Capitulo II
De la puesta del alba no sabía nada. De hecho casi siempre nunca la veía. Pasaba mejores días viendo el brillo pulverizador de la luna... ver como las estrellas titilaban cual pequeños bombillos de luces que se fundían; opacadas quizás por el brillo de la luna llena.
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- Ya no estoy seguro si estoy hecho para gobernar. - Murmuro al aire sabiendo que no era escuchado por nadie.
De qué sirve semejante poder si no se usarlo; el legado de su padre le había dado joyas SI; pero el amor no fue una de sus mayores potencias o virtudes y su madre murió mucho antes que su padre, ella si era el único apoyo de cariño y amor que tenía. Pero el cruel destino se la había arrebatado.
- estas consiente - susurro una voz a su espalda. - que si te vas no habrá nadie quien gobierno.
- No, no, no amigo mío, mi padre solo era una simple – hizo una pausa - pero útil soldado; que por cobardía terminaban entregándole sus joyas y riquezas para mantener sus vidas, por miedo, tenía soldados a su favor. Y que con todo eso; lograra forjar una especie de palacio para sus júbilos y gozos no lo hacían a él un rey ni a mí.... un príncipe. – descanso un momento y aprovecho para destensar los músculos y prosiguió -
- Yo no gobierno aquí, YO impongo orden solamente. Pero todo pájaro necesita descansar al final. Y si estos soldaditos no saben mantener paz o la gente respetar lo que no se debe tocar. No es culpa mía ni asunto mío.
- mmm ya... me has dejado muy claro tu posición, si ya sé que estas arto. Pero que aras sabes de tu descendencia y que no eres el único - el ambiente ya estaba tenso solo se oía el sonido del agua de la cascada, el mecer de las hojas ignotisantes y el por demás hermoso pero traicionero ambiente natural.
Ya habían pasado años en los cuales gracias a sus fieles Compañeros sobrevivieron al imperio turco, a pesar de todo no vivía en castillos de piedra y oro como se esperaba no. al contrario vagaba por el ambiente natural defendiendo su vida cual animal que luchaba por sobrevivir contaba con respecto; SI. Porque a pesar de no ser su padre; su manejo de las armas era temible y exquisito… y eso era algo que el sabía muy bien.
Pero siempre en la guerra no solo vale la fuerza; vale el descanso. Uno que hecho necesitaban…
Descanso…
Acción poco ejecutada por todos ellos...
- no creo hay que alejarnos un tiempo de esta sociedad o de los ataques turcos, no creo que sea mala idea, necesitamos limpiar el alma - con voz cansina hablaba el emperador deseando tener un rápido asenso a las tierras montañosas, mientras escalaban la hermosa pero traicionera montaña "diente de sable".
- enserio era necesario subirla – hablo unos de los soldados del grupo, era evidente que se quejaba del ascenso a tan rustica superficie quizás siendo apoyado por su compañero de guardia.
- torpe arriba es mejor la vista, y así eliminamos ataques turcos - mirándolos con burla comento el emperador - no quiero que a mis bebes les corten la garganta mientras duermen.
- aggg eres un pesado - gruño molesto el mayor de los dos soldados.
Mientras subían las rocas llegaron a descubrir una cueva; Que si estaba libre podrían descansar
- CALLATE... S.-
- shiff, silencio callaos los dos creo que dentro de esa cueva hay algo - hablo el emperador empuñando su espada. Mientras sus colegas resguardaban la salida a los lados de la cueva.
Golpearon las paredes internas de las rocas pero... nada, No había ni un ruido
- parece que no hay nada - murmuro el saldado que había sido interrumpido antes.
- shiff cállate de una vez por dios A...-
- ¡¡¡YA BASTA!!! callaos los dos - regaño nuevamente el descendiente del empalador.
Decidieron esperar unos minutos, cuando un grupo de murciélagos salieron disparados de la cueva.
- que bien aquí podremos descansar - habla entusiasta el más bajo de los soldados.
Al pasar las horas los tres caballeros lograron establecerse entre las rocas, frias y oscuras, mientras revisaban los mapas del territorio para poder buscan un pueblo donde esconderse y descansar.
- que tal, si nos movemos por aquí y vamos a este pueblo, está lejos del territorio turco, y es lo suficientemente prospero quizás y podremos descansar más tiempo del previsto.
- bien por mi bien - hablo el mayor de los tres.
- .... A ya iremos señores. - pronuncio el emperador antes de quedar todos dormidos…
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A la mañana siguiente después de haber descansado; Partieron de las montañas, y con el tiempo ya estaban frente de las grandes puertas de ese imperio.
Identifíquense - hablo el guardián de la seguridad.
- soy Saga guardia imperial, aunque por ahora solo soy un simple soldado retirado - se presente el mayor de los tres con su porte gallardo vestido, con una armadura sencilla pero sin su escudo, ni espada.
- mi nombre es Aioria igualmente soy un soldado y con gusto les entrego mis armas en señal de paz. - finalizo él Moreno entregando su escudo y espada como su compañero, mientras se le era realizada una inspección de seguridad
- y usted señor - hablo nuevamente el guardián de seguridad.
-ahhmm..... Soy... - pensó con cautela lo que diría - Milo, solo Milo.
Después de una mira de reojo a los tres desconocidos, los descarto como amenaza.
- ¡¡¡ Habrán las Puerta !!! - grito con voz potente el guardián
- saga, aioria ¿esto sería el comienzo de algo. Como una vida? Lo podríamos intentar; porque yo creo que si.
haber seguido a milo fue peligroso en su travesía por escapar de la guerra aunque fuera un miseria tiempo pero al abrirse esas puertas se dieron cuenta que él tenía razón el esfuerzo valía la pena.... ESTO o esta podrían o no ser ahora su nueva Vida.