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Borrachera y el día despues por misaki524

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Notas del fanfic:

En verdad que no tengo ni idea de como quedo, fue algo un poco raro que hice ya que siempre me inspiro con música y el computador hoy me odio enserio  ya que las canciones que utilizo no me repoducian, al principio quise hacer algo romantico y dramatico pero como que no, luego intente con algo de lemon y bueno quedo esta cosa rara. Que no se que es pero que espero que les guste.

Notas del capitulo:

Hola a todos los amantes del yaoi, este es un ONESHOT de supernatural, como sabran no me pertenecen los personajes ni nada por el estilo, son de Ericke kripke, bueno lean y disfruten.

 

Dean Winchester, cazador y un chico de la vida alegre. Como todo buen cazador mato por lo que creía correcto y a su vez sufrió demasiadas pérdidas, una de ellas y la peor de todas no fue la muerte de su padre, ni siquiera la muerte de su amada madre, fue la muerte de su pequeño hermano  Sam, esta vez no  pudo regresarlo  a la vida, ni ángeles, ni tratos con demonios pudieron regresar el alma a aquel enorme cuerpo que le pertenecía a su ser más preciado. Por esto, aquel rubio de ojos verdes no podía perdonarse. Sus días cada vez más miserables, llenos de alcohol, chicas fáciles y cualquier cosa que le hiciese olvidar.

Cada noche un bar diferente, una chica diferente, y en cuanto se despedía o pagaba una cama vacía, un dolor en el pecho y unas inmensas ganas de dejar todo atrás, de renunciar, para que seguir si lo único que lo había hecho continuar adelante había sido su molesto hermano, así que no podía, lo había prometido, no se podía rendir sin dar la pelea.

Los días iguales, cazando, bebiendo y durmiendo, todo se había vuelto tan monótono que no comprendía como antes había podido aguantar tanto. Eso, hasta que una noche en un bar de mala muerte se encontró con aquellos ojos azules que conocía perfectamente y a los cuales había tratado tan mal; recordaba como con la muerte de Sam y con su grandísima idiotez los aparto de su lado, como los aborrecio durante tanto tiempo por no ser capaz de salvar a Sammy. Aun así, ahí estaban esos ojos que hasta el cielo envidiaría, observándolo como si lo esperaran desde hace mucho, mucho tiempo. Cada paso que daba era una lucha interna para no salir corriendo y lanzarse a los brazos de ese ángel, que lo esperaba en la barra del bar con la misma lucha interna.

Cuando por fin estuvo a su lado pudo sentir como su corazón daba un brinco y una corriente eléctrica recorría toda su espina dorsal, junto a él olvidaba todas las traiciones y las tristezas que había sufrido en un pasado.

-¿Cómo estás?- pregunta Dean, tratando de sonar lo más imparcial y lo más calmado de mundo mientras pedía un wiski para calmar los nervios.

-Te extrañe – comenta el ángel de ojos lapislázuli respondiendo a la pregunta. Y era verdad, Castiel extrañaba cada cosa  de aquel humano, desde su humor estúpido  hasta su forma de ser muy macho alfa, y por eso no podía negar que lo había espiado en más de una ocasión, lo miraba y trataba de controlarse y no abrazarlo cada vez que este rompía en llanto por la pérdida que sufrió, o que sentía una ola de celos cuando este se acostaba con mujeres de la noche o cualquier chica que se hubiese interesado en él.

-Wow, pero que directo eres- disimulaba, era lo único que podía hacer en estos momentos, no quería, no podía verse tan necesitado, y sí, él también lo había extrañado demasiado, pero si lo decía se haría realidad y entonces el ángel podría abandonarlo, porque si existía algo de lo que podía estar seguro era “si alguien necesita desesperadamente algo, eso termina por desaparecer” y no podía darse el lujo de perder lo único todavía sentía parte suyo. Mientras bebía un sorbo de wiski pensaba en como continuar y no acabar con la conversación, quería, necesitaba seguir escuchando la voz de Cass, pero que le podía decir “te extrañe” “te necesito” “eres lo único que me queda”, no, simplemente no. Mas no tuvo que quemarse las neuronas pesando en que decir, porque aquel hombre había vuelto a hablar.

-¿Cómo has estado, Dean?-

-Ha pasado un año desde lo de Sam y la verdad… - Dean trataba de no llorar, pero cada vez que recordaba a Sammy solo podía sentirse impotente, lleno de rabia y debilidad, y eso no le gustaba nada. Él siempre cargaba con las culpas, la muerte de su padre, la de Bobby y si, también la de Sam. -es que aún me duele – después de decir eso bebió todo lo que quedaba de su trago, intentando olvidar. Volvió a pedir otro y uno para Castiel, aunque sabía que al ángel no le haría ni cosquillas, le gustaba beber acompañado.

Castiel sujeto el hombro de su amigo, de su humano, del alma que libero del infierno tratando de infundirle un poco de la fe y el cariño que él le tenía; a lo que Dean respondió con una sonrisa y un ligero rose de su mejilla con la mano de Cass. Las bebidas siguieron llegando, la charla se hizo un poco más fluida y en cuanto Castiel se dio cuenta de que Dean no podía seguir bebiendo, lo llevo al motel donde se hospedaba. Lo dejo en la cama y cuando se iba a retirar Dean, estiro su mano deteniendo la huida del dueño de esos bellos ojos azules.

-Quédate- suplico y abrió espacio para que Cass se pudiera sentar a su lado.

-Dean- trato de replicar el ángel, pero en los ojos verdes de Dean había tristeza, soledad, “por favor” volvió a decir el Winchester y aunque para él fuera una tortura estar tan cerca de su humano favorito, accedió. Se sentó a su lado, escuchando la leve respiración del humano, pensándolo dormido, hasta que el cazador en su embriaguez volvía a hablar, adormilado, borracho pero honesto.

-Sabes,- comenzó- lamento mucho haberte alejado, lamento tanto haberte tratado tan mal por mi incompetencia. Yo espero que me perdones y que regreses a mi lado- el alcohol hacia estragos en la ya muy perturbada mente del pobre cazador pero aun así era necesario para decir todo lo que necesitaba y que hasta ese momento no había sido capaz de decir en voz alta, en varias ocasiones pensó en rezarle al ángel para que lo perdonara pero siempre desistía.

El ángel escuchaba cada una de las palabras que salían de esos maravillosos labios y se preguntaba qué tanta ventaja podía tomar de la situación de su humano, quería sentir sus labios sobre los suyos, deseaba sentir su cálida piel, sus manos acariciando la anatomía del cazador. Sin pensárselo mucho soltó una pregunta  que rondaba desde hacía mucho tiempo en su cabeza.

-¿Por qué quieres que regrese?- esas palabras retumbaron en la habitación.

-Porque te necesito-“ah” pensó el hombre de gabardina “así que solo es por eso”, pero antes de mostrar su descontento el cazador continuo.- Porque te quiero, porque eres mi familia, y aunque uno no debería de sentir lo que siento por un miembro de la familia… no puedo negar que- en el cuarto de motel se podía palpar la espera que estaba siendo ocasionada por el dueño de esos ojos esmeraldas, Dean se atragantaba con las palabras, así que las escupió- nopuedonegarque ¡TEAMO! - la mayor declaración que se podía esperar, aun se escuchaba el eco de sus palabras retumbar en la pieza, mientras una leve sonrisa se formaba en el ángel.

-Yo te amo, desde el inicio- pero su declaración no pudo ser escuchada ya que el joven hombre a su lado ya había caído en brazos de Morfeo. 

 

A  la mañana siguiente un dolor de cabeza despertó al menor de los dos y tratando de recordar o sucedido la noche anterior llego a la conclusión de que si, se había pasado de tragos y como consecuencia se declaró, y no es que no quisiera hacerlo, solo que se sentía como un grandísimo idiota por no haber escuchado lo que el ángel tenía que responder ante él.  

El otro lado de la cama estaba vacío y si, era más que obvio Cass lo había abandonado después de esa declaración tan patética y ahora solo le quedaba el dolor de cabeza más hijo de humana que nunca ha sentido. Sintiéndose como el peor ser humano por amar a un ser celestial se encamina al baño para darse una larga ducha donde tal vez alcance a limpiar su sucia conciencia además de su cuerpo. Quitándose la chaqueta y tirándola al piso, seguido por la camiseta que fue a parar en la cama, los zapatos y las medias, si tan solo Castiel lo hubiese ayudado anoche  a quitarse la molesta ropa esta mañana no sería tan trabajoso llegar al baño. Con dificultad se desabrocho el pantalón, lo dejo caer para darse cuenta que no estaba solo que se encontraba siendo observado por un moreno con gabardina, dos tazas de café en las manos, una bolsa de algún supermercado que traía pie adentro y la mandíbula descolocada por la imagen que estaba frente a sus ojos. 

Ahora como si no fuera poco su ángel lo miraba de arriba abajo, y él sentía arder esos lugares donde la mirada lo recorrió y más aún en esos donde se había detenido.

-Cass- musito tratando de que su compañero reaccionara y dejara de mirarlo de esa manera que paulatinamente lo estaba haciendo entrar en un estado de excitación, pero su voz ya sonaba ronca y sus músculos se tensaban mientras otro comenzaba a ganar tamaño bajo la escrutiñadora mirada azul. Trago seco en cuanto vio que Castiel se acercaba a él, con algo que podría describirse como lujuria en sus hermosos ojos. 

Castiel se deshizo de su gabardina, aun con la mirada puesta sobre su presa; aflojo la corbata ahora más cerca del cuerpo del cazador, llevo sus manos hasta la espalda del humano y lo atrajo hacia su cuerpo, pegándolo mientras besaba con anhelo sus labios, primero pausadamente dejando que la mente de Dean no colisionara y pudiera regresar del shock que estaba sufriendo en ese momento. La velocidad del beso aumento cuando los labios de Dean comenzaron a moverse a sus vez, sus lenguas en una danza de deseo que solo podía subir la temperatura, sus cuerpos se movían buscando más contacto en esa parte que a cada movimiento crece y hace que jadeos y gemidos se desprendan de sus labios llenando el cuarto.

Las manos de Dean desvisten ansiosamente a su ángel, pidiendo a gritos poder sentir más su piel, queriendo devorar su blanca cobertura y preguntándose si sabrá tan bien como se ve, y si su sabor se igualara al de su postre favorito, cuando por fin queda al descubierto solo puede besar, saborear, sentir, tocar, tratando de no olvidar ni un solo centímetro de su amado.  

Su lengua se desliza desde el cuello, pasando por sus pezones deteniéndose para jugar con ellos hasta que están duros, para continuar bajando hasta esa parte de la anatomía que tanto deseaba probar y saborear. Una pequeña lamida en la punta y escucha un sonoro gemido, no puede evitar sonreír de manera picara y sujetarlo con sus manos, escuchando otro jadeo, lentamente mueve su mano de arriba abajo, escuchando cada jadeo del ángel, torturándolo.

-Dime cómo quieres que lo haga- dice aun con esa sonrisa pervertida en su rostro.

-Más… ah, más rápido- como si fueran órdenes, el humano sube la velocidad con la que lo masturba. Excitándose con los gemidos que provoca en el ángel, y deseándolo dentro de él. – Dean, continua, no pares- el Winchester se detiene y ve como esos ojos azules lo miran con reprobación, para cambiar a sorpresa cuando el menor lo engulle y comienza a succionar, dando pequeñas lamidas en la punta y masajeando los testículos al compás de su mamada, su mirada se conecta por un momento llena de lujuria y deseo. Dean lo saborea, de la punta hasta la base, recorriendo toda su vasta extensión con la lengua, sintiendo como el ángel se retuerce de placer bajo sus caricias, para volver a metérselo todo en la boca mientras con la lengua saborea el pre-semen, dándose cuenta que ese es su nuevo sabor favorito, amargo pero con sabor totalmente a Cass. Aumenta la velocidad hasta que el ser celestial se viene en su boca con un sonoro gemido y el nombre del humano en sus labios.

Dean introduce tres dedos en la boca de Cass para que los humedezca, el ángel al principio no sabe que es lo que quiere lograr con esto pero en cuanto ve la sonrisa del humano comprende que será para algo igual o más placentero que lo anterior. Al momento en que están lo suficiente húmedos los retira de la boca de Cass y los dirige hasta su propia entrada y aunque no entiende porque lo está haciendo y siente que su hombría se va a ir por el caño al terminar de hacer lo que piensa le importa poco. Este se recuesta en la cama poniéndose en cuatro dejando al descubierto su trasero y con cuidado introduce el primero para removerse un poco por el dolor, después ingresa el segundo para comenzar a moverlos para distender su entrada para algo mucho más grande y grueso, Castiel hasta el momento inmóvil se acerca hasta Dean y sujeta su pene y comienza a masturbarlo. Cuando por fin está preparado, el rubio sujeta el pene del mayor para dirigirlo a su ya preparada y ansiosa entrada, para unirse en una danza caliente y llena de lujuria, donde los gemidos y jadeos era la música de fondo que inundaba sus oídos.

-Te amo- fue lo que dijo el ángel antes de correrse en el interior de su humano favorito. Con eso Dean se vino sobre su pecho y el colchón.

El momento era perfecto, los dos recostados en la cama de un motel, con las respiraciones aceleradas y los corazones más, ambos sabiendo que se amaban demasiado y que ahora que todo estaba dicho no se abandonarían nunca más. Por los demonios y monstruos se preocuparían después en este momento solo querían disfrutar de la cercanía de sus pieles y de la certeza de su amor.

 

Notas finales:

Muchas gracias por leer y llegar al final, feliz día, noche o amanecer, les deseo una vida cargada de yaoi y lemon :*


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