Gray POV
Tenía tan solo 6 años cuando mi aldea fue atacada por ese demonio que aun en ocasiones me persigue en mis pesadillas y fue entonces cuando mis padres me abandonaron al morir, dejándome solo en este mundo.
Eso me dejo destrozado y no podía siquiera desear que no fuera cierto porque sabía que era real y no había manera de cambiarlo. Ese dolor me llevo a cometer muchos errores y debido a ello perdí a otras personas importantes para mí.
Mi maestra Ur una mujer de gran corazón que llego a ser como una segunda madre para mí y a Lyon mi hermano mayor que me odio durante tantos años, a ambos los perdí en ese tiempo por mi estupidez, por mis equivocaciones.
Mucho tiempo me deje consumir por la oscuridad de mi corazón y aun cuando algunas personas parecían traer un destello de luz a mi vida nadie parecía poder disiparla por completo, nadie hasta que llego él.
Al principio no parecía diferente de los demás, ni siquiera me agradaba del todo pero de alguna manera, como por arte de magia, se volvió la persona más importante de todas. Nunca pensé que dejaría de sentir ese vacío en mi hasta que él lo hizo desaparecer.
Él es tan hermoso, tan perfecto. Es mi escape de la realidad, mi escondite de la oscuridad. Solía ser tan difícil ser yo, vivía una constante pesadilla que nunca parecía terminar, siempre rodeado de la oscuridad de mi alma, pero él me libero, rompió mis cadenas y se volvió mi luz, mi guía, mi protector.
Y si toco fondo de nuevo sé que él estará conmigo porque es todo lo que tengo y todo lo que necesito. Él es mi salvavidas, se ha vuelto mi razón de existir y por él pienso seguir adelante. Yo no temo a caer por qué sé que jamás soltara mi mano.
Amo que el conozca cada parte de mí, que sepa todo lo que pienso, lo que siento, lo que diré, me conoce incluso mejor de lo que yo me conozco. Se siente tan bien amarlo, al fin puedo sentirme parte de algo, él me hace sentirme vivo, real, amado.
Cuando estoy enojado él es quien me escucha, cuando tengo miedo es a él a quien acudo, si estoy herido es él quien me cuida. Él dice que su misión más importante en la vida es hacerme feliz y sé que no se detendrá hasta que lo logre. Pero él no sabe que ya lo soy, soy feliz desde que él se hizo parte de mi vida.
Me tiene cayendo a sus brazos, perdidamente enamorado. Siempre quiero estar con él, siempre espero por él cuándo no está, si no lo tengo junto a mí no puedo ni dormir, en cuanto lo veo siento que me falta el aliento, la emoción me inunda y él se vuelve parte de mi sonrisa. Moriría si no lo tuviera conmigo.
Pero todo está bien ahora, mi vida es buena no me puedo quejar, tengo mucho más de lo que cualquiera pudiera querer o desear, mi pasado ya no me puede lastimar como antes, lo he dejado atrás. Es un nuevo día y con él a mi lado jamás tendré nada que temer y puedo asegurar que lo amo como a nadie más.