en la última silla, sonriéndole amenamente, y cuando notó que le devolvía la mirada, le sonrió más ampliamente a modo de saludo.

Aki dio su mayor esfuerzo. Las cámaras estaban sobre él, incluso Tetsuya estaba muy sorprendido. Cuando ese chico se presentó al casting no estaba muy seguro, pero ahora no se arrepentía de haberlo incluido.

Llegó la parte final de la pasarela, el diseñador debía salir acompañado de la modelo principal para presentar el diseño más importante de la campaña. Pero Tetsuya le pidió a Aki que se colocara uno de los atuendos que había modelado, el que más le gustara a él porque quería que saliera con ellos.

-Pero, ¿está seguro?

-Sí, será mejor que te des prisa…- le apresuró el diseñador.

Aki se cambió rápido, Tetsuya y Ayana ya lo esperaban en la salida…

Cuando aparecieron los tres en el escenario, los flashes y los aplausos no se hicieron esperar. Hubo una gran ovación de parte de los asistentes.

Por fin el show había terminado. Y tras bambalinas…

-Buen trabajo, chicos. Todo esto es gracias a su esfuerzo…- les felicitó Tetsuya.

-Ahora, ¿qué les parece si vamos a celebrar?- se alzó la voz de Arai. Todos respondieron con un “sí” al unísono.

-Lo siento, yo paso…- respondió Akihito.

-Vamos, no puedes dejarnos así, ¿o es que se te subieron los humos?

-No, no es eso… es que…- Aki se sonrojó ligeramente. Desvió la vista hacía el otro lado de la sala y entonces todos notaron al hombre de pie allí esperándolo. –Yo… tengo planes…

Todos aullaron haciendo bulla de él. El sonrojo de Aki se intensificó. Entonces caminó hacia la salida.

-¡Viniste!!!

-Te lo prometí, ¿no es verdad?

-Yo creí que… es que cuando no te vi llegar… yo pensé que…

-Lo siento, llegué temprano pero no quise molestarte antes del evento.

-Me habría gustado que me molestaras…- dijo bajado la mirada, apenado.

Jun notó que todos los del staff les miraban de soslayo y luego reían de manera disimulada.  

-¿Irán a celebrar?

-Sí, creo que irán a un bar o algo así…

-Tal vez preferirías acompañarlos…

-No.- se apresuró a contestar. –Digo, sólo si tú vienes conmigo…

-Bueno, entonces qué te parece si vamos a algún lado, solos tú y yo, ¿te gustaría?

-¡Por supuesto! Es decir, claro, sí, vamos.- J sonrió por la actitud del muchacho, se notaba ansioso y nervioso y eso lo hacía ver un poco tierno. Aki era un chico muy alegre y vivaz, tal vez era eso lo que más le gustaba de él. Sin mencionar lo lindo y atractivo…  

Akihito le pidió que esperara un momento, regresó donde estaban sus compañeros y se despidió de todos. Buscó con la mirada a Tetsuya Ogawa para agradecerle por la oportunidad que le había dado, pero no lo encontró por ningún lado. No quiso hacer esperar al abogado así que pensó que bien podría agradecerle en otro momento.

Ambos salieron del lugar. J tomó el bolso que llevaba el modelo, parecía pesado y Aki se notaba cansado. Lo colocó en la parte trasera del auto.

-¿A dónde te gustaría que fuéramos?

-Cualquier lugar está bien para mí…- dijo al tiempo que se abrochaba el cinturón de seguridad. 

-Hay un bar cerca de aquí… solía visitarlo hace mucho tiempo…

-¿Solo?- la pregunta abandonó sus labios antes de darse cuenta. A J le sorprendió un poco la pregunta.

-Sí, la mayor parte del tiempo, sí…

-J-san, dijiste que sólo estabas en Kansai de visita, ¿tú resides aquí, en Tokio?

-Ya no. Ahora estoy trabajando en Sapporo así que me mudé allá.

-¿Puedo preguntar a quién visitabas en Kansai?

-Yo… aún amigo…

-¿Tu amigo el profesor?

-Sí, a él.

Hacía semanas que J no pensaba en Yukihiro, ¿qué extraño? Cuando se mudó a Sapporo era lo único que hacía, día y noche, Yukihiro estaba en su mente, pero desde que había conocido a Aki eso cambió.

Por fin llegaron al bar. J estacionó el auto y ambos bajaron de él. Al entrar tuvieron que pasar por lo que parecía un túnel, era un camino oscuro y estrecho. Aki tuvo que tomar el brazo de J para no tropezarse, y J se dejó asir. Luego de lo que pareció un largo camino por fin les llegó el rumor de la música. Un hombre grande les abrió una puerta gigantesca y pesada, el lugar estaba oscuro, aunque en la pista las luces brillantes parpadeaban sobre la masa de gente que se movía al ritmo del rock. J eligió la mesa más alejada del lugar, en un segundo piso, en la zona cercana a la baranda que les daba una vista amplia de la pista.

El camarero se acercó, J pidió un par de bebidas.

-La música es muy buena…- dijo Aki, pero J no le escuchó, así que hizo un gesto indicándole que no entendía lo que decía. -¡Dije, que la música es muy buena!- gritó. J sonrió y asintió al tiempo que se cambiaba de lugar y se sentaba a su lado.

-Así no tendrás que gritar…- le susurró al oído y Aki reprimió un estremecimiento por su cercanía.

Las bebidas llegaron y Aki la bebió con premura. Luego le hizo un gesto al mesero para que le llevara otra.

-Oye, más despacio… no quisiera tener que llevarte cargando hasta Kansai….- bromeó.

-¿Vamos a bailar?- le pidió con un gesto tan infantil que hizo sonreír a J.

-¿Qué? No, ni loco…

-¡Anda, Vamos!!!

-Ya olvidé cómo bailar…

-¡Ese no es pretexto! Vamos, no eres tan viejo.

El modelo se puso de pie y comenzó a tirar del abogado, que se negaba a hacer el ridículo delante de tanta gente. Pero Aki seguía suplicando con carita de cachorro, puchero incluido, hasta que al final, J se dio por vencido.

En el escenario estaba una banda, bastante buena para ser amateur, llamada SID. J y Aki llegaron hasta el centro de la pista y entonces comenzaron a moverse. Aki se movía al ritmo sensual de la música, movía sus caderas y sus brazos y J no podía despegar la mirada del chico. Entonces la tonada cambió de ritmo, lo que tocaban ahora era una balada romántica y las parejas comenzaron a abrazarse y a bailar juntas, muy pegadas. Por un instante J no supo qué hacer, pero Aki se acercó y se colgó del cuello del mayor, J le tomó de la cintura y juntos comenzaron a bailar lento, cadenciosamente. El modelo dejó descansar su rostro en el pecho del abogado, tarareando la canción, al llegar al coro el muchacho levantó el rostro lo miró un momento, entonces cerró los ojos.

J podía sentir el corazón acelerado del chico y notaba su mirada prendada en sus labios, al verlo cerrar los ojos supo enseguida lo que quería, no lo hizo esperar mucho, le acarició la mejilla y se acercó lentamente para besarlo.

El beso que compartieron fue largo y apasionado. J nunca había compartido un beso igual, era la vitalidad de ese chico, besaba como vivía, sin miedos y sin restricciones. Y eso le gustaba mucho a Jun Onose.

-Vamos a un lugar más privado…- susurró el muchacho y J simplemente le sonrió.

-Será mejor que vayamos a casa.

-¿Bromeas?- dejó de bailar y se separó ligeramente de él. –Estamos en Tokio y pasa de la media noche…

-Tengo un departamento en el centro. Podemos pasar ahí la noche. Saldremos mañana por la mañana a Kansai…

-¡Oh, tu departamento, ¿eh?!

J simplemente sonrió divertido por la insinuación.

*******

Camino al departamento, J se detuvo en una tienda de conveniencia para comprar algunas bebidas, hacía tiempo que se mudó y no había nada de comer o tomar allí.

Se conformaron con cervezas. Bebieron un buen rato, hablaron un poco de todo, a J le sorprendía lo fácil que era hablar con ese chiquillo.

-Mi trabajo es muy agotador, ¿sabes?- respondió con desfachatez, desparramado en el sofá como si esa fuera su casa.

-¿No me digas, el bar?

-No, mi trabajo de verdad…- respondió un poco exaltado, como si el abogado le hubiera ofendido.

-Ah… ¿La escuela?- se hizo el tonto. -Dijiste que estabas estudiando, ¿no?- Aki rodó los ojos en blanco.

-Claro que estoy estudiando, lo del bar me ayuda con eso, pero no, el modelaje es mi pasión, yo quiero convertirme en uno de los mejores, ya sabes, de esos que aparecen en las revistas, o en los anuncios televisivos, o en los videos  musicales…

-¿Modelo y bailarín?

-Sí, ¿por qué pareces tan sorprendido?, ¿No crees que soy lindo?, digo, ¿lo suficiente como para ganarme la vida con mi rostro o mi cuerpo?

J se quedó prendado de él. El tono que había utilizado, ¿eran ideas suyas, o el chico lo estaba seduciendo? Podía notar lo lindo que era, algo extravagante y divertido, un rostro de niño pícaro y malicioso… luego pasó a su cuerpo. Su cuerpo… Sí, le estaba seduciendo.

-¿Y bien?- continuó el muchacho poniéndose de pie y estirándose, aparentando destensar sus músculos. Pero J lo notaba, al estirarse Aki dejaba ver su estrecha cintura. Lo sabía, le estaba seduciendo.

Por un segundo el beso que compartieron en el bar había quedado muy atrás, casi como si hubiera sido un sueño, como si no hubiera pasado, pero…

-¿Qué haces?- Preguntó sorprendido. El menor se sentó sobre sus piernas, le acarició el pecho y vagaron sus manos por los hombros del abogado, le acarició la nuca y enterró los dedos en su oscuro cabello.

-¿No te gusto?

-Aki, no…- “No” pero su cuerpo dijo “Sí”. Mientras Aki le besaba, él le tomaba de la cintura y le acariciaba la espalda y los glúteos y lo acercaba más y más hacía sí. Sintió las manos del muchacho jalarle el cabelló, lo que le arrancó un gemido suave.

J comenzó a acariciarle por debajo de la camisa, pasaba sus manos por los costados. Se levantó del sofá con él en brazos y caminó hasta la habitación sin dejar de besarle o acariciarle. No podía negar que ese chico le gustaba, le ponía caliente el hecho de pensar en poseerlo.

Lo tendió en la cama con suavidad y, sin pensarlo mucho, comenzó a desvestirlo.

Aki comenzó a gemir suavemente, con vergüenza. Su cuerpo temblaba ligeramente, y J lo notó. Dejó de atender su pecho y subió por su cuello hasta llegar a sus labios nuevamente.

-Realmente eres hermoso…- susurró una vez que se separaron.

Aki le miró ansioso y con miedo y luego habló.

-¿Dolerá?- dijo con una inocencia tal que J quiso tomarlo en ese momento. Pero no lo hizo. La pregunta le había arrancado del mundo de la lujuria de un tirón.

Se separó de él completamente.

-Qué haces, no te detengas…- replicó el chiquillo.

-¿Jamás lo has hecho?- Aki negó. -¿Esta sería tu primera vez?- Aki asintió.

J sonrió con paciencia y luego se puso de pie. Comenzó a buscar su ropa regada y mientras la recogía le tendió a él la suya para que se vistiera también.

-J-san, yo quiero hacerlo…

-No niño, no quieres.

-No me llames niño. No soy un niño. ¿A caso no te gusto?- Aki se levantó. J podía ver su cuerpo desnudo. El cuerpo de un modelo, delgado paro atractivo. Podía notar sus curvas, su cintura estrecha, sus piernas largas y torneadas, su piel apiñonada…. Se mordió el labio inferior… -Te gusto…- aseguró con una sonrisa ladeada. Y comenzó a acercarse, lentamente. Con movimientos seductores, calculados. J estaba hipnotizado. Aki se plantó frente a él, le tomó de las mejillas y se acercó lentamente para besarlo.

-No…- J se separó. –Ponte la pijama…- le ordenó. -yo dormiré en la otra habitación.

-No, quédate…- le suplicó. -Perdón…- dijo de repente antes de que el abogado saliera de la habitación.

-¿Por qué te disculpas?- preguntó extrañado y divertido a la vez.

-Hice algo malo, ¿no es cierto? Por eso ya no quieres hacerlo conmigo…

J lanzó una ligera risilla. –No, claro que no. Tú no hiciste nada malo.- suspiró y regresó hasta la cama donde se sentó. Le tendió la mano el chico se acercó y la tomó, sentándose a su lado. –Me gustas, no puedo negarlo.

-¡Tú también me gustas mucho!- respondió con premura.

-Pero, esta noche sólo dormiremos…- Aki se quedó mirándolo, no entendía lo que le decía, ¿por qué no quería hacer el amor con él? No entendía, pero asintió.

Aki se colocó el pijama que le había dado, una simple playera gigantesca, se recostó en la cama y se acomodó en el pecho del abogado quién le acercó más y le abrazó estrechamente. Ambos permanecieron así, abrazados y en silencio.

En ese momento, J se dio cuenta de que, aunque Aki aparentara otra cosa, no era más que un chiquillo inocente. J se sintió un poco apenado, como si estuviera pervirtiéndolo de alguna manera. No era la diferencia de edades, era más bien… ¿cómo decirlo?... la malicia, tal vez. Porque si debía ser sincero, él había deseado poseerlo desde el momento en que lo vio en ese bar, semanas atrás.

 

********************************************************************************

 

Luego de que el show terminó…

Tetsuya felicitó a todo el equipo y mientras ellos discutían sobre ir a celebrar, mientras se ponían de acuerdo con el lugar, él decidió ir a su oficina y llamar a Hyde. Había visto a Yasu entrar a la sala de conferencias, sabía que el rubio había hecho lo necesario para que Hyde le acompañara, lo sabía porque también era su amigo, pero la excusa, quería escuchar la excusa de voz del pintor.

Mientras tanto, Arimatsu buscaba a su pareja, también quería saber qué había pasado con el pintor.

*******

-Te digo que esto es una mala idea.- renegó Hyde. –Debería llamarlo y decirle que le esperaré en el departamento para hablar con él…

-Hyde-san, fuiste tú quien dijo que jamás has faltado a ningún evento importante…

-Lo que tú quieres es vigilar a Arly… por eso estamos aquí…

-Me atrapaste, Hyde-san…- Yasu sonrió con nerviosismo.

No, él no estaba aquí por Arimatsu, él estaba aquí porque no era más que un traidor, había engañado una vez a su pareja, una vez y ahora tenía que pagar con creces su error. No sólo eso, al parecer Hyde también debía pagar por él…

Luego de asistir a la rueda de prensa, Yasu llamó a Hyde y le dijo que iría a recogerlo para que, juntos, asistieran al evento. Hyde aceptó enseguida, claro sin obviar su desesperación. Ansiaba hacer las paces con Tetsu.

Cuando llegaron al evento, ya casi al final, Yasu pudo notar la mirada esperanzadora del pintor, estuvo a punto de decirle a Hyde toda la verdad, pero entonces, en el salón donde se llevó a cabo la pasarela, al lado de barra, la mirada penetrante y amenazadora de Camui lo alcanzó y le obligó a continuar con el plan.

Ambos fueron tras bambalinas, Hyde se topó en la entrada con dos hombres, apenas repararon en él, Hyde se quedó mirando al menor, sonrió…

-¿Qué ocurre, Hyde-san?

-¿Ves a esos dos?

-Sí…

-Él está perdidamente enamorado del otro…- dijo señalando al menor.

-¿Cómo lo sabes?

-Se nota en su mirada, en la forma en que sonríe, bueno, hasta en la manera de caminar…- rio ligeramente. La última sonrisa en mucho tiempo…

-Vamos, Hyde-san, hay que encontrar a Tetsuya-san…

Hyde y Yasu se pusieron en marcha de nuevo.

-Hyde-san, ¿Por qué no te adelantas a la oficina, tal vez Tetsuya-san esté allí? Yo iré a buscar a Arly…

-De acuerdo…

Hyde caminó más seguro el último tramo. Pensar en la sorpresa que le daría a Tetsuya cuando lo viera allí…

Cuando llegó a la oficina no llamó a la puerta, quería sorprender al diseñador, así que la abrió lentamente… un murmullo le llegó desde adentro, sonrió, Tetsu debía estar allí… abrió la puerta por completo feliz con la idea de una reconciliación… nada lo preparó para lo que vería…

*******

-¿Qué haces, Tet-chan?

La voz de la mujer le sorprendió.

-Ayana… creí que irías a festejar con los demás…

-No, yo prefiero festejar contigo… pero, ¿qué estás haciendo?

-Quiero llamar a Hyde…- contestó al levantar la bocina. Pero en un rápido movimiento Ayana se acercó y se la arrebató de la mano. –Oye…

-No dejaré que le llames. Sí realmente te quisiera él estaría aquí, sin que tú tuvieras que rogarle… aún no lo entiendes…

-Ayana…

-No, Tetsu, tú eres demasiado bueno para él… tú no te das cuenta pero, hay gente que de verdad te quiere…

-¿A qué te refieres con que “de verdad me quiere”?

-Tet-chan…- se acercó decidida. –Me refiero a mí…- dijo colocando una mano en el pecho del diseñador y la otra vacilando al intentar entrelazar los dedos con su mano. Tetsu se dio cuenta del nerviosismo de la chica y sonrió. En ese momento Ayana levantó la mirada y se paró de puntitas para alcanzar sus labios por segunda vez esta semana.

Tetsuya no rechazó el contacto y Ayana se atrevió a abrazarlo de los hombros y jalar de él para profundizar el beso, Tetsu, en un acto reflejo, le abrazó por la cintura.

-Él no te merece, no te entiende… tus problemas familiares son culpa suya…- dijo entre beso y beso. –Él no te quiere como yo…

Tetsu quiso apartarse, pedirle que no dijera eso, gritarle que no era verdad, pero… todos estos días sin él, pasándola mal, sintiéndose tan solo… había estado tan necesitado de cariño….

-Tet-chan…- gimió la chica cuando Tetsu le acarició por debajo de la falda… ella comenzaba a desprenderlo de la camisa cuando alguien abrió la puerta de la oficina…

Un haz de luz les dio justo en el rostro, Tetsuya se volvió lentamente para encontrarse con el rostro impávido, dolido del pintor…

La sonrisa de Hyde se desvaneció en ese momento. Sus ojos, muy abiertos, notando sus labios unidos, sus cuerpos juntos y las manos de Tetsuya, sus manos finas y suaves, acariciaban a la chica… caricias que en algún momento fueron suyas…

En el eterno milisegundo que todo eso duró, antes de que el cuerpo de Tetsuya pudiera reaccionar, Ayana aprovechó el momento de duda en el diseñador y tiró de su rostro para volver a besarlo…

Entonces Hyde no lo soportó más y salió corriendo de allí…

-¡NO…!- se apartó violentamente de la muchacha.

-Pero, Tetsu…

-Ayana, perdóname, pero yo amo a Hyde.- dijo y salió corriendo en busca del pintor.

Hyde ya no estaba en el pasillo.

-Maldición, Hyde… ¿dónde estás?- susurró para sí mismo. Vagó por todo el lugar y no pudo encontrarlo.

*******

Hyde no corrió, no lloró tampoco. No permitiría que la gente de Tetsuya se diera cuenta de lo que había pasado. Llegó al salón del evento rápidamente al cruzar por el escenario, allí en la barra aún estaba Camui, quien al verlo tan apresurado, se acercó.

-Hyde, ¿estás bien? ¿Qué te pasa?- preguntó tan inocentemente, acercándose. Hyde se detuvo en seco al verlo. De haber sido cualquier otra persona, se habría lanzado a sus brazos a llorar, pero no con él.

-Estoy bien, sólo necesito salir de aquí…

-¡Haido!- se escuchó la voz de Arimatsu que venía del otro lado acompañado de Yasu.

-¡Arly!- se giró y caminó presuroso hacia sus amigos.

Gackt Camui le lanzó una mirada furiosa a Yasu, quien simplemente bajó la mirada y tomó del brazo a Arimatsu en busca de su protección.

-Oye, ¿dónde te habías metido?

-Debo salir de aquí…- le pidió con desesperación.

-Pero, Haido, Tetsu está…

-Por favor, sáquenme de aquí. Necesito salir de aquí inmediatamente….

Arimatsu le miró un poco confundido, tal vez un poco asustado. Asintió con seriedad, casi solemne y le indicó que le siguiera. Cinco minutos después ya estaban de camino…

-¿A dónde vamos?- preguntó Hyde luego de un rato. Cuando subieron al auto, Arimatsu quiso preguntarle a Hyde qué había sucedido, pero la mirada preocupada de su pareja le detuvo. Arly le conocía muy bien y algo le decía que Yasu sabía algo.

-Te llevaremos a nuestro departamento…

-No. Llévame a casa de Sakurai, por favor.

-No creo que sea buena idea.- se apresuró a responder Yasu. No conocía todos los detalles, pero sabía que Camui y Sakurai estaban detrás de todo lo malo que le estaba ocurriendo ahora a Hyde.

-Llévame allí… Tetsuya no se atreverá a buscarme en ese lugar…

-Hyde, ¿qué sucedió?- preguntó de nuevo, con cuidado.

Hyde lanzó un resoplido lleno de frustración, de dolor, de enojo… Yasu pudo darse cuenta por el espejo, de que el pintor lloraba. Para Arimatsu era más difícil notarlo ya que Hyde mantenía el rostro vuelto hacía la ventana.

-Lo encontré en la oficina revolcándose con esa tipa…

-¿Sakai-san?- Hyde rio sin gracia. Una afirmación a su pregunta. –Eso es imposible….

-¡Sé lo que ví…!!- le molestó que no le creyera.

-Hyde yo creo que deberías…

-Gracias por el aventón.- Le cortó. Habían llegado al edificio donde se venía quedando hace días. Arimatsu se estacionó frente a este para poder hablar con mayor tranquilidad con el pintor, pero Hyde no quería hablar en ese momento, y menos con él. Arimatsu era amigo de Tetsuya y era obvio que se podría de su lado. Así que optó por bajarse del vehículo y subir a descansar un rato.

-Haido, espera…- intentó detenerlo el mayor.

-No puedes decirle a Tetsuya dónde encontrarme, ¿de acuerdo?

Los dos tipos del auto sólo asintieron.

Hyde cruzó la calle sin mucho cuidado, esquivando los coches y a un par de motociclistas. Cuando Arimatsu lo vio entrar en el edificio, puso el motor en marcha y se alejó de ese lugar.

-¿Crees que sea buena idea dejarlo ir así?- le preguntó a su pareja, preocupado.

-…No lo sé….- respondió Yasu temeroso. Sintiendo la culpa recorrerle todo el cuerpo. 

 

Notas finales:

¿Qué les pareció? Muy pesado, ¿cierto?

Bueno, como dije, simplemente no puedo dejar de escribir. No sé si eso es bueno...

Continuará.... 


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