Ya había perdido noción de cuánto tiempo llevaba en ese lugar, en ese bar que desde hace 3 semanas frecuentaba diariamente con la simple intención de que el alcohol lo hiciera olvidar ¿olvidar que? El que Midorima Shintarou había terminado su relación de hace años.
-Maldito Shin-chan- refunfuñaba volteando su copa vacía. Después de 3 semanas su cuerpo se había habituado al alcohol y este ya no surtía el efecto dopante que deseaba- ¿eh? – algo en su campo de visión llamo su atención. Tras su copa en la mesa del fondo, ese pelirrojo ¿podría ser?- … ¿Akashi Seijurou?
No cabía duda, aunque lucia algo desaliñado definitivamente era Akashi, esa presencia absoluta suya no podía confundirse. Ahora la pregunta que inundaba su cabeza era ¿Qué hace alguien como Akashi en un lugar como este? La forma en la que bebía le hacía recordar el primer día que llego a ese lugar, intentando terminar con todas las botellas del establecimiento “¿acaso Akashi también sufre mal de amores?... Así que este es el significado de ‘la curiosidad mato al gato’” se decía a sí mismo, mientras se levantaba para ir con el más bajo.
-¡Hey pequeño! ¿Por qué tan solo? -Estaba cerca de su mesa cuando otro sujeto abordo al contrario- ¿Qué te parece si salimos de aquí y vamos a divertirnos a mi departamento?
-No gracias- contestaba simple y cortante
-¡Anda, no seas tímido!- se sentaba a su lado y rodeaba con su brazo el cuello de Akashi- ¡vamo… -
-¡no me toques! – empujaba con brusquedad el contacto del otro “esto terminara mal” sin pensarlo tanto se apresuró al par. Sabía que Akashi no necesitaba ayuda, más bien temía por el infortunio del sujeto
-¡Hey, disculpa la demora! – “maldición, no se me pudo ocurrir algo mejor”
-…Kazunari- al menos había logrado el objetivo, distraer a Akashi de su ira
-¡que! ¿Estabas esperando a alguien?, me lo hubieras dicho antes y no hubiera perdido mi tiempo aquí- el sujeto se iba lo más rápido que podía “esta aterrado”
-no era necesario que intervinieras- su atención era vuelta al pelirrojo
-Lo sé, pero no creí conveniente que el apellido Akashi se viera involucrado en una riña de cantina
-Entonces debo agradecerte en nombre de mi padre-tomaba su lugar en la mesa- siéntate, te invito un trago- “Bien. Acercarse a Akashi, listo. Ahora ¿cómo saco el tema?” –No imagine encontrarme con un conocido aquí- Akashi comenzaba la conversación
-Yo tampoco, en especial… contigo
-Eso que quiere decir
-Encontrarse con Akashi Seijurou en un lugar de mala reputación como este, dudo que muchos puedan presumir eso- le miraba divertido- ¿Me dirás por que estas aquí?
-No es algo que te incumba- daba un sorbo a su trago
-¡ah! Ya veo- recargaba su barbilla en sus manos-yo vengo desde hace un mes. Imagino que ya sabes que el estúpido de tu amigo me boto
-Sí, estoy enterado de ello. Espero que no pienses que porque tú me contaste tu razón, yo haga lo mismo
-Para nada, solo quería desahogarme
-hm…- duro solo unos segundos y fue cubierto con el vaso en sus labios, pero definitivamente había logrado hacer sonreír a Akashi. Así era Takao Kazunari, no le importaba burlarse de sí mismo con tal de ver felices a las personas a su alrededor […]
-O…oye, no crees que vas bastante rápido, ya has tomado suficiente. Dame eso
-Kazzunariii..devuélvemelooo… - arrastraba las palabras y peleaba con Takao para tomar su vaso de nuevo
-No, ya estas ebrio ¿Dime como volverás a casa así?... ¿Akashi?- el rostro del menor mostraba un evidente mareo y su cuerpo caía inconsciente sobre el azabache- ¡Maldición! ¡Que hice yo para merecer esto! ¡Y ahora qué hago! – mientras maldecía sintió una vibración proveniente de los pantalones de Akashi- ¡oh mi salvación!, ¿hola? – tomo el celular del bolsillo y sin pensar contesto
-Moo… quien eres tú y por qué contestas el celular de Akachin- se podía escuchar hostilidad al otro lado del teléfono
-¿Que? Oh…. Murasakibara – miraba el identificador de llamadas- soy Takao Kazunari el antiguo compañero de Shintarou
-¿Takachin? ¿Estas con Akachin?
-Si, por casualidad nos encontramos en un bar, pero tomo de más y perdió el conocimiento. No sé qué hacer.
-…-no obtenía respuesta pero podía escuchar murmullos in entendibles al otro lado de la línea- mándame la dirección iré por el
-de acuerdo, en un momento te mando el correo con los datos- se sentía aliviado, ahora solo tenía que esperar a que llegaran a recoger a Akashi […]
Para haber llegado tan tarde anoche, había madrugado bastante. El reloj marcaba 8:49 am, era sábado y tenía el día libre, pero ya no quería gastarlo más en ese bar. Posiblemente contactaría a algún amigo y lo invitaría a salir
-Si… pasar tiempo de caridad con amigos-el timbre de su celular sonaba, pero el número aparecía como privado – bueno… ¿Quién eres?
-¿Takao? Soy Akashi Seijurou
-¿Akashi? ¿a qué se debe tu llamada y que tal va la resaca?
-tome un par de pastillas estoy bien, gracias. Y solo llame para agradecerte lo de anoche, debí ser una molestia, así que quiero recompensarte
-¿qué? Ajajaja dudo que hasta tú tengas como pagar ese favor
-pon tu precio y lo averiguaremos
-jaja... Es broma no tienes que pagarme el favor
-insisto, que te parece si te invito a comer
-en verdad no es nece…
-perfecto, te envío la dirección en un minuto
-No… espera… Akashi- intentaba negarse, pero solo obtenía el tono de llamada finalizada como respuesta- ahora si estas siendo una molestia- revisaba el texto recibido. La cita era en un café popular del centro, dentro de un par de horas. Bien podía aceptar comer con él y después de eso las cosas estarían como siempre.
Se arregló y salió a la cita. Cuando entro al lugar pudo ubicar rápidamente al pelirrojo, estaba esperando sentado en una mesa junto a la ventana tomando una taza de café con la mirada perdida en el espacio.
-Hola, llevas mucho tiempo esperando
-llegue hace 5 minutos, perdón por ordenar antes pero creí que demorarías mas
-jajaja, no tienes por qué disculparte yo habría hecho lo mismo – reía mientras se sentaba frente a frente- entonces por qué me citaste aquí, y no digas que por cuidarte anoche
-eres bastante perspicaz- sonreía malicioso- una parte si es por esa razón, pero la verdadera razón es porque quiero silenciarte
-¿Qué? Me llamaste para amenazarme- Kazunari alzaba la voz y se levantaba de su silla, Akashi lo miraba sorprendido
-jajaja... que ideas tan raras tienes… jajaja, no es nada de eso, o ¿crees que eso funcionaria? – Tocaba su mentón como si meditara la idea- no, en realidad quiero comprarte- Takao tomaba asiento aun confundido- nunca nadie me había visto así, y no quiero que nadie se entere. Así que ponle un precio a tu silencio
-Un precio…- Sabia que Akashi no se daría por vencido, pero que podía pedir en realidad no tenía el más mínimo interés en pedirle dinero- quiero…
-Ah… espera un minuto, tengo una llamada- salía al ventanal a contestar- ¿Qué? ¡Maldición Atsushi! No eres un niño pequeño y el tampoco para que tengas que cubrirlo en todo – no es que quisiera espiar su llamada, pero Akashi parecía alterado y no controlaba su tono de voz, era imposible no escucharlo- ¿Cuándo regresas? … primero debería estar tu marido y después ese imbécil de tu amigo… ¡no te atrevas a colgarme! ¡Atsushi!
Regresaba a la mesa, pero su rostro no era el mismo de hace unos minutos. Estaba furioso
-Lamento la interrupción, me decías
-¿Estas bien?
-escuchaste todo ¿cierto?- si bien Takao era un idiota que se reía de todo, también sabia ponerse serio cuando era necesario
-Lo siento no quise…
-Está bien fue mi culpa
-Esta es la razón por la que anoche estuvieras así?... ah, lo siento sigo entrometiéndome
-…ah, Takao te importaría acompañarme por un trago
-no se supone que me estabas sobornando para que olvidara lo de anoche y ahora quieres que te vea en la misma situación de nuevo
-ya me viste una vez, una segunda no hará la diferencia
-solo que ahora tendrás que pagarme el doble- sonreía y se ponía de pie. Salían del café hacia el estacionamiento.
-¿Dónde estamos?
-En mi casa, así no habrá problema si uno de los dos queda inconsciente
-Lo dirás de broma…- entraban al lugar y se dirigían a un mini bar bastante adecuado para pasar por una verdadera cantina
Akashi tomaba dos vasos y una botella de líquido oscuro- aquí tienes
-Gracias…- se sentaban en unos sillones frente a una gran pantalla de plasma y un estéreo de grandes bocinas-… tu casa es impresionante- alagaba mientras tomaba su bebida
-Gracias… siento mucho involucrarte en esto, pero sé que si me quedo solo, me hundiré
-Y estas seguro de la persona a la que te acercaste, hasta apenas anoche estaba en la misma situación que tu
-bueno… podemos hacernos compañía mutua en nuestra desdicha- acercaba su copa, y Takao hacia lo mismo haciendo una especie de brindis- pero eres bastante fuerte, la forma en la que enfrentas todo sonriendo es admirable
-De que demonios hablas, tú eres Akashi Seijurou. Con solo escuchar tu nombre el mundo tiembla
-Sabes que no tengo todo a mis pies, en especial con Atsushi. Ese tipo conoce todo de mí, he estado tanto tiempo con el que es una parte de mí, no sé qué sería de mi sin él, y él lo sabe. Sabe que le perdonare todo y podrá volver a mi lado... Pero en ocasiones duele, duele que anteponga a Tatsuya antes que a mí, duele cuando regresa a casa con ese olor a perfume barato, se de todas sus infidelidades, pero aun así sigo aceptándolo cuando me pide perdón…- una lagrima resbalaba en su mejilla, Takao no sabía la forma correcta de confortar a Akashi, no sabía otra forma más que haciéndolo reír, pero ese no era el momento
Ambos quedaban en silencio mientras la botella seguía vaciándose.
-Dime Takao… el amor debe doler así
-no estoy seguro de ello, pero imagino que no
-Tú regresarías con Shintarou
-no lo creo… realmente me dolió que prefiriera arreglar un matrimonio a aceptar que tenía una relación homosexual conmigo
-aun le tienes rencor…-
-qué clase de conversación es esta… ¿Akashi?- se giraba para ver que el menor se había quedado dormido en unos de los sillones – no tienes mucha resistencia al alcohol ¿verdad? Pero es muy problemático si duermes en esa posición- se acercaba a su rostro, sus ojos enrojecidos de llorar y los labios resecos “aun así sigues siendo bastante atractivo” susurraba mientras movía un mechón rojo para poder apreciar mejor su rostro. – espera, que estoy diciendo- se auto regañaba al caer en cuenta de sus palabras-…A…Akashi- movía al chico para despertarlo- vamos despierta ve a dormir a tu habitación o terminaras adolorido si lo haces aquí….
-estoy mareado, no puedo caminar bien
-bien recárgate en mí, solo guíame hasta donde ir- con algo de esfuerzo lograron subir las largas escaleras y llegar a la habitación principal- siéntate, espera a que te busque algo de ropa para que puedas cambiarte... ¡No Akashi!- se quejaba al ver como el menor se acomodaba para dormir con el traje puesto- no puedes dormir así, tienes que quitártelo
-No es ningún problema, déjalo así…
¡Oh mierda! No puedo dejarte que duermas así
Buscaba en el armario una pijama del más bajo, tomando la primera a la vista “cualquiera sirve ¿no?” desabrochaba los botones de la camisa blanca del traje “por qué me estoy poniendo nervioso” la piel blanca de Akashi parecía terciopelo ante su vista, recorría su mirada hasta el cinturón de cuero “en qué demonios estoy pensando” desabrochaba el pantalón y lo deslizaba de sus largas piernas
-No entiendo por qué Murasakibara te engañaría con alguien, si eres perfecto…- recorría con la mirada cada parte del cuerpo del pelirrojo
-Qué tontería dices…
-Akashi… ya sé cómo podrías pagar mi silencio - los ojos de Akashi se ampliaban al ver como Takao se acercaba a su rostro, pero no podía reaccionar ¿Por qué no lo alejaba?
-ahm… - podía sentir la lengua de Takao entrar en su boca y jugar en su cavidad-.. ahg… Takao… - y sus manos recorrerle el pecho, tal vez era el alcohol pero se sentía bastante bien.
Tal vez por una noche podía olvidarse de todo y dejarse llevar, tal vez podía dejarse absorber por el placer que hace tiempo no sentía, por las caricias que lo hacían estremecer y en la mañana siguiente culpar al alcohol. Podía permitirse eso… tal vez no, pero no deseaba detenerse.
Se separó de Takao en busca de aire, Kazunari buscaba en su rostro una señal de si debía continuar o tenía que separarse y pedir perdón, pero en su lugar se encontró siendo girado sobre la cama y con Akashi sobre sus caderas
-Ahora no te arrepientas…- lo había tomado por sorpresa, pero no dejaría escapar la oportunidad, ahora correspondida
-no lo hare…- se levantaba para quedar cerca del rostro de Akashi.
Definitivamente, de este lado de Akashi nadie se enteraría, solo sería un pequeño secreto que los dos guardarían. Después de todo, Akashi pago bien su silencio.