CAPITULO III
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Cruzaron Las puertas, caminando directamente a la casita donde pasarían la noche, no era muy espaciosa pero si era cómoda y eso por el día que habían tenido era más que suficiente.
Después de todo su largo viaje y esfuerzo a estas alturas ya estaban cansados.
Y aunque en donde se encontraban era una cabañita acogedora, el guardia ya les había informado que después de hablar con el patriarca los reaccionarían a un lugar más habitable para los tres donde lograran establecerse cómodamente con la condición de pagar o trabajar según se les vea una función para la cuidad.
Tanto Milo, Aioria y Saga aceptaron la propuesta sin quejas; Después de todo estaban en un Lugar que no era su casa.
Después de la plática con el guardia.
Los tres entraron a la cabaña; La cual, Con una mesita en el centro, una chimenea, un sofá y una litera. Eran los únicos utensilios dentro de la cabaña.
Saga fue el primero en subir a la litera y arrojar su bolso al suelo y en menos de lo esperado sus ronquidos fue el único ruido en la cabaña.
Por otro lado Aiora y Milo se enfrentaba en un combate de miradas y el premio para el que ganara era la tan amorosa y preciada cama y su almohada esponjosa.
Luego de unos largos minutos y los ronquidos de saga. Entre Milo y Aioria se declaró un ganador. Con una sonrisa burlo el campeón se arrojó a la cama. Muestras el perdedor se recostó en el sofá
- te odio milo - dijo más para el que para su compañero. Pero aun así este logro oírlo.
- que descanses cómodo Aioria, animo los sofás son comodísimos - hablo milo mientras se reía de Los gruñidos de protesta del otro.
- Cállate.
Fue lo último que se oyó en la cabaña. Almenos por esa noche
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El amanecer ya se había dado en la cuidad.
Un rayito de luz entremiso logro colarse por la ventana dando de lleno en la cara de uno de los dormidos. El cual se removió inquieto en la litera intentando escapar de la luz que molestaba sus parpados.
- mmm fuera, shu, místicos de mierda. Nos atacan o es un fantasma - murmuraba saga entre sus sueños
- espada, tienes que temer al gran y maravilloso saga - aun dormido levanto su mano al aire mientras bamboleaba una almohada como si fuera una espada.
- shu saga cierra el pico - se Quejó Aioria aun dormido sin mirarlo, boca abajo en el sofá
Mientras milo pateaba la litera de saga con su pierna inconscientemente solo aumento las energías del saga hablador que dormía sobre él.
- CUIDADO CON ESA ESPADA ESTA ROTA IMBESIL!!! - Grito saga espantando a todo los dormidos.
Aioria y Milo despertaron alterados. Milo por reflejo desenvaino su espada y aun con LOS OJOS CERRADOS descargo su ira contra la pobre madera de la cama saga callo de la litera pegado un sonoro grito mientras Aioria corrió por la casa en calzoncillos en busca del invasor fantasma
Milo se quitó la almohada de la cara y saga se levantó del suelo.
- se puede saber porque coño andas en calzoncillos – exclamó milo con voz altiva
- porque tú tienes esa espada en la mano imbécil si estamos seguros - contratado Aioria
- pueden callarse quiero seguir durmiendo no entiendo porque están despiertos - saga subió de nuevo a la litera ignorado lo desquiciada que fueron sus palabras.
- ES POR TU CULPA CABRON - gritaron ambos el peli azul y el castaño.
- yo, no… Me acuerdo de nada. – se encoge de hombros – saben ya se me fue el sueño - La idea de dormir ya les era imposible y Era obvio que no querían hacer nada. Después de días durmiendo entre las rocas y el paso o subidas a los árboles para evitar ataques nocturnos. Que el simple hecho de estar en una cama ya era mágico para ellos.
No esperaron demasiado porque después de estar vestidos una señora voluptuosa y quizás un poco mayor; entro a la cabaña con una bandeja de lo que para ella era un banquete. Para ellos no eran más que "proteínas" para el día. Eso sorprendio a los invitados poque que una cuidad establecida y en paz pero que no contara con suministros básicos como lo era la comida...
Comieron callados y despacio con la poca comida; tuvieron que llenarse a base de agua y jugo.
Después de un rato las puertas de la cabaña se abrieron dando paso a un guardia con la información de que los llevaría haber al patriarca.
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- Señor los visitantes ya están aquí - se pronunció el guardia mientras golpeaba la puerta.
- déjalos pasar. - las puertas se abrieron dando la orden de su señor. Y los tres caballeros entraron.
Caminaron por el recinto lleno de libros y adornos, bonitos uno que otro cuadro y una bella alfombra dorada en el centro de la sala sin duda era una casa hermosa grande y su ubicación quizás la más hermosa también dentro de la ciudad.
Milo camina juntos a sus compañeros hacia las puertas que los llevarían a la sala de reunión; en el camino habían encontrado al patriarca en medido de la sala y sí que había MUCHA seguridad adentro porque en ambos lados de ese gran y hermoso pasillo había seguramente más de 100 o 100 soldado vestidos con armaduras plateadas todos en posición de vigilancia
Milo los observo a todo, o bueno solo lo que podía. Los pocos de cabello largo que eran quizás los más resaltantes. Los observaba mientras pasaba por sus lados, pero de lleno sintió la sensación de una mirada pesada así que por instinto miro a su derecha un poco más adelante que él entre otros soldados pudo observar una melena, Larga y turquesa muy notoria por el color opaco de la armadura, noto la piel clara por una mano sin empuñadura que tenía que sostenía una espada, y la mirada azul
Antes de que milo llegara cerca de él. El sujeto se dio la vuelta y se marchó.
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Muy bien me llamo Shion, sé que desean hospedarse aquí y la verdad por mí no hay problema caballeros, pero sepan que deben pagar esta aceptación - ya una vez todos sentados un hombre de cabellera larga verde olivo y de piel blanca se presentó como el patriarca de la ciudad - Prosiguió. – leí en el expediente que me entregaron ayer que todos son soldados no es así? - pregunto Shion recibiendo afirmamiento de los tres hombres sentados en las sillas frente a su escritorio. Aunque él estaba de pie frente a ellos.
- bien aquí la mayoría de la gente es joven y son pocos los que saben de un entrenamiento diestro de casería y supervivencia y me gustaría que los que no saben sean reclutados y les enseñasen estas técnicas y eso será válido por su morada, la cual valdrá su rendimiento es decir si no hacen bien tendrán una bonita casa.
- no creo que ninguno de nosotros tenga una objeción - dialogo saga mirado a ambos lados pero sus compañeros no mostraban ningún gesto de negación
- cuando podremos empezar - esta vez intervino milo.
- cuando Los jóvenes se presenten esta noche. – contesto la pregunta al joven de largo cabello azul
- donde viviremos - pregunto Aiora, shion tardo unos segundos pensando en el lugar correcto para eso tres hombres a pesar del ambiente calmado el mejor que nadie sabía que no debía bajar la guardia
- humo la cuidad esta dividía en tres secciones la de agua, el comercio y la natural. Cada una cuenta con diferentes factores la de agua es la que conecta la ciudad con él. Mar advierte y de ahí a las montañas los arqueros y navegantes viven mayormente hay para llegar a las casa se navega en valsas no son aguas profunda a ningún hombre el agua de esa zona les llega por sobre encima del pecho... almenos que su altura sea muy pequeña lo cual ese no es el caso de ninguno - soltó una leve risa. Prosiguió - así que allí será donde los pondré.
- quiero que hagan ese trabajo porque a pesar de que hay tres regiones y 100 guardias en cada uno cuando mandamos soldados ya sean 25 guardias es consternaste porque siempre regresan cinco o Tres. Y la verdad es preocupante porque: o somos nosotros los que ya no sabemos cómo cuidarnos entre nosotros mismo o la violencia en combate a evolucionado a otro nivel y yo no tenía idea de eso - les comento Shion después de estar un rato callado - espero que el daño este en nosotros y no en él Mundo - el tono de su voz fue baja; muy baja y quedo, quizas desmostrando la tristeza o pesades que sentia en ese momento
luego de un tiempo Reino el silencio en la sala nadie quería hablar; no era un Momento se incomodidad pero quizás si uno triste. Ellos más que nadie sabía el terror que se vivía tras los atajos turcos, Vivian huyendo de eso desde hace meses. - pueden retirarse -dijo el patriarca después de unos segundos más.
Pasaron los meses con rapidez. Que bello y rápido era el tiempo cuando se vive bien.
Aioria Había establecido contacto con un hindú y un soldado que había conocido. Uno era un "brujo" que leía el futuro que en una noche de copas y vinos que hace años no Vivian habia conocido y el otro en los entrenamientos: un chico muy ágil con deseos de vivir la vida; uno rubio y otro de cabellos verdes oscuros, una melena larga y una corta.
Saga en poco tiempo ya se había ganado la admiración de una que otra señorita por su porte gallardo y atlético
Milo era un buen maestro pero más serio y callado que los otros dos habia ganado cierta popularidad a su manera y una buena amistad con Shion y con el esposo de este ultimo de nombre dohko. Solo un poco mayor que el patriarca moreno y alta, al Poco tiempo se había enterado que era el hombre más fuerte y antiguo caballero dorado
Estos últimos conocidos por ser un rango de élite "los más fuertes" de toda la cuidada. Protegían su cuerpo con armaduras de oro, material irrompible.
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- cómo es posible que aún no haya vuelto.- exclamo shion muy preocupado.
- quizás sea bueno que mandemos a algún soldado o un rastreador por esa brigada. - le comento dock con voz neutral.
- a quien sugieres - el ambiente ya estaba más calmado. Pasaron horas viendo el listado de caballeros, practicantes y guardias pero ninguno tenía la experiencia necesaria para sobrevivir en las afuera de las murallas. Hasta que dieron con milo. Sabían de era un experto en las armas y un sobreviviente en potencia.
Milo fue informado a los pocos días y a pesar de la insistencia de sus compañeros decidió ir solo convenciéndolos con el argumento de que si iban muchas los turcos notarían él Movimiento por esas tierras y sería peligroso porque podrían planear una invasión contra la ciudad. algo que sin duda iva a evitar
Después de dos días mas ya estaba listo para partir, descubriendo que el muchacho no era nada más ni nada menos que el que habia visto antes: Cabellos turquesa, piel blanca, ojos azules y armadura plateada
Al amanecer ya se encontraba caminando hacia la puerta que conecta la tierra con el mar, con la bendición de su patriarca y la suerte de sus campañeros. Salió fuera del territorio seguro.
- es momento de tomar la espada - fue lo que dijo cuándo las puertas de seguridad se cerraron... justo detrás de él.