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MEMORIES por Sakurako

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Notas del capitulo:

Hola

Siento mucho haber tardado tanto en actualizar. De heho, me disculpo por adelantado de este capítulo, creo que perdí el hilo de la historia un poco. 

Si mi salud me lo permite, espero no tardar tanto con el próximo capítulo. 

En fin, está cortito pero aun así espero que lo disfruten. 

 

CUARTA PARTE

 

Tetsuya Ogawa siempre fue un tipo con suerte. Nació en una familia, si bien no rica si bastante acomodada, tuvo dos hermanas, una mayor y otra menor que él, y ambas lo amaban mucho. Trabaja en lo que más le gusta; la moda, y está recuperando su lugar en este medio tan complicado. Y, por si les pareciera poco, está con el hombre que ama; Hyde. ¡Vaya que es un tipo con suerte!

Y él lo sabe; sentado en el rellano que da al pequeño jardín, observando a Hyde en la otra habitación, todo le parece tan… hogareño, casi perfecto. El pensamiento llega no por primera vez, pero sí más claro que nunca y aunque intenta apartarlo, porque como siempre no es el momento, éste persiste.

La risa de Hyde le llega desde el living y le saca de sus pensamientos.

-¿Qué estás viendo con tanto interés?- le pregunta con una sonrisa brillante al momento que entra a la estancia.

-¿Escuchas?- le pide Hyde. Su rostro lleno de emoción. Luce tan lindo.

-¿Qué?

-Shhh…. Escucha…- levanta un dedo al aire para enfatizar la órden. -La batería de fondo…

-Ah… no escucho nada.

-Tonto. Pon más atención… ¡ahí está!

-Ah, ¿esa canción?- Tetsuya pregunta al sentarse a su lado.

-Es Sakura, Ya-chan.

-¿Quién?

-Un amigo, bueno, creo que aún es mi amigo. Estuvimos juntos en la universidad. Él era el baterista en la banda de Ken.

-¿Kitamura tenía una banda?

-¿Nunca te conté?

-No cre…

-¡Shhhh!!! La entrevista va a comenzar.- tomó el control del televisor y subió el volumen. Tetsuya no podía dejar de mirarlo, lo amaba tanto. Se obligó a prestar atención también. En realidad pretendió interés, porque si debía ser sincero, ese tipo de música no era su estilo; demasiado… ruidosa.

Y entonces entró la banda al estudio, cuatro hombres vestidos con ropas oscuras, dos de ellos con cabellos largos y miradas penetrantes, en cuanto a los otros dos sus aspectos eran tan extraños como sus comportamientos. Parecía como si vinieran de otro mundo.  

-….¿por qué no nos cuentan cómo terminaron en esta banda?- preguntó la presentadora con emoción.

-Bueno, mi grupo entró en receso y decidí que necesitaba más acción así que llamé a Sakurazawa quien también estaba descansando y lo convencí para que me ayudara con esta locura…

-Tu banda, es verdad, tú estabas como baterista de apoyo en Lion Heads, ¿cierto?

-Aún lo estoy…- respondió Sakura. Hyde sonrió, algo que Tetsuya notó, Sakura aún tenía este tono de voz fuerte y grave, tan lóbrego.

-¿Por qué de apoyo? Tengo entendido que te han ofrecido ser parte de la banda de manera permanente muchas veces pero siempre la has declinado, ¿por qué?

-Pues… qué puedo decir, no me gustan las ataduras…

Todos rieron. También Hyde.

-Ya-chan siempre fue así, tan independiente, ¿sabes, Tetchan?

Y la entrevista continuó. Hyde escuchaba fascinado. En algún momento le comentó a Tetsu que debían ir a una tienda de música y comprar todos sus discos. Dijo que hacía tanto tiempo que no lo escuchaba que tenía que ponerse al día. Tetsuya le prometió que irían mañana.

 

-¡La cena está lista!

-Ese es tu padre.- dijo Tetsu y Hyde lo miró como diciendo, “ya sé que es mi padre”, a lo que Tetsuya sólo le sonrió. –Vamos, preparó curry y arroz.

Ambos se levantaron del sofá y fueron hasta la cocina donde encontraron a Hiroki probando que el curry no estuviera muy condimentado. Hyde sacó los platos de la alacena y Tetsuya colocó el mantel. Era extraño lo fácil que se había acoplado a la familia. Hyde se detuvo un momento para mirarlos a ambos, toda esta escena era tan… familiar, y lo peor de todo, le gustaba este ambiente.

La hora de la cena era muy ruidosa en la familia Takarai, no eran sólo los sonidos de los cubiertos, eran las eternas “peleas” entre Mizuki y quien fuera que se sentara a la mesa con ella. Le gustaba pelear con todos, era una manera interesante de demostrar cuánto les quería. Así que desde que ella se había ido, tal vez inconscientemente, ellos conversaban de cualquier cosa, lo que fuera con tal de no sumirse en el silencio. Era de esta manera que una noche habían terminado hablando de supuestos avistamientos ovnis y otros temas absurdos. Esta noche sin embargo, el tema era; una próxima partida.

-¿Eso significa que está todo decidido?

-Sí. Masahiro está haciéndose cargo de todos los arreglos.

-¿Tienes algo preparado?

-En realidad, no. Pero ya se me ocurrirá algo.

-¿Irás con él, Tetsu?

-Por supuesto. No volveré a separarme de él.- le dirigió a Hyde una sonrisa. –De hecho, he estado pensando en… bueno, ya que vamos a américa, pues yo pensé que tal vez, no sé…

-¿De qué estás hablando?

-Doiha, ¿nunca has pensado en que podríamos… no sé, casarnos?

-¡¿Casarnos?! ¡¿Estás loco?!

Hiroki lanzó una risotada. Algo que hizo a Tetsuya sonrojarse y a Hyde enfurecerse. Hyde se levantó de la mesa con un sobresalto y se encaminó a su habitación. Hiroki intentó disculparse con Tetsuya pero este le dijo que no era necesario.

-Sé que suena descabellado, pero lo amo. Y sí, antes me parecía imposible pensar en el matrimonio con él, pero ahora, incluso he llegado a pensar en que podríamos adoptar un pequeño. Realmente suena a una locura, ¿verdad?

-Eso sería grandioso. Aunque no estoy muy seguro de qué clase de padres serían ustedes dos, sí estoy seguro de que yo sería un gran abuelo, ¿sabes?

Tesusya sonrió. Al parecer ese tipo de humor le venía a Hyde de familia. –Iré a hablar con Doiha.- Hiroki asintió y luego le guiñó un ojo, deseándole suerte. Conocía a su hijo.

Subió las escaleras con parsimonía. Al entrar en la habitación encontró a Hyde en la ventana, mirando hacía cielo. Por el reflejo Tetsuya pudo notar el ceño fruncido. Seguía enojado.

-¿De verdad te parece tan aborrecible la idea de casarte conmigo?

-No seas idiota.

-A tu padre incluso le parece divertido que  adoptemos un niño, ¿o prefieres una niña?- Hyde le lanzó una mirada fría. –lo siento. Siento haberlo dicho así, tan de repente.- Hyde seguía callado, mirando hacia el exterior.- Bueno, qué te parece si comenzamos con algo sencillo. Mañana iremos a comprar los discos de esa banda donde toca tu amigo. Y luego, si quieres, hablaremos de esto con más calma. ¿Qué dices?

Entonces Hyde se volvió, se dirigió a la cama ignorando a Tetsuya y se metió entre las cobijas. Tetsuya lanzó un resoplido y se sentó en la cama, de su lado.

-Lo sie…

-Mañana después de ir a la tienda de discos, iremos a hablar con Masahiro. Quiero estar seguro de que tiene todo listo.

-De acuerdo.

Tetsuya sonrió al sentir que Hyde se volvía y se abrazaba a él.

 

********************************************************************************

 

La alarma sonó; 6:30 am.

Ken gruñó con desgano. Las vacaciones habían terminado. Extendió el brazo hacia el otro lado de la cama, el lugar que usualmente ocupaba Yukihiro y que hoy, otra vez, estaba vacío. Se impulsó con ambos brazos e intentó enfocar la vista alrededor de la habitación, pero estaba vacía. De un manotazo silenció la molesta alarma y entonces lo escuchó; a pesar de que el estudio estaba hecho a prueba de ruido, a Ken le llegaba el rumor de la batería hasta el cuarto, y eso era porque a Yuki le daba por practicar con la puerta abierta.

La batería se había vuelto un refugio para él. Al principio a Ken le había preocupado mucho, pero ahora, en realidad lo envidiaba.

-Ken, no seas tan flojo, hoy hay mucho trabajo… levántate…- Yukihiro entró en la habitación y sacudió al moreno, quien en realidad no dormía. Se sentó en la cama, de su lado. –Vamos, levántate…

-¡No quiero!!!- chilló y se cubrió con las cobijas.

-Hoy es tu turno de preparar el almuerzo, ¿recuerdas? Se lo prometiste de Yuudai.

-Ahhh… Yuudai, había olvidado el almuerzo….- se descubrió y luego gateo hasta el rubio, quien seguía sentado dándole la espalda. Le acarició el cuello y luego besó el hombro, Yuki se estremeció pero no cedió. -¿Tenemos tiempo para….?

-No, no tenemos tiempo.- se volvió y le besó para luego levantarse y dirigirse a la ducha.

*******

 Ken estacionó el auto a las cinco treinta de la tarde. Desde que trabajaba en una oficina siempre llegaba temprano a casa. A Yukihiro eso le gustaba, sobre todo en días como hoy. Días en que se siente tan triste.

Lo primero que observó Ken al bajar de su auto es a Yukihiro sentado en la entrada, parecía estar esperándole. Le sonrió y Ken le devolvió la sonrisa más una mirada cargada de cariño.

-¿Todo bien?-  le preguntó al llegar al primer escalón de la entrada. Yukihiro estaba sentado en el tercero.

-Sí, todo bien.- respondió el rubio no muy convencido. Ken se inclinó para dejar un beso en sus labios y luego se sentó a su lado.

-¿Me dirás qué te ocurre o tendré que interrogar a Yuu-chan?...- luego lo pensó un momento. - Oye, ¿dónde está Yuu?- preguntó volviéndose desgarbadamente hacía el interior de la casa.

Yukihiro rio al notar la contorción que tuvo que hacer. –Está…- dudó un momento. –ayudando a… a cuidar los cachorros.

-Oh. Eso te está matándote, ¿no?- preguntó con cuidado.

-¿Qué? No, yo…

-No tienes porqué mentirme Yuki, no a mí. Te conozco lo suficiente como para saber cuándo algo está molestándote.- Yukihiro no lo miró y tampoco respondió. –Creo que ya te di espacio suficiente, y si soy sincero creo que esa batería ya tuvo suficiente también. Ahora me gustaría que me hablaras.

-No tengo nada que decir, Ken.

-¿No?

-No.

-Ah.

Ambos se quedaron en silencio un rato.

-…bueno, sólo, tal vez… no sé Ken.

-Bueno, yo sí sé. Si te molesta que Yuudai ayude a Yoshiro-san, tienes que decirlo Yuki. Estoy seguro que él lo entenderá. Espera déjame terminar.- le pidió cuando Yukihiro hizo el ademán de replicarle. –Aunque yo creo que lo que está molestándote es la rencilla que tienes con tu padre. Sí Yuki, tu padre. Sé que ha estado molestándote desde ese día en que lo enfrentaste, pero muy en especial desde que ese chico, ¿Cuál era su nombre?... bueno no importa; desde que ese chico te contó todas esas cosas que hizo tu padre.

-No sé de qué rayos estás hablándome, Kitamura.

-De que tienes miedo de darte cuenta que ese tipo es capaz de querer. Por la forma en que trata a Yuudai, no quería decirlo, pero creo que estás celoso, Yuki. Tienes miedo de que ese chiquillo tenga razón Yoshiro te haya querido en su forma tan extraña.

-Estás loco.- Yukihiro hizo el además de alejarse pero Ken lo detuvo.

-¿Tú crees?

-Digamos que tienes razón, no lo de… los celos, pero sólo digamos que tal vez tienes razón, entonces, qué sugieres?

-Habla con él. Tal vez puedan hacer las paces. Y si no, al menos lo intentaste. Sé que podrás vivir con eso.

Yukihiro se quedó mirándolo un momento, un largo momento, luego sonrió con ternura.

-Eres un idiota, Ken.- le dijo divertido, pero no en tono de burla. Y Ken pareció notarlo porque también sonrió. –Supongo que tienes razón.

-¡Claro que la tengo!- exclamó entusiasta pero luego se puso serio. –La verdad es que yo también lo he estado pensando mucho, ¿sabes Yuki? Yuuchan no conoce a sus abuelos, digo, mis padres. La última vez que los vio él tenía dos años, no tiene memoria de ellos. Tal vez es tiempo de que yo también sea valiente.

-Tú eres el hombre más valiente que conozco, Ken.- le besó.

-¿Yuki?

-¿Humm?

-Pero, tú me acompañas, ¿verdad?

-Ken…

-Pero ya hablando de cosas más serias. ¿Por favor podrías cambiar tu rutina matutina?

-¿Eso es algo serio?

-¡Claro! Digo, despertar sólo por las mañanas no es algo muy… agradable.

-Idiota…

Dicho esto Yuki se levantó y entró a la casa. Ken lo siguió con la mirada.

 

********************************************************************************

 

En la cocina, sobre la mesa descansa el periódico del día. Hiroki sonrió al ver la fotografía de su hijo develando su último trabajo en Francia en compañía de su “pareja”, como citaba al pie de la imagen. Además de la brillante sonrisa en el rostro de Tetsuya, Hitoki notó otro objeto brillante, el anillo en su dedo anular. Cuánto los extrañaba.

 

*******

 

-¿Hablaste con tu padre?

-Sí. Te manda saludos.

Hace casi seis meses que estaban en Francia y por fin volvían a Japón. Casi un año vagando por el mundo, aunque era emocionante también era muy cansado.

Dos días antes habían develado su última obra, y durante la rueda de prensa anunció su retiro indefinido. “Se tomaría un año sabático”, había anunciado. Aunque prometió que sus obras seguirían exhibiéndose y que su manager, Masahiro-san, sería el encargado de todo.

Así que ahí estaban arreglando todo para su regreso, por fin. 

-¿Estás seguro con eso del descanso indefinido?

-Claro que sí. Tengo muchas ganas de trabajar para mí y para nadie más. ¿Te parece una locura?

-No, por supuesto que no.

Mientras hablaban ambos iban de aquí para allá acomodando sus cosas en las maletas. De repente Tetsuya lo detuvo sujetándolo por el brazo. Hyde se sorprendió.

-¿Qué haces?

-Besar a mi esposo, ¿te molesta?

Hyde sonrió a la mención de la palabra “esposo”. Tetsu se inclinó sobre él y le besó profundamente. Ambos se tendieron en la cama recorriendo un poco las maletas hasta el borde.

-Creo que nunca me acostumbraré a que me llames así.

-¿Cómo, esposo? Pero si hace meses que nos casamos. Creí que con la tremenda noche de bodas que tuvimos había quedado muy claro.

-Idiota.- replicó lanzándole un golpe en el hombro. Jalándolo luego del cuello para besarse otra vez. Ambos sonrieron en medio del beso.

-Creo que necesitas un recordatorio…- dijo lanzándole un guiño e inclinándose para besarlo de nuevo.

Hacer el amor con Tetsuya siempre era una experiencia única, pero hacer el amor con su esposo era una experiencia suprema. Hyde se dejaba llevar por él. Tetsuya era un amante excelente, tierno y firme a la vez, esa dulzura y esa calidez en cada toque, en cada caricia o en cada palabra susurrada eran lo más enloquecedor que jamás haya experimentado. Tetsuya sabía cómo y dónde tocarlo para volverlo loco.

Y mientras Hyde se aferraba a los hombros delgados de Tetsuya, se dejaba llevar por la sensación. Alguien tocó la puerta. Ambos se detuvieron en seco, escuchando atentos, esperando que hubiese sido su imaginación. Entonces, volvieron a tocar.

-¡¿Qué demonios quieren?!- gritó un Hyde frustrado. Tetsuya rio por la reacción del pintor lo que ocasionó un roce involuntario que le arrancó un gemido profundo a Hyde. Y una risilla ahogada a Tetsu.

-Lo siento, pero como no contestan el teléfono...  y el taxi que pidió está listo.

-De acuerdo, gracias. – respondió Tetsu.

Ambos se miraron un momento y luego fue Hyde quien habló.

-Aún tenemos tiempo…- fue todo lo que dijo y ambos comenzaron a moverse con una sincronización increíble.

 

********************************************************************************

 

Y la vida sigue.

Casi un año había pasado desde que Yukihiro se había reencontrado con su padre. Casi un año que Yuudai le visitaba todas las tardes. Casi un año que Midori había cedido los derechos sobre su hijo a Ken.

Casi un año y Yukiho o Ken no habían encontrado el valor para visitar a sus padres.

 

En la casa de Ken y Yukihiro reinaba un silencio absoluto. Yukihiro estaba en el estudio preparando el plan de trabajo para el siguiente semestre. Ken estaba trabajando en la oficina, y Yuudai… ¿dónde estaba Yuudai?

Yukihiro se levantó del escritorio y fue hasta la habitación del pequeño, cuando Yuudai estaba tan callado era porque estaba en alguna travesura.

-¿Yuudai qué estás haciendo?- preguntó al tiempo que se asomaba a su habitación. -¿Tienes hambre?

Yuudai estaba tan concentrado en su proyecto que se asustó al escuchar la voz de su padre, pero al segundo regresó a lo suyo, casi ignorando a Yuki.

-¿Yuudai?

-No, Papá Yuki, tengo que terminar con esto.

-¿Qué es? ¿Trabajo de la escuela?

-No.

-¿Necesitas ayuda?

-No, gracias.

-¿Seguro?

-Sí.

Yuki suspiró. -De acuerdo. Te traeré algo de comer.

-Un sándwich de mermelada. Gracias.

-Y un vaso de leche.

-Sí, y un vaso de leche.

*******

Mientras estaba en la cocina escuchó el teléfono sonar, caminó hacia el aparato pero la contestadora entró antes de que pudiera atender. Entonces una voz aguda brotó. Una voz demasiado familiar a pesar de ser tan femenina.

Regresó a la cocina y dejó que la contestadora gravara el mensaje.

 

Al llegar a casa, Ken se dirigió directo al estudio, sabía que Yuki estaba trabajando mucho últimamente.

-¿Qué haces Yuki?

-Trabajo.

-Ya sé…- replicó al tiempo que se acercaba y se inclinaba para besarlo en los labios. –Quise decir que…

-Ya sé qué quisiste decir.- le interrumpió al instante. 

-Oh, estás de mal humor, ¿eh?- se alejó un poco del rubio. Yukihiro se quedó mirándolo serio, casi acusador. -¿Fue algo que hice yo, o Yuudai?

Yukihiro bufó.

-Ninguno. Lo siento es sólo que… en fin. Kaori llamó.

-Kaori, como… ¿mi hermana Kaori?

-Ajá.- respondió y se volvió a la pantalla de la computadora, sus dedos sobre el teclado tanteando las teclas.

-¿Dónde está Yuudai?

-En su habitación, trabajando en un proyecto o algo así… ¿escuchaste lo que te dije? Tu hermana llamó, dejó un mensaje en la contestadora.

-Ok, gracias. Iré a ver cómo está Yuu-chan.

-Ken.- le detuvo antes de cruzar la puerta. –Estás huyendo, de nuevo.

-Lo sé.- y entonces desapareció por el pasillo.

 

-¿Qué haces, Yuu?

-Intento terminar con esto…- dijo como si nada. Concentrado en lo que fuera que estaba haciendo.

-Y ¿qué es eso?

-Orejas.

-¿O-orejas?

-Ajá.- Ken caminó hasta la ventana, donde estaban estas… orejas al parecer secándose. -¡No toques eso, papá! Vas a destrozarlo.

-Oye, sólo quiero verlas. Son geniales, parecen tan reales…- dijo acercándose otro poco.

-Papá, deja eso por favor. Tardé mucho en hacerlo.

-De acuerdo, de acuerdo. Ya me voy.

Ken se acercó a su hijo y le revolvió el cabello antes de salir de su habitación.

Así que regresó con Yukihiro y tal vez hablar sobre la invitación de sus padres, y tal vez escuchar la grabación en la máquina contestadora, y luego tal vez devolver la llamada. Sólo, tal vez.

 

********************************************************************************

 

En el justo momento en que puso un pie fuera del aeropuerto, el teléfono de Tetsuya comenzó a sonar.

Tetsuya suponía que se trataba de Hiroki, tal vez había llamado a Hyde y éste tenía, como siempre, su celular en silencio. Así que respondió sin reparar en el identificador.

-¿Sí?

-¡TETSUYA OGAWA, TE CASASTE Y NO NOS INVITASTE!! ¡SOY TU HERMANA, SOY TU FAMILIA….!!

Tetsuya se apartó del auricular al escuchar tremendos gritos. Sabía de quien se trataba. Se volvió hacia Hyde quien lo miraba sorprendido, e inquisitivo.

-Mina-chan… sí, hola hermana, gracias por preguntar, nosotros estamos bien, ¿cómo estás tú?

-De acuerdo. Hola, Tetsuya, ¿cómo están? ¡¿Ahora me puedes decir por qué demonios no me dijiste que ibas a casarte?! ¡¿Por qué no fui invitada a la boda?!

-Oye, oye... ¿qué te parece si hablamos de esto luego, en persona?

-Genial… ¿Qué tal ahora?

Y Tetsuya tuvo de girarse al escuchar la voz de su hermana detrás de él.

-¿Minami? ¿Pero qué…?

-¿No vas a presentarme?- le dijo al ver que Hyde se acercaba. La expresión llena de curiosidad en Hyde le hizo sonreír divertida. Minami tenía ese ángel, ese encanto infantil que parecía caracterizar a los Ogawa y Hyde no pudo evitar notar el parecido entre Tetsu y esa chica, eso lo hizo sentirse aún más curioso.

-Por supuesto, Hyde ella es…

-Minami, tu cuñada. Así que tú eres Hyde, digo, “Doiha”. Al fin nos conocemos. Ahora entiendo por qué mi hermano se atrevió a revelarse encontra de nuestro padre, digo, mírate, eres… Wow, eres…

-Ok, Ok,- Tetsuya se interpuso en el campo visual de su hermana. La expresión divertida en el rostro de Hyde le hizo sentir un pequeño pinchazo de celos. -de acuerdo, ya basta. Hyde ella es mi hermana, la loca por lo visto. Minami siento mucho no haberles dicho nada, pero creo que tú mejor que nadie puede entenderlo.

-Tetsuya, soy tu hermana, Akane y yo siempre te apoyaremos. Además, mamá ha cambiado, ha estado hablando mucho sobre conocer a tu esposo, ¿sabes? Habla mucho sobre poder llegar a reconciliarse contigo.

-No lo sé Mina…

-¿Por qué no vienes con nosotros? Tetchan te invitará la cena en el mejor restaurante de todo Wakayama.- Hyde les sorprendió a ambos con la propuesta.

*******

-Hijo, al fin llegaron… ¿Por qué tardaron tanto?- el recibimiento de Hiroki fue cálido. A Tetsuya seguía fascinándole el contraste entre la voz cálida y el rostro duro de ese hombre. Si debía ser honesto sentía un poco de celos, su padre era todo roca, por dentro y por fuera.

-¿Hijo? Ahora entiendo.- le susurró Minami desde atrás.

-Basta, Mina.- le codeó.

-Hiroki, sí, llegamos.

-¿Dónde está Hide?

-Quería cambiarse de ropa y me pidió que pasara al restaurante primero.

-¿Y esta señorita, quién es?

-Oh, lo siento. Ella es Minami, mi hermana.

-¿Hermana? Mucho gusto.

-El gusto es mío, Kitamura-san.

-Hiroki, Creí que habías dicho que no tenías familia…- se dirigió a Tetsu con una mirada llena de confusión.

-No, yo dije que no contaba con ningún familiar.

-¿En serio hermanito?

-Bueno, por qué no se acomodan, creo que tu mesa favorita está desocupada, Tetsu.

-Sí, claro. Espera un momento, ¿sí?- dirigió a su hermana hasta la mesa y luego se dirigió de nuevo a la cocina. -¿Necesitas ayuda?

-No, estoy bien.

-De acuerdo, entonces iré a ver por qué tarda tanto Doiha.

Ni siquiera tuvo que salir del restaurante, justo al darse vuelta lo vio entrar. Se había cambiado de ropa, la había cambiado por un pantalón holgado y una camisa que parecía tres o cuatro tallas más grandes. Lucía hermoso.

-¿Papá, necesitas ayuda?

-Hide, me alegra tanto que al fin hayan vuelto.- se acercó a su hijo y lo abrazó fuertemente. -¿Para quedarse?

-Sí, para quedarnos. Ayer tuvimos nuestra última rueda de prensa así que…

-Sí, la vi en televisión. Pero vayan a su mesa en un minuto los acompañaré. Además, dejaste a tu linda hermana sola, y eso no se hace.

Tetsu asintió un poco avergonzado, en realidad no sabía cómo hablar con su hermana, con ninguno de su familia en realidad, jamás se había llevado con ninguno, ni siquiera sus hermanan por mucho que ellas lo apoyaran en todo.

*******

-Realmente es un placer conocerte al fin, Hyde-san. La verdad es que cuando Tetsu-kun nos habló de ti, bueno, además de todo el alboroto que armó al cancelar la boda con…- Tetsuya le lanzó una mirada acusadora, lo que la hizo callar de inmediato.-en fin, todo lo que hizo para encontrarte, ufff, jamás creí que alguien pudiera querer tanto.

-Sí bueno, Tetchan es alguien bastante… persistente.- dijo Hyde y no pudo evitar lanzarle una mirada llena de cariño al hombre sentado a su lado.

-Mi padre lo llamaría, testarudo, así que…

-Por cierto, ¿cómo está Akane, Ryo-chan, hace mucho que no lo veo, cómo están? 

-Akane está bien, trabajando en la empresa de papá, ella se ha hecho cargo de todo. Ryo está en el extranjero con su padre, está muy feliz creo que debería regresar en un par de semanas.- se detuvo un momento, se notaba nerviosa. –Lo que dije de mamá y papá es cierto.

-No lo sé, Mina-chan…

-¿Qué cosa?- preguntó Hyde curioso. La forma en que ella lo había mirado al hacer el comentario le había hecho sentir aludido.

-Es… no es nada.- le dijo Tetsu palmeando sus manos sobre la mesa, como intentando restarle importancia al comentario de su hermana. Fue el brillo de los anillos en los dedos anulares los que hicieron a Tetsu recapacitar “no más secretos” se habían jurado delante del altar. –Mi madre quiere conocerte.

Hyde frunció el ceño, confundido; luego miró a su padre y este le asintió. Minami notó el intercambio entre los Takarai y comprendió, era normal la desconfianza de Hyde, después de todo era el esposo de Tetsuya y este debía haberle contado todo. Así que ella decidió cortar el silencio.  

-Vimos las noticias. Entonces, es verdad que tú y Hyde se casaron. A papá casi le da un infarto, ¿sabes?

-Sí puedo imaginarlo.

-¿Y por qué no nos lo dijiste? Ni siquiera nos invitaste a tu boda. Akane y yo habríamos asistido, tal vez mamá.

-Minami, por favor, sabes por qué no los llamé.- silencio. –Lo siento, pero Hyde es el hombre que amo, y no podía exponerlo a…

-Los prejuicios de nuestro padre, lo sé.

-Escucha sé que no es de mi incumbencia pero, los padres somos padres,- Tetsu y Hyde miraron a Hiroki como si hubiera dicho la peor estupidez de todos los tiempos, algo que le hizo reír y recapitular. –Como padres no somos perfectos, pero queremos lo mejor para nuestros hijos. Aunque algunas veces equivoquemos los métodos. Perdona si me entrometo en tus asuntos, hijo.- se lo decía a Tetsuya, quien miró a Hyde como pidiéndole ayuda para tomar una decisión.  

-Tú decides, Tetchan.- le dijo con cariño. -Tú siempre hablas de lo mucho que extrañas esos dangos que prepara tu nana, así que…

 

FIN DEL NOVENO CAPÍTULO

 

Notas finales:

Díganme qué les pareció. Ansío leer sus comentarios, creo que es lo único que me mantiene a flote en estos momentos. 

 

Continuará...


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