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Solo sus manos. por estheyaoista

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Notas del fanfic:

Bueno, la historia se monta después de dos años en los que Misaki buscaba trabajo, su actitud va a cambiar mucho y espero que sepan comprender por qué.

Disfruten

Notas del capitulo:

Junjou Romantica no me pertenece sino a la excelente Shungiku Nakamura.

Tokio-Editorial Marukawa Shoten, 5:00 PM

Veo a los editores correr de un lado a otro pues el tiempo culmine para la entrega de los manuscritos estaba a tope, me daba pena al recordar a Aikawa-san refunfuñando y casi llorando por la falta de profesionalismo de Usagi-san. Al menos a mi me había tocado un escritor lo suficientemente responsable como para ya haber entregado el manuscrito.

Sí, han pasado dos años desde que me hice editor en Marukawa, mi trabajo al principio fue en ventas, me encargaba de recolectar información sobre los lugares con más demanda de producto y qué producto era el más vendido. Hice ese trabajo por un año y medio para luego ser transferido a edición y obtener mi primer escritor. El hombre era una persona responsable, daba sus primeros pasos en la literatura y por lo que me sabía contar había sido inspirado por Usagi-san. Tenía una esposa muy amable con la que compartía tres hermosos hijos de los cuales dos eran niñas de 3 y 6 años y un niño de 10 años. En las ocasiones que he ido a incentivar a mi escritor me he topado con la escena de su familia alentándolo con todo lo que pueden para que salga adelante, eso me emociona demasiado.

Va creciendo con creces y más aún cuando Usagi-san lo recomienda en los agradecimientos de sus libros, porque sí, Akira-sensei era la primera persona que simpatizaba con Usagi-san y con la que me dejaba compartir una amistad, quizás sea por el hecho de que se encontraba casado y con hijos, pero eso no importaba, al menos no tenía problemas con él por mi trabajo.

En los últimos seis años que he pasado con Usagi-san las cosas han cambiado, desde que vivo con él comparto una relación algo diferente a la que mi hermano imagina. Sí, aun no hayo el valor para enfrentarme a mi hermano y decirle la verdad sobre nuestra cercanía, hemos estado a centímetros de ser descubiertos en poses comprometedoras que dejarían a todos qué pensar, pero entre una y otra cosa las olvida y termina siendo como antes, como si nada hubiera pasado.

Usagi-san consiguió que mi hermano me permitiera vivir con él diciendo que necesitaba mayor vigilancia para sus escritos porque se empezaba a volver viejo y sus ideas volaban por el aire, claro está que integró a la mentira a Aikawa-san que como su editora debería decir que necesitaba de mi ayuda.

Con un poco de resignación mi hermano terminó aceptando a la petición y ahora vivo tranquilamente con Usagi-san, sin necesidad de buscar un departamento y vivir por separado.

El padre de Usagi-san también había comprendido que Usagi-san necesitaba de mi ayuda puesto que una vez que salí de visita donde mi hermano Usagi-san enfermó tanto que Aikawa terminó llamándolo sin saber que más hacer. Fue entonces que cuando llegué lo reprendí y cuidé hasta que se mejorara, el padre de Usagi-san me aceptó en la vida de su hijo al ver que iba en serio con todo esto.

Sí, varias cosas han ocurrido en mi vida, se podría decir que ahora tengo una relación más estable con Usagi-san y que su familia la ha aceptado un noventa por ciento, contando a sus primos que aunque ya saben abiertamente de nuestra relación siguen insistiendo en molestarnos cuando llegan a Tokio.

-Misaki ¿Podría pedirte un favor?

La voz del editor en jefe me hizo espabilar de mis pensamientos logrando que me mantenga atento a sus palabras. Me sonrojé al darme cuenta que se había encontrado llamándome constantemente sin yo tomar asunto al llamado.

-¿Qué sucede, Kirishima-san?

-Verás—Dijo colocando su mano encima de su barbilla mientras la acariciaba con cierta parsimonia—Yo sé que ya no eres un trabajador de medio tiempo y que no estás relacionado con nuestro trabajo pero, dado que no tengo a quién más pedirle por el ciclo que cruzamos y que tú eres el único que ha terminado con su trabajo ¿Podría pedirte que pases a recoger el trabajo de Ijuui-san?

-¿De Ijuui-sensei? ¿Y Shizuko-san?—Pregunté sorprendido. A decir verdad no había cruzado palabra alguna con Ijuui-sensei desde que empecé este trabajo, me alejé completamente de él aunque eso no quitó que siguiera de cerca su historia que me encantaba.

-Se encuentra hablando con Sasaki-san para pedirle el plazo hasta mañana por la mañana, Misaki, eres mi salvación—Me sentía un poco nervioso ¿Qué diría Usagi-san si se entera? ¿Le causaré nuevas molestias? Era lo que menos quería sobre todo ahora que se encontraba en la batalla final. Vi el gesto de preocupación de Kirishima-san al imaginar que me negaría por lo que inmediatamente y por complacerlo asentí con vehemencia.

-C-claro, ahora mismo pasaré por él y lo traeré ¿Solo debo recogerlo?

-Sí, solo debes recogerlo, del resto nos encargamos nosotros.

-De acuerdo—Susurré nervioso ¿Qué pasaría en aquel encuentro?

-Muchas gracias Misaki, prometo que se te pagará horas extras—Me dijo casi llorando de la emoción.

Asentí avergonzado y salí de la editorial en dirección al departamento de Ijuui-sensei, esto era extraño, la última vez que me encontré fuera había sido hace dos años, cuando Ijuui-sensei me declaró sus sentimientos. Toqué el timbre y pude escuchar su voz tranquila por el intercomunicador, le indiqué que iba a recibir el trabajo y me abrió la puerta.

Cuando ingresé pude ver que todo el lugar se encontraba en orden lo cual me confundió ya que las veces que había hecho esto me pude topar con grandes rumos de libros y a un Ijuui-sensei totalmente alborotado.

-¿Ijuui-sensei?

-Misaki, que bueno volver a vernos después de tanto tiempo—Me dijo apareciendo triunfantemente por la puerta de la cocina, llevaba las ropas bien arregladas, su cabello peinado y no había indicios de ojeras o mala noche.

-Sensei, vine a recoger su trabajo ¿Será que me lo puede dar?

-Oh, el trabajo, hace unas horas lo envié por entrega ¿No te dijeron?

-No me dijeron nada—Dije nervioso, algo andaba mal en todo esto.

-Oh, lamento haberte hecho venir por nada.

-N-no se preocupe, bueno entonces me voy.

-Misaki—Detuve mis pasos al escuchar su llamado, giré el rostro y pude ver su sonrisa mostrándome un tomo totalmente inédito de The-kan, mi sorpresa fue tan grande y la emoción invadió mi cuerpo que no medí mis actos y pronto me encontré sumergido en la historia.

-Esto es sorprendente, Ijuui-sensei, debería de hacerlo publicar.

-No es para tanto—Dijo sentándose a mi lado—Misaki ¿Por qué de repente perdiste contacto conmigo?—Mi nerviosismo aumento evidentemente al sentir el choque de su aliento sobre mi rostro, estaba tan cerca y yo perdido en lo apuesto que se veía.

-B-bueno es que, el trabajo me ha privado de muchas cosas que me gustaban hacer.

-Oh, ya veo, te gustaba visitarme y verme.

-N-no es lo que quise decir Sensei yo…

-Lo sé, Misaki, te gusto, me amas y yo también te amo ¿Lo dije verdad?

-S-sensei.

Estaba más que nervioso, el ambiente se había vuelto extraño y quería salir corriendo del lugar. Sentí como su mano acariciaba mi mejilla y un conejo platinado apareció en mis pensamientos, cielos, hasta a los lejos me envía señales ese celoso.

-S-sensei, yo tengo que irme…

-Misaki, me gustas—Me paralicé, tomo de mi mano y me acercó a su rostro robando algo que de seguro su dueño pronto reclamaría, no me robó a mi sino a Usagi-san. Probó mis labios en un beso superficial pero significativo, pude sentir un choque de doscientos voltios por mi cuerpo ¿Qué haría ahora? Me daría vergüenza mirar a la cara a cualquiera de los dos creadores.

-Ijuui-sensei deténgase.

-No Misaki, has sido de él por mucho tiempo, yo también te necesito.

Me recostó en el mueble, esto estaba mal, yo amaba a Ijuui-sensei pero no como a Usagi-san, sentía que traicionaba al conejo celoso de mi pareja. Porqué si, era mi pareja y no debía de traicionarlo.

Cuando desperté de mis cavilaciones me encontré con los labios de Ijuui recorriendo mi abdomen, quise alejarlo pero ejerció más fuerza que nunca, estaba aterrorizado, debía sacar fuerzas de cualquier lado para impedir alguna locura de su parte que terminara con hacer florecer mi odio a todo lo relacionado con él, incluyendo su manga.

-Deténgase…Ijuui-sensei por favor.

Y cuando adentró su mano a mi pantalón consiguiendo apresar mi miembro con su mano fue cuando las fuerzas me regresaron, no podía hacerle esto a Usagi-san, debía ser fuerte para no formar en sus labios una mueca de dolor sino una sonrisa. Las palabras del papá de Usagi-san entraron en mi cabeza, no era un amor mediocre y mucho menos iba a hacerlo sufrir.

Di un golpe en el pecho de Ijuui y me senté encarándolo con severidad, el no prestó atención a mi furia y regresó a la posición anterior, como odiaba no tener más fuerza.

-¡No me toque! ¡Déjeme ir! ¡Ijuui!

-Misaki, te amo.

Odiaba esas palabras provenientes de sus labios, las odiaba, lo odiaba a él completamente. Por más que quise soltarme él ejercía mayor fuerza en mí, las muñecas me dolía y mis piernas se encontraban apresadas por las suyas ¿Qué podía hacer? El rostro de Usagi-san sonriendo y luego con un gesto de tristeza solo me agobiaba más, no quiero causar dolor en la persona que amo. Dejé escapar unas lágrimas para que mojaran mi tristeza y su nombre se escapó de mis labios.

-Usagi-san.

Sentí el agarre aflojar y como pude me libré del peso del mangaka, tomé mis pertenencias y salí del departamento no sin antes dejar en claro cierto asunto.

-Ijuui, ¡Lo odio!

Odiaría a quien quiso lastimar a Usagi-san mediante la importancia que me daba, claro que iba a odiar a la persona que quiso dejar plasmada para siempre la tristeza en su corazón, porque a Usagi-san lo amaba podía tener el valor de odia a Ijuui-sensei.

Dentro del ascensor acomodé mis ropajes y me dejé tranquilizar un poco, si Usagi-san me veía alterado las cosas se pondrían peor aún. Corrí todo el tramo a casa sin importarme lo cansado que me encontraba, solo quería llegar y encontrarme con sus ojos violáceos, no iba a sentir vergüenza de verlo porque tuve el valor y la fuerza de alejar el dolor de nuestra relación.

Ingresé al edificio y tomé el ascensor, vi como Aikawa salía de nuestro departamento, no saludé, simplemente evadí su conversación y me adentré al departamento buscando con desesperación a Usagi-san encontrándolo a mitad de las escaleras.

-Usagi-san—Dije agitadamente, el volteó su mirada a mí y fue cuando sentí deseos de abrazarlo, deseos que por primera vez en seis años convertiría en realidad.

-¿Misaki?—Corrí donde se encontraba y lo abracé lo más fuerte que pude, sin darle explicaciones ni nada por el estilo, tan solo dejándome llevar por el deseo de verlo sonreír. Había experimentado perder a Usagi-san de una forma extraña, ya que mientras intentaba liberarme de Ijuui imaginé como perdía para siempre a Usagi-san, eso no me agradó en lo absoluto— ¿Misaki, que sucede?

-Quiero abrazarte, Usagi-san—Murmuré sintiendo como mis mejillas se sonrojaban ¿Eso importaba? En este momento ya no.

-¿Te encuentras bien? ¿Pasó algo?

Acarició mi mejilla, su contacto fue tan diferente al que me brindó Ijuui, este quemaba, me electrizaba y por último me llevaba al cielo. Necesitaba más de sus caricias para borrar la tosquedad del contacto de Ijuui, sí, estaba exagerando, pero podía sentir aún sus manos recorriendo mi piel, tan molesto.

Me paré en puntillas y al fin hice lo que tanto Usagi-san había soñado, besé sus labios dejando que el líquido salino se mezclara entre el dulce sabor de su boca. Fue un beso corto por lo que al abrir los ojos vi a Usagi-san sorprendido.

-¿Qué fue eso?

-U-un beso—Susurré avergonzado—Usagi-san.

Tomé de la mano a Usagi-san y lo llevé directamente a su habitación que sé, después de esto será de ambos. Cuando estuvimos dentro lo recosté en la mullida cama y coloqué ambos brazos a los costados de su cabeza. Estaba sorprendido y yo nervioso, era el tan esperado ataque que le había prometido, me miraba sin creer lo que hacía. Restregué mi piel con la de él utilizando su conocido aroma para borrar las sensaciones. Recosté mi cabeza sobre su pecho y dejé que mis sollozos escaparan, me había vuelto alguien muy sentimental en tan solo dos años.

-Misaki ¿Qué te sucede?

Sabía que no podía ocultarlo más, tampoco era como si quisiera hacerlo, miré a los ojos a Usagi-san y me limité a responder lo que debía.

-Te amo, solo a ti.

Usagi-san besó con desesperación mis labios, era suficiente y no era que me estuviera librando de contarle, lo tomé de las mejillas y le miré fijo a los ojos.

-Usagi-san ¿Recuerdas cuando alguien se me acercaba lo que hacías?—Lo miré, parecía dudar su respuesta—Acariciaba, besabas o jugabas con aquella parte que había tocado—El rostro de pánico que formó me causó angustia, quería decirle sin ofuscarlo y que cometa una locura—Por favor, tócame, tócame y borra de mi piel sus manos, borra de mi piel sus caricias, borra de mi piel lo que no te pertenece.

Usagi-san me besó con más desesperación, preguntando constantemente donde debía tocar. Primero le indiqué mis mejillas, las cuales inundó de besos mariposa, luego le mostré mis labios y él los devoró, notó por su cuenta mis muñecas sonrosadas por la presión que había ejercido y las tomó de la forma más sutil y delicada que hubiera podido. Me miró como rogándome que ya no hubiera otro espacio que llenar con sus caricias, era la primera vez que no me quería tocar pues sabía que donde tocaba era porque habían tocado. Con un poco de tristeza en mi rostro llevé su mano a mi abdomen y él me miró con desesperación. Le sonreí y simplemente se limitó a besarlo, llenarlo de sus caricias y marcarlo como suyo, podía sentir como se iba borrando la sensación extraña, solo faltaba “aquel” detalle.

Tomé sus manos como había estado haciendo para indicarle las partes y él me miró con ira en sus ojos, no le iba a gustar para nada a donde iban a viajar sus manos.

-M-Misaki no…por favor…--Susurró mientras yo introducía sus manos en mi pantalón, dejó caer su cabeza en mi pecho y sentí como unas lágrimas se posaron en mi pecho desnudo, quemando mi corazón. Con enorme tristeza movió sus manos acariciándome por dentro de la ropa, si, aquella sensación era diferente, no podía creer lo que hacía, luego podría catalogarme como el pervertido del año, pero por el momento debía llenarme de Usagi-san. Movió sus manos hasta hacerme terminar en ellas, me miró con súplica para que no siguiera y le sonreí con lágrimas en los ojos.

Me abrazó, agradeció que sus manos ya no me tocaban y dejó que me desahogara en su pecho. 

-Misaki, mi niño ¿Quién te tocó? Dime, lo mataré.

No sabía si decirle el nombre, pero en nuestra relación nunca hubo ni habrán secretos por lo que de mis labios se escapó el nombre de mi atacante no sin antes dar una petición en súplica.

-Por favor, no le hagas nada—Suspiré y dije—Ijuui…Kyo.

Pude sentir su pecho inflarse de ira, tuve que sostenerlo para que no se levantara de su puesto y abrazarlo para calmarlo, su enemigo me había tocado, ahora también era mi enemigo. Le conté como habían sucedido las cosas y que le había dejado en claro lo mucho que lo odiaba. Él me abrazó y no me soltó por toda la noche. Si, así estaba mejor.

Por la mañana me desperté sin su calor, lo busqué encontrándolo en la sala mientras hablaba por celular.

-Sí, por favor te lo encargo.

-¿Usagi-san?

-Misaki, buenos días amor—Besó mis labios y me sentó en su regazo.

-¿Con quién hablabas?

-Con Isaka-san—Me alteré al imaginar que por mi culpa Marukawa perdería un trabajador, o bien sería Ijuui o Usagi-san, quizás hasta era yo.

-Usagi-san ¿Qué les has dicho?—Lo miré preocupado, él supo responderme con un beso en los labios y una sonrisa.

-Tranquilo que no conté nada, solo me limité a decirle a Isaka-san que no te entrometa con ese tipo nunca más ¿Y adivina cual fue solución?—Miré con cierta duda—Desde hoy serás mi editor, trabajarás solo para mí y no harás encargos para nadie más.

-¡¿Eh?! P-pero ¿Y Aikawa-san?

-Será transferida, no sé por qué pero aceptó sin refutar cuando le dije.

Quizás y se dio cuenta de lo que había sucedido por el encuentro casi fantasmal que tuvimos la noche anterior, trabajar con Usagi-san sería un delirio y extrañaría a Akira-sensei pero, si así estaba tranquilo, nadie perdería nada.

-Misaki, te amo.

-Este….yo…--No sabía por qué se hacía más complicado decirlo en ese momento, pero sentí como sus manos me tomaban de las mejillas para darme fuerza—También te amo, Usagi-san.

No sé si agradecer en algún momento a Ijuui-sensei por lo que había ocurrido o nunca más volver a hablar como había prometido, mi odio estaba latente pero la vergüenza había vuelto a mí.

-Eh, Misaki ¿Por qué no seguimos con lo que dejamos ayer a medias? Puedes comenzar tú.

-¿Eh? Y-yo n-n-no sé d-de qué hablas

Lo amaba, amaba a mi pervertido personal porque solo sus manos eran aceptadas en mi piel.  

Notas finales:

Jejejeje bueno, estaba viendo JR3 y me imaginé ¿Qué hubiera pasado si Ijuui se hubiera propasado con Misaki, claro que sobre-exageré las acciones pero, creo que esa es la forma de actuar de ellos, bueno, Akihiko hubiera asesinado a Kyo en ese momento pero nada de sangre en este one-shot

Espero que les haya gustado


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