Damon se removió un poco en la cama, tirando de su gorra para ocultar su frente.
—Déjame ver.— Graham movió sus dedos hacia la cabeza de su amigo. —No me voy a reír, te lo prometo.—
—Sí que lo harás.—
—Realmente, no lo haré.— Graham respondió, sosteniendo dos dedos frente a él con mirada afligida. —Palabra de honor.—
Damon suspiró, tirando de su gorra de béisbol sobre su cabeza, vetas rubias de pelo caían sobre la frente marcada. Allí, claro como el día contra su piel pálida estaba escrito —gayboy— con marcador sharpie.
—Ya está. ¿Estás feliz ahora? —
Graham tuvo que obligarse a mantener una cara seria. —Otra vez, ¿eh? No son muy originales—.
—¿Sabes?, no lo encontrarías tan divertido si te pasara, Graham.— Damon replicó, con la cara roja. Extendió una mano en su frente, tratando en vano de cubrir las palabras con su pelo.
—Hey, podrían haber escrito 'All-Bran' en su lugar. ¿No hubiera sido peor? — Graham señaló a la toalla de baño.
—Ahora, aquí.— El castaño dijo, muy maternal, con la mano frotando un montón de jabón en la cara asqueada de Damon. —Vamos a conseguir esto.—
Después de unos minutos de lavado, el rubio se movió con impaciencia. —¿Está saliendo?— preguntó esperanzado.
—Algo así.— Graham se mordió el labio.
—¡¿Qué quieres decir con 'algo así' ?!—
—Bueno, digamos que probablemente deberías usar su sombrero en la práctica de la banda.— El menor se estremeció, frotando la toalla mojada con más fuerza contra la frente de Damon. Todo lo que quedaba de las letras era un ''Gaybo'' borroso oculto detrás de un mechón de pelo rubio. Graham tiró la toalla sucia en el cesto.
—Aquí, vamos.— Graham le indicó a Damon respecto a su habitación. —Creo que tengo algo que va a animarte.—
La habitación de Graham era un desastre artístico. Álbunes, pinturas y libros sobre música estaban esparcidos en el suelo de su dormitorio. Su cama estaba cubierta por una colcha multicolor que le habían hecho para su cumpleaños. Fue ahí donde Damon se lanzó estirando los brazos. Mientras tanto, Graham estaba arrastrando los pies por el suelo de su habitación, lanzando pedazos de cosas por todas partes.
—Ajá—.
—¿Qué?—, Preguntó el rubio, distraídamente frotando las palabras en su frente.
—Aquí.— Graham había regresado, un disco redondo de vinilo se encontraba entre sus manos. —Encontré esto en la vieja tienda de caridad por la calle de la escuela.— Caminó hacia el tocadiscos en el lado opuesto de la habitación. —No me preguntes por qué estaba allí, no tengo ni idea. Pero pensé que te gustaría —.
—Aww, Graham, es tan dulce de tu parte que pienses en mí.— El mayor sonrió, agitando sus párpados al castaño.
—No te pongas así.— Graham respondió, poniendo la aguja hacia abajo.
Damon empezó a oír los primeros acordes de una reproducción de una canción de Madness a través de la habitación.
—Hey, ¡me encanta ese álbum!— Damon sonrió, levantándose un poco.
—Sabía que te haría animar.—
Graham fue al otro lado de la cama, recogiendo su guitarra, tocando junto con la canción.
—Sería genial si tocamos un cover de esto, ¿Qué te parece?— Esperó a a que Damon respondiera.
—¿Dames?— Se detuvo. —¿Estás bien?—
Damon se mantuvo en silencio, con los ojos fijos en el techo.
—Graham, ¿por qué te molesta andar con alguien como yo?— Finalmente dijo, sin dejar de mirar al techo.
Graham dejó su guitarra, sentado en la cama al lado de su amigo. —Porque eres un bastardo que no me deja en paz, ¿recuerdas?—
Un destello de sonrisa pasó en el rostro de Damon antes de desaparecer. —Quiero decir, ¿por qué pasar el rato con alguien que todo el mundo piensa que es gay, Graham?—
El guitarrista se miró las manos por un tiempo. —No lo sé, supongo ... Supongo que en realidad no me molesta.—
—¿Sabes lo que dicen sin embargo. Lo que dicen en la escuela? — El rubio se detuvo.
Graham evitó los ojos de Damon. —He escuchado los rumores, sí.—
—¿Y?—, Preguntó Damon, apoyándose en los codos para mirarlo. —¿No es lo que te molesta?—
El menor estudió sus manos un poco más. —¿Qué? ¿Quieres decir que todo el mundo piensa que soy tu novio, o algo así? ¿Porque nos juntamos mucho? —
Damon volvió su cabeza, con los ojos centrándose en Graham.
—Son todos tan sólo unos imbéciles de todos modos. ¿Qué importa lo que piensen? — Graham dijo amargamente. —¿Por qué me estás preguntando de todos modos?—
—Porque quiero saber.—
Graham mordió con fuerza su labio, casi sacándose sangre. —¿Porque tú quieres saber si me gustan los chicos como tú? ¿Eso es todo? — Le escupió, rompiendo el contacto visual entre él y Damon.
Hubo un silencio incómodo entre ellos durante unos segundos antes de que el rubio se aclaró la garganta. —Nunca dije que me gustaban los chicos, Graham.—
—Sí, bueno, es condenadamente obvio, ¿no es así?— Graham dijo con enojo, lamentándolo tan pronto como vio la mirada de dolor en el rostro de Damon.
Él respiró hondo. —Mira, lo siento Damon, yo solo ... yo no quise decir eso ...—
—Está bien—.
Hubo otra larga pausa antes de que alguno de los dos hablara.
—Quiero decir, ¿tú ...?—, Dijo Graham en voz baja.
—¿Qué? ¿Besé a un chico? —
El castaño se miró las manos de nuevo. —Bueno, quiero decir, sé que has besado a un montón de chicas ... pero ... Siempre me pregunté que ...— Él se movió incómodo en la cama.
—¿Te preguntas qué se siente?— Preguntó Damon, con voz firme. Otra pausa. —¿Quieres saber lo que se siente?—
Graham podía sentir el rubor en su cara. Sintió que la cama se movía detrás de él cuando Damon puso una mano en su hombro, y luego en su barbilla, tirando de sus ojos hacia arriba.
—¿Tú?—, Preguntó Damon, más tranquilo esta vez. Con las manos en la camisa de Graham comenzó a empujarlo suavemente hacia la cabecera de la cama. En poco tiempo, el guitarrista estaba en posición plana mirando hacia el techo, con su mejor amigo por encima de él. Sintió como si su corazón fuese a estallar.
—No voy a hacer nada a menos que quieras.— El rubio le susurró al oído, el cálido aliento en su cuello hizo que Graham se estremeciera. Sobre él, podía sentir el cuerpo de Damon contra el suyo.
Mientras tanto, la mano del mayor fue a parar contra la línea de la mandíbula de Graham. Su cabello caía en mechas rubias contra su rostro, cubriendo la marca en su frente.
El castaño asintió lentamente con la cabeza, con su corazón sintiendo como si fuera a explotar si hacía lo contrario. Los labios de Damon eran cálidos, asumiendo que lo sentía por curiosidad y lujuria. Besarlo no era como besar a una chica en absoluto. Su boca era más dura, más persistente y agresiva. Quería gemir cuando la lengua de Damon se deslizó dentro de su boca.
Las manos del rubio se quedaron en el dobladillo inferior de la camisa de Graham, tirando de la tela suave.
—Graham—, respiró, en medio de besos. —Quiero ver más de ti.— Graham asintió mientras sentía que Damon tiraba su camisa sobre su cabeza y caía en el piso.
Él lo miró con incredulidad. Hablaba despacio. —Gra, eres hermoso.—
Las manos se movieron sobre el cuerpo del guitarrista mientras él sentía que la camisa del rubio caía también. Y después, besos calientes corrían por su cuerpo.
Por ahora, su erección estaba floreciente, y era obvio con Damon si sus manos viajaban traviesas por su cuerpo.
No podía soportar no ser tocado.
Las manos de Damon se encontraban en la cremallera de Graham, vacilando antes, claro.
—Graham. ¿Seguro que quieres hacer esto? —
Él asintió con la cabeza mareada. —Sí ... Dios, sí ...—
Sin necesidad de permiso adicional, la cabeza de Damon desapareció entre las piernas del guitarrista y no pasó mucho tiempo antes de sentir que el rubio lo ponía en su boca.
—Jesús ... Damon ... ¿dónde aprendiste a hacer esto?— Graham quedó sin aliento cuando la humedad caliente lo encerró.
Podía oír al mayor murmurar algo antes de llevarlo fuera de su boca.
—Años de práctica—. Dijo tímidamente, antes de desaparecer de nuevo.
Graham gimió en su almohada, con las manos firmemente apoyadas en la cabeza rubia de Damon mientras continuaba. No iba a durar mucho tiempo, por la forma en que iban las cosas.
Mirando hacia abajo podía ver a su amigo y a su propia mano desaparecer debajo de sus vaqueros. El pensamiento de tenerlo haciendo eso durante bastante tiempo (sin saberlo) sólo le hizo venirse más rápido.
Sintió el colapso del cuerpo de Damon después de que terminase. El mayor se arrastró hasta que sus brazos quedaron entrelazados.
—Cristo, Graham. ¿Estás bien? No dejas de temblar —. Fue el rubio quien habló mientras plantaba besos por todo su cuello.
Con sus frentes juntas, la respiración de Graham se estabilizó lentamente. —¿Damon?—
—¿Hmm?—
—Tu boca debe conseguir una puta medalla.—
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