-Niel deja de ser tan apático –Taemin insistió del otro lado de la bocina. Había estado hablando por al menos 40 minutos en un intento de convencer a Niel de salir. Sin embargo este no tenía intenciones de ceder.
-Ya deberías saber que no puedo, es más, no quiero dejar de serlo. Déjame en paz Taemin –Niel cortó la llamada y aventó el celular en algún lugar de la habitación. Kris no había vuelto la noche anterior y eso lo ponía de mal humor. Se supone que lo amaba, dijo que nunca lo dejaría solo, ¿entonces qué era eso?
YiFan sabía que Niel se sentía solo muy, muy rápidamente, y que eso alimentaba su ya muy común mal humor de los dioses. Niel estuvo esperándolo hasta eso de las tres de la mañana, y cuando Kris no llegó, se embargó de deshacer la sala por todos los rincones posibles. Le daba pereza salir del cuarto, pues encontrarse con el desastre le haría sentir aún más enojado porque le gustaba tener todo limpio.
La noche anterior habían discutido, por algo tonto en realidad, casi como todas las peleas que tenían. Mucha gente solía decirle a YiFan que si estaba seguro de estar con Daniel, pues su temperamento y actitud no era algo que todo mundo podía aguantar. Niel escuchó muchas veces esa pregunta, y todas las veces se enojó bastante, pero cuando Kris contestaba que estaba bien pues se había enamorado de ese temperamento también, el corazón le latía con mucha fuerza. Y también se enojaba, pues también lo encontraba molesto.
Aunque era una molestia agradable.
Sin embargo Kris no había vuelto tras decirle que no quería verlo jamás. ¿Cuántas veces le había gritado aquello Kris solo había sonreído y dicho que no? Muchas. Anoche fue la primera vez que Kris lo miró sin decir nada e irse después. ¿Se habrá cansado? Después de tanto tiempo, ¿Habrá llegado a su límite?
Niel empezó a llorar sin darse cuenta. Muchas veces imaginaba que Kris lo dejaba en paz, pues era él quien le había insistido en salir en primer lugar, pero ahora que lo sentía real, no se sentía para nada bien en realidad. ¿Qué pasa entonces si Kris lo dejaba? ¿Tendría que mudarse? El departamento era de los dos, aunque era YiFan quien pagaba la renta. No quería volver con Taemin, siempre terminaban golpeándose. Y sus padres eran una opción imposible. Se mordió los labios para sofocar un sollozo. ¿Por qué estaba llorando? ¿Por ese inútil?
Iba a empezar a maldecirlo cuando el ruido de las llaves entrando en la cerradura llamó su atención. Pudo escuchar un “Wow” en la sala y un par de bolsas crujir después. Las pisadas no tardaron en escucharse, caminaba hacia la habitación y Niel no se molestó en levantarse del suelo ni de limpiarse las lágrimas cuando Kris entró a la habitación.
Iba vestido con la misma ropa de ayer, solo que…
-¿Qué te pasó en el rostro? –Kris tenía curitas y una gasa pegada en el cachete, incluso había un poco de sangre seca en su cabello y tenía los labios partidos.
-¿Daniel estás llorando? –Intentó acercarse pero la mirada de Niel le dijo que no debía cometer semejante error. Así que se detuvo, pero al moverse le permitió a Niel observar que no solo su rostro, si no que sus manos estaban vendadas y que cojeaba un poco.
-Qué te pasó, dije.
YiFan se relamió los labios, sonriendo.
-¿De qué te ríes? –De repente su tristeza se transformó en ira, y sus lágrimas dejaron de correr y el rostro comenzó a ruborizarse de la cólera.
-Nada, es solo que –Hizo una pausa antes de contestar, poniendo a Niel un poco ansioso-, estás preocupado por mí.
Entonces Kris obtuvo valor y se acercó a Daniel, hincándose a su lado mientras sonreía y miraba al otro cambiar de emociones rápidamente cuando intentó negar la situación- Ahora dime, ¿Por qué estás llorando?
Le preguntó mientras limpiaba sus lágrimas. Daniel solo lo miró con molestia y desagrado pero dejándose de todos modos, hasta que creyó que era suficiente y le dio un manazo para poder bajar la mirada.
-Porque no volvías.
Inevitablemente eso hizo feliz a Kris, pero en vez de hacer una fiesta por ello, tan solo lo abrazó en silencio hasta que Niel dejó de sentirse molesto con él. YiFan le aseguró que nunca podría dejarlo, pues Niel era algo más que una pareja para él. Y que si tanto le molestaba salir del cuarto en esos momentos entonces que podría llevarle la comida dentro. Kris se encargaría de limpiar su desastre y se aseguraría de tomar sus medicinas a tiempo.
-¿No me dirás que te ha pasado? –Preguntó un rato después, estaban comiendo en el desván.
-Cuando iba bajando las escaleras ayer, me tropecé con el gato del vecino y quise esquivarlo, pero terminé herido y en urgencias.
Niel lo miró estupefacto, Kris estuvo a punto de sonreír pensando que estaría preocupado de nuevo, pero su comentario le hizo regresar a su realidad.
-Eres un idiota, ¿Cómo has podido perder ante un gato?