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Calzas a la perfección en mi corazón por Takamina

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Notas del capitulo:

Eh aqui un nuevo capitulo :3 espero lo disfruten y sin mas preambulo comienzen a leerlo >w<

 

Capitulo 2: “Llegue a ti”

-¡Daremos inicio a la presentación de todas las doncellas!-. Hablo uno de los marqueses y acto siguiente empezó a nombrar a todas las doncellas para que se acercaran a hacer reverencia al Príncipe.

El Principe Enrique tenía el cabello marrón oscuro, una tez más oscura que la de Cennier y unos ojos tan oscuros como su cabello.

-Las señoritas Anastasia y Drizella Tremaine-. Hablo el marqués anunciando el acercamiento de aquellas dos chicas.

Enrique ya estaba cansado de tanta presentación ¿Acaso su padre no podía entender que el aun no quería casarse? El siempre había hecho caso a todo lo que su padre le decía, pero esta vez realmente no podía soportar ni una presentación mas, asi que hizo una reverencia y salió de la Sala.

Su padre estaría furioso, el duque estaría en problemas y las señoritas estarían deprimidas, pero era su vida, él quería enamorarse de verdad no quería una boda improvisada o rápida.

-Bien Jack, espérame aquí-. Dijo ocultando a ese ahora albino caballo detrás de unos árboles a pocos metros de la enorme puerta que daba paso a ese enorme castillo.

Después de dejarlo seguro respiro profundo y entro. Un poco nervioso pero a la vez ansioso, era el primer baile al que asistiría realmente estaba entusiasmado.

Al entrar los guardias lo veían con cierta peculiaridad pues era verdad, Cennier era muy hermoso, tal vez por eso su madrastra le guardaba cierto rencor y envidia.

Cuando llego al Salón donde se festejaría el baile vio que todos hablaban en lo bajo y no entendía el porqué, pero no tuvo tiempo de pensar su respuesta ya que vio a su madrastra salir con sus dos hijas. Reacciono instintivamente pues, sería malo si lograban verlo ahí, asi que se escondió detrás de una de las enormes cortinas.

-¡No es posible que se haya ido sin decir nada! ¡Qué falta de cortesía!-. Gritaba su madrastra saliendo del salón.

-Volvamos a entrar madre, quizás vuelva-. Hablaba anastasia.

-¡No! Se me ocurrió algo, Anastasia  corre a buscar al príncipe y habla con el, quizás solo estaba cansado por el baile y por eso salió-. Dijo con maldad su madre,

-Pero madre…-. Replicaba aquella rubia.

-Mandaría a Drizella pero es una estúpida-.

-¡¿Qué?!-. Se enojo Drizella ante el comentario de su madre.

-Anastasia, se que te crie muy bien y sabes que ahora nos hacen falta varios lujos y si llegas a conquistar al príncipe con tu belleza podrás obtener varias cosas-.

-E-está bien madre-. Se resigno aquella linda chica pero a la vez tenía miedo.

Cennier, al ver que ellas se alejaban salió directo al jardín. No podía creer cuanta maldad había dentro de su madrastra, tanto así que incluso quería mandar a su hija para tener más bienes.

Se sentó en una de las banquitas que había allí, el jardín era muy hermoso estaba rodeado de flores mientras que en medio había un gran pileta donde vio una silueta de alguien suspirando.

-¿Se encuentra bien?-. Pregunto acercándose, aun sin saber quien estaba allí.

-¿Eh? Sí, estoy bien aunque algo cansado-. Respondió aquella persona.

-¿Como se llama?-. Indago Cennier.

-Enrique, me llamo Enrique-. Respondió

-¡Wuau! Enrique como el Principe-. Dijo aquel rubio con una enorme sonrisa.

-Si-. Dijo también poniendo una sonrisa. – ¿De casualidad nunca conociste al príncipe?-.

-No, acabo de llegar a la fiesta y cuando entre me contaron que salió rápidamente, pero jamás lo vi-. Aclaro.

-Ya veo-. Dijo Enrique. –Bien, ¿y tu como te llamas?-. Pregunto.

-Cennier-. Respondió aun contento, estaba alegre de haber conocido a alguien más aparte de sus amigos ratones y pájaros.

-Interesante nombre-. Contesto. –Bueno yo debo irme, estarán buscándome-. Dijo poniéndose de pie –Un gusto conocerte Cennier-. Hablo por ultimo dedicándole una sonrisa dejando un poco nervioso al rubio.

~Ding-Dong~

-Ya son las 12, será mejor que me vaya-. Pensó Cennier para luego ir a buscar a Jack y volver a su hogar.

-Que chico tan peculiar-. Pensaba el príncipe saliendo del jardín para dirigirse a su habitación, pero sin darse cuenta hizo caer a una damisela que iba sin prestar atención.

-Lo lamento mucho-. Dijo el príncipe ayudando  a levantar a aquella chica.

-No se preocupe, me encuentro bien-. Respondió aquella dama dedicándole una tierna sonrisa. –¡Oh! Su majestad perdone-.

-No te preocupes, no te preocupes-. “Se parece mucho a Cennier” pensó. –¿Quieres ir a caminar un rato?-.

-Me encantaría-.

Pasaron 3 dias de aquel gran baile y habían varias cosas que cambiaron. Primero, Cennier parecía siempre estar distraído pues, no dejaba de pensar en aquel hombre llamado Enrique al inicio pensó que estaba enfermo, pero sus amigas ratoncitas le habían dicho que eso era algo normal en el enamoramiento, cosa que el negó profundamente pues no era algo normal enamorarse de un hombre consideraba él.

Otra cosa rara que se había notado esos días era que, Anastasia siempre salía bien arreglada todas las tardes y su madre siempre hablaba con ella dándole indicaciones de cómo debía comportarse pues, a pesar de ser muy bonita, tenia un mal habito y comportamiento.

Pero, volviendo al tema de Cennier, no era el único que pensaba sobre no enamorarse de un hombre pues, dentro de aquel enorme castillo un joven muy apuesto pensaba lo mismo.

-No me quito su sonrisa de la cabeza-. Pensaba mientras practicaba un poco de esgrima.

-Señor, la señorita ya se encuentra aquí-. Hablo el duque interrumpiendo su práctica.

-¡Ah! Es verdad, bajare enseguida-. Respondió Enrique.

Al día siguiente Cennier se levanto como comúnmente lo hacía, pero algo raro que noto fue que su madrastra y sus hermanastras ya estaban completamente despiertas y alborotadas.

-¡Cennier!-. Grito su madrastra –¡Prepara un gran banquete y acomoda bien toda la sala y el comedor límpialo bien!-.

-¿Puedo saber quien vendrá?-. Pregunto un poco curioso Cennier.

-Creo que eso no es de tu incumbencia-. Respondió altaneramente la mayor.

-Es que así sabré como hacer el banquete, si es que se a quien va referido-. Dijo un poco indeciso  para saber la respuesta de su madrastra.

-Entiendo entiendo, sino no podrás hacer bien tu trabajo-. Balbuceaba –Vendrá el Principe Enrique y mas te vale tener todo en orden-.

-Está bien, como usted ordene-. Tal vez hubiera causado más impacto en él saber que el Príncipe vendrá, pero al escuchar el nombre “Enrique” su mente se volvió a nublar y solo pensó en aquel chico del baile.

Mientras preparaba los platillos para el Banquete ordeno todo lo que pasaba alrededor.

1 Las salidas de Anastasia todas las tarde.

2 Todas las recomendaciones que su madrastra le daba a Anastasia con mucho recelo.

3 La llegada del príncipe a su casa.

“Tal parece que esas 3 brujas lograron su cometido” Pensó con desgano.

Llegada las 20:00 horas, el carruaje real se estaciono frente a la “Mansión Tremaine” y su madrastra salió a recibir al Príncipe. Mientras Anastasia y Drizella esperaban dentro para saludar.

En la cocina estaba Cennier pensando nuevamente en como poder hablar de nuevo con Enrique, siempre que iba al pueblo no llegaba a encontrarlo asi que pensó que quizás era de otro pueblo cercano y cada vez sus esperanzas de verlo nuevamente se perdían mas.

-Cennier sirve la comida-. Anuncio su madrastra entrando a la cocina.

-Si-. Se limito a responder.

Salió con la bandeja en manos, pero al ver quienes estaban en el comedor se sorprendió bastante ¿Acaso todo este tiempo él solo pensaba en el Príncipe? Pero mas fue su asombro y conmoción cuando chocaron las miradas entre ambos, con cierto asombro, deslumbro, impresión, felicidad y tal vez amor.

Continuara…

Notas finales:

Gracias por leerlo :3 dejen reviews me ayudan mucho en inspiracion *-* xD Bye Besos


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