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Lazos Rotos por Crazy Fujoshi

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Capítulo 2: Soy diferente a ellos

Desperté por…no sé, ¿quinta vez? Mire nuevamente hacia la ventana, ya no estaba nevando pero podía ver los tejados llenos de nieve, fruncí el ceño al sentir mi frente algo rígida, supongo que también tenía la cabeza vendada, no lo sé. Una enfermera entro a la habitación y me sonrió, tomo mi temperatura, escucho mi corazón con un estetoscopio, el cual debo decir que estaba muy frio, y luego de dedicarme unas palabras se fue. No recuerdo que me dijo pero tampoco me importaba. Segundos después caí nuevamente en un sueño profundo.

Después de esto no sé cuántos días pasaron hasta que fui capaz de mantenerme despierto más de dos horas, mi hermano Itachi iba a visitarme de vez en cuando. Me había contado que cuando las cosas se calmaron en el orfanato, había conseguido que nos adoptasen a los dos, bueno, en realidad le adoptaron a él, pero Itachi como condición dijo que me adoptasen a mí, ellos no pusieron pegas, y aunque había venido a verme pocas veces, se notaba que eran buenas personas. Por lo visto eran personas ricas por ello nos encontrábamos en uno de los mejores hospitales de Japón, es cierto que nuestra situación económica había cambiado, solo con ver la ropa de Itachi podía notarlo. En el tiempo que estuve en el hospital Itachi me conto el todo lo ocurrido. Habían pasado más de 7 meses desde el incidente, había estado en coma y casi habían perdido la esperanza de que despertase.

El orfanato tuvo muchos problemas después del incidente, pero los chicos nunca fueron atrapados debido a que huyeron antes de que alguien se diese cuenta siquiera de donde nos encontrábamos. Aunque casi cierra el orfanato, al final consiguieron mantenerlo en pie, lo cual fue un alivio para los pobres niños que no tenían hogar aun. Lo que más me alegro fue que Naruto se encontraba bien, es cierto que también estuvo en coma, pero no estuvo más de un mes en ese estado, al parecer sus heridas resultaron ser más leves que la mía, el solo recibió un golpe en la cabeza en cambio yo tenía casi todas las costillas rotas, un tobillo fracturado, la cara hecho un desastre y bueno tenía el culo desgarrado, al principio no podía no podía sentarme, cada vez que sentía dolor recordaba ese momento, me alegre el saber que Naruto no vio nada de aquello, de casualidad sabía que yo fui a salvarlo y termine mal, nadie le dijo que me paso realmente, y lo prefería.

Pasaron unos meses hasta que me dieron el alta, aún tenía que ir a terapia tres veces por semana, durante ese tiempo no vi a Naruto, pero los niños del orfanato si fueron a verme todos, estaban felices de verme bien, lo cual me sorprendió, yo realmente no hablaba con ninguno pero tampoco le di importancia. El primer día que fui libre del hospital, el cual aborrecía, y llegar a la nueva casa fue tan extraño. Era como si me encontrase en una nueva dimensión, la entrada enorme, la escalera gigante que se encontraba en el centro, las habitaciones enormes. Era como una casa de películas. Yo no dije nada, siquiera demostré lo emocionado que estaba, aunque mi hermano si se dio cuenta de ello al instante.

Mi habitación era la que cualquier niño hubiese deseado, llena de juguetes, columpios, toboganes, cama en forma de coche, todas las consolas que pudiese desear, una mini biblioteca. Aunque nunca utilice mucho los juguetes, al escritorio y los libros si les di mucho uso. Mis padres (adoptivos) estaban muy contentos al ver que era estudioso y que todo me lo tomaba de manera seria. Itachi era igual de estudioso, pero lo cierto es que se tomaba las cosas de manera más relajada. Le costó menos adaptarse a la nueva vida, iba a clase, había hecho nuevos amigos, salía de fiesta o se quedaba en casa de sus compañeros, bueno, después de todo Itachi ya tenía 16 años. Conmigo todo era diferente, solo era un niño y mi deber era estudiar. En un principio se habían preocupado pero mi hermano les explico que yo era así. Lo cierto es que sí, pero no del todo, parecía que no, incluso yo no quería admitirlo pero era cierto que el incidente en ese baño había cambiado mucho en mí, sobre todo si hablamos de contacto físico. 
Al año siguiente ya era un estudiante de honor en mi nueva escuela, e Itachi se metía de vez en cuando en líos, pero bueno era lo normal en él. Por otro lado a Naruto le adoptaron, creo que lo hizo un señor que decía ser su padrino, no pregunte mucho sobre ello. Alguna vez nos encontramos, pero nuestra relación había cambiado, de su parte no, pero yo me sentía diferente, todo había cambiado en mí y no quería estar con él, y en ese momento no entendía bien por qué. A mitad de ese año mis nuevos padres se fueron a Londres por trabajo y nosotros fuimos con ellos, solo estuvimos cuatro años en Londres, bueno Itachi al cumplir los 18 se fue un año a vivir a New York a estudiar economía pues él quería hacerse cargo de la empresa de nuestros padres adoptivos si estos lo permitían, ellos parecían felices así que el simplemente estudio. Mi vida siguió siendo normal, de noche aun tenia pesadillas pero ya no despertaba a media noche llorando, ni iba a la habitación de mi hermano, ahora solo despertaba bañado en sudor, y cuando no podía volver a dormir me ponía a leer o hacer problemas matemáticos. 

Pero seguía sintiendo que me faltaba algo, yo a veces recibía llamadas de las chicas del orfanato pero hacía tiempo que deje de contestarlas, aun así de vez en cuando recibía cartas de Sakura la cual me contaba cómo iban las cosas. Todos los meses sin falta, nunca respondí, pero ella era lo suficientemente lista como para saber que las leía, eso o era muy cabezota.

“Sasuke ha pasado tiempo desde la última vez que te escribí, no había podido hacerlo porque estuve muy ocupada con los exámenes, ¿Sabías que los internados de chicas eran muy exigentes? Si no sacas todo dieses te puede ir muy mal. Bueno no tengo esos problemas pero por si acaso estudio...”

Siempre contándome cosas que no me interesaban.

“Oh por cierto, el fin de semana cuando fui al orfanato me encontré con Naruto de nuevo, el muy tonto al parecer sigue sin tener muchos amigos, siempre tengo que ayudarle a estudiar. Cada día está más grande y tonto. Siempre pregunta por ti, pero ya sabes, nunca contestas así que en realidad no puedo decirle nada. Espero que vuelvas pronto y nos visites algún día, no sé, te extrañamos. Y por favor no te enamores de ninguna rubia inglesa”

Cada año sus cartas eran más largas, y cuando cumplía años Naruto solía enviarme alguna carta también, con alguna foto de él y Sakura. Naruto no solía contarme muchas cosas en sus cartas. Solía contarme lo que había hecho en el año y que tenía ganas de que volviese y jugar juntos de nuevo. Aunque esto último cambiaba mientras íbamos creciendo, terminando en un “tenemos que irnos de fiesta cuando vuelvas”. Es cierto que yo no quería admitirlo, pero cuando no me llegaban cartas me sentía inquieto. Todas la tenía guardas en una caja de madera, hasta que no entraron y tuve que cambiarlas a una caja de cartón grande. Las fotos las tenía escondidas en un álbum debajo de mi cama. Itachi sabía que las escondía pero después de verme enfado la primera vez que las encontró, dejo de sacarlas para molestarme. Una noche después de la cena nuestros padres nos reunieron en el salón. 

–Después de hablarlo durante un tiempo creo que tu hermano Itachi puede hacerse cargo de la empresa cuando cumpla los 25
– ¿Eso no es mucho tiempo? Apenas y tengo 20 años–Se quejó.
–Lo sé, pero queremos que estés preparado, aun así tenemos una sorpresa, ya saben que nunca quisimos cambiar vuestros apellidos por respecto a vuestra familia, por ello, en casi de que algo nos pase o dejemos la empresa en vuestro poder, tendrán derecho a ponerle el nombre que deseen…

Por desgracia paso más rápido de lo esperado. Una noche nuestros padres tuvieron un accidente de coche y no hubo nada que hacer. Todo había sucedido muy deprisa, y me imagino que para Itachi fue peor, de un día a otro termino por convertirse en el dueño de una empresa multinacional de petróleo. Por esa razón fue por la que volvimos a Japón. La última carta que envió Sakura tuvo una pequeña respuesta…

“Vuelvo a Japón el 13 de Mayo”

Hoy por fin era el día en el que volvía, estaba tan feliz que no sabía qué hacer. Me mire nuevamente en el espejo, peine mi cabello rosa, primero me hice una coleta, no me convencía, me hice dos, no, una trenza, no, ¿Dos? No, al final termine por hacerme un recogido en forma de cebolla y dejarme fuera el flequillo. Me maquille un poco y me puse el vestido blanco que me habían regalado las monjas. Era largo pero muy bonito, me hacía parecer como esas chicas lindas de las películas. Me despedí de mi compañera de habitación la cual me dio el visto bueno y me dijo que todo saldría bien. Había quedado con Naruto en el parque cerca del aeropuerto. Quería mostrarme feliz pero no tanto, gracias a las noticias me entere la razón por la que volvía, al parecer sus padres adoptivos habían muerto hacia unos meses y e Itachi se haría cargo de la empresa.

Salí corriendo del internado y tome el bus, fueron 3 largas horas hasta el aeropuerto, donde Naruto ya me estaba esperando, al parecer había llegado en su bicicleta, llevaba unos cascos y movía los pies al ritmo de la música que estaba escuchando. Alguna tontería seguramente, vestía como de costumbre, unos vaqueros desgastados unas zapatillas azules y una sudadera naranja. Me acerque a él y le toque el hombre, él se sobresaltó pero al verme sonrió y me abrazo, me aleje de un empujón, no quería que me arrugara el vestido. 

–Vaya si es por Sasuke sí que llegas temprano
–Bueno estamos hablando del “Sr. Yo no quiero responder ninguna carta” –intento imitar la voz de alguien serio.
–Eres un tonto Naruto–pero me había hecho reír un poco.

Me cruce de brazos y me recosté de las vallas que habían, no quería aparentarlo pero estaba nerviosa, había pasado tiempo, bueno éramos niños desde la última vez nos vimos y que se puedo decir, la última vez que le vi él estaba en un hospital con cara de perdido y vendado por todos lados. Me sorprende más que Naruto no este nervioso, él tiene aún más tiempo que yo sin verle, Sasuke no quiso verle aun después de salir del hospital, recuerdo que Naruto lloro mucho cuando Sasuke se negó a verle.

Le mire de reojo, se había vuelto a poner los casco y movía nuevamente los pies al ritmo de la música, se veía muy relajado, lo cual me hacía preguntarme si estaba fingiendo o realmente le daba igual. Mientras me iba a mi mundo el tiempo paso y cuando me vine a dar cuenta ya era hora de que llegase el vuelo de Sasuke. Comencé a impacientarme más, no nos había dicho realmente donde esperarle, solo dijo el día y de casualidad había puesto la hora a la que llegaría su vuelo, pero no dijo nada más, bueno sabiendo lo rico que era sospecha que llegaría en un vuelo privado. Entonces le vi, el último jet privado que había llegado había abierto la puerta y después de unos dos hombres vestidos de negro salió un chico de cabello negro largo con una coleta, sospeche que se trataba de Itachi. Había crecido mucho, era bastante alto.

Entonces le, vestido con unos pantalones negros y una camisa azul marino y unas gafas, era Sasuke, lo sabía, sin importar el tiempo que estuviese sin verle, sabía que era él. Grite su nombre esperando que se escuchara a pesar estar el jet aun en funcionamiento, Naruto al verme gritar comenzó a llamarle también hasta que Sasuke se percató de nuestra presencia, emocionada comencé a saltar hasta que nos hizo señas para que nos reuniésemos por fin.

Sakura no había cambiado mucho, bueno hay que tener en cuenta que me mandaba fotos con demasiada frecuencia, su cabello rosa había crecido mucho y se había arreglado para la ocasión, era formal pero no lo suficiente, digamos que perfecto para la ocasión. En cambio Naruto era otra historia, las fotos no habían captado nada de él, sus expresiones, su sonrisa, su altura, ahora era prácticamente de mi tamaño y ya no era escuálido, se veía que no se sentaba en el sofá a ver la tele todo el día, Naruto vestía de manera muy informal pero no podría decir si estaba o no mal para la ocasión.

Le dije a Itachi que vendrían así que el había reservado una limosina solo para nosotros tres, cuando nos encontramos por fin, que no teníamos nada de por medio Sakura se lanzó a mi cuello y me costó mucho el que me soltara, Naruto en cambio intento que le chocara los cinco, yo le ignore y él se enfadó, lo cual me hizo sonreír, obviamente no lo demostré. Al subir a la limosina Naruto se emocionó y los ojos le comenzaron a brillar, Sakura en cambio se comportó, como si para ella todo aquello fuese lo más normal del mundo. Hoy estaba cansado después del largo viaje, así que le dije al chofer que diese vueltas por la ciudad mientras hablábamos un rato, aunque en realidad hablaron más ellos que yo.

–Naruto deja eso, Sasuke se va a enfadar–Sakura le pego a Naruto en la cabeza.
–A él no le molesta. ¿O sí? –me miro esperando a que diera una respuesta. Yo me encogí de hombros.
–Sasuke le consientes, por consentirle tanto la gente, será todo un delincuente, bueno ya lo es–suspiro.
–¡¡¡Eso no es cierto!!! Yo seré un oficial de policía–se levantó orgulloso dentro de la limosina, pero cayó en la primera curva.
–No pensé que un tonto podría ser policía–me burle del mientras tomaba de mi vaso de coca cola.
–Ya veras, seré un buen poli y entonces cuando tengas problemas serios tendrás que venir a rogarme
–Eso nunca pasara Dobe, en todo caso vendrás tu rogándome a mí por algo de comer, solo mira como vistes, pareces un vagabundo–no sabía porque decía aquello, no quería hacerlo
–Oh lo siento Sr. Rico-soy-bueno-en-todo-lo-que-hago-vengan-a-mi-chicas–se veía realmente enfadado.
–Sasuke creo que te has pasado un poco…
– ¿Un poco? Se ha metido conmigo, pensé que seguíamos siendo amigos Sasuke, que el dinero no nos iba a separar, pero veo que estaba equivocado.
–Naruto yo…
–Sasuke detén la limosina
–Naruto–Sakura intento calmarle pero fue en vano
– ¡Que la detengas!

Así lo hice y acto seguido Naruto abrió la puerta y se marchó.

–Ya se le pasara Sasuke…
–Me da igual, que haga lo que quiera–Aunque por dentro quería salir corriendo y pedirle perdón, pero mi orgullo no me lo permitía.

Por suerte la limosina no me había dejado lejos de casa, corrí hasta llegar a esta. Estaba enfadado muy enfadado, pero mientras iba corriendo camino a casa el enfado se me fue pasando, igual me tome muy en serio su broma, esta semana había sido complicada para mí, nos habían mandado un aviso de desahucio y yo no sabía qué hacer, Ero-senin estaba haciendo todo lo posible para resolver nuestras deudas, pero la cosa no pintaba bien, estaba estresado y había dormido mal, pero no debí hablarle así a Sasuke, él también debía estar cansado después de tan largo viaje, pero voy yo y lo arruino todo. Se supone que teníamos años sin vernos, que éramos amigos de infancia que se reencontraban después de una trágica despida.

Cuando llegue a casa me encontré a Ero-senin sumido en una montaña de papeles, siquiera se percató de mi llegada, así que sin decir nada fui a mi habitación y me acosté en la cama. Tenía que hacer algo para salir de esta situación, entonces mire la chaqueta de mi uniforme escolar. Dije que esa iba a ser la última opción, pero quizás no debería esperar a quedarme sin ningún plan bajo la manga. Me levante de la cama busque en la chaqueta y saque una tarjeta.

“hot Boys.
Los chicos que pueden hacer los sueños de cualquier dama realidad
Llámanos al: 00XX-XXX-XXXXX-XXXX”

Hacía poco que un señor me había dado aquella tarjeta diciendo que tenía potencial para ello y que la paga era más que buena. Sabía que no sería un trabajo digno pero lo necesitaba, Ero-senin lo necesitaba, yo lo necesitaba si quería cumplir mi sueño de ser un policía. No me quedaba de otra Salí de la habitación, esta vez sí me vio Ero, le dije que haría una llamada y volvería, él se despidió de mi con una sonrisa y yo con miedo esperaba no mostrar en el rostro lo que haría a continuación. Fui al teléfono público más cercano, saque unas monedas y marque el número.

–Si buenos días ¿En qué puedo ayudarle? –había respondido una chica.
–Ehm…si, bueno…estoy llamando…por Hatake…me dijo que llamase…–sentía que me faltaba el aire.
–Oh si claro, un momento por favor–comenzó a sonar una música por unos segundos hasta que alguien tomo el teléfono.
–Habla Hatake
–So…soy yo, el estudiante con el que hablaste el otro día 
–Uzumaki ¿Cierto?
–Si…
–Si me has llamado es porque ya has tomado una decisión, y es la correcta–Escuche una risita al otro lado del teléfono.
– ¿Cuándo podemos vernos? –estaba nervioso pero no quería parecerlo, al menos no por teléfono.
– ¿Qué te parece si te recojo en mi coche en la estación de tren en dos horas?
–Perfecto…

Colgué y me deje caer al suelo. Las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas, no podía parar de llorar, pero era lo mejor, era la única forma de ayudarle, mis otros trabajos no me pagan lo que este me pagara, y así podre estudiar. Soy consciente de no ser listo, pero realmente quiero esforzarme, quiero ser un policía digno…como lo fue mi padre.

Continuara…

PD: si, tarde mucho en actualizar, pero tranquis que habran 3 semenas seguidas de actualizaciones solo de Lazos rotos 


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